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Imperio Bizantino:

El emperador y la política bizantina

Una de las razones que explican la larga duración del imperio bizantino fue su sólida organización. El emperador
o basileus era la cabeza. Concentraba todos los poderes: dirigía el ejército y la administración, y era el jefe
religioso. Una extensa red de funcionarios ejecutaba sus órdenes. Estos funcionarios estaban especializados y
contaban con una gran formación intelectual. Los diplomáticos eran los encargados de las relaciones con otros
territorios y pueblos. Las mismas leyes estaban vigentes en todo el imperio y un poderoso ejército tenía como misión
la defensa de las fronteras.
La consolidación territorial del imperio bizantino se consiguió en parte gracias a la creación del sistema de themas,
que consistía en regalar tierras fronterizas a los soldados para que las cultivasen. Con ello se consiguió mejorar la
defensa, porque los soldados defendían algo que les pertenecía. De esta manera se frenó durante siglos la pérdida
de territorios.

El derecho y la La lengua y La fe y las costumbres


administración de Roma la civilización de Grecia del Cristianismo

Características esenciales del Imperio Bizantino: Política


El Imperio bizantino se dotó de una organización política y social original.
El emperador bizantino tenía un poder absoluto. Se apoya en dos grandes pilares: el palacio imperial y el
ejército. Aunque en su origen es un emperador romano, poco a poco fue tomando elementos que le llevan
a aparecer como un poder oriental. Es un soberano de derecho divino, y ese carácter sagrado hace que
se le represente siempre rodeado de un nimbo o aureola, como los santos, que se le preste un verdadero
culto, de manera que cuando aparece sus súbditos le perfuman con incienso y se arrodillan ante él. El
emperador Heraclio (610-641) abandona el título de emperador romano, para conservar únicamente el de
basileus griego. Al mismo tiempo, como monarca cristiano, recibe la corona del patriarca de
Constantinopla.
Características esenciales del Imperio Bizantino: Religión
La religión fue elemento importantísimo en el imperio bizantino. El cristianismo se fue desarrollando en
la zona oriental del Mediterráneo con peculiaridades que le fueron alejando cada vez más del
cristianismo occidental. La presencia de un patriarca de Constantinopla que quería ser tan poderoso
como el Papa, la influencia de movimientos como el de los iconoclastas, la forma de organizarse las
autoridades eclesiásticas, condujeron a la ruptura con la iglesia de Roma, que sirvió para ahondar más las
diferencias entre ambas partes del Mediterráneo.
Características esenciales del Imperio Bizantino: Cultura
Asentado en el territorio de la cultura griega, el imperio bizantino jugó un papel esencial en la transmisión
de la herencia cultural helénica. Desde todos los tiempos, las obras de la Antigüedad griega han sido
copiadas o conservadas en ricas bibliotecas. La cultura se entendía más como reproducción que como
creación. La literatura en lengua culta no produjo muchas obras. En cambio es destacable la poesía en
lengua vulgar, más ágil y rica. Pero allí donde el genio bizantino destacó fue en el campo de la
codificación y de la pedagogía del derecho, así como en la historia y en la hagiografía.
Una parte de la cultura muestra una creatividad singular. Se trata del arte, cuyas características muestran
un acercamiento a las concepciones artísticas de Oriente, de cuyas fuentes se alimenta en sus orígenes,
y que después servirá para definir unos modelos artísticos propios del Este europeo

El nombre de bizantino simboliza el triunfo de la cultura griega, sobre todo a través del idioma griego, que
se impuso sobre el latín, y por ese motivo Bizancio no pudo ser totalmente reemplazada.
Esa ciudad era el centro comercial de valiosos productos que circulaban entre el Mar Negro y el
mediterráneo, posibilitando el intercambio entre Europa, Asia y África.
Se importaban sedas, perlas y especias de China, Mesopotamia e India. De Siria y Persia ingresaban
telas y tapices, de África, oro y marfil y de Rusia, pieles y miel. Se exportaban artesanías y
fundamentalmente sedas. Como moneda utilizaban el besante o bizantino, hecha de oro.
Culturalmente era notable la inflencia helenística, aunque con aportes romanos, cristianos y orientales.
Constantino elegido por sus tropas para ocupar el poder, adoptó poco antes de su muerte la religión
cristiana como religión oficial del Imperio Romano para lograr su unidad.
El mundo cristiano se dividía entre los arrianos, considerados herejes por la iglesia y los seguidores de
ésta. Sus diferencias trataron de resolverse en el concilio de Nicea (año 325).

En el año 527, asumió el poder el que sería el más brillante de sus emperadores: Justiniano, quien se
propuso reunificar el imperio bajo su autoridad.
Dada la carencia de uniformidad legislativa, ordenó su compilación, culminando la obra codificadora
iniciada en el siglo IV.
La sanción del Corpus Iuris Civilis, obra ciclópea que recopilaba el derecho vigente, lo coloca como el padre
del derecho de numerosos estados europeos, sobre los que ejerció su influencia. Comprendía el Código,
recopilación de leyes, el Digesto o Pandectas, recopilación de Iura, que eran las opiniones de juristas
romanos, las Institutas, manual de Derecho destinada a estudiantes y las Novelas, con normas posteriores
a la sanción del Código.
Reorganizó el Estado, y creó un sistema eficiente tributario y militar. Colocó la iglesia bajo su dominio
(cesaropapismo) y se convirtió en un monarca teocrático.
Construyó en Constantinopla la imponente iglesia de Santa Sofía y los mosaicos de Rabena, en Italia.
Con el objetivo de reconquistar el imperio occidental, selló la paz con Persia, cuyo general, Belisario, tomó
el norte de África, Córcega, Cerdeña y las Islas Baleares, ocupado por los vándalos, arrebató Italia a
los ostrogodos y despojó a los visigodos del suroeste de España.
A la muerte de Justiniano, todas las posesiones readquiridas fueron nuevamente perdidas, a manos de los
lombardos, los visigodos, los eslavos y posteriormente de los árabes, los ávaros, los búlgaros, para
culminar con la invasión de los turcos que pusieron fin al Imperio Bizantino en el año 1453.

La era de Justiniano: La expansión militar


Justiniano accedió al trono imperial en el año 527. Había heredado un imperio bien administrado y una
hacienda con abundantes recursos. Así pudo llevar a cabo una política de expansión militar, con la
intención de reconstruir un único Imperio romano. Fue posible gracias a...
UN EJÉRCITO PODEROSO: Tropas muy bien equipadas y entrenadas. Fuerte capacidad de defensa
frente a los intentos de invasión. No demasiado numeroso: 150 000 soldados. Ejército de mercenarios
profesionales. Organización militar sofisticada y compleja.
MARINA DE GUERRA Tenían una flota operativa y eficaz. Utilizaban el dromón, un buque de tres velas
triangulares y dos filas de remeros. Contaban con armamentos y artilugios poderosos para la guerra, como
el fuego griego.
NFANTERÍA Era el núcleo central del ejército. Se dividía en unidades tácticas de 200 a 400 combatientes.
Los bucelarios, los soldados mejor entrenados, eran la guardia personal del general.
CABALLERÍA La caballería estaba formada por arqueros a caballo capaces de lanzar flechas mientras
galopaban hacia el enemigo. Era un cuerpo de élite. Se dividía en unidades tácticas que constaban de 300
hombres.

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