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Ah va, en el bus de medianoche, recostando la cabeza sobre el vidrio, empaando la velocidad y las luces de los postes mal puestos.

Algo le dice que sta va a ser la noche perfecta.Espabila un poco, lo que hay a travs de la ventana ,unos cuatro putbulos llenos de panaderos y unas cuatro panaderas llenas de putas, lo usual , ya llegamos. Esta noche la calle est ms fra que de costumbre, y slo cuenta los pasos para llegar al cuarto que tiene alquilado al fondo de la barriada. Los cables de luz de zapatos viejos y de cometas de nios tontos, la acera de dientes de len y de pastos que crecen en las grietas; sin embargo, hoy la calle es diferente, hay una ligera neblina y un silencio fascinante sobre el asfalto. Ya no estn esos malditos chatarreros con chaquetas de cuero bebiendo sus alcoholes de mierda, fumando sus ptridos cigarros, parndose sus ridculas crestas de goma. Sus manos ansiosas buscan dentro de su gabn un cigarro. Slo encuentra uno roto y un poco hmedo ;no importa, algo es algo. Lo saca ,lo prende y lo fuma. ste le sabe a plvora, le sabe a libertad, le sabe a lugares distantes que nunca ha visitado. S, esta noche es perfecta, definitivamente. Se le dibuja una sonrisa en el rostro y sigue caminando. Se acerca a la casucha donde est su cuarto, siempre oscura, con las baldosas rotas y las paredes rasgadas ; pero , para mejor, hoy no rechina la silla en la que se mece la vieja. S, una vieja asquerosa, sa que le lanza piropos a su culo apenas sale en las maanas, esa vieja a la que le gusta el jazz y la mierda - a quien le huele la boca as es porque le debe de gustar comer mierda-. S, hoy esa bigotuda se fue a dormir temprano, o uno de los huspedes acept ir a la cama a pagarle el arriendo, seguro. Sube la escalera con pasos imponentes, abre la puerta de su cuarto ,y se lanza a la cama. En una de las volteretas de su sueo se topa con un bulto maloliente. El bulto tena una mano, un brazo , una pierna, unos ojos, un bigote!. Se para asustado a prender la luz. Las sbanas impregnadas de sangre seca, la vieja con la garganta cortada y el pelo alborotado, las chaquetas de cuero molidas y cuatro chatarreros con las caras plidas como las de un muerto... ah, s, estaban muertos. -Claro, a todos estos hijueputas los masacr ayer, no me acordaba- se dice. Apaga la luz y se echa a seguir durmiendo. La noche perfecta, como las dems noches de su vida.

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