reportaje

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Sin prisa, pero sin pausa

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Hace ya quince años que la asociación E’Waiso Ipola sirve como un en
espacio de encuentro y de acogida para las mujeres africanas. Y quince fu

años se dicen pronto, pero se construyen día a día. ¡M

Son quince años de trabajo
construyendo espacios de
representación y de análisis de la
situación que viven las mujeres
inmigradas. Quince años de poner
un alto a la discriminación, producto
de la combinación de ser mujer
e inmigrante. Quince años desde
aquel grupo de mujeres de Guinea
Ecuatorial, procedentes de las islas
Bioko, que en 1991 decidieron formar
una plataforma de encuentro y de
convivencia.
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El primer paso en este largo camino África negra, América Latina, Asia y el a
fue lograr ser reconocidas como un Magreb. en
colectivo más de los muchos que A partir de entonces, el trabajo no ha m
interactúan en la sociedad catalana, cesado para las mujeres de esta asociación. in
formando parte, con actividades, En 1995, participaron en el primer congreso
propuestas e iniciativas, en programas Les dones inmigrades desfien la seva co
impulsados por la administración local invisibilitat, encuentro que marcó un antes y d
–como la creación de la Secretaria de un después en su labor de integración. la
la Dona–. Un par de años después, En los años posteriores, el trabajo d
E’Waiso Ipola ya contaba con un espacio de la asociación se extendió a los países p
de ‘Trobada de Dones Inmigrants’ en de origen de las mujeres inmigrantes q
la que llegaron a participar más de 150 con programas de ayuda en cuestiones in
mujeres inmigradas procedentes del de salud pública. si

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