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NOTA IMPORTANTE:
Augusto Vels
PRÓLOGO:
ESPAÑA: (Colaboradores) :
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-Prof. Berta Andress, Ex-presidente de la “Asociación Grafopsicológica” (Madrid.).
-Dra. Esperanza Fonta, Presidente de la A.G.C. (1993 - 1997) y Profesora de
Psicomotricidad en la Universidad Ramón Llull de Barcelona.
-Prof. Jaime Tutusaus, Presidente de la A.G.C.(1998).-
-Prof. Francisco Viñals, Doctor en Derecho y Criminología, Presidente de la
“Asociación de Peritos Calígrafos de Cataluña”, profesor de esta materia en la
Universidad Autónoma de Barcelona y Vicepresidente.1º de la A.G.C.
Prof. Mª Dolores Mora, Vicepresidente 2º de la A.G.C., Psicoterapeuta y prof. de
Grafología y Peritaje Caligráfico en la Universidad Autónoma de Barcelona..
-Prof. Palmiro Viñas, prof. de Grafoanálisis y Secretario de la A.G.C.
-Don José Sadurní Villalonga, Ingeniero en Informática, autor del primer programa
informático del “Método Vels de Grafoanálisis.”.
-Don José M. Escolá, Tesorero de la A.G.C. especialista en “ritmo de base”.
..
Los licenciados en Filosofía, Peritos Calígrafos y Grafoanalistas Rafaél Sevilla,
Rosa Saavedra y Fernando Fanlo, que han corregido los errores de teclado y
compaginación del texto aportando su versión informática del “Método Vels de
Grafoanálisis”..
Lps Profesores Tutusaus, Viñals, Dolores Mora y Viñas, han colaborado con la Dra.
Fonta en los “Cursos de Master en Grafología” de la Universidad Ramón Llull de
Barcelona y en los cursos de Peritaje Caligráfico de la Universidad Autónoma de
Barcelona. y, a su vez, son profesores en la “Agrupación de Grafoanalistas
Consultivos de España” (A.G.C.) que funciona como Escuela Superior de
Grafología, con estatutos registrados en el Ministerio de Trabajo.
COLABORADORES EXTRANJEROS:
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A todos los colaboradores expreso mi agradecimiento por haber contribuido al
proyecto de hacer esta obra una herramienta útil para los profesionales de la
Grafología..
Es de agradecer también el apoyo moral y beneplácito de muchos de los colegas
que conocen el borrador de esta obra y aunque, por su limitación de tiempo, no han
podido colaborar con sus aportaciones, no quiero dejar de mencionar a algunos,
entre ellos los profesores y profesoras que durante los más de cinco años que ha
durado la realización de esta obra me han animado en su proyecto. Entre los
colegas a los que envié el borrador de la obra, se encuentran Mauricio Xandró,
Amparo Botella. Consuelo Galindo, Julia Moya, Eduardo Pérez de Mora, María del
Mar García Martín, Isabel Sánchez-Bernuy, Chantal Melin, Carlos Ramos Gascón,
Alicia Martínez y muchos otros grafólogos actuales de España y extranjero que
figuran en el currículum de autores.
Para el autor de esta obra será muy grato comprobar la acogida de sus colegas en
este intento de haber querido hacer algo que sea útil a los profesionales a los
cuales queda abierta toda crítica y sugerencia que pueda mejorar este trabajo.
El autor.-
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adquieran la obra y deseen, si disponen de ordenador, tener también el texto, sin
grabados, de esta obra en forma de disquete para PC.
CLAVE:
A01 ABIERTA:
(Se refiere a los óvalos u ojos de las letras “a”, “o”, “g”, “d”, etc. y a las zonas
iniciales y finales de las letras mayúsculas y minúsculas). La escritura en guirnalda
no buclada es abierta.
El coligamento en arco debe interpretarse como escritura cerrada y lo mismo la
escritura invertida y sinistrógira.
Los signos de “abreacción” (Escritura Abierta), en general, asociados a un nivel
positivo alto (Escritura Armónica: A23), deben interpretarse como abertura de ánimo,
sinceridad, espontaneidad, ausencia de fingimiento o de hipocresía. Buena
adaptación al entorno. Equilibrio entre las pulsiones instintivas y las exigencias del
medio ambiente. Fidelidad en los sentimientos de aprecio, de amor o de amistad.
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3 -Abertura excesiva de los óvalos que adoptan la forma de “u”:
(N) Actitud demasiado abierta y espontánea a los estímulos o influencias externas.
Falta de cautela y de discreción, de sentido crítico y de autocontrol en los impulsos
expansivos. Permeabilidad a toda clase de presiones, de influencias, por
ingenuidad, credulidad o falta de resistencia para oponerse. Plasticidad, ductilidad
de carácter y, como consecuencia, sugestibilidad (ver este término en el Diccionario
de Psicología). Esta tendencia a ser el “Yo niño” del Análisis Transacional de Berne
que representa la ingenuidad, la candidez, la simpleza o ausencia de sagacidad
crítica, de picardía y malicia, supone también la falta de madurez en el
discernimiento y la falta de discreción, tanto en las expansiones verbales como en la
captación de palabras y opiniones de otros. Esta tendencia a la credulidad puede
ser peligrosa para quien la padece, si el medio ambiente que rodea al sujeto no es
socialmente correcto. Frecuentemente el sujeto puede arrepentirse de lo que ha
dicho o hecho, cuando ya no existe ningún medio o posibilidad de rectificar su error
o indiscreción.
A02 - ABREACCIÓN:
A03 - ACARICIADORA:
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El Dr. Gille-Maisani describe ampliamente este “gesto-tipo” en su obra “Psicología
de la escritura” (Ed. Herder; 1991). Según el Dr. Gille, Solange Pellat describió este
signo a principios de siglo. Consiste en la existencia de arpones en forma de
“curvas” en las zonas iniciales y finales de las letras (ver el trazo inicial de las dos
“E” mayúsculas de la fig. 138) y la presencia de guirnaldas bucladas y de jambas en
ocho de guarismo (fig. 130).
(N) Es un signo propio, según el Dr. Gille, de personas aduladoras, lisonjeras, tras
de cuya actitud se oculta un profundo afán de posesividad, que “se orienta hacia el
campo de los sentimientos en lugar de hacerlo hacia el de los bienes materiales”.
“El arte de agradar es el arte de engañar” (Vauvernargues).
Según el Dr. Gille, la escritura “acariciadora” “se entronca, en sus variedades
atenuadas y armoniosas, con las especies “graciosa” y “elegante” (fig. 215), cuyo
significado sería el “encanto”, la habilidad seductora, el savoir-faire, el arte de
cautivar y fascinar propio de las personas amables, con gancho para agradar.
Cuando los gestos-tipo acariciadores se mezclan con escritura con frecuentes lazos
y formas complicadas, el deseo de agradar es claramente un engaño insidioso y
perverso destinado a conseguir ventajas personales.
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en general, la cantidad y calidad del rendimiento, principalmente si el sujeto se
siente observado.
A05 - ACENTOS:
Tanto los acentos como los puntos, son partes integrantes de las letras que precisan
su estructura. Sin ellos, las letras quedan incompletas y afectan a la claridad y
eficacia del trabajo realizado. Colocar adecuadamente un punto o un acento es
precisar el significado de una palabra y presentar un trabajo completo y eficaz.
Omitir un punto o un acento, o colocar estos signos complementarios fuera de su
sitio correspondiente, no es sólo una falta de atención y precisión en lo que se
piensa, se dice o se hace, es también un abandono de la ética y de todo
compromiso en presencia de una obligación.
(P) Acentos de dimensión normal, colocados con precisión: Equilibrio mental,
precisión, deseo de claridad. Pensamiento atento y responsable en presencia de
cualquier deber u obligación. El sujeto se caracteriza por la exactitud y la
puntualidad, si el ambiente gráfico confirma el predominio del orden en los aspectos
espacio, forma y movimiento.
(N) Acentos grandes, impulsados, acerados, en un grafismo de bajo nivel positivo
(fig. 61, 126a y 162). Reflejan disturbios emocionales, reacciones agresivas,
irritables y violentas; pérdida frecuente del equilibrio y la compostura en presencia
de contrariedades, oposiciones u obstáculos (egocentrismo agresivo). Reacciones
propias de sujetos con elevado grado V en la escala de Pophal.
Si los acentos son recurvados y acerados, la pérdida del autocontrol es aún más
frecuente e irritable y se puede mezclar con fantasmas de la mente, con falsas
interpretaciones sobre las intenciones de los demás o sobre la hostilidad del medio
ambiente.
A06 - ACERADA:
Se caracteriza por un impulso vivo y lanzado que otorga a los trazos finales de letra,
de palabra o barras de las “t”, una terminación más o menos aguda o puntiaguda
(fig. 85a, 117b, y 208 en la barra de la tercera “t”).
1 (N) Déficit en el dominio de sí mismo. Deficiencia en el freno o inhibición de las
reacciones. Es un derivado con distintos matices, de la emoción primaria cólera
(reacción agresiva a las frustraciones, a las contrariedades, a los obstáculos, a los
deseos impedidos, etc.).
Supone una actitud emotiva pasional fijada a un deseo u objetivo. Cualquier
obstáculo, impedimento o frustración provoca una descarga agresiva contra la
persona, objeto o situación que frustra el deseo o impide el cumplimiento del
objetivo. Esta descarga agresiva puede dirigirse hacia el propio sujeto (automartirio,
autocrítica, autodestrucción, etc.), o dirigirse en palabra u obra hacia los demás.
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De aquí se derivan las interpretaciones de crueldad, sadismo, irritabilidad,
agresividad, combatividad, enojo, ironía, espíritu crítico, etc., que se da a este signo,
según la fuerza de los trazos y la agudeza de las puntas terminales. La causa de
estas reacciones es siempre la frustración (Ver éste término en el Diccionario
psicológico).
(N) El gesto acerado es lo contrario del gesto en maza. La maza es un impulso
frenado, contenido, es una fuerza que se almacena en el interior. El trazo acerado
supone una tensión o fuerza que se descarga.
Según el dinamismo gráfico, la fuerza y frecuencia del impulso, es decir, según el
grosor, la agudeza de las puntas, la dimensión de los trazos y el ambiente gráfico, la
descarga agresiva puede ser manifestada directamente a través de palabras
ofensivas o de actos más o menos impulsivos y reprochables. La agresividad, en
determinados casos, con un ambiente gráfico positivo o armonioso, puede ser
sublimada o fantaseada.
(P) Cuando la agresividad es latente y se sublima en el individuo, puede
descargarse a través del espíritu crítico, del humorismo irónico, de la observación
aguda de matices y detalles no correctos en las cosas. El sujeto de este tipo,
cuando está dotado de vivacidad de espíritu, de agudeza de sensibilidad, y de una
inteligencia penetrante, es hábil para investigar sobre las personas y las cosas y
para desenredar la trama del pensamiento ajeno y descubrir los lados vulnerables o
los aspectos inéditos que tienen las cosas, sin que la agresividad de fondo se
manifieste abiertamente, si está sublimada o humanizada.
La agresividad latente, puede ser también fantaseada a través de obras literarias,
cuyo insigne ejemplo, puede ser el personaje de Don Quijote de Miguel de
Cervantes y, cambiando de categoría, el personaje de Superman. La descarga
agresiva indirecta y fantaseada se puede ver también en ciertas obras artísticas o
científicas. Tenemos abundantes ejemplos en el cine, en la pintura y en ciertas
actividades científicas, como la cirugía y algunas investigaciones con finalidad
bélica y destructiva.
2 (N) Cuando la agresividad se manifiesta directamente, generalmente está
presente la tendencia a las reacciones pasionales, a la indignación, a la irritabilidad
o al enojo, como consecuencia de la frustración. El individuo pasional y reactivo, no
aguanta bien la frustración, la contrariedad a sus ideas y deseos. Su impaciencia
egocéntrica se inviste de inmediatez: “quiero eso aquí y ahora” Vive la exigencia
neurótica de ser atendido de inmediato y cualquier oposición, retardo o
contrariedad, le sume en una dramática inadaptación que se resuelve en
agresividad verbal o motora.
Con escritura rápida, movida, lanzada y con desigualdades de la presión de la
dimensión y del coligamento, los arrebatos de impulsividad son violentos y
frecuentes. El sujeto no aguanta bien los contratiempos, se enfurece cuando algo no
resulta a medida de sus deseos, reacciona sin reflexión ni cautela a las causas
motivantes de la frustración (ver grado V de la escala de Pophal).
Es importante observar la dirección de los trazos acerados. Si los trazos finales,
barras de las “t”, etc. tienen una dirección ascendente, en diagonal con la línea
(figs. 28, 126a y 210), este signo refleja lo mismo que las respuestas DZW del
Rorschach: oposición, inconformidad, contradicción y agresividad hacia los
superiores. Si el trazo es horizontal, la agresividad se centra sobre aquellos que el
sujeto estima como iguales. Si el trazo es descendente, hacia abajo y a la izquierda
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(fig. 208 k), la agresividad puede dirigirse hacia sí mismo (autocrítica,
autodestrucción más o menos desarrolladas).
3 (N) Si el signo es muy marcado (fuerte presión, grosor anormal y extrema agudeza
en la punta): La agresividad de las reacciones puede registrar el aspecto sádico:
crueldad, encarnizamiento implacable, ferocidad y espíritu sanguinario.
4 (N) La escritura muy acerada en grafismos femeninos indica instinto felino.
Tendencia a las insinuaciones maliciosas, al ataque solapado en situaciones
comprometidas. Afán de criticar que sobrepasa toda medida de buena fe y
prudencia. Complejo de castración. Tendencia a la reivindicación , a la venganza y
al ataque al varón por sentimiento de castración o de minusvalía.
5 (N) Con presión gráfica débil o ligera y terminaciones en punta muy afilada:
Sensibilidad susceptible y quisquillosa, nerviosidad irritable, impaciente, ansiosa y
angustiable. Tendencia a crear dificultades, a criticar, murmurar y ofender, sea por
sentimiento de contrariedad, por envidia, celos o resentimiento. Compensación
ficticia de la propia minusvalía atacando las ideas, las alegrías e ilusiones de los
demás.
Cuando la dirección de los trazos acerados es hacia la izquierda, en grafismos con
fuertes signos de introversión y líneas descendentes, la agresividad se centra en el
propio sujeto (automartirio).
NOTA IMPORTANTE: Hay que tener en cuenta, al interpretar la escritura acerada, el
historial del autor del grafismo. Muchos adultos, huérfanos de infancia, tienen un
inconsciente agresivo y sádico.
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el autor de esta obra había llegado en el artículo citado. Transcribo a continuación
las observaciones que este autor e investigador me ofrece sobre la “escritura
adosada”: ”No recuerdo haber encontrado un solo ejemplo de escritura “adosada”,
redonda y ancha en el sexo masculino. Siempre lo he encontrado en mujeres
adultas o en personas con fuerte tendencia simbiótica, con todo lo que esto implica:
tendencia a la oralidad, a la dependencia afectiva, incluso al parasitismo
económico. Esta interpretación se refuerza si la escritura es redonda, blanda y
ancha”.
La palabra “agria”, dice el Dr. Guille, viene del latín “acer”, que significa
“puntiagudo” y está emparentada con “acerada”, del latín “acies” (punta), (ver
“Psicología de la escritura”, página 45). El Dr. Gille define esta escritura-tipo del
siguiente modo:”La escritura agria, sobre la cual Crepieux-Jamin dejó una
documentación que no tuvo tiempo de elaborar, presenta un aspecto general agudo,
brusco, punzante, anguloso, seco, con finales lanzados, acerados y en diagonal. Es
el equivalente, en la escritura, a una voz ácida, chillona y desagradable” (ver figs.
79, 145 y 201). La escritura agria, tiene una morfología contraria a la escritura
“plena” (fig. 114) en la que predomina la curva y la amplitud graciosa de las hampas.
(N) La interpretación, dice el Dr. Gille, se orientará hacia un carácter desagradable,
razonador y “criticón”, amigo de llevar la contraria y fácilmente agresivo. La fuerza o
debilidad del trazado indicará el grado de vulnerabilidad y susceptibilidad del
escritor.
Cuando la forma se agudiza con ángulos puntiagudos y los trazos se adelgazan
como si fuesen a romperse (fig. 79), escasa energía vital, es señal de fragilidad
interna, de tendencia al desmayo, a la angustia vital permanente, al sobresalto, al
sobrecogimiento ante lo inesperado. Esta conciencia de la propia debilidad e
impotencia, no sólo produce inseguridad y recelo defensivos, una actitud de
desconfianza enfermiza y la susceptibilidad crítica y ácida hacia su entorno, sino
que incrementa la hipersensibilidad, los sentimientos de frustración y el
presentimiento de un Yo en peligro frente a los demás y al medio ambiente.
La desadaptación, por exceso de vulnerabilidad interna, enfrenta al sujeto con un
temor constante a la hostilidad o enemistad de los demás y, como consecuencia, al
presentimiento de las malas pasadas que pueden traerle los acontecimientos. Sus
razonamientos y críticas, no son otra cosa que el descontento de sí mismo
proyectado sobre la vida y sobre el comportamiento de los demás. Este temor
insano y neurótico, obliga al sujeto a vivir en un estado de alerta ansioso y continuo.
La escritura agrupada es aquella donde las palabras están ligadas por grupos de
letras. Si los grupos coinciden con las sílabas, esta modalidad de cohesión se llama
isotómica. Si los cortes aumentan progresivamente se llama politómica y, finalmente,
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si el número de cortes es cada vez menor, recibe el nombre de cohesión
oligotómica. La politomía puede ser compensada o no compensada. Cuando los
cortes de cohesión se producen por la necesidad de poner un punto, una barra de
“t” o por una ligadura anormal, esta politomía es compensada (fig. 29).
No es compensada, cuando los cortes obedecen a inhibiciones (fig. 56).
(P) En un grafismo armónico o con buen nivel positivo, señala cierto equilibrio entre
los impulsos y tendencias inconscientes y la actitud de la conciencia frente a la
realidad, es decir, indica un juego armónico, una relación estable y equilibrada entre
las apetencias biológicas y las funciones psíquicas y mentales. Los deseos
normales, los sentimientos y la reflexión no sufren la censura crítica o inhibitoria de
un Super-Yo dominante. Existe un buen acuerdo entre las necesidades internas y
una ecléctica objetividad en las relaciones con el exterior, juicio ponderado, empatía
sin pasión. Equilibrio entre las exigencias biológicas y las exigencias del entorno,
entre el impulso a actuar y la reflexión.
La capacidad de razonar no excluye la visión intuitiva, ni ésta intercepta a aquella,
sino que se apoyan mutuamente. Esta buena integración y adaptación produce una
mezcla de iniciativa y cautela de intuición y discernimiento, de impulso creativo y
sentido práctico, así como una buena armonía de carácter.
(N) Con predominio del sentido negativo, puede indicar dificultades de adaptación,
vida sentimental frustrada o fracasada, desequilibrio entre las tendencias internas y
las exigencias del mundo circundante, sobre todo, cuando abundan las
desigualdades en el coligamento, en la dimensión, en la presión y en la inclinación,
en cuyo caso estará presente la ambivalencia, las luchas y conflictos internos, las
insatisfacciones, las frustraciones, la inseguridad y la irritabilidad.
Es aireada una escritura cuando el aire puede circular libremente y sin obstáculos
entre palabras y líneas, cuando las mayúsculas, las hampas y las jambas no
invaden las líneas adyacentes y subyacentes, cuando los márgenes están bien
delineados y se respetan las distancias en los puntos y aparte. En otras palabras,
cuando la relación espacio y movimiento es armónica (Fig. 16, 26, 45, 46, 95 y 96).
(P) Una buena repartición de la masa gráfica, si va seguida de un trazado firme y
dinámico (Fig. 178) es señal de una buena vitalidad y de un buen equilibrio
psíquico, en el que la actividad supera a la emotividad. En la persona sana, la
actividad supera siempre a la emotividad.
La escritura aireada en un grafismo de trazado ligero (fig. 65) y bien organizado
(equilibrio armónico de la forma, del espacio y del movimiento), señala una actividad
mental precisa, organizada y eficaz. En el caso de Sebastián Arbó, (escritura
pequeña, clara, simplificada, sobria, aireada, organizada, agrupada, ligera, vertical,
etc.), la armonía de espacio-movimiento y forma, testimonia un espíritu muy claro,
reflexivo, organizado y analítico hasta en los más mínimos detalles, sin excluir la
intuición y una profunda sensibilidad estética.
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A11 - ALINEADA, Escritura:
Se refiere a la altura excesiva de las letras en la zona media del grafismo (figs. 106c
y 154). No hay que confundir este tipo de grafía con las escrituras-tipo grande y
sobrealzada, aunque suele tener con ellas un cierto parentesco.
(N) Ambición de rango. Necesidad imperiosa e irresistible de supercompensar
complejos o sentimientos de inferioridad, en actitudes de superioridad. Estos
excesos en el sentimiento autoestimativo, engendran el deseo egocéntrico,
narcisista y egoísta, que los demás reconozcan al sujeto una superioridad que, a
veces, no es real.
La pretensión del sujeto que se le valore por encima de otros en lo social y en lo
profesional, el deseo inmoderado de gloria, de honores, de fama, de respeto a su
persona, el afán patológico de sobresalir en “importancia” sobre otros, tiene como
fondo inconsciente, el bloqueo de un miedo excesivo y angustioso a la marginación,
a la inferioridad, al desprecio de los demás, a sentirse “minimizado” y ridículo ante
la gente, tragedia dramática que no podría soportar. El culto a la fachada externa, lo
utiliza el sujeto como medio para imponerse a su entorno.
Este tipo de sujetos son muy sensibles al trato que reciben, al valor y atenciones
que los demás les dispensan. Cualquier frustración, contrariedad, oposición o
simple olvido de su persona, puede desencadenar el drama de un resentimiento
profundo y duradero (especialmente si la escritura es muy angulosa).
Esta tendencia puede aliarse al sadismo, bien buscando formas de placer en
cualquier tipo de dominio, bien buscando otras gratificaciones substitutivas. En
todos los casos, el sujeto intenta hacerse dueño de las situaciones, esclavizar,
someter, poner a su servicio a los demás en exclusiva.
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A13 - AMPLIA, Escritura:
La escritura es, en proporción, más ancha que alta (figs. 10, 42, 58, y 117a, en
diversos matices y proporciones). Es, gráficamente, lo contrario que escritura alta.
(P) Con un ambiente gráfico positivo, refleja una actitud ofertante y de aceptación,
sin conflictos, del pensamiento y de la acción de los demás, mientras este
pensamiento y acción no constituyan un ataque, en cualquier sentido, para el propio
Yo.
Si la escritura es pequeña y ordenada, refleja el modo de pensar extravertido de
Jung. Si el grafismo es grande, redondeado e inclinado, indica el predominio del
sentimiento extravertido (ver “funciones psíquicas” en el Diccionario de psicología
de esta misma obra).
(N) Con escritura desordenada, movida, inflada y abierta, refleja un modo de
expansión carente de control, de discreción, de formalidad y de atención hacia los
demás, por exceso de protagonismo e invasión del terreno de los otros mediante la
charla o la iniciativa audaz.
Con escritura en guirnalda anillada y con óvalos rellenados, el escritor, o escritora,
reviste de amabilidad seductora, de adulación y de intriga, sus contactos con los
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demás al objeto de obtener las máximas ventajas y beneficios egoístas de su
relación con la gente.
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frecuente este grafismo en sujetos con capacidad de mando, con buenas facultades
críticas y razonadoras muy prácticas pero, a veces, más o menos individualistas o
independientes. El sujeto no busca apoyos externos, para creer en sí mismo y en
sus ideas, le basta su examen riguroso de las cuestiones y su experiencia.
(N) El ángulo, en sentido negativo, supone una actitud de rechazo, una dificultad de
adaptación, un estado de tensión continua por efecto del displacer, del desagrado,
insatisfacción o frustración que invade la vida emocional y afectiva del sujeto. Esta
situación ha generando la ansiedad o la angustia y, como consecuencia, la
agresividad, las reacciones coléricas típicas, sobre todo, si la escritura angulosa va
acompañada de la escritura acerada y lanzada.
Según L. Bousquet, la escritura angulosa y acerada “indica el estado neurótico por
incapacidad de adaptación. La escritura angulosa en la mujer puede ir acompañada
de frigidez, en tanto que esta aspire a hacer de la independencia una profesión de
fe y tienda a jugar un papel masculino igualando o intentando sobrepasar a los
hombres en un afán voluntario de competición y, por tanto, adoptando una actitud
agresiva”.
En todos los casos, “la fuerza de la presión, el grado de aceramiento, la rigidez y
tensión de las formas y del movimiento, nos indicarán -dice L. Bousquet-, si la
agresividad es expresada, contenida o rechazada”. Sin duda, hemos matizado
mucho sobre ciertas escrituras-tipo, pero sobre la escritura angulosa, se siguen
manteniendo hoy los mismos significados, en sentido negativo, indicados por
Michon: rigidez, dureza, rudeza, intransigencia, inflexibilidad, terquedad,
agresividad, y acentuación del PC (“Padre Crítico”), del Análisis Transacional.
Con escritura estrechada, muy inclinada, ligera sobrealzada y acerada, puede
señalar celos, envidia, ingratitud, egoísmo, “retención” de objetos que no son de
propiedad, avaricia, etc.
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producen, es un reflejo del instinto posesivo y de la falsedad. Indica también
narcisismo, es decir, el sujeto se erige a sí mismo como único objeto de interés.
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juntos. Las figs. 15, 31 y 97a y b, son escrituras apretadas. La fig. 16 es una
escritura concentrada.
(P) La escritura apretada en un ambiente positivo, expresa el repliegue sobre sí
mismo, el deseo de autocontrol, el sentido de la economía, la introversión y una
actitud reflexiva y cauta. El sujeto no está exento de cierta opresión de sentimientos
(falta de libertad para expresar las emociones y respeto considerable a la
personalidad ajena, a los derechos de otros y al hábitat de los demás).
En general la escritura apretada señala el predominio de la inhibición, de la
retención, de la restricción limitativa sobre la expansión natural de los impulsos,
tendencias y necesidades. En sentido positivo, esta inhibición puede compensarse
por una sublimación de la energía instintiva en un intento de alcanzar el equilibrio
vital indispensable.
(N) El sujeto arrastra sus problemas de infancia no resueltos. Es víctima de las
prohibiciones, de la severidad educativa, de las disciplinas que le fueron impuestas
en la niñez de las cuales no ha podido liberarse y, como consecuencia, permanece
atado a los miedos y angustias neuróticos oprimentes. Esta inhibición psíquica
produce los significados corrientes de timidez, pusilanimidad, desconfianza,
egoísmo, estrechez del campo de conciencia, mezquindad, avaricia etc., producto
de una líbido bloqueada o en regresión.
Las letras “m” y “n” y otros elementos de la escritura en la zona media toman la
forma de arcos (las figs. 87, 103, 111b y 161 presentan distintos tipos de
coligamento en arco). El arco es exactamente la inversión del movimiento en
guirnalda. La guirnalda es un gesto abierto hacia arriba, el arco es un movimiento
abierto por abajo. La guirnalda “abre”, el arco “tapa”, “recubre” “cierra”.
(P) En razón de su sentido simbólico de “esconder”, de “encubrir”, la arcada, en
sentido positivo, puede indicar la necesidad de cubrir las apariencias con una cierta
distinción y corrección de modales, preservándose de cualquier comentario
despectivo o crítico del medio ambiente. En cierto modo, supone una actitud
prudente de reserva, de desconfianza defensiva, que se encubre con la amabilidad.
El sujeto no renuncia a su deseo interno de destacar, de ser admirado, de sentirse
homenajeado.
El arco, en sentido positivo, con buen dinamismo, relieve y buen nivel estético (figs.
103 y 104), testimonia las facultades creativas, la necesidad de construir obras
estéticas y la elegancia de espíritu, cualidades que contribuyen al secreto deseo de
ser respetado, considerado y admirado.
El arco se produce frecuente en los grafismos femeninos de moda, en las llamadas
“letras aristocráticas” procedentes de colegios religiosos de “alto prestigio”, aunque
cada vez se ven menos. Las “poses”, los modales cultivados, el lenguaje y porte de
muchas mujeres del gran mundo, como ocurre con las eternas protagonistas de la
revista “¡Hola!” y de otras revistas del corazón, es considerado, por estas damas,
como un medio eficaz para ser admiradas, del mismo modo que el vestido. Hoy el
destape, exigido por la moda, tiene como misión llamar la atención, hacer reclamo,
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darse al placer que causa, a estas mujeres, sentirse contempladas como “féminas
elegantes y bellas”. Para satisfacer el deseo narcisista de sentirse admiradas no
dudan en gastar importantes cantidades de dinero en vestidos y joyas, mientras en
otras partes del mundo 800 millones de personas pasan hambre o mueren en la
miseria.
(N) En sentido negativo, el arco es un movimiento retrógrado, egoísta, egocéntrico,
tras del cual está la habilidad de fingir y disimular, la adulación servil e interesada,
la mentira, las intenciones secretas e interesadas de las personas falsas y
desleales, sobre todo, si los arcos son buclados y se mezclan en el coligamento con
los ángulos, los trazos filiformes, la verticalidad de la inclinación y los óvalos en
doble anillo o abiertos por abajo (figs. 148 y 161), en cuyo caso ha de pensarse en
un carácter astuto, solapado, insincero e hipócrita que puede llevar su egoísmo a
cualquier extremo de falsedad y engaño.
Observación: El coligamento en arco, es frecuente en la edad crítica. En esa edad,
el joven pasa de niño a adulto y se ve obligado a vigilarse y disimular la atracción
sexual hacia el otro sexo y, en casos de desviación de la líbido, hacia sujetos del
propio sexo. Al no haber logrado aún la independencia de los padres y tampoco, del
todo, la vinculación edípica del varón con la madre y de la fémina con el padre, el
futuro adulto tiene que ocultar sus problemas y conflictos en relación con la líbido,
por lo que no es extraño que, en su escritura, abunde el coligamento en arcos.
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otros a base de exhibir los rasgos externos con los que inviste su personalidad, sus
actos o creaciones personales, sus palabras o sus “posesiones”.
Observación: Los arcos en las zonas iniciales de las mayúsculas, pueden
representar un anhelo, una apetencia pasiva, es decir, pueden ser sólo un deseo,
un sueño con los ojos abiertos, si el ritmo y dinamismo (nivel de actividad), la
presión del trazado, la dimensión, la inclinación y la continuidad son aspectos
deficitarios.
Sólo tenemos, en las muestras gráficas del Diccionario, un ejemplo para ofrecer,
aquel de la fig. 218 que se señala con flechas. No tenemos ningún otro caso capaz
de ilustrar este signo. Los finales en arco suelen presentarse preferentemente en
las mayúsculas. Las figs. 37, 38, 96, 105 y 123 de “Escritura y Personalidad”
ofrecen muestras en donde el arco queda instalado en la zona final de las
mayúsculas.
(N) Los arcos en las letras finales, instalados en las minúsculas, tienen distintos
significados, según que sean movimientos en arco a la derecha (fig. 218 del
Diccionario) o en arco sinistrógiro (fig. 97 de Escritura y Personalidad.). En el primer
caso (fig. 218).Este tipo de arcos puede reflejar la intención oculta de apropiarse de
objetos.
En la figura 97 de “Escritura y Personalidad”, los arcos regresivos en forma de
guadaña, señalan el deseo de acaparar, de apropiarse egoístamente y de manera
dura, de objetos, ventajas, oportunidades, etc. (ver los ángulos y enroscamientos de
las “p”), aprovechándose de la ingenuidad de la gente. La presión desplazada es
otro signo que agrava el equilibrio moral de esta persona, ya que corresponde a
desviaciones o anomalías del instinto sexual.
La estructura final de las mayúsculas en arco de las figs.37, 38 y 96, corresponden
a personajes que alcanzaron fama en su época. El primero es un político y los dos
siguientes escritores muy conocidos. En cambio, la autora de la fig. 105 fue una
popular dama que logró triunfar socialmente gracias a su belleza física, a su
habilidad seductora y a su y sex-appeal. Finalmente, la damita de la fig. 123, gracias
al encanto protector de esas “v” minúsculas, elevadas a mayúsculas por la
dimensión, logró alcanzar sus ansias de gloria, de dinero y de alta situación social,
tomando el papel de “hada protectora” de un joven de alta situación económica y
social. Es significativo en este grafismo, la filiformidad, la inversión, las jambas en
ocho de guarismo y los grandes bucles imaginativos de las hampas. Los arcos, en
los finales de las letras “V” mayúsculas, desde Michon, se han considerado como un
signo de “protección”, cuando cubren, por encima, las minúsculas que siguen. En la
fig. 123, aquí comentada, no son las mayúsculas las que cubren a las letras
siguientes, sino minúsculas elevadas a la categoría de mayúsculas, de donde la
falsedad del papel protector.
A23 - ARMONICA:
19
La impresión de armonía y belleza, de ritmo y equilibrio, de organización y
dinamismo gráfico, dicho de otro modo, la existencia de una relación armónica entre
los aspectos forma, espacio y movimiento, depende casi totalmente, del grado de
cultura, del sentimiento estético y de la capacidad apreciativa de lo bello y
armonioso que posee cada grafólogo. Crepieux-Jamin, basaba la superioridad e
inferioridad general en la armonía, Klages y Roda Wieser en el ritmo y Moretti en su
concepto de la desigualdad metódica.
Todos estos conceptos son demasiado subjetivos para poder precisarlos y
valorarlos objetivamente. Nosotros, a través del grafoanálisis, hemos tratado de
sacar unos porcentajes concretos, revisando y valorando cada grafismo a la luz de
unos 250 signos diferentes cotejando las desviaciones de cada signo con su módulo
estadístico correspondiente.
El “Método Vels de Grafoanálisis” aporta unos porcentajes, bastante fiables, del
“sentido positivo y negativo” del ambiente gráfico, equivalente, en cierto modo, al
concepto de armonía e inarmonía de Crepieux-Jamin, permitiéndonos dividir las
interpretaciones en sentido general, sentido positivo y sentido negativo, tal como lo
expusimos, hace muchos años, en la obra “Escritura y Personalidad”.
Decía Crepieux-Jamin en su ABC de la Grafología que “la armonía de la escritura
resulta de sus buenas proporciones, de su claridad, del acuerdo entre sus partes.
La sencillez, sobriedad y soltura precisan más su valor. La armonía de la escritura
corresponde a la del carácter. Es el signo de la superioridad”.
Estamos de acuerdo con esta base pero, como hemos dicho al principio, la armonía
es un concepto abstracto y complejo cuya apreciación depende del grado de
sensibilidad, cultura, gusto estético, equilibrio interno y capacidad ponderativa de
valoración de cada grafólogo. Nosotros pensamos, sobre esta cuestión, lo mismo
que Crepieux con respecto a Michon . Hace falta un método de valoración que
pueda eliminar toda apreciación subjetiva, toda proyección de nuestros propios
estados psíquicos en el momento de valorar el grado de armonía de una escritura.
Con el “Método Vels de Grafoanálisis” pretendemos haber eliminado, en buena
parte, el riesgo de las apreciaciones subjetivas, aunque, nuestros conceptos del
sentido positivo y negativo no miden exactamente la superioridad e inferioridad, ni la
armonía, sino más bien el grado de adaptación y madurez psicológica de cada
individuo.
A24 - ARPONES:
20
(N) Si los arpones se presentan en los trazos finales de las letras en la zona media
(figs. 37, 70, y 93), el egoísmo posesivo suele ir seguido de imposición, de
exclusivismo, de la tendencia a “retener” los “objetos” (personas o cosas) mediante
presiones o chantajes afectivos más o menos suaves o exigentes. Este canibalismo
psíquico (tendencia a absorber, a incorporar al Yo, tanto al ser amado como a las
demás personas y objetos externos) es un afán patológico de seguridad, que entra
dentro del factor k+ de Szondi (ver el significado de este factor en mi obra “La
Selección de personal”, página 401).
Los arpones, como final de los movimientos verticales, puede ser un signo de
reacciones explosivas y violentas de tipo epileptoide.
(N) En cualquier caso, la presencia de arpones en el grafismo es un claro síntoma
de neurosis. Esta neurosis puede estar compensada, si el ambiente gráfico es
positivo. Si, como ocurre en las figuras 37, 90, 93 y 201, el ambiente gráfico no es
positivo, la desadaptación neurótica, la terquedad el egoísmo, el afán de
posesividad, la agresividad y el latrocinio pueden darse con un nivel inferior. Con
otros signos, como jambas complicadas, óvalos protuberantes, aplastados o
rellenados, escritura blanda, descendente y desordenada, el afán de poseer, la
avidez, la rapacidad, etc., puede ir emparejada con una inclinación vengativa, con
un carácter maligno, intrigante y rencoroso.
A25 - ARQUEADA:
El movimiento configurativo de las letras “m” y “n” y de sus enlaces con las demás
letras, en el coligamento, adopta la forma de arcos (figs. 110, 111b y 161). El arco
afecta también al sentido de giro de los movimientos formativos de las letras de
óvalo: “a”, “o”, “g”, “d”, etc. Los óvalos toman la forma de guirnalda cuando, sin
ningún bucle inicial, están abiertos por arriba (figs. 17 y 18). Su estructura es
arqueada cuando las letras de óvalo, o con óvalo, presentan bucles, en doble anillo
o se cierran o abren en la base (figs. 24, 25, 26, 32, 83, 148 y 174). Debemos ésta
última observación al Prof. L. Bousquet.
Tanto la arcada, como los óvalos trazados en sentido contrario a las agujas del reloj
(óvalos en doble anillo o rellenados, óvalos buclados, óvalos abiertos o cerrados
por abajo, etc.) “son movimientos, -dice el Prof. L. Bousquet-, que tienden a recubrir,
a envolver”. Por tanto, la arcada en sentido positivo, se puede interpretar como una
reacción instintiva de defensa (angustia frente al mundo exterior) cuya necesidad de
auto-protección invita al sujeto a “revestir” su personalidad de modales corteses o
de elegancia y distinción para presentarse a los demás, no según se ve el sujeto a
sí mismo (orgullo), sino según quiere que los demás le vean, es decir, intenta
ocultar sus lados desfavorables para llevar a cabo una adaptación positiva.
(N) Lo más frecuente es que la arcada aparezca en grafismo de nivel positivo bajo.
Según el nivel de positividad, la arcada puede ser, simplemente, un signo de
introversión, de reserva, discreción acentuada que mueven al sujeto a contactar con
los demás adoptando una actitud de cautela, de cortesía, más o menos superficial o
de distinción aparente. Con bajo nivel positivo, suele ser un signo de falsedad, de
engaño, de egocentrismo marcado y de falta de confianza en sí mismo.
21
La tendencia a la secretividad, a tener siempre escondidos los sentimientos, los
deseos, las intenciones, frecuentemente malas o perversas, hace a éstos sujetos
desleales, embusteros, calculadores, intrigantes fabuladores y simuladores, con una
vocación inveterada al fingimiento, al disfraz, a la duplicidad, al engaño o a la
estafa.
Al estudiar la escritura “Arqueada”, debe tenerse en cuenta las desigualdades en la
zona media, especialmente en la forma, en la dimensión y en la rapidez.
(P) Las desigualdades citadas, con buen nivel positivo, suelen ser expresión de
vivacidad y calor del sentimiento, de pasión, de intensidad de las emociones y de
los estados anímicos, pero también pueden ser expresivas de frustraciones
sentimentales y, a veces, de cierta impulsividad en las reacciones afectivas. He
comprobado, con alguna frecuencia, las desigualdades de altura y de coligamento
en personas divorciadas, separadas o con desavenencias matrimoniales. Estas
personas intentan disimular sus complejos de fracaso y de culpabilidad a través de
las arcadas, o del coligamento filiforme. La presencia de guirnaldas junto a las
arcadas y movimientos filiformes, pueden indicar la necesidad insatisfecha de
afectos tiernos.
(N) Las desigualdades en el coligamento, con déficit en la presión y desorden de
espacio y de movimiento, señala debilidad en la voluntad, mala regulación en los
mecanismos del control emotivo. Esta hiperemotividad neurótica, da lugar a la
inconstancia, a la versatilidad, a la inestabilidad y a un comportamiento desigual y
contradictorio.
La impresionabilidad y el descontrol emotivo, producen una voluntad variable,
influenciable, polifacética, que origina la inconstancia, los contrastes, los cambios
repentinos en las ideas, la falta de unidad y de disciplina en el comportamiento y,
como consecuencia, la falsedad y el engaño en las justificaciones de la conducta.
El sujeto puede mostrar su neurosis y su volubilidad en los diferentes entornos
donde se mueve. Cambia fácilmente de amigos, de opinión y de planes. Si coincide
con un coligamento mixto o variable, puede sospecharse algún fracaso en la esfera
sentimental. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos neuróticos
supercompensan sus lagunas a través de su actividad laboral, mostrando toda clase
de habilidades en el ejercicio de sus tareas. De éste modo, sus minusvalías en las
relaciones del Yo con el otro sexo, o del Yo con el Tú, en la vida social, son
supercompensadas con éxitos en la vida profesional. (Ver otras interpretaciones en
Desigualdades de Dimensión).
22
invadir un terreno que no les es propio (ver la “S” y la “H” de la primera línea y la “L”
de la penúltima línea).
Algo parecido ocurre en la fig. 82 donde se aprecian cambios de velocidad en la
zona media, variaciones de dimensión importantes en los trazos iniciales, grandes
desproporciones, discordancia y cambios de forma en las jambas y en las
mayúsculas y sobrealzamientos muy significativos en los trazos iniciales y en las “s”
minúsculas, propio de una personalidad paranoide y desquiciada.
En la figura 83 se aprecian también los cambios de forma, de velocidad y de
inclinación de una persona poco cultivada, narcisista y poco dada a la veracidad.
Finalmente, las arritmias en la fig. 85b, se deben a las distorsiones producidas por
los fuertes “apoyos” verticales, en contraste con las letras interiores.
(N) Toda arritmia es el reflejo de una discordancia en la relación del movimiento con
la forma y el espacio. La arritmia en el grafismo, refleja la posibilidad de
desequilibrios importantes en la dirección de los instintos, tendencias y
necesidades. No solamente refleja una neurosis o desadaptación del carácter, sino
también anomalías en la esfera sexual. “Allí donde veáis anomalías de carácter,
-decía Freud a sus seguidores-pensad que existen también anomalías sexuales”.
Sobre el tema de la discordancia en el grafismo, que siempre va unida a la arritmia
o desequilibrio del movimiento, ha hecho un estudio profundo el Dr. Gille-Maisani en
su obra “Psicología de la Escritura” (págs. 86 y ss Editorial Herder, S.A., Barcelona,
1991).Recomendamos la lectura de este importante trabajo.
(N) Lucha entre la impulsividad y la necesidad de contención y moderación de las
tendencias instintivas. Nerviosismo, inquietud y agitación. Inseguridad, propensión a
la duda y a los cambios repentinos de ideas y proyectos. Constitución emotiva,
sugestibilidad e impresionabilidad nerviosa. Discordancia de carácter por
ambivalencia o desajuste entre impulso e inhibición. Conflictos neuróticos internos.
Una escritura es artificial o “bizarra”, cuando por expreso deseo voluntario, las letras
no guardan más que un lejano parecido con la caligrafía normal (figs. 38a y b en las
mayúsculas, 111a, 111b, 161, 162 y 186). Cuando las formas son extremadamente
raras, el grafismo es extravagante.
Cuando el grafismo conserva una cierta armonía estética y con un nivel positivo
alto, cosa nada frecuente, hay que sospechar en el autor un cierto narcisismo
estético y creativo, un deseo de originalidad, no exento de una tendencia, más o
menos absurda, a figurar y mostrase como un innovador, con ideas de reforma
estética, política, económica, o de otro tipo.
(N) En general, refleja el snobismo, el deseo y necesidad de singularizarse y llamar
la atención ocupando el pensamiento de la gente. Aspiración neurótica a que los
demás vean al sujeto como dotado de cualidades y méritos extraordinarios que
compensen su complejo de inferioridad. Cuando la conciencia toma una actitud
excesiva en algún aspecto, en el inconsciente vive, con la misma fuerza, la cualidad
contraria. En el axioma popular se conoce esta tendencia con la frase : “Dime de
qué presumes y te diré de qué careces”.
23
Según la rareza y la complicación de las formas, la escritura artificial puede indicar
desde la simple sobreestimación narcisista e inadaptación por orgullo o
megalomanía, hasta la inclinación patológica a no querer hacer nada como los
demás (excentricidad).
Con bajo nivel positivo, la defensividad del sujeto con estas tendencias, puede
llevarle a la falsedad, al engaño, a la simulación y fingimiento más audaz, al
comportamiento más amoral. La artificialidad no puede producir una conducta sana,
equilibrada y sincera.
A28 - ASCENDENTE:
24
obra “La Selección de Personal”, página 402). Deseo de convertirse en líder y
decidir por todos. El sujeto está convencido de su capacidad para dirigir y triunfar.
Tiene fe en su propio éxito. Para creer en sí mismo no necesita apoyarse en lo que
sobre él piensan los demás.
El riesgo de ésta euforia es que el sujeto puede sobrepasar, sin darse cuenta, el
límite de sus posibilidades, llevando a todos al fracaso. (Ver en mi obra “La
selección de personal” el factor “P” de Szondi).
Con zona media alta o predominante: ambiciones de tipo emocional; necesidad y
deseo de “imponer” las propias emociones, de dominar el sentimiento de los demás.
(N) Con predominio de la presión y la dimensión en la zona inferior: apetencias
biológicas y materiales; necesidad y deseo de imponer las propias necesidades
materiales, o los placeres del sexo, con poca o ninguna consideración.
Con escritura extensa, y con predominio del movimiento sobre la forma y el espacio:
extroversión; tendencia a adelantar con fuerte impulso imponiéndose a las
dificultades; confianza en el éxito y en resolver los obstáculos y problemas
exteriores; sensación íntima de fuerza y de poder creador y realizador; buena salud.
Con escritura desordenada y desigual: excitación, nerviosismo, eretismo; tendencia
a sobrepasar los límites permitidos y a llevar una conducta embrollosa y
desordenada; presuntuosidad pedante y exhibicionista, descaro en las relaciones
sociales.
Con escritura grande, alta, inflada y desigual: comportamiento histriónico
(exagerada tendencia a la megalomanía, a la necesidad de halago, al
exhibicionismo histérico-narcisista, a la necesidad compulsiva de sentirse admirado,
de figurar en sociedad, de tener fama y ser el eco de toda clase de comentarios).
Las tendencias esquizóides (paranoia) se dan frecuentemente unidas al histerismo.
(N) Con escritura muy ascendente, sobrealzada, inflada y desigual: pérdida de
relación con la realidad; paranoia; histerismo.
A29 - ASIMÉTRICA:
25
En la fig. 85b, la asimetría afecta a la discordancia de la presión (apoyos brutales en
los trazos verticales y relativa suavidad en los movimientos de abducción (de
izquierda a derecha).
En las figs. 162, la asimetría afecta a las discordancias entre la desproporción de
las jambas (dimensión, presión, forma) y la zona media del grafismo (escritura
filiforme) que indican claramente las desviaciones de la sexualidad, comentadas ya
en otro lugar.
La escritura “asimétrica”, como hemos visto por los ejemplos, forma parte de la
escritura disarmónica, desproporcionada y discordante. Aunque puede, por
supercompensación, presentarse en sujetos relativamente brillantes y con éxito, no
deja de ser un signo de desequilibrio que afecta, no solo a la sexualidad, sino
también a la conducta en general.
Los sujetos con este tipo de grafismo no pueden considerarse como personas de
fácil adaptación. No obstante, hay que estudiar caso por caso, ya que las
asimetrías, tanto en la escritura como en el rostro, difieren mucho unas de otras y
pueden estar compensadas o descompensadas, depende del grado de anomalía y
de la zona o zonas donde están presentes.
Como he indicado en un trabajo sobre este tema que realicé hace años y que se
publicó, no hace mucho, en el Boletín nº 9 de la A.G.C., y después fue traducido y
publicado en la revista “Graphology” de Londres, en el boletín de la SFDG y en la
revista “Scrittura”, si tenemos en cuenta que ha de haber un cierto equilibrio
sinergético o compensación armónica entre el área izquierda y derecha de la
página, entre las líneas, las palabras y las letras para que el sujeto se manifieste
normalmente en sus funciones psíquicas, en sus tendencias, instintos, necesidades,
etc., todo cuanto sea un signo de desproporción, de discordancia o inarmonía entre
un hemisferio y otro, nos traducirá la propensión, en el autor del grafismo, a que se
escapen a su control determinadas tensiones e impulsos instintivos, afectivos o
mentales desviados de las normas que rigen la conducta social.
El sujeto frustrado socialmente puede entrar en una conducta disocial o
desadaptada, si el entorno, la sociedad le etiqueta y le maltrata descargando sobre
él una agresividad destructiva.
Muchos sujetos marginados por la sociedad, buscan una compensación gratificante
en el alcohol, las drogas, la delincuencia e incluso en la criminalidad, cuando no hay
factores de herencia determinantes. Para mayor ampliación sobre este tema, ver mi
artículo “Las asimetrías en el grafismo”, boletín nº 9 de la A.G.C.
26
“displacer”, de contrariedad, de represión o bloqueo, que acusa cada sujeto en sus
pulsiones instintivas, afectivas o mentales.
El aspecto espacio representa el modo como se desenvuelve el sujeto en relación
con su espacio vital, en su contacto con el exterior. En el modo como cada persona
ocupa la extensión o superficie de papel disponible (masa gráfica total, aspecto de
los márgenes, de los puntos y aparte, de las líneas, de las palabras y de las letras),
podemos ver el grado de seguridad y dominio del escritor sobre su ambiente y la
manera como influyen los impactos emocionales que el sujeto recibe del ambiente.
De la relación espacio-texto, se desprende el grado de organización del tiempo y de
la actividad, así como el orden reflexivo en las ideas, el autocontrol emocional y la
adaptación del sujeto.
En esta relación espacio-texto se recoge también si la actitud del sujeto hacia el
“objeto” (personas, cosas, acontecimientos externos, etc.) es de “proximidad” de
acercamiento, de participación, o es una actitud de distanciamiento, de aislamiento,
de expectación, de desconfianza o autismo. Finalmente, el aspecto del Movimiento
(rapidez, presión, dimensión, inclinación, dirección y continuidad) es un indicador
del nivel de vitalidad, dinamismo, variación y equilibrio funcional de las pulsiones
instintivas, de la afectividad y de la actividad mental. El Movimiento es como el sello
o distintivo temperamental de cada sujeto. “Actúa y te conoceré”, decía Sócrates y,
en efecto, un ser inmóvil es como un fósil, es un “no ser”, es un ser muerto.
27
La escritura atormentada es difícil de definir por la cantidad de accidentes gráficos
que puede presentar (inhibiciones, perturbaciones de ritmo, inseguridad de marcha,
vacilaciones, temblores, sacudidas, desigualdades de todo tipo e incluso
incoherencia en la inclinación y a veces en la dirección, con roturas muy frecuentes
en la continuidad (desigualdades de cohesión), etc. La escritura atormentada es el
producto de tensiones emotivas con carga de angustia, de inseguridad, de temor e
inquietud que generan un estado interno que produce la dificultad de avance del
grafismo con libertad, seguridad y aplomo. El sujeto no puede mantener un control
eficaz del movimiento, del espacio y de las formas (figs. 27, 33, 62, 64 y 84). Ver
también una escritura atormentada en la fig. 177 de “Escritura y Personalidad”.
De todos modos, estas breves observaciones no son suficientes para sugerir de
modo claro y específico la escritura atormentada. Las señales de sufrimiento
psíquico, se expresan mucho mejor en el arte, por ejemplo en la pintura y en la
literatura, incluso en los tests proyectivos gráficos, como puede ser el test de
Machover, que en una definición científica de un contexto escrito.
En general, cuando la intensidad no es alta, la escritura atormentada es un
indicador de: síntomas depresivos, de tristeza, resignación, actitud de renuncia,
ideas de suicidio, sentimientos de culpabilidad, etc. Puede indicar también apatía,
fatiga, falta de iniciativa, agotamiento moral y físico, debilidad vital o descenso de la
tensión vital.
En los casos de mucha hipersensibilidad, la excitabilidad puede producir reacciones
explosivas de rabia, labilidad afectiva, embotamiento o paralización afectiva, así
como reacciones fóbicas, medrosidad, pesadillas, sueños de angustia, etc.
(N) La escritura atormentada, refleja una situación vaga de peligrosidad sin que el
sujeto tenga la posibilidad de dominarla. Esta situación interna actúa de manera
conflictiva o perturbadora del equilibrio normal de la personalidad. Suele ser
producida por causas que han provocado o están provocando angustia, como
puede ser cualquier temor profundo con respecto a la propia vida o de seres
queridos (amenaza de muerte, enfermedad grave o cualquier otra causa que
impacte el ánimo en forma de angustia concreta).
Otras causas pueden ser, por ejemplo, pérdidas importantes, fuertes contrariedades,
disgustos o enfados violentos. fracasos sentimentales o en los estudios, pérdida de
empleo, etc.
El estado interno del sujeto puede oscilar entre la inquietud y la fatiga, entre la
impulsividad y la sensación de impotencia, entre la inseguridad y la rabia, entre el
abatimiento y el intento de lucha, pero, en la mayor parte de casos, el sujeto está
agarrotado por la angustia, el miedo, la culpabilidad, o la sensación de impotencia.
La actividad normal del sujeto de escritura atormentada, según la intensidad de la
misma, puede sentirse perturbada o disminuida e incluso anulada por la disminución
de la energía vital. Son frecuentes, en estos casos, los problemas en la sexualidad.
Hemos encontrado este signo en sujetos con enfermedades graves, principalmente
en cancerosos, en drogadictos o en estados graves de alcoholemia, en fracasados
sentimentales o en adolescentes con fracasos en los estudios, en personas que se
han quedado sin empleo, en cónyuges recien separados. Estos acontecimientos,
gravemente preocupantes, producen la escritura atormentada.
La escritura atormentada puede producirse también por el efecto perturbador de
fuertes vientos o tempestades, en alturas superiores a los tres mil metros. en cuevas
28
de gran profundidad, o simplemente cuando se escribe en el tren, en el automóvil o
en una mesa que se mueve y que impide el apoyo adecuado del brazo, etc.
Se encuentra frecuentemente este signo en sujetos que han visto cosas que no
deberían ver, en los casos de masturbación excesiva o que realizan prácticas
sexuales anormales (desviaciones de la líbido) y en los casos de impotencia, o de
culpabilidad freudianos, etc.
Puede significar también una reacción de defensa contra la angustia, contra el
complejo de la castración, contra los excesos de inhibición, contra las tensiones
emocionales o una defensa contra desviaciones de fuerzas instintuales agresivas
hacia otros o hacia el propio sujeto (impulso a agredir al “objeto”, principalmente en
los casos de fracasos matrimoniales : desavenencias, separaciones, divorcios, etc.)
o como necesidad de ser castigado (masoquismo).
Bajo presiones internas de este tipo, el sujeto puede refugiarse en el alcohol u otras
drogas, pues, como sabemos, el alcohol y las drogas disminuyen las inhibiciones y
hacen desaparecer, momentáneamente, la angustia y las tensiones.
El alcoholismo intenso y la drogadicción, como recurso de defensa contra el
fracaso, el sufrimiento o los estados de frustración, son peligrosamente engañosos.
Cuando desaparece su efecto, renacen con mas brío los estados de angustia,
irritabilidad, depresión, etc. que se han querido eliminar, con el agravante de
producir trastornos de memoria, de atención y concentración, trastornos en la
percepción del tiempo, baja tolerancia a la frustración, alucinaciones y otras
perturbaciones de la conciencia. Aparte de estos trastornos psíquicos, que pueden
ser identificados a través de la escritura atormentada, pueden observarse, a veces,
otros trastornos orgánicos, por ejemplo, los sufrimientos gastrointestinales, las
cardiopatías, los trastornos neurovegetativos, etc.
El consumo cada vez más creciente del alcohol, de la cocaína y de otras drogas,
aumenta en el grafismo las perturbaciones de espacio-movimiento, la congestión, la
excitación-depresión, los delirios de imaginación y otras anomalías. Ver el
atormentado grafismo de una mujer drogadicta en la fig. 106f.
29
Hay que tener en cuenta que, en muchos casos de anónimos, se emplea el disfraz
de la escritura automática para despistar sobre la identidad del escritor. En tales
casos, siempre hay pequeños rasgos que no concuerdan con la pobreza de forma y
movimiento propios de esta escritura. Las escrituras caligráficas o muy
convencionales, tienden casi todas al automatismo, cuando son realizadas por
adultos. Ver en este último caso la interpretación que damos a la escritura
caligráfica.
Llamamos escritura baja a aquella que en proporción tanto las letras interiores como
las mayúsculas, las hampas, las barras de las “t”, incluso los puntos y acentos, son
más bajos de lo normal (figs. 26, 42 y 219). En cambio, las jambas pueden tener una
longitud normal o excesiva. Si la altura disminuye únicamente en las mayúsculas y
hampas, recibe el nombre de escritura rebajada.
(N) Pobreza de recursos para mantener a la altura necesaria la propia autoimagen.
Esta disminución de la autoestima, del deseo de hacerse valer y del impulso a “ser”
y a “tener”, puede deberse a un Yo aplastado o muy castigado por la actitud
castrante de un padre muy autoritario o de una madre que ha rechazado o no
deseado al hijo.
En general, la escritura baja, es un signo de resignación, de modestia, de
acatamiento sin protesta o rebeldía de las imposiciones o exigencias del medio
ambiente. La escritura baja y apretada refleja la pusilanimidad, la cobardía e
impotencia de las personas débiles o en estado de fatiga o agotamiento más o
menos pasajero. Puede ser también el efecto de un estado de ansiedad moral,
propio de una libido débil o en regresión. En cualquier caso, hay que tener en
cuenta la manera como juega la presión y el dinamismo del impulso gráfico. Una
escritura baja con buena presión y dinamismo, puede ser la expresión de una fuerte
ambición (deseo de “ser”, de “tener” y de hacerse valer) que se camuflan tras de
una actitud de falsa modestia (fig. 14)
30
¿Por qué se considera a la “t” minúscula como letra refleja de la voluntad?. La razón
puede ser ésta: la letra “t” está formada por un movimiento en flexión dirigido hacia
abajo, hacia el propio cuerpo del escritor, en cuya presión podemos apreciar el nivel
de tensión psíquica y nerviosa al escribir, equivalente al grado de energía del
carácter en la actitud de afirmación y resistencia frente a la fuerza y presión de las
personas, hechos o acontecimientos externos.
En el movimiento de extensión de las barras de las “t”, dirigido de izquierda a
derecha, del Yo hacia el Tú o “hacia afuera”, podemos apreciar, en su presión, el
vigor de las decisiones, la fuerza que empleamos para imponernos sobre otros o
para actuar bis a bis de las personas, de las dificultades, de los acontecimientos u
oposiciones en el camino hacia los objetivos deseados.
Aunque la voluntad no se refleje exclusivamente en una letra, sino en la fuerza y
dinamismo, en la regularidad, en la organización y continuidad de todo el grafismo,
es interesante dedicar a la letra “t” una especial atención, debido a sus múltiples
variedades.
Cuanto más altas las barras, mayor es el deseo de independencia y la tendencia del
sujeto a regirse por sus propias ideas (orgullo, poca aceptación de las ideas de los
demás). Esta tendencia puede hacer que el sujeto, llevado de su individualidad y
subjetivismo, se pueda alejar de la realidad y piense y actúe sin otra orientación que
la manera como él concibe los hechos y las cosas. Tendencia a imponer las propias
ideas, con escritura firme y barras en maza.
31
En un ambiente gráfico positivo, las barras de las “t” colocadas delante y tocando el
hampa (fig. 52), pueden ser un indicador de iniciativa y decisión, de espíritu activo y
emprendedor.
Con un ambiente negativo (figs. 28, 37 y 146) refleja diversos modos de actuación
en los que la acción puede tener una repercusión negativa sobre el entorno a causa
de la neurosis y desadaptación del sujeto.
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B08 - BARRAS DE LAS “t” SOBREVOLANDO EL HAMPA:
Las barras de las “t”, por encima del hampa, sobrevolándola, sin tocar ésta (fig. 116,
tercera línea), son propias del pensamiento que se desplaza hacia la utopía, que no
toca la realidad y vive procesando en la imaginación ideas quiméricas que no
pueden llevarse a la práctica. Es un tipo de pensamiento independiente y mágico,
con muchas aspiraciones de deseo y grandeza, pero sin conexión con las
posibilidades de realización.
A esta irrealidad, con un nivel positivo, la podemos llamar fantasía, ensueño de
superioridad fantaseada, capacidad para crear ilusiones o para vivirlas en forma
sublimada, como Aldos Huxley en su novela “Un mundo feliz” o como Verne en su
“Viaje a la luna”.
(N) Con un nivel de predominancia negativa, puede ser un indicador de altanería,
de orgullo despreciativo del valor de los demás. Esta altivez y endiosamiento se
debe a un exagerado concepto de sí mismo que puede tener relación con
tendencias homosexuales y con la paranoia.
B09 - BARRAS “t” FLOJAS (Barras de las “t” con poca presión):
33
famosa afirmación de Freud: “Allí donde veáis disturbios o anomalías de carácter,
encontrareis también disturbios o anomalías en la sexualidad” (ver las jambas de
este grafismo).
Cuando este tipo de “t” aparece desligada de las letras que le anteceden y siguen,
puede sospecharse un deseo de independencia no logrado, una actitud pasiva en la
que se introvierte el sentimiento de impotencia para rebelarse y el sujeto adopta una
actitud claudicante frente a su entorno, no se siente capaz de salir de su
inaceptable situación.
Esta interpretación debe ir acompañada de otros signos confirmantes.
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Las barras de las “t” en forma de penachos (fig. 188), son propias de sujetos con
una gran imaginación acostumbradas a fantasear sobre la realidad y a soñar con los
ojos abiertos. Los penachos son “deformaciones”, cambios absurdos del sentido y
precisión que tiene la barra de “t” como complemento de su letra correspondiente.
Esta deformación es una desviación parecida a los puntos en forma de circulito.
Ambos signos reflejan un modo de evasión de la realidad, tal vez como huida o
protesta de una realidad que no es grata y soportable como tal. El sujeto compensa
en la fantasía, en la irrealidad, sus frustraciones afectivas, profesionales o de otro
tipo.
Con una escritura armoniosa y bien organizada, como por ejemplo la figura 53
(Sebastián Juan Arbó), refleja una voluntad firme, organizada, perseverante que
mantiene una cierta igualdad y control en su manera de pensar, sentir y actuar. En
este caso, dados los signos de introversión (escritura pequeña, concentrada,
organizada, clara y estable), la voluntad va acompañada de unas facultades críticas
(juicio, razonamiento) muy sensatas y de un autocontrol formidable.
Como “pensador introvertido”, según la clasificación de Jung, la actividad se
concentra en el mundo de las ideas, en la organización rigurosa, reglada y
disciplinada por la abstracción subjetiva del pensamiento. Por tanto, las barras de “t”
firmes y con presión normal, son un indicador de firmeza y constancia de voluntad,
de buena organización mental y de eficacia en las ideas, si el ambiente gráfico es
positivo.
Si el ambiente gráfico no es positivo, y las barras de las “t” presentan
desigualdades, el sujeto es inestable en sus ideas y pierde con frecuencia el
autocontrol en las decisiones y en la acción (fig.28).
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B16 - BARRAS DE LAS “t” SOBRE HAMPAS CON TORSIONES:
Las torsiones en las hampas afectan al grado de afirmación y resistencia del sujeto
frente a las presiones exteriores. En el grafismo de la fig. 145, por ejemplo, la fuerza
de las barras es más destacada que la de las hampas, en su mayoría torcidas,
curvadas hacia la izquierda y bastante delgadas. Esto supone un modo de querer
imponer las propias ideas (barras de las “t” altas), pero sin fuerza para mantener las
posiciones tomadas y para resistir las presiones del exterior. Las consecuencias ya
las vemos, si analizamos el coligamento, la inversión de la escritura y los
adelgazamientos en los movimientos de flexión(fuerte vulnerabilidad interna,
estados de angustia y ansiedad, etc.).
Las barras de las “t” cortas y débiles, en un grafismo mal afirmado sobre la línea, de
presión y dinamismo deficientes, es un indicador de una decisión y acción que se
coarta frente a las dificultades o las presiones llegadas del exterior. El sujeto carece
de empuje emprendedor.
En el caso de la fig. 130 el sujeto no llega a realizar ni a compensar sus
necesidades instintivas, su sexualidad desviada (jambas en ocho de guarismo,
líneas serpentinas, mayúscula con zona inicial narcísica, cierre de óvalos por abajo,
etc.). La lentitud de reacción y la falta de empuje reducen al sujeto a la pasividad, al
disimulo y ocultación de sus tendencias.
Las barras de “t” cortas y débiles se dan raras veces en grafismo de buena presión
y ritmo. Cuando hay fuerza vital y dinamismo no cabe una actitud tímida, coartada,
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inhibida o excesivamente cauta. El sujeto que posee una buena vitalidad y buen
ritmo, tiene poder de decisión, es decir, tiene una voluntad activa y emprendedora.
Por el contrario, cuando falta una buena vitalidad y el fuego animador de la acción,
cuando no hay fuerza ni ritmo en el ambiente gráfico, el sujeto se siente desprovisto
de confianza en sí mismo y teme la agresividad del ambiente. Por tanto, o adopta
una actitud pasiva, coartada de disimulo e insinceridad (fig. 130), o se resigna a la
obediencia-sumisión.
Las “t” en arco (fig. 84), expresan la tendencia a complacer por necesidad de
sentirse apreciado y amado (necesidad de ternura, de caricias, de halagos, quizá
como consecuencia de una sexualidad pasiva que requiere la iniciativa del otro
miembro de la pareja). Puede deberse también a un complejo de Edipo no liquidado
o a un complejo de destete.
El grafólogo vienés Felix Klein, recientemente fallecido, estudió el arco en la zona
superior durante su estancia en un campo de concentración nazi. Según Klein, los
arcos en las barras de las “t”, traducen influencias o presiones procedentes del
cuerpo o zona sexual, pero reflejan también la tendencia a dejarse influenciar por
personas de menor cultura y por problemas y opresiones de la vida cotidiana.
Muller y Enskat ven en los arcos en la zona superior una inclinación narcísica al
“culto al propio Yo bajo la apariencia de intereses estéticos e intelectuales” y gusto
por la actuación representativa.
Todo movimiento en diagonal ascendente, sea un trazo inicial o final, una barra de
“t”, etc. (figs. 28, 59, 66 y 126a) tiene un sentido oposicionista, rebelde y de
desacuerdo frente al entorno. Por ejemplo, en la fig. 28, los trazos iniciales están
formados por un movimiento rígido que forma parte de la angulosidad del trazado
(tendencia a tomar posiciones previas de oposición o desacuerdo) y las barras de
las “t” son igualmente ascendentes y rígidas (rebeldía, negación a aceptar las ideas
o propuestas de otros, no quiere dejarse “invadir” por los demás y defiende
agresivamente su Yo contra todo aquello que cree amenaza su independencia, su
individualidad).
Esta actitud recuerda el carácter contestatario y la falta de disponibilidad, la
hostilidad sin causa aparente del “niño rebelde” de Eric Berne en el A.T. (Análisis
Transacional). La protesta y la crítica en los movimientos de las barras de las “t” en
diagonal ascendente, parece que se dirigen preferentemente hacia personas con un
rango superior al del sujeto, sea en la esfera familiar, social o profesional.
La fuerza y agudeza de la tendencia contestataria u oposicionista, dependerá de la
rigidez y dureza de los trazos (puntiagudos o en maza) y del ambiente gráfico,
anguloso o curvilíneo, de la fuerza y dinamismo del trazado y de la rigidez general.
Por ejemplo, en la fig. 126a, la rigidez del trazado, la inversión de la escritura y
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sobre todo las anomalías de forma de las jambas y su significado como gesto-tipo
fuerte en ese grafismo, señalan un tipo de oposición, de desacuerdo, de agresividad
que se sale de la órbita de la normalidad. Aquí está muy clara la neurosis de
oposición y el desequilibrio del sujeto.
Las barras de las “t” que toman la forma de guirnalda (fig. 209d), como las que
toman la forma de arco, son gestos impropios en esta letra. Estadísticamente, lo
normal es que las barras de las “t” sean horizontales o muy ligeramente
ascendentes.
Se interpreta este signo como “rechazo a la complacencia, como tendencia a la
seriedad o a evitar contactos corporales o roces epidérmicos” (Marchesan). En este
caso, el sujeto inhibe tanto sus instintos agresivos como sus impulsos sexuales o de
entrega. Según Felix Klein, las guirnaldas en las “t” reflejan fuerte influencia de las
creencias religiosas o de la cultura. Sin embargo, dice Klein, el sujeto evita a las
personas que admira por su superior cultura.
Cuando estas barras de la “t” coinciden en escritura cuyas hampas tienen
concavidad hacia la derecha, se puede sospechar cierto temor o ansiedad por el
futuro, dificultades en relación con el padre y temor a los demás compañeros del
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sujeto en su lugar de trabajo. Si coinciden con hampas de concavidad a la izquierda,
el sujeto puede tener cierto temor al pasado a causa de sucesos no resueltos que
influyen en sus decisiones, incluso puede existir una presión maternal en el sujeto.
Gesto-tipo consistente en una barra de “t” que forma un lazo detrás del hampa y
termina con un final lanzado (figs. 90 y 209a).
El golpe de látigo es un gesto propio de la rapidez y dinamismo de la actividad
mental, aunque más que la actividad mental, denuncia el impulso imaginativo, la
vehemencia del pensamiento, de la acción y de la decisión, la actividad audaz y
combativa, la independencia de ideas y de carácter, la prontitud de réplica y, en
general, la primariedad.
El sujeto primario no se detiene a reflexionar, no retiene la excitación que le
producen los estímulos externos, sino que da la respuesta inminente a cualquier
estímulo, hecho o situación que tenga delante. Por esta razón, debido al efecto
superficial y efímero de las “resonancias internas”, una vez que descarga la
reacción, el sujeto primario olvida las incidencias y no suele guardar rencores.
(N) Con un nivel positivo bajo, refleja el desahogo violento de las contrariedades, la
tendencia a dominar e imponer los deseos, el autoritarismo, la desconsideración y la
escasa disponibilidad. (Ver Escritura Lanzada).
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destruirlo. Es tal la pasión que ponen en la consecución de objetivos, que están
convencidos interiormente, que “el fin justifica los medios”. Este signo-tipo, se da
con frecuencia en los militares
Las barras de las “t” enlazadas desde la zona media a la letra siguiente (fig. 209)
reflejan distintas actitudes, según sea el grafismo anguloso o curvilíneo, muy
dinámico o pasivo. Para interpretar con justeza este signo hay que tener en cuenta
siempre el ambiente gráfico en que se encuentra.
Con un nivel positivo, refleja cierta consideración a las obligaciones normales, al
cumplimiento del deber, centrando la atención en la responsabilidad del trabajo o en
el que hacer cotidiano. Según como se mire, es un signo de resignación, de
obediencia-sumisión, de conformidad reflexiva, de acatamiento al rol que le toca
realizar al sujeto en su ambiente familiar, social o profesional. Indica también
voluntad de unión, de participación afectiva.
Con una escritura angulosa y convencional (fig. 160), más bien apretada y alta,
caligráfica, con finales largos y masivos, a veces en diagonal, refleja un tipo de
conducta tenaz, fijada al presente y a la vida cotidiana, pero de un modo exigente e
impositivo. Quiere que los demás respeten “sus dogmas”, mientras ella es una mujer
despótica, que aparta a los demás para ponerse ella imponiendo sus deseos y
caprichos, tal como reflejan los finales de palabra. Por tanto, indica una falsa
resignación y modestia, falsa obediencia a los convencionalismos religiosos y
morales: “Haz lo que yo digo, pero no te fijes en lo que yo hago”.
Las barras de las “t” en maza (fig. 208m) presentan un engrosamiento masivo y
progresivo. Este movimiento corresponde a una actitud interna de freno brusco, más
o menos violento, según el grosor y longitud del trazo.
Con buen nivel positivo, refleja la capacidad de frenar, contener o inhibir fuertes
cargas de energía que pasan a disposición de la voluntad para incrementar la
acción sobre los obstáculos, dificultades u oposiciones y llegar a los objetivos
deseados. La maza, en sentido positivo, refuerza el carácter dándole mayor firmeza
y empuje de cara a la decisión y a las dotes de mando.
(N) Con nivel positivo bajo, la energía contenida se descarga a veces en forma
explosiva y violenta, a la menor contrariedad. El sujeto puede aguantar presiones,
contratiempos y contrariedades con aparente tranquilidad, pero cuando la
contrariedad rebasa los límites de contención, el sujeto explota de modo violento e
iracundo y muchas veces en desproporción con la causa motivante, va
almacenando rabia y tensión silenciosamente, pero la última contrariedad, por nimia
que sea, produce la descarga y, como la gota de agua que desborda el vaso, lo que
se desborda no es una gota, sino toda el agua que hay en la superficie.
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Con un ambiente negativo, el sujeto tiende a acumular afectos de rabia, odio, ira,
intolerancia a las exigencia sociales, deseos de venganza, etc.. Si bien en sentido
positivo el sujeto puede ser un Abel, en sentido negativo el sujeto puede convertirse
en un Caín.
Las barras de las “t” en “V” se caracterizan por un trazo que, partiendo de la base
del hampa, toman una dirección en diagonal ascendente y dextrógira. La fig. 210
presenta el mismo recorrido de la barra de “t” en “v”, pero en este ejemplo el trazo
ascendente se inicia detrás del hampa, mientras que, en las “t” en “v”, el movimiento
de ascenso se inicia en la base del hampa y delante.
Suele presentarse en grafismos de nivel positivo más bien bajo. El sentido de ese
gesto es siempre el de divergencia y oposición, el de negativismo agresivo, refleja
ese signo lo mismo que las respuestas ZW de Rorschach. En sentido no muy
negativo, el sujeto desea cambiarse a sí mismo o cambiar lo que le rodea para
ajustarlo a su manera de pensar o a sus necesidades, quizá porque se encuentra en
alguna situación poco favorable, incluso insoportable.
En grafismos de nivel muy negativo, el inconformismo, las discrepancias con los
demás, el negativismo y la oposición tienen bastante carga agresiva. Ahora bien,
esta agresividad, con signos de extroversión, se dirige principalmente hacia los
demás, hacia el entorno del sujeto. Con signos predominantes de introversión, la
agresividad se dirige hacia el propio sujeto en forma de autocrítica, desconfianza,
dudas, escepticismo, pesimismo, fatalismo, etc. Este signo caracteriza al típico
“aguafiestas”, destructor de ilusiones, de acuerdos, de planes de diversión, etc., si
el grafismo es anguloso, seco y muy acerado.
Estas “barras de las “t” no hay que confundirlas con las que se enlazan a la letra
siguiente desde la zona media. El enlace que nos referimos aquí es un enlace
anormal que forma parte de la escritura combinada (ver un ejemplo en la fig. 29,
tercera línea).
Las barras de las “t” ligadas a la letra siguiente (fig. 29), expresan la vivacidad y
agilidad del pensamiento para entender, comprender y asimilar nuevos
conocimientos y acelerar los medios para lograr los objetivos deseados. El sujeto
simplifica el camino hacia el logro de la realización de sus ideas, interpreta y analiza
rápidamente los hechos atendiendo lo esencial, prescindiendo de detalles nimios.
Su fluidez en las ideas le permite un razonamiento rápido y unas intuiciones
originales, de donde la capacidad para crear ideas y soluciones nuevas.
(N) En sentido negativo, con escritura floja o blanda y sin dinamismo, refleja pereza
o fatiga intelectual, lo que no impide la prosecución de la acción en pos de los
objetivos deseados. Con escritura agitada y precipitada puede deberse a un exceso
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de impaciencia y de vivacidad que impide la precisión y favorece la precipitación en
las decisiones. Para mayor abundancia de datos (ver escritura convinada, C25)
Las barras de las “t” tienen mayor longitud de la normal. La dimensión normal de
barra de “t” es equivalente a poco más de un tercio (el 40 %) de la altura de su
hampa.
La interpretación depende del grado de longitud, de la presión, de la vivacidad del
trazo, de la dirección, de la altura y, por supuesto, del ambiente gráfico en que se
encuentre el signo. Es un signo de invasión del terreno de los demás por la palabra
y la creencia en la propia importancia (imposición de ideas y deseos), en el caso de
las figs. 70, 90 y 93. Es una mezcla de impaciencia, imposición, oposición y dureza
en la fig. 140 (barras de las “t” en golpe de sable y de látigo). Es un caso de fuerte
egoísmo, intransigencia, apropiación absorbente de la voluntad de las personas, de
las ideas y de los actos de los demás, con despotismo, en el caso de la fig. 37
(escritura angulosa, grande, desproporcionada en los finales y barras de las “t” que,
además terminan en arpón).
En la fig. 126a, las barras de las “t” largas y en diagonal ascendente, en una
escritura muy invertida, rígida, con jambas de forma distorsionada en lazo y
triángulo (anomalías en la sexualidad), reflejan la existencia de un “blindaje” del Yo
(escritura rígida) que se caracteriza por una actitud de desavenencia oposicionista y
resistencia defensiva a dejarse llevar, a ceder a la sensibilidad de las pulsiones
instintivas por temor a las consecuencias (anomalías sexuales). Por tanto, su
comportamiento obstinado, hostil, discutidor, su agresividad negativista, no es otra
cosa que el resultado de sus represiones sexuales, las cuales se liberan a través de
su negativismo y agresividad hacia el exterior.
Tal como hemos visto, cada barra de “t” debe interpretarse en función de lo que
exprese el conjunto del grafismo. En general, las barras de las “t” largas reflejan
incapacidad de espera, impaciencia, impulsividad, precipitación en las decisiones y
neurosis, por desadaptación.
Las barras de las “t” más rápidas que el texto confirman la impaciencia en las ideas,
la vivacidad en los deseos, la incapacidad para esperar el turno y la llegada de las
cosas que se quieren conseguir. Esta forma de ansiedad, hace trabajar más a la
imaginación que al juicio. Así como el juicio y el razonamiento intentan verificar,
controlar, clasificar y ordenar, las ideas y las cosas, según una escala de valores
buscando objetivamente la verdad, la imaginación, por el contrario, crea, deforma,
agranda, transforma y se deja llevar por el deseo subjetivo de alcanzar una
satisfacción inmediata. La imaginación, sin el control del juicio, atiende más y más
pronto al “principio de placer” que al “principio de la realidad”, de donde, a veces, la
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desadaptación y frustración cuando el sujeto se enfrenta con un mundo “organizado
por semáforos, normas y prohibiciones”.
Las barras de las “t” medianas o normales, son aquellas que tienen una presión,
dimensión, dirección y colocación normal (figs. 45, 103, 106, 114 y 173). En todas
estas figuras, hay ligeras variaciones dentro de las proporciones correspondientes a
cada grafismo. Lo importante en cada uno de estos casos, es que las barras de las
“t” no se desproporcionan en relación con el hampa, ni se convierten en un gesto-
tipo fuerte, ni débil, los trazos están en armonía con el conjunto.
Las barras de las “t” normales forman parte de la escritura ordenada, organizada,
regular y constante, traduciendo un comportamiento ponderado, reflexivo, con una
voluntad firme, pero sin ninguna imposición dictadora, ni tampoco una actitud de
obediencia-sumisión. Este tipo de barras de “t”, refleja una adaptación flexible,
controlada y dinámica, tanto en las ideas como en la acción.
Las barras de las “t” son sobrealzadas cuando ocupan la parte alta del hampa, pero
sin despegarse de ella (fig. 52). En la fig. citada la mayor parte de las “t” ocupan la
cima del hampa cruzándola en diagonal con la línea. Ocurre lo mismo en la fig. 69a.
En general, el sobrealzamiento de las barras de las “t” es un signo de deseo de
independencia. El sujeto no quiere mantenerse dependiente de otro o de otros,
quiere regir su vida y decidir por sí mismo, sin aceptar consejos o soluciones
procedentes de otras personas, principalmente cuando las barras tienen una
dirección ascendente y la presiones fuerte. Cuando esta actitud de independencia
es exagerada, el sujeto puede caer en el terreno patológico: orgullo paranoide y
reivindicador.
Si la barra se despega del hampa (fig. 37, primera “t”) el sujeto se sale de la órbita
de lo posible y razonable y, como en este caso, ataca a los molinos de viento
creyendo que son gigantes enemigos.
Un caso de paranoia importante es el de la autora de la fig. 204, cuyas barras de “t”
sobrealzadas y con penacho (imaginación muy desbordada sobre su realidad
circundante), producen en este caso el delirio de grandeza y de autoridad, como se
desprende del texto en el cual se puede leer que ella “prefiere enseñar que
castigar”.
Una modalidad de las barras de las “t” sobrealzadas es aquella en que la barra
sobrevuela sobre el hampa sin conexión con ésta. Esta modalidad de “t” se ha
descrito en el apartado, B08.
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B33 - BARRAS DE LAS “t” AUSENTES:
Las “t” sin barra, con sólo el hampa, es una modalidad de la escritura blanda (ver
fig. 56 de “Escritura y Personalidad”).
La ausencia de barras de “t” va generalmente unida al déficit de presión y
dinamismo, es decir, a la disminución (grave estrés) o a la carencia de energía.
Supone el insuficiente estímulo interno para luchar o defenderse de cara a los
problemas vitales.
El sujeto cede sin ninguna clase de resistencia, a las presiones de las personas y
del ambiente que le rodea. No puede responder adecuadamente a ningún trabajo
que requiera un esfuerzo sostenido. Esta abstenía, puede hacer al sujeto muy
perezoso, blando, afeminado y pasivo sexualmente. La única capacidad de
resistencia, si es que el sujeto la tiene, es la testarudez y el negativismo, la
tendencia a poner siempre por delante el no. Esta tendencia negativista aumenta a
medida que el sujeto tiene menor cultura y más bajo nivel intelectual.
Las barras de las “t” complicadas, cuyo ejemplo a la vista es aquél de la fig. 57b, es
una modalidad de la escritura complicada, bizarra y confusa. Suele ser bastante
rara.
Las “t” extrañamente complicadas, cuyas formas no existen en la caligrafía, parecen
corresponder a sujetos de imaginación absurda y complicada, exhibicionistas y con
singular culto narcísico del Yo. Poseen una imaginación enredosa, comfabulatoria,
engañosa y fraudulenta. El carácter, si la barras de las “t” son sobrealzadas y los
ornamentos se realizan en la parte alta de las hampas, puede ser fanfarrón y
arrogante y revestir sus relatos de un protagonismo fantástico, irreal y patológico
(imaginación delirante).
Naturalmente, la interpretación dependerá del grado de complicación y del ambiente
gráfico en que el signos se encuentre.
Una escritura es bizarra cuando la artificialidad de las letras contrasta con las
formas caligráficas normales. Como ejemplos más sobresalientes podemos citar los
de las figs. 82, 117b y 126a. Según la rareza de las formas, la interpretación puede
abarcar desde un simple deseo o necesidad de snobismo (necesidad de
sigularizarse, de destacar, de llamar la atención, de ocupar el pensamiento de los
demás : tendencias histeroides), a una sobreestimación patológica, a no querer
hacer nada como los demás o a una excentricidad grotesca.
En cualquier caso, una escritura bizarra, no es reflejo de una adaptación normal, de
una aceptación libre y espontánea de las normas de convivencia. Es un desarreglo
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de las funciones psíquicas y, como tal, es también un signo de desarreglos en la
sexualidad.
Con un grafismo de muy bajo nivel positivo, puede pensarse en las tendencias
amorales: falsedad, simulación, intriga, malas intenciones, etc. como consecuencia
de las tendencias histeroides.
Una escritura es blanda, cuando la presión del trazado acusa un déficit de firmeza y
dinamismo unido al predominio de la curva (fig. 83). Las hampas y las jambas o bien
se debilitan en su dimensión y espesor o presentan curvas y bucles blandos. El
coligamento a veces es muy buclado con la presencia de arcos y guirnaldas en su
estructura. Las barras de las “t” suelen ser cortas y flojas o no han sido trazadas. Y
si las hay, pueden ser en forma de penachos o revoloteando por encima del hampa.
La escritura blanda se corresponde con un carácter blando, permeable a todas las
presiones e influencias, es decir, configura en el sujeto una adaptación pasiva, sin
resistencia por insuficiente fuerza y estímulo interno para hacer frente a los
obstáculos, dificultades y problemas. Limitación de los gastos de energía al
mínimum (líbido débil).
El sujeto tiene que vivir en simbiosis, buscando siempre el apoyo constante de los
otros, de donde su capacidad para hacerse apreciar y para fingir y simular su buena
disposición cuando le conviene justificarse o quedar bien con las personas que le
protegen.
Las personas blandas suelen cultivar el negativismo, la tendencia a poner el no por
delante cuando se les pide hacer algo que requiere esfuerzo, decisión o iniciativa o
enfrentarse con otras personas sin sentirse respaldadas por la autoridad de otro:
“No es cosa mía, es una orden del Jefe”. La falta de seguridad, de sostén y de
firmeza, hace del individuo blando un ser de tentativas insuficientes, de decisiones y
acciones incompletas, de proyectos abandonados. Por muchos conocimientos que
posea de un determinado trabajo, no se le puede confiar el mando de personal pues
le falta energía para dirigir.
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Este espasmo puede ser nervioso, coronario u hormonal y se encuentra
preferentemente en los estados de desequilibrio neuro-vegetativo, en las
cardiopatías y en ciertos casos de disnea y tuberculosis pulmonar. Se observa
también en sujetos gruesos que, cuando escriben, al rozar el vientre sobre el canto
de la mesa, se interrumpe de modo accidental la continuidad del trazado debido a la
dificultad de respirar propia de los obesos (ver fig. 114 de “Escritura y
Personalidad”).
La consecuencia psicológica de estos estados, es la propensión a la angustia y a la
ansiedad. Debe tenerse en cuenta que los brisados pueden aparecer en los estados
postoperatorios, sobre todo en los grafismos femeninos.
B38 - BUCLADA:
Las formas normales de las letras son adornadas con bucles. Estos bucles pueden
afectar a los óvalos de las letras “a”, “o”, “d”, etc. (figs. 24, 25 y 183b), a los trazos
iniciales y finales de las mayúsculas (fig. 38b), a la zona inferior (fig. 119d y e, 126a
y 130) y a la zona superior (figs. 75 y 82). Cuando los bucles se forman en las
guirnaldas y en los arcos de las “m” y “n” minúsculas, afectan al coligamento (ver, en
este caso, el coligamento en bucle).
El bucle es un movimiento regresivo destinado a manipular la propia actitud de cara
a la relación con los demás. Supone un deseo premeditado de agradar, de halagar,
de tipo egoísta y captativo. Es indicador de una forma de contacto amable y hábil,
mediante la cual, el sujeto espera conseguir sus deseos y objetivos, con el mínimo
esfuerzo y sacrificio personal posible.
El sujeto, a la vez que cautiva y capta, con sus modales agradables, con su “savoir-
faire”, con su diplomacia y halago, la voluntad y atención de los demás, da
satisfacción a su vanidad, a su deseo de ser apreciado y considerado.
Los bucles anormales en la zona inferior (figs. 126a, 130 y 162), según su
desviación en la forma y en la dimensión, pueden reflejar graves anomalías en la
esfera sexual y, por tanto, en el carácter. Los bucles en las mayúsculas, reflejan
vanidad y deseo de importancia en las zonas iniciales. Reflejan egoísmo y poca
disposición hacia los demás en las zonas finales.
Dinamismo gráfico que ocupa el lugar intermedio entre la escritura rítmica (figs.96 y
177) y la escritura monótona (figs, 15, 47 y 48).
La escritura cadenciada tiene un dinamismo pausado, constante y bien organizado
(figs. 16, 26, 152, 173 y 178). No hay que confundir la escritura regular y rígida (fig.
28), con la escritura cadenciada. La escritura cadenciada presenta una igualdad
armónica, sin rigidez y dentro de un predominio ponderado de las formas
curvilíneas.
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Es indicador de una actividad poco influida por la emotividad, lo que favorece la
objetividad, la percepción de la realidad de una manera sensata y reflexiva, el orden
en las ideas, la memoria de las experiencias pasadas y la centralización de la
atención en el presente. El carácter es tranquilo, sociable y adaptativo (grado III de
Pophal) y la actividad mesurada y constante, organizada y con excelente sentido de
la exactitud y de la puntualidad. El sujeto cumple sus compromisos y obligaciones,
sus deberes sociales y profesionales de manera responsable, es prudente y
previsor, leal en sus sentimientos, aunque selecciona bastante a las personas que
entrega su estima.
(N) Modo de vida, de trabajo y de comportamiento, en el que se repiten de manera
rutinaria los hábitos adquiridos, las experiencias pasadas, los conocimientos
asimilados o aprendidos, sin que haya inquietud de progreso y superación, deseo
de perfeccionar o mejorar los métodos de trabajo o dar más sentido de avance a la
vida. El sujeto duerme en su pasividad, se estanca y queda obsoleto, es decir, se
resigna sin lucha, prefiere la partida del bar con los amigos o su dedicación a algún
hobby sin sentido práctico, que esforzarse en adquirir nuevos conocimientos para
tener mejores perspectivas. Este tipo de sujetos, sin ambición de progreso, forman
el mayor porcentaje del INEM, de las oficinas de empleo Esta interpretación, en
sentido negativo, puede aplicarse también a las escrituras lenta y monótona.
Escritura que, en algunas palabras, frases o en las direcciones de los sobres, imita
cualquier tipo de modelo caligráfico o tipográfico. Se emplea, normalmente, para
destacar el sentido que se le quiere dar a una palabra o frase o para hacer más
legible la propia escritura, como ocurre a veces en los sobres.
Este signo obedece normalmente a la intención consciente y voluntaria de clarificar
y precisar algo que, para el sujeto que escribe, tiene particular importancia. Si el
signo se extiende a todo el escrito, debe catalogarse como escritura caligráfica o
tipográfica, según que el escritor utilice, respectivamente, cualquier modelo
caligráfico existente o se limite a imitar la escritura de imprenta.
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Este constreñimiento u opresión de las tendencias naturales, se traduce en una falta
de dinamismo y de originalidad, en un acartonamiento de la voluntad en lo que el
sujeto entiende como “su deber”. Vive pendiente del formulismo, de los
convencionalismos sociales y profesionales y somete su vida a las cadencias de
una rigurosa “regularidad”, reprimiendo sus pulsiones sexuales y sus otras
necesidades instintivas, sin querer reconocer, ante los demás y ante sí mismo, otras
razones formales de identidad, de medida y de convención que las propias de toda
regla. De aquí, la “fuerza de voluntad” que ve Llagues en la escritura caligráfica.
Esta fijación a las normas, en lenguaje junguiano, se denomina “individuos
persona”. Estos individuos, según Jung, se identifican de tal manera con su oficio o
profesión, que no son en su vida más que la “dignidad” que en tal sentido la
sociedad les otorga.
Esta identificación tan cerrada en las reglas, costumbres, deberes y obligaciones
que exigen su rol o “dignidad” profesional (prestigio y prejuicios sociales), puede
llegar a producir un peligro interno por el exagerado compromiso que el sujeto
establece entre él y la sociedad. Cree que respetando “las formas”, los patrones
establecidos, queda libre de toda responsabilidad, inseguridad y culpa, de toda
angustia y ansiedad. Pero en un mundo que ya no acepta patrones formales de
relación, esta actitud “carroza”, al quedar desfasada y obsoleta, produce en el sujeto
resistencias desafortunadas y resentimientos con su entorno por no tener un
contacto adecuado con la realidad.
El resultado mas probable es que el sujeto se refugie cada vez más en sí mismo,
que cada vez se acartone y se vuelva más rígido, optando por mecanizarse y por
usar una “máscara” cada vez en menos consonancia con la realidad. Esta
desadaptación a las corrientes normales de la vida le puede llevar a quedar aislado,
incomprendido y, como consecuencia, lleno de sufrimiento y de resentimiento
interior.
Tras la escritura caligráfica se ocultan con frecuencia, no solo represiones sexuales,
sino también neurosis de todas clases. La caligrafía en los grafismos femeninos
puede tener otros significados además de los expuestos, por ejemplo, hacer patente
la “buena educación” por haber estudiado en colegios de prestigio social reconocido
(necesidad de conservar las apariencias y el deseo de agradar). Algunas mujeres
imitan, en éste sentido, el modelo caligráfico del Sagrado Corazón. Sin embargo, las
féminas con auténtica personalidad, se desvinculan del modelo caligráfica poco a
poco, de acuerdo con el talento y originalidad y a medida que van adquiriendo
madurez e independencia.
(N) Ineptitud para tareas de invención e iniciativa (incapacidad para crear cosas
nuevas y para dar nuevo sentido a las cosas). Automatismo en los hábitos y en la
conducta social. Egoísmo, impenetrabilidad, estrechez de conciencia, inteligencia
limitada a una asimilación memorística y de copia. Enmascaramiento de la
conducta.
Para mayor ampliación, ver escritura caligráfica en “Escritura y Personalidad”.
48
Escritura monótona, lenta, igual, sin dinamismo, con fuerte predominio de la forma
sobre el movimiento (figs. 15, 47 y 48).
Es propia de los sujetos no emotivos y no activos, con una actitud vital tranquila,
carente de impulso, de entusiasmo y de ardor. El sujeto se aclimata pasivamente,
sin ningún esfuerzo especial, a lo que le toca hacer o a lo que le toca vivir.
Representa a los sujetos repetitivos, vegetativos, con falta de vibración, de
imaginación y de vivacidad.
Estos sujetos, estancados en sus hábitos, en sus rutinas, viven como los vegetales,
tejiendo el dorado capullo de su pasividad, recibiendo la presión de su entorno, pero
sin contribuir voluntariamente o por impulso a nada importante del mundo que les
rodea. Son sujetos inactivos, indiferentes, sin capacidad de respuesta adecuada a
los estímulos.
El “ritmo”, en la escritura, representa la capacidad del sujeto para dar respuesta a
los diversos estímulos (excitaciones) y para movilizar la energía en pro de las
necesidades biológicas, de las necesidades afectivas y mentales. En la escritura
calmosa, no hay vibración, no hay “ritmo”. Por tanto, el sujeto vive como “apagado”,
como un vegetal que se alimenta y crece, pero que carece de fuerza vital para
actuar sobre lo externo y adaptarlo a sus necesidades y aspiraciones. Su único lado
positivo es la constancia, la estabilidad, el acoplamiento pasivo, inerte, al cometido
o que hacer que se le asigna.
49
(N) La escritura cambiante, con bajo nivel positivo, es propia de personas poco
fieles, desleales, que cambian frecuentemente de amigos, de partenaire (en el
amor), de empresa o de profesión, etc.
C06 - CENTRíFUGA:
C07 - CENTRíPETA:
Es centrípeta una escritura cuando los trazos terminales (finales de las letras
mayúsculas y minúsculas, los finales de palabra y a veces algunas hampas y
jambas tienen un enrollamiento regresivo). Estos movimientos pueden tomar la
forma de un lazo (fig. 4, final de la “M”), pueden ubicarse en forma de nudo (ver los
óvalos de las “d” en la fig. 174) o tomar la forma de espiral o del interior de la
concha del caracol (fig. 220), o la forma de guadaña en los finales de letra o de
palabra (fig. 218).
Así como los movimientos centrífugos, por muy narcisistas, egoístas y egocéntricos
que sean, se centran en el yo, pero se expanden hacia afuera, hacia el Tú, se
exteriorizan. Los movimientos centrípetos tienen un sentido concéntrico, es decir,
toman como único centro de interés: el propio yo y tratan de introyectar, de
50
apropiarse, de todo cuanto tiene interés para el sujeto procedente del mundo
exterior. Es una especie de “canibalismo psíquico” en el que lo único que cuenta es
satisfacer el propio egoísmo (instintos, necesidades, deseos, etc.) sin reparar en los
perjuicios que se pueden producir a los demás.
El culto inmoderado o excesivo a sí mismo (egoísmo) hace que el sujeto subordine
el interés de los demás a la satisfacción del propio interés. Este comportamiento,
genera los celos y exigencias, la ruin desconfianza, los recelos y la actitud de
expectativa, lo que quizá se debe al temor que el sujeto tiene que otros utilicen las
mismas insinuaciones, artimañas y engaños que él emplea para lograr sus deseos.
De este modo, se convierte en víctima de sus propios complejos de culpabilidad
inconscientes y siempre está con las antenas del miedo desplegadas.
Con escritura grande, extensa y dinámica, el movimiento centrípeto tiene un sentido
oral captativo. La tendencia es agarrar, poseer, acoger, abrazar, morder e ingerir.
Esta tendencia, en el plano del intelecto, desarrolla la capacidad de aprehender, de
saber, de asimilar y digerir toda clase de conocimientos.
Los movimientos centrípetos en una escritura pequeña, apretada y lenta, es un
indicador de la tendencia “anal-retentiva”. El sujeto tiende a tomar posesión de lo
adquirido, a reunirlo, clasificarlo y guardarlo. En el plano de los sentimientos, el
sujeto retiene, no sólo los objetos por los que siente atracción, aunque no sean
suyos, sino también retener a las personas por las que siente afecto, como si
quisiera gozar de su presencia y de sus sentimientos en exclusiva. Teme perder las
personas y los objetos por los que siente amor.
El Dr. Cristofanelli, en su interesante obra “Segni del vissuto”, al hablar de la
escritura “accartocciata”, cuya estructura morfológica es parecida a la escritura
centrípeta, examina profundamente el significado psicológico del movimiento
enrollado, interpretándolo, entre otras formas, como expresión de un “complejo
sado-anal, de desconfianza, egocentrismo, protección neurótica, producto de una
educación deficiente, y también como un mecanismo de defensa contra el ansia o la
angustia producida por un dualismo ambivalente entre el ideal de placer y el
principio de la realidad” (Ver Cristofanelli, obra indicada, páginas 20 y siguientes).
51
externas que no son asequibles a primera vista. El sujeto percibe y retiene detalles
de la realidad dándoles significado de acuerdo con la rumia interna. No precipita
imágenes, intenta guiarse por conceptos. El cierre de las letras, pues no afecta sólo
a las reacciones del sentimiento, sino que influye de modo directo sobre el
pensamiento haciéndolo reflexivo.
El cierre de los óvalos con buclecitos o doble anillo, refuerza la necesidad de
reserva, especialmente de las cosas desagradables. El sujeto prefiere callar o
silenciar lo desagradable o molesto, si no tiene ninguna necesidad de manifestarlo.
Tampoco muestra su “interés” por las personas o las cosas a las primeras de
cambio.
(N) Actitud de defensa, de ocultación, de disimulo. El sujeto no revela sus
intenciones, no dice todo lo que piensa, suele ocultar los lados desfavorables de
personas y cosas para sacar partido de sus contactos o de las oportunidades, sobre
todo si el cierre de los óvalos es con buclecitos o con doble anillo. Este tipo de
cierre en buclecito o en doble anillo, es bastante frecuente en comerciales y
hombres de negocio, donde no es precisamente la verdad lo que predomina.
Con bajo nivel positivo, la actitud captativa, el engaño, el fingimiento y el disimulo,
pueden dar lugar a comportamientos desleales y fraudulentos, especialmente si los
óvalos se cierran en la base.
Cuando los óvalos se cierran por buclecitos (reserva u ocultación de una parte de la
verdad) o se cierran en doble anillo (capacidad para desfigurar la verdad y apañarla
a las conveniencias) coincide con lazos o bucles regresivos en las mayúsculas, el
egoísmo puede estar presente en sus peores aspectos, sobre todo si algunos
óvalos son “protuberantes” (abollados) o se abren por abajo. En este caso podrían
producirse tendencias a apoderarse de lo ajeno. No se debe llegar a ésta
conclusión sin examinar el conjunto del grafismo.
52
curiosidad, se puede ver un aspecto del simbolismo de los números, explicado por
Austin Coates en su obra “Numerología”, Ed. Martínez Roca, Barcelona:
Los números, -según su sentido simbólico-, pueden dividirse en tres columnas
verticales y tres columnas horizontales:
Pensamiento - Actividad - Poder
Actividad mental: 3 6 9
Afectividad: 2 5 8
Pulsiones biológicas: 1 4 7
Si esta clasificación Pitagórica y ocultista, tuviera algún principio científico en que
basarse, sería fácil en Grafología extraer consecuencias psicológicas aplicando a
los números el significado de los aspectos y subaspectos. Por ejemplo, una mayor
dimensión, presión y dinamismo, observada sobre los números 3, 6 y 9, sería un
indicador de predominio de la actividad mental. Predominaría la esfera afectiva en la
psicología del sujeto, si el acento dinámico y dimensional recayese sobre los
números 2, 5 y 8. Y predominarían las pulsiones instintivas, cuando destacaran por
su volumen y dinamismo, etc. los números 1, 4 y 7. Y así, respectivamente, en las
columnas verticales.
Personalmente, no he tenido la curiosidad de comprobar la posibilidad o no de la
certidumbre de la numerología, tal vez por ser reacio a las teorías ocultistas. No
tengo vocación de mago, lo que no quiere significar que, con “mis dudas”,
desapruebe lo que pudiera ser un fenómeno parapsicológico o “mágico” con alguna
razón de ser. Es por lo que dejo ésta comprobación, muy gustosamente, en manos
de quien la quiera investigar.
Bajo el punto de vista grafológico, ya que los números son la representación gráfica
predominante de los valores materiales, especialmente del dinero, lo que nos
interesa principalmente es la claridad y orden de los números.
Números claros, bien estructurados y sin aditamentos innecesarios (figs. 52a y 52b).
Columnas de cifras bien ordenadas y simétricas:son un indicador de orden y
precisión. El escritor sigue lo lineal, lo recto, lo medido, lo objetivo y sujeto a
comprobación. Repugnancia por lo confuso y dubitativo en el orden de las
valoraciones materiales, en los datos correspondientes al dinero, al precio de las
cosas. El sujeto basa su seguridad en lo que puede ser medido y comprobado.
(N) Números desordenados, difíciles de leer o confusos, columnas torcidas,
asimétricas, sin perpendicularidad (figs. 52c y 52d)
Suele corresponder a personas desordenadas y confusas en el modo de precisarlos
valores materiales, especialmente el dinero. Detrás de este desorden y confusión,
puede ocultarse la deslealtad, la tendencia a apropiarse de lo ajeno, lo que se tiene
que comprobar, en todos los casos, con la existencia de otros signos negativos en el
ambiente gráfico.
Para mayores detalles sobre el aspecto morfológico y psicológico de los números,
sugerimos la lectura del capítulo dedicado a este tema en la obra “Escritura y
Personalidad” (págs. 245 y siguientes).
53
Se dice que una escritura es cilíndrica cuando los movimientos en todas las
direcciones, en sus plenos y perfiles, mantienen un mismo tipo de grosor (fig. 26).
Este tipo de grafismo es frecuente cuando se emplean bolígrafos de punta gruesa y
de tinta muy fluida, o bolígrafos de fieltro. En cualquier caso debe comprobarse con
la lupa el grado de incisión en el papel, el cauce y la nitidez de los bordes, para
determinar el grado de presión y autenticidad del espesor.
(P) Con buena presión y relieve y bordes del trazado netos, indica una buena
vitalidad y una líbido sana y en progresión si el trazado tiene dinamismo. A ello se
puede añadir, si el sujeto emplea con frecuencia el mismo instrumento, la capacidad
de retentiva, la buena memoria visual y las facultades estéticas y creativas.
(N) Con un nivel positivo bajo y escritura sin dinamismo, con predominio de la forma
sobre el movimiento, el sujeto se envuelve en su pasividad contemplativa, es
tranquilo y perezoso y busca, como Epicuro, dar al cuerpo las mayores
satisfacciones posibles, eludiendo todo aquello que puede ser causa de dolor, de
molestias o incomodidades. La filosofía del sujeto es gozar de la vida y evitar al
máximo los esfuerzos y sacrificios innecesarios para su estilo de vida.
C12 - CISURAS:
54
inseguridad y vacilación entre lo que el sujeto piensa y quiere y las condiciones que
ofrece el entorno para la realización de los objetivos deseados.
Para mayor extensión sobre este tema, ver las diferentes modalidades que presenta
el subaspecto “Cohesión”.
Decimos que una escritura es clara cuando la distribución del texto y de los
espacios es armónica y los movimientos de las letras proporcionados. Ningún
elemento gráfico invade terreno que no le es propio y la separación de palabras y
de líneas es correcta (fig. 16).
La claridad es el patrimonio principal de las funciones cognitivas, es decir de la
percepción, de la representación mental, de la memoria, del aprendizaje, del juicio y
del razonamiento y también del lenguaje escrito y verbal. La claridad, se refiere,
pues, a todas aquellas capacidades que permiten al sujeto conocer los objetos
abstractos o concretos, definirlos con precisión y ser consciente de sí mismo y de su
medio ambiente.
La claridad, supone tener un pensamiento ordenado, claro, ponderado, luminoso y
evidente, tener un criterio diáfano sobre lo que es una cosa y lo que es otra, sobre
lo que es “tuyo” y lo que es “mío”. El sentido de la orientación en el espacio y en el
tiempo es correcto (como se sabe, los sujetos desequilibrados, sufren
perturbaciones en la noción del tiempo y el espacio).
La escritura clara, con predominio de la forma, corresponde a sujetos que fijan
preferentemente la atención en los aspectos “formales” de la vida y de las cosas.
Son adictos a las leyes, a las normas, a los “semáforos sociales” y profesionales, al
deber y a las obligaciones de todo tipo, se adaptan bien a las disciplinas y métodos
de trabajo, pero carecen de libertad para elegir otro estilo de vivir (fogs.47 y 48).
Cuando la escritura clara tiene un buen ritmo y dinamismo (fig. 88, 95 y 96), es
decir, cuando predomina el movimiento sobre la forma, el pensamiento no queda
fijado a las reglas que se deben observar y guardar, a los cánones de conducta que
las leyes y la sociedad establecen, el pensamiento es más libre y creativo y, aunque
el sujeto respete los semáforos sociales, las normas y disciplinas profesionales, etc.
no se deja esclavizar por ellos, es más libre y creador de su propio estilo de vida,
vive la libertad personal dentro de un orden.
Los procesos emocionales y motivacionales pueden enturbiar y perturbar la claridad
del pensamiento.
55
cohesión desigual y la escritura combinada (ver todos estos términos en su lugar
correspondiente).
No hay que confundir la cohesión con el “coligamento”. La cohesión afecta al
aspecto continuidad, mientras que el coligamento se refiere a la forma que toman
los enlaces de unión entre letras.
En la escritura ligada, las letras se enlazan las unas a las otras con muy pocas
interrupciones. En todo caso, la cohesión se puede interrumpir para colocar un
punto, un acento o una barra de “t”. (figs.28, 37 y 96). La escritura ligada expresa un
tipo de actividad mental fluida en la que se pasa del pensamiento a la acción de
modo casi automático e inmediato, sin que medien factores inhibitorios (reflexión
detenida sobre la manera de decir o hacer las cosas, sea por prudencia,
desconfianza, temor, timidez, inseguridad etc.).
El sujeto, extravertido y oral, con escritura más bien grande y ligada, consciente de
lo que quiere, se expresa o actúa sin dilación y con plena confianza en sí mismo,
marcha directo de la idea a la palabra, del pensamiento a la acción.
La escritura ligada, es también un indicador de espontaneidad en la comunicación,
en los contactos con los demás. El sujeto participa, colabora y presta su apoyo a
cualquier actuación social y también en las ideas y proyectos de otros, se hace
solidario. Es un tipo “oral”.
Si la escritura es rápida, con buen ritmo y buena presión (fig. 96) el sujeto se
muestra lógico, dialéctico, razonador, deduce con rapidez los cambios a efectuar
para llegar a sus metas y, en caso que los haya, sabe la forma de corregir los
errores sobre la marcha. Por tanto, con buen nivel positivo, refleja el predominio del
sentido práctico y la capacidad del sujeto para realizar, en el menor tiempo posible,
toda serie de proyectos, planes de acción, etc. En su manera de actuar, es más
“táctico” que “estratega” (el táctico se enfrenta valientemente con la realidad; el
estratega, estudia y planifica cuidadosamente la manera de enfrentarse con ella).
Ver, para más detalles, la escritura ligada, L08.
La escritura agrupada es aquella en la que las letras se ligan por grupos (figs.92,
114f y 173). Si el grafismo es armónico, como ocurre en las figs. señaladas, indica
un equilibrio entre la reflexión y la acción, entre la conciencia vigilante y las
tendencias inconscientes, entre la lógica y la intuición, entre la táctica y la estrategia
en la manera de pensar, de querer y de actuar.
El sujeto se comunica bien con los demás, pero controla sus contactos, su
participación y colaboración social y profesional. Su adaptación puede ser normal,
pero sin ceder más que una parte de sí mismo, es decir, es sociable, pero sin perder
su necesidad de reserva y de individualidad, su necesidad de tiempo libre para sí
mismo, para sus hobbies o aficiones personales, una vez que cumple con sus
deberes sociales y de trabajo (ver Escritura Agrupada: A09).
En la escritura desligada, las letras no se enlazan las unas a las otras, están
sueltas, desunidas, sin cohesión (fig. 202), (la muestra que indicamos, no es
precisamente muy afortunada, ya que se trata de un simple “escrit”, de una pseudo-
imitación tipográfica, donde las letras siempre están desunidas).
Así como la escritura ligada obedece a un impulso, sin detención, hacia un contacto
directo y sin dilación con el exterior (personas, cosas), la escritura desligada, indica,
por su falta de enlace, el predominio de la inhibición (detención o disminución de la
espontaneidad de los impulsos, represión o desviación de los mismos no
56
aceptables). Es una forma de defensa contra las pulsiones instintivas,
especialmente de aquellas que pueden representar un exceso.
Esta actitud de control, favorece el individualismo, la actitud egoísta y poco
participativa, la desconfianza, la prudencia defensiva y la cautela o prevención
reflexiva del sujeto en los momentos de contactar con un objeto externo (persona o
cosa), pues necesita estar de acuerdo consigo mismo. De esta preocupación por sí
mismo y por los propios intereses, se deriva la actitud introvertida, la falta de
confianza en el entorno y la inseguridad en cuanto a los propios valores
(autoimagen pobre o empobrecida), así como los celos, la avaricia y otras
características del tipo anal de Freud. La escritura ligada es propia del carácter
“oral”. (Ver estos términos en el Diccionario Psicológico).
Los cortes o soluciones de continuidad en el enlace de las letras corresponden a la
oclusión, detención, o freno de los impulsos expansivos de unión, de amor, de
amistad o confraternización. El sujeto de escritura desligada, vive para sí mismo, no
participa libre y espontáneamente en los diálogos, en los proyectos o planes
colectivos y, si lo hace, siempre hay detrás de su postura un temor a quedar
marginado, o a la hostilidad de los demás que le fuerza a cooperar para no quedar
aislado.
En la escritura desligada, al centrarse preferentemente la líbido en el Yo (amor a sí
mismo), el sujeto, al estar mas interiorizado de lo normal, vive casi en pleno
contacto con su inconsciente. De aquí su mayor facilidad para el desarrollo de la
intuición (sus juicios obedecen principalmente a los efectos de los impactos
emocionales que recibe, de donde sus reacciones rápidas unas veces y otras, la
mayor parte de veces, muy rumiadas). Desde Michon, se ha atribuido la intuición a
la escritura desligada, del mismo modo que el profesor Alegret y su escuela, la
escuela de Marchesan, atribuyen a esta grafía, de modo discutible, el pensamiento
ilógico (ver Boletín nº 11 de la A.G.C.).
Sumando todas estas interpretaciones y aplicándolas a grafismos de buen nivel
positivo, podemos deducir la intuición estético-filosófica, cuyo representante más
conocido fue Bergson. la tendencia al descubrimiento, a la invención, al hallazgo
espontáneo de hechos o leyes desconocidas, lo que quizá se deba, no sólo a la
introversión y a la capacidad imaginativa, sino también a la vivacidad de
comprensión, a la gran receptividad de impresiones y al instinto de curiosidad
defensiva y de indagación que tiene el individuo intuitivo. Muchos inventores,
artistas, científicos y filósofos, han tenido o tienen la escritura desligada. A pesar de
tener los intuitivos, “más aptitud para analizar los pormenores y profundizar en los
detalles, que para ver el conjunto” (Beauchataud), algunos de ellos, han contribuido
con su intuición y sus hipótesis, a crear grandes leyes y a imaginar teorías que han
facilitado la evolución actual de la humanidad, dejándonos obras importantes e
imperecederas.
La cohesión desigual se caracteriza por desigualdades en la continuidad de los
enlaces, tan pronto hay grupos de letras ligadas, como palabras con letras
desligadas (figs. 111, 145 y 206).
Estos cambios irrazonados en la cohesión, reflejan cierto caos interior, un
desacuerdo o lucha entre las tendencias conscientes e inconscientes, entre las
necesidades de contacto externo e interno, entre intuición y lógica, con los
consiguientes disturbios en la afectividad y en la sexualidad. Supone también
cambios en la autoimagen, en el concepto que el sujeto tiene de sí mismo. Unas
57
veces se siente capaz de superar obstáculos y alcanzar metas y otras pierde la
confianza en sí mismo y se llena de inhibiciones, de renuncias o de desengaños.
Con un buen nivel positivo, el sujeto puede mostrar una gran sensibilidad de espíritu
unida a buenas facultades creadoras, aunque puede haber cierta discontinuidad en
la acción y en el desarrollo de las facultades. Si la escritura es combinada
(ligaduras anormales), la emotividad puede sublimarse y compensar, mediante la
actividad mental, las deficiencias, disturbios internos, o lagunas personales.
Finalmente, la escritura combinada, es aquella en la que se producen ligaduras
anormales. Por ejemplo, se ligan los puntos o las barras de las “t” a la letra
siguiente, mediante un movimiento simplificador que favorece la rapidez y la más
pronta realización del avance gráfico. (Ver fig. 29).
La escritura combinada es un signo evidente de agilidad de espíritu, de capacidad
para sintetizar y simplificar las cuestiones, en favor de una mayor rapidez y eficacia
en la comprensión, aplicación o realización de las ideas: lucidez de espíritu,
imaginación combinada y creadora, vivacidad de pensamiento, de acción y decisión.
El sujeto presenta, en síntesis lo esencial de cada idea, proyecto o realización,
interpreta y analiza rápidamente los hechos y el pensamiento suele estar iluminado
por intuiciones originales.
La escritura combinada rara vez se da en personas de poco nivel, pero si se
presenta en grafismos flojos, con líneas descendentes y coligamento filiforme o
serpentino, puede reflejar pereza e indolencia o un estado físico cargado de fatiga o
estrés.
Andrée Lecerf fue el creador de este gesto-tipo, que podríamos definirlo como un
encogimiento opresivo de las letras, con descenso o caída muy pronunciada en las
palabras cuando finalizan las líneas en el margen derecho. Es como si el escritor
forzara las palabras para darles cabida en la misma línea, como si sintiera miedo o
repugnancia a abandonar el renglón (ver varias colas de zorro en la fig. 320 de
“Escritura y Personalidad”).
Este estrechamiento opresivo y descenso en caída de las palabras al final de las
líneas para darles cabida ha sido interpretado de muy diversas maneras. Remitimos
al lector a la obra “Psicología de la Escritura” del Dr. Gille-Maisani (págs. 172 y ss.)
donde este autor comenta la interpretación de este signo por diversos grafólogos y
presenta unas buenas muestras gráficas sobre este gesto-tipo.
Para nosotros es un signo propio del tipo “anal” de Freud, cuyas características
principales son: la retención, el ahorro, el instinto de conservación, la avaricia, la
tenacidad, etc. (ver “estadio anal” en el “Diccionario de Psicología”, en esta misma
obra).
58
Llamamos coligamento, a “la forma” que toma el movimiento de enlace de unas
letras con otras. Este enlace puede ser en ángulo, en curva o en sus derivados. Es
significativo el enlace de los elementos de las “m” y “n” minúsculas, la forma de
enlace de las mayúsculas a las minúsculas y de las letras de hampa y jamba a las
letras siguientes en el área de la zona media. Ver un ejemplo de enlace
semianguloso y continuo en la fig. 152. Ver otro ejemplo de enlace o coligamento
caligráfico en la fig. 46. En la fig. 28, el enlace es predominantemente curvilíneo
(escritura redonda), aunque presente algún ángulo en la “m” de “inmodestia”.
Finalmente, el coligamento es anguloso en la fig. 28, sin más que un leve contraste
en la primera “t” (2ª línea).
El coligamento presenta dos “formas básicas” de enlace: el ángulo y la curva. Estas
formas de enlace producen varios derivados: la guirnalda, el arco, el bucle, la
serpentina, el movimiento filiforme, etc. son derivados de la curva. El triángulo, el
“golpe de sable”, el “golpe de látigo”, el arpón, la sacudida, la semi-angulosidad,
etc., derivan del ángulo. (Aclaramos que tanto el “golpe de sable”, como el “golpe de
látigo”, los consideramos como formas de enlace del hampa con la barra de la “t”).
59
afectos placenteros. Función sentir pasiva. Pereza, aversión a todo trabajo
incómodo, negligencia, abandono, etc.
En bucle: habilidad para usar ardides o artilugios en la consecución de fines
camuflando las intenciones egoístas con palabras y comportamientos expresivos del
deseo de agradar. Según Dettweiler, citado por Gille en su “Psicología de la
escritura”, indica “agresividad oral que se oculta tras de una amabilidad calculada”.
El sujeto presenta las cosas por su lado más favorable: engaño.
En movimiento filiforme: tendencia a buscar excusas o pretextos para eludir todo
aquello que compromete o puede generar riesgos u obligaciones, actitud evasiva,
flotante, inconcreta. Tendencia a rehusar las responsabilidades.
En serpentina: la misma interpretación que el movimiento filiforme, pero empleando
la informalidad a través del sentido del humor, del chiste, de la broma.
A estas modalidades del coligamento, para la interpretación justa del coligamento
mixto o desigual, hay que tener en cuenta los anchos de letra (extensa-apretada), la
presión del trazado (fuerte-débil), el nivel de angulosidad, el dinamismo (lanzada-
contenida), la inclinación (vertical, inclinada, invertida, oscilante), la elasticidad de
las líneas (firmes o rígidas, sinuosas, ascendentes, descendentes, imbricadas, etc.)
y, sobre todo, el nivel positivo o negativo del conjunto del grafismo.
Con todo lo indicado en las interpretaciones generales, y teniendo en cuenta las
posibles variantes, también indicadas, será relativamente fácil deducir el tipo de
comportamiento en los casos donde se descubra un coligamento mixto, desigual o
discordante.
Los cambios de forma en el coligamento, suelen reflejar también cambios
irrazonados del carácter, frustraciones más o menos neuróticas en la esfera afectiva
de las personas. que pueden ser, a veces, el motivo de separaciones, divorcios o
desavenencias conyugales y también el origen de conflictos en las relaciones entre
familiares o entre socios que llevan un mismo negocio.
Mi colega de la A.G.C., el profesor Palmiro Viñas, ha comprobado la “baja tolerancia
a la frustración que se produce cuando se observa en el grafismo el coligamento
mixto o discordante. Esto es así, especialmente cuando se mezclan arcadas con
guirnaldas, siendo más acusada la poca tolerancia a la frustración cuando más
mezcla de esos signos presenta el grafismo”.
“La poca o baja tolerancia a la frustración -añade el Prof. Viñas- tiene lugar cuando
un deseo es frustrado por circunstancias inesperadas. Por ejemplo, una mujer
puede estar calentando la leche para el desayuno y se le desparrama porque en
aquel momento la han llamado por teléfono; este pequeño contratiempo, ya es
suficiente para frustrare el día, es un rasgo de neuroticismo, tanto más acusado
cuanta más inestabilidad emocional haya vivido en su infancia, lo que queda
detectado por este pequeño signo. Psicológicamente esta reacción se traduce en un
derrumbe del ánimo y, como consecuencia de ello, en un cambio en su estado de
humor”.
El coligamento desigual, rara vez puede ser positivo. Por ejemplo, en la fig. 130
vemos un coligamento donde se alternan el arco y la guirnalda en un grafismo
vertical, lento, con jambas en ocho de guarismo y líneas serpentinas. Si
combinamos los significados de b y c, deduciremos que se trata de una
personalidad inauténtica, blanda y con tendencias homosexuales que ocultar
(jambas en ocho).
60
La discordancia ángulo-girnalda en la fig. 140, señala la clara desadaptación de la
autora de ese grafismo por exceso de autoritarismo, de impulsividad e
intransigencia.
Si combinamos los significados del arco, de los movimiento serpentinos y filiformes
de la fig. 145, encontraremos, igualmente, los signos de inautenticidad en el sujeto.
Y así sucesivamente, siempre teniendo en cuenta el conjunto del grafismo para
hallar la interpretación justa.
Predominio del ángulo en el coligamento (figs. 28, 37 y 96). De estos tres ejemplos,
el único a interpretar en sentido positivo es el de la figura 96 por el alto nivel de
ritmo, claridad, firmeza, relieve y relativa flexibilidad del movimiento. El sujeto se
adapta y cede por convicción, no por presión.
(P) Entereza y firmeza de carácter, fuerza de resistencia a las presiones externas. El
sujeto solo cede o se adapta por convicción, por identificación. Cuando no está
convencido o identificado con algo o con alguien, mantiene su individualidad, su
modo particular de pensar, sentir o querer, es fiel a sí mismo, a sus principios, a las
obligaciones que él mismo se impone y tenaz en las metas que se propone
conseguir. La fuerza de las ideas, de los principios y convicciones, la manera de
razonar, es siempre superior a la presión del sentimiento, lo que puede dar la
impresión de frialdad, aún siendo una persona sensible, como ocurre en el caso de
la fig. 96.
(N) Actitud cerrada, intransigente, autoritaria y rígida, si la escritura es muy regular y
con fuerte presión, barras de “t” fuertes y trazos iniciales rígidos y en diagonal (fig.
28). Las puntas aceradas en barras de las “t” y finales confirmarán la agresividad
hacia el entorno, la oposición, la inconformidad persistente y la tendencia a imponer
las propias ideas y deseos, descartando de la mente los deseos de los demás
aunque sean justos o de derecho (egoísmo individualista, deshumanización
esquizóide). El sujeto, con tendencias esquizóides, no puede concebir el mundo, las
personas y las cosas de otra manera que como él las ve en su interior, no tal como
se presentan en la realidad. Esta discordancia entre las representaciones mentales
y la realidad externa, es lo que produce el oposicionismo, la negatividad, la
desadaptación a la realidad y el atropello frecuente a los sentimientos y a las ideas
de los demás. Por ésta razón, tanto en la esfera familiar, social on profesional, el
sujeto es un “hueso difícil de roer”, difícil de aguantar por la incompatibilidad de su
carácter, estrechez de conciencia y sequedad de sentimientos.
Las interpretaciones clásicas de egoísmo, celos, desconfianza, tendencia a pensar
mal, escrúpulo exagerado, incapacidad para sentir el dolor de la persona ajena, etc.
son características psicológicas propias de las personalidades esquizóides (ver éste
término en el Diccionario Vels).
El ángulo y el arco son a la esquizoidia, lo que la guirnalda y el trazado filiforme son
a la ciclotimia. El ángulo representa mitológicamente las características psicológicas
de los tipos marcianos, es decir, la agresividad, la masculinidad más ruda. Mientras
que la curva representa las cualidades de afabilidad, ternura, buena disposición,
etc. de los tipos mitológicos venusianos.
61
C19 - COLIGAMENTOS EN ARCOS:
La forma de enlace en las letras “m” y “n”, en las mayúsculas y, a veces en las
hampas, se realiza mediante arcos (fgs. 111b, 161, 174 y 202). Son arqueados en
extremo los movimientos de las figs. 111b y 161.
El arco, cuando afecta a la zona superior (mayúsculas y hampas de las “d”, por
ejemplo), puede ser un indicador de deseo de gloria y homenaje, de deseo de
veneración, de consideración y superioridad. Los arcos, desde muy antiguo, se
construían para homenajear a los héroes, para premiar el valor y el éxito, la victoria
sobre el enemigo, etc., de donde la denominación de “arcos del triunfo” a los
monumentos que, con ese fin, existen en varias ciudades del mundo. El arco en la
zona media es un movimiento que recuerda el acto de “tapar”, de “cubrir algo, es
como “ocultar”, como “no dejar ver” aquello que puede impresionar
desagradablemente. Partiendo de este simbolismo, en sentido negativo, es fácil
deducir que los grafismos 111b y 161 correspondan a personas con capacidad para
fingir y disimular, con habilidad para elaborar actitudes y comportamientos
inautenticos.
(P) Reserva y discreción acentuadas, capacidad discriminativa entre lo bueno y lo
malo para el Yo y la autoestima, lo que supone una evasión o huida de lo perjudicial
y un seguimiento reflexivo de aquello que favorece la autoimagen y el prestigio del
Yo en el exterior. El cultivo elegante de las apariencias, dota al sujeto de distinción
en su lenguaje y maneras. Esta actitud evidencia un deseo, íntimamente sentido, de
ser respetado y admirado, de conservar un cierto prestigio en lo social y profesional,
procurando a veces rodear de misterio ciertos aspectos de la vida privada, como
podría ser el caso del autor del grafismo de la fig. 111b, que corresponde a un
famoso cirujano catalán.
62
C21 - COLIGAMENTO EN GUIRNALDA:
63
de fuerza y vigor físico y mental. El comportamiento moral del sujeto depende de la
clase de presiones e influencias que recibe del exterior. La única resistencia que el
individuo ofrece es la de todo ser débil: la obstinación, la terquedad, la cabezonería
pasivas, rasgos que son visibles en algunos ángulos o triángulos esporádicos que
aparecen en el grafismo, generalmente en las barras de las “t” (fig. 73 de “Escritura
y Personalidad”).
64
ansiedad, impresionabilidad viva y susceptible, etc. (Ver en “Manual de
Grafoanálisis” la descripción del vector “N”).
Llamamos coligamento serpentino cuando las letras, especialmente las “m” y “n”
minúsculas, adoptan la forma de un trazo ondulado (figs. 58, 84 y la firma del actor
cómico Jimmy Durante, fig. 114d). Tiene cierto parecido con la escritura filiforme,
aunque en ésta última las letras pierden con frecuencia su legibilidad y en el
coligamento serpentinos pueden distinguir aún la forma de las letras y leer las
palabras sin dificultad. Aparte de su instalación en la zona media, los movimientos
serpentinos, pueden coincidir también en las barras de las “t”, y en las mayúsculas,
en la zona superior, por ejemplo, el penacho de la “H” de “Hernández” en la fig. 171.
(P) Flexibilidad de adaptación. Habilidad para saber estar, saber decir y saber
actuar ante los demás, sin comprometer la postura o actitud a tomar. El sujeto posee
una gran habilidad en el comportamiento, tiene capacidad para adaptar el
sentimiento o el pensamiento a los momentos presentes, sin prescindir de las
propias conveniencias o criterios personales. No plantea oposiciones, ni
inconformidad y deja las cosas “flotando” hasta que los resultados de las decisiones
se hacen patentes y puede manifestar, sin miedo o sin prejuicios su actitud o
rechazo. Este comportamiento va seguido de cordialidad, simpatía o buen humor, es
decir, el sujeto usa la diplomacia, la agradabilidad o el humor, para evitar tomar “una
posición” o concretar de qué parte está.
(N) Astucia para evadirse de las responsabilidades. Insinceridad, falsedad,
hipocresía. Estos movimientos forman parte de los comportamientos desleales,
generalmente propios de las personas débiles, incapaces de tomar un partido claro,
concreto y contundente, de cara a decisiones, acciones o proyectos cuyos
resultados pueden ser dudosos. Para la interpretación en sentido negativo, debe
revisarse la presión del trazado cuidadosamente, así como la continuidad, el orden
y otros aspectos estructurales del movimiento. En muchos humoristas y actores
cómicos, se observan los movimientos ondulantes.
En resumen: El coligamento serpentino, en una escritura rápida, extensa y fluida,
refleja la evasión hábil o humorística de todo compromiso o posición formal, la
escapatoria frente a realidades comprometedoras, la diplomacia en el hacer y en el
decir y la mentira histeróide, si el nivel positivo es bajo. Con escritura floja, lenta y
con formas vulgares y signos discordantes, la tendencia a la evasión y a la mentira
puede alcanzar niveles de conducta poco conformes con la honestidad.
65
y las letras descansan sobre una misma base. La escritura tipo sinuosa, afecta tanto
al aspecto forma como al aspecto movimiento (dirección de las líneas).
Esta inestabilidad del movimiento suele ser propia de los temperamentos
nerviosos y excitables, cuya hipersensibilidad les inclina, por exceso de vibración
emotiva, a pequeñas oscilaciones o sacudidas nerviosas que impiden mantener el
impulso gráfico en una dirección horizontal estable.
(P) La escritura sinuosa o saltarina, refleja según Marchesan, la “capacidad para
modificar la propia iniciativa, según la oportunidad y según la fuerza o debilidad de
la iniciativa ajena”. La elevada cualidad receptiva de los sujetos con el coligamento
sinuoso, les capacita para sentir e intuir vivamente las cosas y ver en ellas multitud
de matices.
Esta alta sensibilidad e hiperemotividad, obliga al sujeto a mantener unas relaciones
suaves con los demás, a tener tacto en el trato, atenciones delicadas y servicialidad.
De este modo, evita los choques dolorosos con la gente, especialmente cuando el
sujeto desea algún favor o beneficio de los demás e intenta quedar bien. Talento
político y diplomático, adaptación flexible y momentánea a las personas y
situaciones: “savoir-faire”, saber decir, ser oportuno. Este tipo de comportamiento,
es el único recurso activo y defensivo que tienen las personas débiles o poco
dotadas de fuerza vital.
(N) Predisposición a una emotividad excesiva, versátil e inconstante. Habilidad para
escoger las situaciones propicias para tergiversar las cosas y sorprender, picardía,
habilidad para engañar y para sacar beneficios empleando la astucia, las
maquinaciones, las intrigas o los subterfugios. Los sujetos nerviosos son débiles de
carácter y la debilidad no tiene otro medio de acción y defensa que la mentira, el
fingimiento, la ocultación y la insinuación maliciosa, para mantener vivas las
necesidades propias de las “constantes vitales”.
66
C25 - COMBINADA, Escritura:
67
C27 - COMPACTA, Escritura:
La escritura compacta es aquella que, en poco espacio, hay mucha masa gráfica
(figs. 59 y 60 b). Se debe a la condensación de letras, palabras y líneas en un
mismo escrito. Hay que tener en cuenta que la escritura compacta puede ser
accidental o esporádica cuando la muestra a analizar es una tarjeta postal o un
papel de pequeñas dimensiones, que obligan al escritor a condensar su mensaje o
comunicación.
Cuando sólo se condensan las letras en las palabras y el espaciamiento entre
palabras y líneas es amplio o normal, la escritura es apretada (figs. 44, 103 y 106).
Si la escritura es habitualmente compacta, refleja las características del tipo anal:
placer de poseer y de retener, avaricia, tacañería, desconfianza, tenacidad,
resistencia en las posiciones tomadas, etc.
La actitud huraña, la secretividad, la “introyección”, las alternativas entre una
conducta sumisa, agradable y benévola unas veces, y otras, una actitud crítica
destructiva que maltrata y hiere, pueden ser los rasgos psicológicos dominantes del
sujeto (sadomasoquismo). El sadomasoquismo es la existencia de una bipolaridad
activo-pasiva de las tendencias agresivas. El sujeto actúa unas veces a impulsos de
un Super-Yo sádico y otras bajo las pulsiones de un Yo masoquista.
En mi obra “La selección de personal” y también en “Grafología estructural y
dinámica” -puede verse un ejemplo muy singular de la escritura compacta en el
grafismo de Mirabeau (fig. 108). Mirabeau, fue un histórico caso de
sadomasoquismo. Su biografía es un proceso continuo de escándalos,
encarcelamientos, agresiones, traiciones y contrastes de carácter.
Otro grafismo que se aproxima, excepto en la separación de las líneas, a la
escritura compacta, es el de Bismarck, el canciller de hierro, famoso por su dureza,
por su ultraconservadurismo, por su tendencia polemista y agresiva, por su orgullo e
intransigencia y por su preocupación por la economía. El famoso canciller, fue otro
caso de sadomasoquismo histórico, de tenacidad, de resistencia y de pasión por
conservar las tradiciones prusianas. (Ver en la fig. 98 de “La selección de personal”
en “Grafología estructural y dinámica”, el grafismo de Bismarck).
C28 - COMPENSADA:
68
“Algunas observaciones sobre las asimetrías en el grafismo”, boletín nº 9 de la
A.G.C.. El Dr. Carlos Ramos Gascón, de Madrid, ha aportado también una
interesante investigación sobre los mecanismos de defensa en el grafismo.
Generalmente, los desplazamientos de energía de pulsiones instintivas débiles o
pulsiones rechazadas, suelen ser impulsos que buscan su compensación, su
expansión (principio de placer de Freud), en forma disfrazada, para no entrar en
conflicto con la conciencia, con el Yo o con el Super-Yo. De esta forma, las
tensiones intrapsíquicas se descargan de modo indirecto y cumplen su fin sin
lesionar la conciencia moral o las exigencias o tabúes del Yo y del Super-Yo.
(N) El sujeto tiende o se ha creado ya el hábito de compensar su impotencia o sus
deficiencias somáticas, de carácter o de inferioridad, en forma fantasmagórica, es
decir, cultivando la ficción, la fantasía, la autoilusión. Por ejemplo, en el caso de la
persona de la fig. 204, esta supercompensada en delirio paranoide, en ilusión de
grandiosa superioridad, su lamentable deterioro psíquico, se autodiviniza.
Las neurosis, las psicosis, las toxicomanías, las perversiones sexuales, la
delincuencia y criminalidad e inclusive el suicidio, son formas anómalas
(socialmente inútiles) de compensar dolorosos traumas internos que desajustan al
sujeto en relación con su entorno.
Una escritura es complicada cuando las letras contienen trazos innecesarios que no
existen en el modelo caligráfico del cual procede. Los añadidos o complicaciones
afectan principalmente a las mayúsculas, las jambas, las hampas, los trazos
iniciales y finales, las barras de las “t” y la firma y rúbrica. Como ejemplos de
escritura complicada, véanse las figs. 38a y b, 40, 68, 82, 83 y 111a,
correspondiendo esta última fig. al escritor Erle Stanley Gardner, autor de los
guiones de la famosa serie televisiva de intrigas policíacas “Perry Masson”.
En general, las complicaciones en el grafismo, suelen señalar aspectos negativos,
en razón de la tendencia a embrollar, a enmascarar, a intrigar, sea para hacer las
cosas más atrayentes, espectaculares o sensacionalistas (necesidad de llamar la
atención), sea por la intención de ocultar, de disfrazar las cosas, de enredar o
intrigar.
Por tanto, la escritura complicada, señala la falta de franqueza y de sencillez y con
signos muy negativos, la falta de lealtad, de veracidad, el engaño y la mentira. Es
un signo bastante frecuente en personalidades histriónicas o histéricas, en sujetos
fanfarrones, pedantes y exhibicionistas (escritura grande, sobrealzada e inflada).
Cuando menos, indica la tendencia a transformar y deformar las cosas, sea por
vanidad narcísica (afán de sensacionalismo), por un perverso instinto de intriga o
deseo de hacer mal a otros en beneficio propio, incluso sin compensación
beneficiosa, sólo por celos, envidia u odio, o quizá también por el desarreglo
psíquico que puede padecer el sujeto.
Las complicaciones en las mayúsculas afectan a la autoimagen, al deseo de
supercompensar con apariencias o revestimientos ficticios, la pobre imagen que el
sujeto tiene de sí mismo. Lo mismo ocurre cuando las complicaciones aparecen en
la firma o en la rúbrica, señalan la inseguridad, el recurso del embrollo o del disfraz
para ocultar las insuficiencias personales (actitud de defensividad recelosa frente al
medio ambiente, que puede interpretarse también como un intento de ocultar
sentimientos de culpabilidad, frecuentes en quien hace daño a otros o a lo que es
de otros). Tendencia a crear confusión, quizá porque la imaginación del sujeto ya
69
es, por si sola, confusa, complicada y desordenada y, por tanto, poco fiel a la
realidad.
Descenso inicial de las líneas para remontar luego formando una especie de comba
70
o arco abierto hacia arriba (fig. 39f).
En general, refleja una actitud inicial de pesimismo o desaliento que va
desapareciendo a medida que el sujeto se da cuenta que alcanzar los objetivos
deseados no es tan difícil como se imaginó al comienzo. En realidad, supone un
estado de angustia inicial que cambia en agresividad a medida que el sujeto va
viendo que puede vencer obstáculos y dominar las situaciones externas e incluso
superarlas. En este caso, el grafismo presenta buena tensión y dinamismo.
Puede tratarse también de una lucha contra la fatiga, la depresión o contra el
desánimo. Lucha dolorosa, a veces, para no perder el prestigio profesional o para
mantener unas relaciones matrimoniales en las que ya hay motivos de desencanto
en el otro miembro de la pareja.
71
C33- CONDENSADA, Escritura:
72
Marchesan veía en la escritura confusa “la indiferencia o despreocupación por las
manchas morales y materiales y la complacencia en relacionarse el sujeto tanto con
personas honestas como deshonestas”.
En cuanto al trabajo, los sujetos con escritura confusa no son recomendables para
puestos de trabajo que exijan lealtad, orden, precisión, veracidad y tratamiento justo
e imparcial de los asuntos o cuestiones laborales.
Llamamos escritura constante a aquella que, a lo largo del tiempo, mantiene una
cierta constancia en todos los aspectos, especialmente en la forma, en la rapidez,
en la presión, en las dimensiones y en el espaciamiento. Se puede aplicar también,
a un mismo escrito, cuando se observa que entre las primeras líneas, las líneas
centrales y las finales no existen variaciones notables en la forma, el espacio y el
movimiento.
(P) La escritura constante corresponde a sujetos poco emotivos, activos y
secundarios, es decir a los llamados “flemáticos” por Heymans-Le Senne (ver la
descripción del flemático en el “Diccionario de términos afines” y más
extensivamente en el “Manual de Grafoanálisis”).
En sentido general, la escritura constante, refleja unidad de carácter, estabilidad,
continuidad o regularidad en los hábitos y en la conducta y por supuesto, en el
trabajo y en los hobbies personales. En el orden moral, la estabilidad suele
engendrar la lealtad, la sinceridad, la perseverancia y la fidelidad a los compromisos
adquiridos.
(N) La constancia en las personas poco activas, con poca tensión dinámica
(escritura blanda, estereotipada o monótona) produce caracteres rutinarios, pasivos,
que funcionan más por automatismo que por voluntad. Entre éstos, pueden hallarse
ciertos oligofrénicos, los dilatados átonos de Corman y los no emotivos y no activos
de Heymans-Le Senne.
73
C37 - CONSTREÑIDA, Escritura:
Control inhibitorio del impulso gráfico que impide todo desbordamiento o expansión
libre y espontánea desmedida, tanto en los movimientos como en la utilización de
espacios y en la estructura de las letras. Por tanto, la escritura contenida se
hermana, frecuentemente, con las escritura sobria, ordenada y controlada (figs. 16,
27, 46, 48 y 56).
La inhibición o contención del impulso gráfico, afecta principalmente a los finales de
palabra, a la longitud de las jambas, al enlace de las mayúsculas con las minúsculas
74
(mayúsculas separadas, fig. 56) y en general a la altura y extensión de la onda
gráfica. La escritura contenida es rara vez una escritura grande y extensa.
La escritura contenida expresa la existencia en el sujeto de un mecanismo interno
de regulación de los impulsos, de regulación de la conducta. La conciencia, el Yo, o
el Super-Yo, vigilan la “excitación” producida por las pulsiones instintivas impidiendo
facilitar la expansión libre y sin control de los impulsos inconscientes. El sujeto
desea respetar los semáforos sociales y ajusta su conducta a las normas, principios
éticos y razones que rigen en la sociedad y que le han sido impuestas por las reglas
de la educación. De aquí derivan las interpretaciones clásicas siguientes:
Prudencia, reflexión, timidez, sentido elevado de la responsabilidad personal que, a
veces, cohibe profesionalmente o socialmente al sujeto. Necesidad de estar seguro,
lo que motiva la búsqueda de la esencia, de la razón de ser de las cosas para no
exponerse ante la vida o ante los demás (miedo al error, al fracaso, a la pérdida de
credibilidad o de prestigio, etc.). Sentido del ahorro y de la economía.
La escritura contenida es propia de la actitud vital introvertida y de la secundariedad
en la caracterología de Jung y de Heymans-Le Senne.
Al desarrollar el sujeto la reflexión, el examen minucioso de las cuestiones y de los
problemas, adquiere cierta madurez mental, aunque esta madurez esté limitada al
conocimiento objetivo y lógico del campo de actividad y de observación en que se
mueve el sujeto.
(N) Con un nivel positivo bajo, el freno regulador de las pulsiones instintivas puede
ser excesivo (actitud muy coartada ante los problemas vitales, excesiva timidez,
opresión, angustia, ansiedad, etc.) y puede ser desigual, contradictorio, discordante
(figs. 83, 84 y 145).
A veces, los complejos de culpabilidad pueden producir, en los casos de
irregularidad en la inhibición y en el ajuste en la conducta, la tendencia a alarmarse
con facilidad, el escrúpulo moral unas veces exagerado y otras dar la impresión de
“manga ancha” o de indiferencia.
Se refiere este signo, descubierto por Moretti, y descrito por Torbidoni y Zanin (ver
“Grafología. Texto teórico práctico”) a los contrastes de inclinación de los ejes de las
letras, especialmente en el área central, en la zona media del grafismo. Por ejemplo,
si examinamos con minuciosidad la fig. 27, veremos que el eje vertical de unas
letras es regresivo se inclina hacia la izquierda, otras letras tienen un eje cercano al
ángulo recto con la línea y, finalmente, otras letras se inclinan hacia la derecha. Lo
mismo ocurre en las figs. 29, 42, 49, 205 y 206 en grado de positividad diferente).
Torbidoni y Zanin, interpretan este signo como una expresión substancial del
intelecto e, indirectamente, de la voluntad. Indica la tendencia al control, a la
verificación, al contraste. Cuando el signo es muy intenso, estos autores ven en ello
“la búsqueda de seguridad y de objetividad. El escritor no se fía de la percepción
inmediata, ni de la intuición, controla rigurosamente cada idea, cada situación en la
que se siente inmerso, verifica su credibilidad, sus antecedentes y posibles
consecuencias, poniéndolo en contraste con su opuesto”.
Nosotros estimamos que la escritura contorsionada supone un estado interno de
ambivalencia, es decir, una disposición mental contradictoria en la que se
presentan, a la vez, en la conciencia, la certidumbre y la duda, lo innegable y
engañoso, el sí y el no, el temor y el deseo, la culpabilidad y la justificación, etc.. La
75
ambivalencia puede afectar a los procesos mentales, a los sentimientos o afectos y
a las pulsiones instintivas, según la zona en que la contorsión sea más intensa.
La escritura contorsionada, es en su aspecto menos positivo, el signo predominante
en los sujetos indecisos, pues el hombre de acción sabe escoger entre dos
tendencias que le asedian. Puede ser también el indicador de tendencias
esquizóides, ya que el esquizóide no siempre es capaz de conciliar sus contrastes,
lo que explica su comportamiento inarmónico y desajustado.
En casos graves, la escisión o separación de impulsos contrarios en dos o más
partes de un mismo “objeto”, supone la coexistencia de dos personalidades o dos
modos de comportamiento en el mismo individuo debido a la disociación o
desdoblamiento, es decir, a la existencia de dos actividades psíquicas contrarias y
simultáneas que suelen ignorarse.
Es un tipo de escritura que recuerda el modelo caligráfico del cual procede, sin que
necesariamente se pueda calificar de caligráfica o vulgar, pero tampoco aporta
formas originales, ni refleja un estilo personal propio que se distinga notablemente
de las ideas y gustos estéticos comunes (figs. 55, 56 y 126).
La escritura convencional es propia de los sujetos que viven en su entorno sin
experimentar grandes variaciones o contrastes entre la manera de pensar propia y
las ideas reinantes en su ambiente. Suelen respetar, aunque sin la rigidez de los
que poseen escritura caligráfica, los semáforos sociales, se disciplinan bien y
siguen, en su “modus vivendi”, las costumbres y normas establecidas, tanto en la
vida social como en la esfera profesional o familiar.
La constancia y la perseverancia silenciosa suele ser una de las características
dominantes. De aquí la posibilidad de un buen rendimiento tanto técnico como
práctico en la profesión y una cultura memorística en la que el sujeto puede
destacar, aunque sin mostrar nada nuevo, ni original, pues basan su seguridad en lo
ya conocido y comprobado.
76
No hay que confundir la escritura convexa con las llamadas “colas de zorro” (ver
éste término) en que ciertos sujetos parecen aferrarse a la línea y sólo la
abandonan cuando, a base de estrechar las letras y de forzar la línea hacia abajo,
logran dar cabida a una última palabra o frase, como ocurre en la segunda línea de
la fig. 161 de “Escritura y Personalidad”.
C42 - COQUILLES:
Escritura-tipo descrita por el Dr. Gille-Maisani y empleada por H. Saint Morand para
caracterizar la agresividad propia del tipo Marte.
Consiste en la existencia de trazos duros y violentos que dan al grafismo un aspecto
cortante o tajante (figs. 33, 61, 90, 96 del Dic., y sobre todo el grafismo de la fig. 58
de “Escritura y Personalidad”).
La escritura cortante suele ser rápida y los rasgos que determinan esta
denominación, frecuentemente desproporcionados, no sólo por su dureza y mayor
espesor, sino también por sus dimensiones y fuerte relieve.
(P) Con buen nivel de positividad corresponde a sujetos de carácter enérgico, con
fuerte vitalidad y dinamismo, con gran iniciativa y poder de decisión, capaces de
luchar con valor frente a toda clase de obstáculos, audacia para acometer cualquier
empresa, lo que puede llevarles a carreras o profesiones arriesgadas en que se
necesite coraje y pronta adaptación a los cambios o imprevistos.
(N) Con bajo nivel positivo, refleja las reacciones impulsivas, tajantes y cortantes, la
cólera inútil, la impaciencia en las exigencias, la imprevisión, los actos temerarios e
irreflexivos, la rudeza brutal, el absolutismo en las ideas y en las decisiones, sin
tener en consideración a las personas de su entorno (representa al factor “E” de
Szondi, que se caracteriza por la tendencia al almacenamiento y descarga violenta
de afectos toscos: rabia, odio, celos, espíritu de venganza etc.).
Para más abultamiento de detalles sobre el significado de la escritura cortante, ver
“Psicología de la Escritura” del Dr. Gille, páginas 222 y sigientes.
C44 - CRECIENTE:
Las letras finales de las palabras tienen mayor volumen, mayor altura y extensión
que las letras iniciales (fig. 122). Puede incluirse dentro de las mismas
características de escritura “creciente”, los casos en que la ocupación de espacio de
los finales es abusiva o desproporcionada en relación a las letras que preceden,
como es el caso de la fig. 37).
En general, señala el descontrol del pensamiento, de la imaginación, de las
77
palabras y de la acción, ante los impactos emotivos agradables desagradables
experimentados por el sujeto. Este aplicará valoraciones desmesuradas a las cosas,
sin otra vara de medida que el efecto emocional de agrado o desagrado que cada
estímulo le haya producido.
Por ejemplo, una persona o cosa, puede ser “¡magnífica!”, “¡estúpida!”,
“¡maravillosa!”, “¡sensacional!” o “¡no valer nada!”, según esté la escala
psicoestética del sujeto, generalmente egocéntrico, en el momento de producirse el
estímulo desencadenante de la reacción afectiva y según sea la relación del sujeto
con el “objeto”.
De aquí las interpretaciones clásicas de falta de tacto y de finura, credibilidad,
optimismo infundado, tendencia a exagerar las cosas, falta de sentido crítico,
pasión, choques con los demás, tendencia a las discusiones estériles, etc. y
predominio del pensamiento mágico sobre el pensamiento lógico. El pensamiento
del sujeto se alimenta más de imágenes que de conceptos, es infantil e inmaduro y
choca frecuentemente con las opiniones de las gentes ponderadas, de aquellos que
miden y cotejan la realidad y aplican juicios de valor normales. La ingenuidad propia
de estos sujetos no es más, según Freud, que una actitud de rechazo de la
sexualidad.
El sujeto de escritura Creciente, proyecta sobre las personas y las cosas sus
estados momentáneos de ánimo, sus ilusiones y fantasías, unas veces, y otras, sus
frustraciones, amarguras o desengaños, sin otro criterio de medida que el nivel de
su egocentrismo. La mayor o menor desadaptación de la conducta será indicada por
el nivel de positividad y por los porcentajes, más o menos altos en los grados I, IVa,
IVb y V de la escala del Dr. Pophal.
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puede interpretar como signo positivo a causa de la alta dependencia de un Super-
Yo excesivamente rígido y tiránico.
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proyección gráfica del propio cuerpo, hemos de admitir también que el cuerpo de la
mujer y de ciertos tipos venusianos es, en general, más curvilíneo y suave que
aquél de los tipos puramente viriles, cuya morfología corporal es más angulosa y
plana (ver figs. 1: H. Bogart, símbolo de hombre viril, y fig. 2: una fémina).
Es por esta razón, que el predominio de la curva en el grafismo, se ha venido
interpretando como un signo “venusiano”, es decir, como una disposición innata al
placer de agradar y seducir, de atraer, de comunicar, de lanzar mensajes
cautivantes a los demás.
Y, efectivamente, las actitudes complacientes y persuasivas, el “savoir-faire”, la
habilidad de saber decir y de saber hacer, es más propia del sujeto con morfología
venusiana, que en otros tipos de morfología corporal y psíquica más viriles.
La curva, es un modo suave de adaptación, de comunicación atractiva, de relación
complaciente, de afabilidad y comprensión, de empatía, de participación.
Sincera o no, la actitud del sujeto expresa el deseo, sentido o simulado del escritor,
de facilitar un buen entendimiento en un ambiente agradable, armonioso y cordial
de ternura socializada.
En general, el predominio de la curva, puede ser un indicador de gustos refinados y
artísticos, de inclinación a los goces sentimentales y espirituales. Pero, también
puede ser un indicador de inclinaciones lúdicas y sensuales, de gusto por el lujo,
por la comodidad y por el goce del cuerpo (goces alimentarios, goces sensuales y
sexuales tales como la inclinación tierna a acariciar, mimar, tocar y ser, a la vez,
acariciado y mimado).
El sibaritismo corporal, el narcisismo del cuerpo, puede estar interiorizado cuando el
sujeto se coloca durante tiempo excesivamente largo ante el espejo para
contemplarse y recrearse en sí mismo (fig. 217). Alcanza un nivel exhibicionista de
tipo histeróide, cuando dominan los signos de extroversión (fig. 174). En este caso,
el sujeto utiliza como espejo a los demás y se contempla y recrea observando la
sorpresa, el asombro o la admiración que despierta en su entorno.
Bajo el punto de vista motor o de movimiento, la curva es un movimiento fácil y
deslizante, que sigue, en unos casos, la dirección espontánea hacia el entorno,
hacia el contacto con el “objeto”, con los demás (necesidad de ternura, de
comunicación, de identificación afectiva, de busca de afinidades, etc.). Pero también
esta inclinación puede ser egoísta, es decir, puede deberse, solamente, a una
necesidad del sujeto de sentirse centro universal de todo interés y atención, dando
significado a los términos psicológicos de: egoísmo, egocentrismo, narcisismo, etc.
El ángulo, su contrario, es un gesto de freno, de inhibición o rechazo de los
impulsos espontáneos, es un gesto de resistencia o de defensa, de oposición
combativa o de intransigencia individualista frente al entorno. Este cambio brusco
de sentido en la dirección de los impulsos espontáneos, se transforma fácilmente en
afirmación personal, en individualismo, en independencia y en deseo de autoridad.
La curva engendra calor, unión, amor, placer, afabilidad, empatía, etc., aunque la
intención sea acaparadora y egoísta.
El ángulo engendra frialdad, dureza, intransigencia, combatividad, dominio,
autoridad, individualidad, separación, independencia, etc., aunque la intención se
revista de altruismo, de hermandad o de asociación universal en defensa de algo.
En la curva, podemos ver la confraternidad, la indulgencia y la dulzura, la gracia y la
afabilidad indicadas por Michon, que se hermanan con la armonía y sentido estético
que le atribuye Crepieux, con el esfuerzo sonriente, fácil y distendido de Saint
Morand, con la adaptabilidad de Teillard, con las aptitudes para las relaciones
humanas que indica Klages y con la disponibilidad a la comprensión de Moretti.
Según nuestras conclusiones, la nota clave del carácter, en los sujetos en quienes
predomina la curva, es la “vanidad”. La nota clave del carácter, en los sujetos en
80
quienes predomina la escritura angulosa, es el “orgullo”. Ahora bien, tanto la
“vanidad”, como el “orgullo”, tienen infinidad de matices y derivados psicológicos,
como lo demuestra la gran cantidad de variaciones que presentan las escrituras
curvilíneas y angulosas. (Ver los términos “orgullo” y “vanidad” en mi “Diccionario”).
Hay dos tipos de curva, la curva redonda y lenta (figs. 14, 69c, 109, 117a y 174) y la
curva oval (figs. 55, 111, 114f y 115). Si reproducimos con la mano los gestos
circulares de la escritura redonda y luego los gestos en óvalo de la escritura
redondeada, intentando dar la máxima velocidad a uno y otro movimiento, veremos
que la mano, la muñeca y el brazo, trabajan con mayor elasticidad y facilidad y con
mucho menos esfuerzo y mayor rapidez, cuando reproducimos, en el papel o en el
aire, las formas ovales.
En la escritura “redonda”, el movimiento es de “rotación” y en similitud con la Tierra,
el sujeto gira sobre su eje, en torno al “sí mismo”. En la escritura “redondeada” u
oval, el movimiento es de “traslación”, y el sujeto gira en torno al “objeto”, del mismo
modo que la Tierra gira en torno al Sol a través de un movimiento elíptico.
De esta conclusión simbólica, se pueden extraer multitud de significados en torno a
la vinculación afectiva y a la dirección de los deseos, dirección “egocéntrica” en
torno al propio cuerpo y a sus necesidades y deseos, en el caso de la escritura
redonda, Y dirección hacia el “objeto”, si las escritura es redondeada u oval.
Tanto la escritura redonda como la redondeada, tienen sus aspectos positivos y
negativos. La escritura redonda es un fiel testimonio del predominio de la forma
sobre el movimiento, signo propio de una emotividad tranquila, centrada en torno a
sí mismo y a la conservación de la materia. El sujeto de escritura redonda, se
alimenta bien y no gasta mas energía de la necesaria, es sibarita y comodón, tiene
un carácter estable en el que se repiten los hábitos de conducta tanto en la vida
familiar como social y profesional.
La escritura redondeada, al ser más dinámica, es también más expresiva de las
vibraciones de la vida afectiva, de donde un abanico más amplio de matices en las
formas de reacción de la sensibilidad. La escritura redondeada, aporta una escala
psicoestésica mucho más rica en variaciones que la escritura redonda.
Tanto en los movimientos circulares (escritura redonda), como en los movimientos
ovales (escritura redondeada), debemos observar con mucha atención el rol de la
presión y la magnitud dimensional de la zona inferior. Hay personas muy sensuales
que hacen lo posible por ocultar o disimularlas apetencias del cuerpo (fig. 137a)
tratando de compensar estas apetencias en otros campos, convirtiéndose a veces
en una especie de “verdugo de corazón de tórtola” para su partenaire, sobre todo si
el acortamiento dimensional de la zona inferior va seguido de una presión
desplazada. En otros casos las jambas se alargan y robustecen en la zona inferior y
al sujeto le es difícil prescindir de las excitaciones sensuales y sexuales que les
provoca el contacto con el entorno, esté no presente el “objeto”. Un caso
monstruoso es el del personaje de la fig. 162. Este individuo ofrecía ocuparse de los
maridos encarcelados durante la guerra, a cambio que las mujeres de estos presos
accedieran a sus morbosos deseos sexuales.
Para mayor amplitud sobre el significado de la escritura en curva, ver las escrituras-
tipo Redonda R06 y Redondeada R07.
81
dirección horizontal y descienden en su recorrido de izquierda a derecha de la
página (figs. 39c, 54, 79, 103 y 174).
La línea, simbólicamente, es un indicador del modo de avanzar en la dirección de
un logro, de un objetivo. En la trayectoria de la línea se refleja el estado interior del
ánimo, la tensión o distensión de la voluntad, el grado de agresión a los obstáculos
y el nivel de confianza, de seguridad, de fuerza interna, de energía y dinamismo,
que moviliza cada sujeto en pro de los objetivos deseados o de los fines que desea
alcanzar.
Partiendo de este postulado, la escritura descendente, teóricamente, es un
descenso del ánimo, un descenso de la capacidad de trabajo y de rendimiento. El
descenso del ánimo produce el pesimismo, la tristeza, el abatimiento, el desaliento
moral y espiritual, la pesadumbre, los remordimientos o complejos de culpabilidad y,
en general, el descenso del interés por las cosas, la falta de confianza en sí mismo,
la disminución de la capacidad de decidir, la falta de interés por el futuro, por los
acontecimientos externos, por las relaciones sociales, etc.
82
la realidad, teniendo en cuenta las propias posibilidades y los medios disponibles, la
línea sigue la horizontalidad.
Cuando el objetivo a lograr no ha sido suficientemente programado o elaborado y no
se ha contado con los obstáculos, con las dificultades, con las posibles oposiciones,
con los medios y con el esfuerzo personal y capacidad realizadora necesaria, la
línea sufre los efectos de la inseguridad y acusa los impactos desfavorables a la
intención del sujeto, es oscilante, sinuosa, insegura y reveladora de la falta de
confianza en sí mismo, aunque el sujeto pueda llegar a sus fines después de
muchas vacilaciones, angustias e incertidumbres.
La fig. 177 es un buen ejemplo de superación de la inestabilidad de ánimo y de la
inseguridad, gracias a la intervención de los recursos de la imaginación y de la
inteligencia.
Por el contrario, las líneas pueden ser inflexibles y rígidas, favoreciendo los estados
obsesivos, la persistencia en la mente de ideas y de objetivos con independencia de
las exigencias del medio ambiente y de la conveniencia o no para el sujeto (Ver
“obsesión” en el Diccionario). El individuo obsesivo suele utilizar, como estrategia,
ciertos mecanismos defensivos, como pueden ser, por ejemplo, la racionalización ,la
intelectualización y algunos estilos de formación reactiva, que permiten al obsesivo
evitar lo desagradable y todo lo que provoca ansiedad. Ver un caso de líneas
rígidas en la fig. 126a, que se complica por la rareza excéntrica de las jambas
(anomalías en la esfera sexual).
En los sujetos normalmente adaptados a la realidad y sin grandes problemas entre
los deseos y el logro de objetivos, las líneas suelen ser horizontales y con ligeras
oscilaciones, es decir, sin rigidez, sin sinuosidades, sin ondulaciones notables y sin
imbricados importantes en el ascenso y descenso de las palabras (figs. 16, 44, 46,
55, 142, 152 y 178).
En cuanto a las líneas ascendentes y descendentes, podemos ver en ellas la
dirección de la agresividad (en su sentido psicoanalítico). En la escritura
ascendente la agresividad se dirige hacia afuera, hacia el entorno. En la escritura
descendente, la agresividad es masoquista, se dirige hacia el propio sujeto.
La agresividad es una pulsión instintiva relacionada con la sexualidad. Se puede
presentar en forma real (ataque a otros, impulso a dañar, a destruir, a contrariar, a
humillar). Puede expresarse en forma simbólica (ironía. espíritu crítico disfrazado de
ayuda, sonrisa ante los errores o fracasos de otros) y en forma fantasmática en las
creaciones literarias, artísticas, humorísticas y en los sueños de agresión con los
ojos abiertos.
La agresión es real, tanto en la escritura ascendente como descendente, cuando el
grafismo es tenso, anguloso, dinámico, impulsado y acerado (fig. 28). La agresión
es simbólica (ironía, humorismo, broma, chanza), cuando el grafismo es
predominantemente curvilíneo, sin gran tensión y dinamismo, contenido, vertical y
sobrio. La agresión puede ser fantasmática o fantaseada cuando el grafismo acusa
un fuerte nivel de emotividad, con nivel de actividad por debajo de la media y con
signos de inhibición y de represión muy manifiestos. En general, la agresividad es
más aguda, persistente y temible en la escritura descendente, que en la escritura
ascendente.
83
Llamamos desconcertante a la escritura que, a simple vista, se podría catalogar con
un nivel positivo bajo, es decir, como reflejo de cualidades de carácter y aptitudes
en contradicción con los resultados en los tests psicotécnicos y en la eficacia en el
trabajo. Este tipo de grafismo es frecuente en la actualidad.
En los tiempos de los grandes maestros de la grafología, de Michon, Crepieux,
Klages, Moretti, Saudek, etc., la educación del niño y del joven consistía en imponer
un Super-Yo, una disciplina, un respeto a los semáforos sociales y a la autoridad de
los padres y maestros como principal objetivo de la educación. Basta dar un repaso
al grafismo de personajes de hace 50 o más años para comprobar los efectos en la
escritura de los antiguos sistemas educativos, representados aún por el actual
papa, Juan Pablo II.
En la nueva educación, prima la libertad, no la coacción de las pulsiones instintivas,
antes sometidas a un control, a las exigencias tiránicas de un comportamiento
restringido. La misma Iglesia ha cambiado sus antiguas recomendaciones
represivas, por ejemplo, en cuanto a la sexualidad, por una actitud más abierta y
orientativa.
En las escuelas e institutos de hoy, ya no se estudia solamente memorizando los
temas expuestos en los libros, se trabaja con ellos, se hacen fichas, se estudia en
equipo y se entienden las matemáticas de otro modo. Esto quiere decir que el
hombre de hoy se ha liberado de muchas restricciones que, como es lógico, se
traducen en el grafismo por una falta a veces de disciplina, de organización, de
precisión, etc. que, sin embargo, profesionalmente no se traduce del mismo modo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que muchas neurosis se compensan
positivamente en la actividad profesional.
Con esta aclaración, pretendemos sugerir que, del mismo modo que una escritura
regular y metódica puede dar fallos de adaptación, una escritura desigual, más o
menos desordenada e imprecisa puede, en determinados casos, pertenecer a
sujetos eficaces en su trabajo, sobre todo, cuando hay un buen dinamismo y un
ritmo vital fuerte. (Ver en el boletín nº 5 de la A.G.C. nuestro artículo sobre este
tema).
En el artículo sobre las desigualdades de orden, D13, se intenta dar una explicación
complementaria.
84
disciplinada, es perezoso, vago y negligente, carece de puntualidad, de disciplina
en la forma de atender sus obligaciones. En todo caso, puede actuar por inercia, sin
ningún esfuerzo especial de la voluntad. Su falta de espíritu práctico y su tendencia
a la malicia, hace que espere, mágicamente, más de los demás que de sí mismo. Su
falta de interés por la mayor parte de cosas, hace su atención débil y olvidadiza y un
terreno abonado para caer más en los vicios que en la virtud.
85
reguladora.
Las desigualdades con bajo nivel positivo, y poco nivel de actividad, puede ser
patrimonio de personas fantaseadoras, capaces de conectar con su inconsciente y
de dar salida, en forma de fantasía, a la realización de deseos imaginarios. Cuando
no se trata de un artista, de un músico o de un pintor, por ejemplo, el sujeto busca
en este mecanismo psíquico una huida de la realidad y, en su sustitución
fantasmagórica, trata de alcanzar una tranquilidad y rehabilitación a sus propios
ojos, lo que puede ayudarle a soportar su neurosis y sus desajustes con la realidad.
(Ver en el “Diccionario de Psicología” el término “Adaptación”).
Del mismo modo, en sentido positivo, sin que necesariamente hablemos de la
“desigualdad metódica” de Moretti, que suele ser siempre positiva, la escritura
desigual puede ser un indicador de fuerza creadora, de riqueza imaginativa y
espiritual y de vivacidad de sentimiento y de inteligencia. La escritura desigual,
según Pulver, puede traducir una vida interior genial y grandes dotes de iniciativa y
realización en cualquier campo, mientras que, en sentido negativo, la escritura
desigual es indicadora de desequilibrio y neurosis, de agitación y de insuficiente
autocontrol en las reacciones. Entre éstos dos extremos, hay que tener en cuenta
que las desigualdades pueden ser parciales, pueden afectar a determinadas zonas
y aspectos. Por ejemplo, en la fig. 126a, las desigualdades afectan a la zona
inferior, mientras en las zonas media. inicial y final, la escritura es regular y rígida.
El desajuste, el desequilibrio tiene lugar en las pulsiones instintivas, las cuales son
rechazadas en forma rígida por la actividad consciente y, tal vez,
supercompensadas a través de realizaciones imaginarias del deseo (perversiones
sexuales fantaseadas).
En la fig. 83, las desigualdades afectan principalmente al coligamento (variaciones
de forma) y a la inclinación, señalando cambios frecuentes y discordantes en las
relaciones del Yo con el Tú.
En la fig. 33, las desigualdades afectan primordialmente a la presión (apoyos
bruscos y violentos en los movimientos verticales), lo que testimonia las reacciones
violentas del escritor en todo cuanto repercute sobre sus propias ideas y posiciones.
Desequilibrio autoestimativo.
Otro caso muy frecuente son las desigualdades en la dimensión de las mayúsculas,
como ocurre en la fig. 106a, de la actriz italiana Pier Angeli. Es fácil deducir que se
vanagloria (inflación) en su propio nombre “P” de “Pier”, identificando en él tanto su
famosa belleza como sus triunfos cinematográficos. Las otras mayúsculas, mucho
más modestas, no representan para ella una gran identificación con el rol que
representan y son introyectadas en el Yo.
Las inflaciones en las mayúsculas suponen una sobrecarga en el concepto
autoestimativo en el amor propio, una supercompensación de los sentimientos de
inferioridad. Por tanto, cuanto mayor es el volumen y desproporción de las
mayúsculas en relación con las otras letras, mayor es la susceptibilidad del sujeto
ante todo aquello que pueda minimizarle.
Unas mayúsculas grandes y otras pequeñas o rebajadas, expresa frecuentemente la
inseguridad en el concepto autoestimativo, en la idea que el sujeto tiene de su
propio valer. Estas oscilaciones en la autoestimativa son reflejo de un factor
neurótico.
86
D05 - DESIGUALDADES DE ABREACCIÓN:
Mezcla de letras abiertas y cerradas. No sólo se revisarán los óvalos de las letras
“a”, “o”, “g” “d”, “b”, etc., sino también las letras “m” y “n” minúsculas, los trazos
iniciales y finales de las mayúsculas y los bucles de las jambas, que normalmente
deben estar ligados a la letra siguiente sin alteraciones.
Por ejemplo, las letras “m” y “n” son cerradas, cuando el coligamento es en arco,
sobre todo, si es buclado. Las letras mayúsculas son cerradas cuando sus trazos
iniciales y finales son encaracolados o regresivos (fig. 4). Las jambas son cerradas
cuando el movimiento de ascenso recubre la jamba (figs. 161, 179 y 216), cuando
toman la forma de un ocho de guarismo (fig. 130) o presentan trazos de adorno
sinistrógiros (fig. 119). Se puede considerar también cerrada una escritura, cuando
es pequeña, apretada y con palabras espaciadas (fig. 46).
Por tanto, a la hora de contabilizar la cantidad de letras abiertas y cerradas para
determinar el porcentaje de abreacción, de expansión libre y espontánea de los
impulsos instintivos, afectivos y mentales, hay que tener en cuenta las modalidades
de cierre y de abertura de todo ese conjunto de signos.
Predomina la abreacción sobre la inhibición del impulso expansivo en las figs. 88 y
89a. En la fig. 88, la expansión es fluida y predominantemente mental y afectiva. La
inhibición se produce en las pulsiones instintivas (jambas cortas, desligadas y
alguna de ellas reseguida). La plenitud de la “g” en la zona superior y la
simplificación y ascenso por la derecha del bucle de la jamba en la palabra
“larga”(final de la primera línea), señalan claramente la sublimación de las
necesidades sexuales en actividad mental. Se trata de un guionista de cine muy
considerado en su profesión. Los reinflados en la zona superior, confirman la esfera
en la que se descarga la libido.
En la fig. 89a, la escritura es extensa, con coligamento en guirnalda (gesto abierto),
pero apreciamos inhibiciones en la cohesión (mayúscula aislada, cortes en el
enlace de las palabras, mayor espacio del normal entre palabras y tendencia
gladiolada). Esto quiere decir que la abreacción es predominante, pero con
prudentes frenos impuestos por la experiencia, por el correr de la vida.
Desigualdad en el modo de enlazar las letras en las palabras. En unas palabras las
letras aparecen ligadas o unidas por grupos, en otras las letras se desligan o
presentan cortes caprichosos o inhibiciones de cohesión importantes. Como
muestras más o menos ilustrativas, ver las figs. 44, 106a, 122 y 145.
La palabra es la representación en la mente de un “objeto” (abstracto o concreto). A
toda representación le corresponde una vivencia afectiva, un recuerdo, más o
menos subconsciente, de lo que cada palabra u objeto significa para nuestro Yo.
Unos objetos están más cargados que otros de matices afectivos. Por ejemplo,
cuando escribimos nuestro propio nombre, las características de la escritura indican
cómo nos sentimos con nuestra propia auto-imagen. Por ejemplo, glorificados, como
es el caso de “Pier Angeli” (fig. 106a); orgullosos, pero minimizados en la esfera
afectiva (fig. 111); evasivos, como en el caso de Henry Kisinger, (página 488);
intrigantes, como en el caso de Erle Stanley Gadner (el novelista creador de la serie
87
“Perry Masson”, fig. 111a), etc.
La cohesión, el grado de enlace de unas letras con otras, supone la existencia de
un vínculo afectivo unificador e identificador, una sintonía entre el sujeto y el
“objeto”. Enlazar las letras es mostrar una disposición abierta y espontánea, una
confianza y deseo de sintonizar nuestro Yo con los “objetos”, con las personas o con
todo aquello que mencionamos al escribir.
Dividir el objeto en partes (escritura desligada) supone, teóricamente, una actitud
inconsciente de desvinculación, de separación una falta de identificación con el
“objeto”. La sintonía entre el Yo y el “objeto” no existe, hay resistencias interiores,
recuerdos desafortunados, pequeños conflictos internos que impiden la actitud
espontánea del sentimiento hacia el “objeto”. Podemos hablar aquí de introversión,
de desconfianza, de temor, de despegue afectivo y de otros reflejos condicionados
negativos en relación al “objeto”. (Como sabemos, el “objeto”, lo mismo puede ser
un objeto abstracto que concreto, lo mismo las personas del ambiente familiar, que
otras personas u objetos del entorno social o profesional). El “objeto” , en la firma,
es el propio Yo.
Cuando las desigualdades de cohesión afectan a la firma, por ejemplo, escritura
ligada en el texto y desligada en la firma (ver el apellido en la fig. 104), o el nombre
con letras ligadas y el apellido con letras yuxtapuestas, o viceversa, el sujeto tiene
problemas con su auto-imagen. El complejo de Edipo u otros complejos freudianos,
adlerianos o junguianos pueden estar presentes.
(N) Las desigualdades en la cohesión pueden deberse a múltiples causas, entre
otras al desajuste o lucha entre el deseo y el temor, entre una vida interior
perturbada por fallos en la relación con el “objeto”, por frustraciones en la expansión
de las pulsiones instintivas, por fracasos de todo tipo (sentimentales, sociales,
profesionales, etc.) que impiden al sujeto encontrar un equilibrio armónico entre su
vida interior y su entorno.
Por tanto, toda irregularidad en la cohesión de los movimientos es un indicador de
sufrimiento, de falta de armonía y equilibrio interior. Esto supone un bloqueo o
dificultad en la expansión de los impulsos de contacto, en la integración, en la
participación del sujeto en los gustos e ideas de los demás. Si buscamos una
similitud, podemos equiparar este signo gráfico con la elección del gris y del negro,
junto con el rojo y el amarillo, en las primeras posiciones en el test de Lüscher.
Naturalmente, en este caso, como en todos, hay que tener en cuenta el ambiente
gráfico, el nivel positivo-negativo y las circunstancias emocionales en que se
encontraba el sujeto en el momento de escribir. Es conveniente, pues, examinar
muestras de escritura de la misma persona en momentos diferentes. Si no
disponemos de varios escritos para cotejar estas distorsiones de la cohesión, en el
caso que se pueda, conviene recoger información del propio sujeto o recurrir a otras
pruebas, como puede ser el test de Rorschach u otras pruebas proyectivas para
buscar las causas de éste signo gráfico. Cuando no hay trabas emocionales,
conflictos internos, ansiedades, temores o inhibiciones subconscientes, la cohesión
es normal, la escritura es agrupada o ligada, y no presenta distorsiones, ni
discordancias en la cohesión.
88
(Ver el artículo coligamento desigual, C17).
89
humor y a la voluntad, firmeza y estabilidad en la dirección de los objetivos
deseados. No tiene la misma fuerza de voluntad, ni la misma estabilidad de ánimo el
autor del grafismo de la fig. 54 o de la fig. 148 que el de la fig. 155, o el de la fig.
178. El primer grafismo corresponde a un hombre de ánimo vibrante y bastante
influenciable. En el segundo caso, fig. 148, se trata de una escritura blanda,
inestable, permeable a todas las influencias externas, a pesar del gesto-tipo fuerte
en las barras de las “t”, más indicador de fantasías en el deseo de ser y de
imponerse, que de un auténtico dominio sobre su entorno.
En cambio, en las figs. 155 y 178, la presión, la dirección, la inclinación y todos los
signos dinámicos se mantienen firmes y estables, lo que quiere decir que estos
sujetos se sostienen sin oscilaciones en un mismo estado de ánimo y perseveran en
los objetivos deseados sin dejarse influenciar por obstáculos, dificultades,
oposiciones o circunstancias desfavorables y sin ceder a ninguna caída de ánimo.
Así pues, las desigualdades en la dirección de las líneas testimonian la
influenciabilidad de ánimo, la pérdida más o menos frecuente de la seguridad en sí
mismo y de la confianza en alcanzar, sin obstáculos o dificultades, las metas u
objetivos deseados. Las líneas tan pronto ascendentes como descendentes en un
mismo escrito señalan las variaciones de ánimo de los sujetos maniaco-depresivos
que, en casos extremos se trataría de una psicosis maniaco-depresiva.
En general, las desigualdades de dirección son un síntoma de angustia vital, de
angustia frente al futuro. Con escritura floja o blanda, inarmónica, regresiva,
arqueada y con fuerte porcentaje negativo, puede ser un indicador de deslealtad, de
amoralidad, de insinceridad y de hipocresía.
La pérdida extrema de la horizontalidad en la dirección de las líneas (fig. 203a), se
puede considerar como una pérdida del sentido de la orientación en el espacio y en
el tiempo.
90
de desorientación del sujeto en el espacio y en el tiempo y en sus relaciones con su
mundo circundante. En estos casos, es aconsejable la psicoterapia gráfica o la
intervención del psicólogo clínico.
Las desigualdades de distribución se encuentran frecuentemente en los grafismos
de artistas, de intelectuales y de individuos en los que predomina el pensamiento
mágico sobre el pensamiento lógico (Ver éstos términos en el Dicionario de
Psicología).
91
actitudes de firmeza e inflexibilidad de unos momentos (hampas rectas), la actitud
de sumisión o aceptación, sin oposición, de otros (hampas cóncavas o curvadas a la
derecha) y la actitud de contradicción, oposición, descontento o rechazo, si algunas
de las hampas se curvan con la concavidad hacia atrás (fig. 207c). La figura 145,
por ejemplo, presenta algunas hampas con el dorso cóncavo.
Ver, en este sentido el trabajo de Torbidoni y Zanin referente a éste tema en la obra :
“Grafología. Texto teórico práctico”, Ed. Tantin, Santander, 1992.
92
puntos, acentos, etc. (fig.84).
La interpretación es la misma, o parecida a lo ya indicado en las desigualdades de
distribución, pero afectando mucho más a los trazos libres (puntos, acentos, barras
de “t”, etc.) y al orden y simetría de las líneas y de los márgenes. Las desigualdades
en el orden suponen cierta distorsión o deterioro de la capacidad de organización y
de regularización del tiempo, del espacio y del comportamiento. Implica una falta,
más o menos importante, de atención ,de precisión, de eficacia y de autocontrol
consciente. La organización de la actividad, de las ideas (juicio y razonamiento),
depende más de los hábitos de repetición adquiridos (automatismo psíquico, reflejos
condicionados), que a una planificación consciente y razonada del comportamiento.
Nos encontramos frecuentemente con sujetos que, a pesar de su escritura
desorganizada, son excelentes profesionales en su área de trabajo. Esto se debe,
no a una actitud mental conscientemente organizada, sino a una respuesta
automática, a una adaptación flexible, a una orientación emanada del inconsciente,
que responde a cada situación externa como guiada por reflejos condicionados
positivos. En estos casos, la eficacia se debe a los estímulos-guía que el sujeto
recibe desde su subsconsciente. Debemos suponer aquí, la existencia de un
cerebro lógico que no ha necesitado la concienciación reflexiva. (Ver escritura
Desconcertante).
93
o simplificación de las jambas. Ver, por ejemplo la simplificación dextrógira de la “g”
de “larga” en la primera línea). Sin duda, esta supercompensación de pulsiones
instintivas a través de la sublimación, puede producir obras de arte, como es el caso
de este guionista de cine, pero las necesidades sexuales y sensuales suelen pasar
factura si no se las atiende en su forma natural y primaria : trastornos sexuales y de
conducta posibles. La presión desplazada (ver los regruesamientos en la base de la
zona media), las barras de las “t”, alternativamente masivas y aceradas y en
diagonal con la línea, la falta de aireación (jambas que se entremezclan con las
líneas subyacentes: escritura confusa), nos dan una imagen muy negativa de las
cualidades de carácter del autor de este grafismo.
La inclinación a las perversiones o anomalías en la sexualidad las podemos ver en
la escritura de presión desplazada, en la retorcida forma de las jambas y en el
entremezclado de las jambas con las letras de la zona media de la línea subyacente
(el sujeto escribe ensuciando y mezclando de modo confuso elementos gráficos
significativos de la línea anterior, mezcla desordenadamente los impulsos instintivos
con las manifestaciones afectivas y los dones del espíritu). Las reacciones violentas
y agresivas, más o menos groseras, combaten (barras de “t” en diagonal, masivas y
aceradas) los sentimientos éticos, las ideas elevadas y el comportamiento honesto
de las personas normalmente evolucionadas. El sujeto es incapaz de concebir una
sociedad que rechace la suciedad moral.
En la fig. 79, los regruesamientos en los trazos de flexión (alargamientos),
contrastan con los perfiles de las letras, con los movimientos de extensión.
La escritura es angulosa, seca, apretada, descendente. Los estados de
insatisfacción e inconformismo (predominio de los alargamientos norte-sur, sobre la
estrechez y debilidad de los movimientos de expansión), producen un tipo de
carácter poco adaptativo, que nos recuerda al “apático” de Heymans-Le Senne:
intensa sensibilidad interiorizada, bloqueada por estados de ansiedad y por un
pesimismo casi constante que dificulta las relaciones armónicas con los demás.
Estas desigualdades de la presión son aquí un indicador de una emotividad muy
alterada por el desajuste existente entre la fuerte ambición (deseo de “ser”, de
“tener” ternura y comprensión, dominio sobre el entorno y otras aspiraciones
desmedidas) y la gran frustración y amargura que produce en el sujeto la hostilidad
que él mismo provoca con sus protestas de inadaptado, con su neurosis de
insatisfacción. Finalmente comentamos los regruesamientos de la figura 117a y b.
En la fig. 117a, los apoyos fusiformes, los espesamientos, son movimientos de la
pluma recreados sobre un trazado muy curvilíneo (escritura redonda), donde la
sensualidad se desborda en una búsqueda sibarita del placer deseado. Como dicen
Torbidoni y Zanin, “las emociones eróticas pueden transformarse en pasión
mórbida”. Aquí se deja de lado toda consideración ética y estética en los momentos
de excitación. Este transporte en éxtasis sensual y sexual es muy peligroso cuando
son muy evidentes los signos de sadismo como ocurre en la fig. 117b, cuyas jambas
recuerdan, en su zona final, la forma de los cuchillos de carnicero. Este fuerte
sadismo va acompañado de una actitud encubridora (escritura convencional) y de
un fuerte egocentrismo y egoísmo narcisista (ver los trazos sinistrógiros y en espiral
invertida de los penachos de las “p” en la zona media).
94
Las desigualdades de profundidad afectan a la presión ejercida sobre los trazos en
el momento de su ejecución. Los trazos profundos son surcos que hace la pluma en
el papel dejando los bordes netos, sin dientes de sierra y sin pastosidad. Los trazos
no profundos, son aquellos en que el recorrido del trazo queda poroso, empastado,
muy debilitado en su espesor (hilillos) o dejando en el recorrido unos bordes que
recuerdan los dientes de sierra. Estas apreciaciones requieren examen de los
trazos con lupas de 10 o más aumentos.
Un estudio profundo de estas particularidades de los trazos fue hecha por W. Hegar
en 1938 en su obra “Grapholologie par le trait”. Otros autores han tratado este tema
posteriormente, entre ellos merece especial mención F. Lefebure y C. Van den
Broek (“Le trait en Graphologie. Indice constitucional” (Ed. Masson París, 1986).
Indico estas obras, para orientar al lector sobre este tema.
Examinar la presión ejercida sobre el trazado gráfico, es investigar, en cierto modo,
las particularidades constitucionales de cada escritor. La fuerza y dinamismo del
trazado refleja el índice vital, la energía que el sujeto posee para mantener sus
necesidades vitales.
El trazo profundo y neto es equivalente a fortaleza física, psíquica mental. El trazo
débil, superficial, pastoso o inseguro refleja la vulnerabilidad, la pasividad, la
inseguridad, la claudicación o defensividad del sujeto frente a sus necesidades
vitales o frente a su medio ambiente.
(N) Un grafismo en que se alternen los trazos fuertes y débiles (como por ejemplo el
de la fig. 79), es siempre sintomático de mala adaptación. El comportamiento del
sujeto oscilará entre la claudicación resentida y rencorosa por impotencia y la
irritabilidad brusca y desmesurada en proporción a las causas motivantes de
contrariedad. El sujeto tendrá un carácter huraño y desadaptado a causa de su
constante inconformidad e insatisfacción.
Las variaciones de la presión del trazado, en una escritura pastosa y redondeada,
(como en la fig. 101) refleja una adaptación pasiva con bloqueo o debilidad en las
tomas de posición (poca fuerza de afirmación : hampas débiles).
Finalmente, en otros casos como el de la fig. 117a, la autora de éste grafismo puede
pasar de las caricias más suaves al aplastamiento del partenaire.
Es muy difícil, con grabados normales, mostrar las particularidades de las
desigualdades de la presión, por lo que remitimos al lector a las obras citadas de W.
Hegar y F. Lefebure
La rapidez del grafismo, sólo visible en sus matices al ojo experimentado, a no ser
que se empleen pruebas como el “Palográfico”, el “Graphe”, el “Test de las tres
vueltas de pista”, etc. (ver mi obra “La selección de personal”), es difícil de apreciar
en el grafismo, donde lo que captamos, a veces, se refiere más a la velocidad
aparente que a la velocidad real. Sin embargo, los cambios de velocidad son más
directamente observables debido, unas veces a la aceleración del movimiento
gráfico y otras a su ralentización. Podemos ver cambios de velocidad en las figs. :
80, 83, 95, 106a, 106e, 111, . Todos éstos grafismos tiene variaciones de velocidad
más o menos importantes.
La ralentización es indicador de freno, precaución, deseo de dar una imagen
95
positiva o de resaltar algo en una comunicación. Toda aceleración sobre el ritmo
normal del grafismo, es como una huida hacia adelante, o como el deseo de acabar
con una situación no confortable, no apetecible o molesta, o también el deseo de
acabar pronto una tarea que ya no tiene el mismo interés que cuando se inició. Esta
aceleración es muy significativa cuando se trata de cartas que intentan reflejar amor
o las buenas relaciones amistosas con la persona a quien se dirige el mensaje
escrito. Es distinto cuando se trata de apuntes tomados en una clase, en una
conferencia o en una conversación telefónica.
Los cambios en la velocidad del grafismo son propios de los sujetos muy nerviosos
y emotivos, de las personas agitadas y de los sujetos inseguros, flexibles y flotantes
de carácter.
96
La tensión producida por los efectos inhibitorios, paralizantes y defensivos de las
cargas de emotividad que tiende a alojarse en el individuo, sin que éste las libere y
regule mediante los sistemas normales de la motricidad (acción, palabras, gestos,
etc.).
Las desigualdades de la tensión se refieren, naturalmente, a la existencia en el
grafismo de signos fuertes y débiles. Son fuertes todos los signos que se refieren a
la fuerza, profundidad, dinamismo, rectitud, nitidez, etc. del trazado. Son débiles, los
trazos inseguros, flexuosos, torcidos, raquíticos, delgados o mal alimentados de
tinta, empastados, brisados (rotos), porosos o con dientes de sierra, etc. (ver figs.
206 y 213).
Una escritura en la que se alternen los trazos fuertes y débiles (figs. 43a y b, 44, 56,
79, 113 y 115) es siempre sintomática de alguna irregularidad en la salud o en la
esfera moral del sujeto. Las desigualdades de tensión en los trazos de flexión
(norte-sur, hampas-jambas), son indicadores de la inseguridad del sujeto en las
posiciones o actitudes que debe tomar con respecto a sus problemas de toda
índole. Unas veces será fuerte y resistente y otras claudicante, dependerá de las
cargas emotivas almacenadas o de los cambios de onda, baja alta, que tenga en
cada momento. Si el sujeto está en su onda baja, la posición del Yo en su medio
social, laboral o en su vida privada, será precaria. El sujeto sabe, a veces, qué
posición o actitud debe tomar, pero se siente incapaz de poderla mantener y opta
por el consentimiento o la claudicación.
Cuando las alternativas de trazos fuertes y débiles se producen en los movimientos
de extensión (polos izqda.-dcha.), los cambios de empuje-claudicación, los impulsos
de expansión-inhibición, se producen en las relaciones del sujeto con su entorno.
Puede imponer a veces sus criterios y mostrar un cierto dinamismo realizador,
mientras en otros momentos deja la acción en manos de los demás y se deja influir
por la presión de otros o por el criterio de los que le rodean encerrado en su
desgana depresiva.
97
por la vida como dando trompicones, inseguro, inhibido, necesita apoyos o
justificaciones razonadas para conectarse a los demás o para resolver los
problemas vitales. Su actitud vital es introvertida. Necesita rumiar los estímulos,
detenerse para reflexionar, tomar precauciones.
Cada detalle de los objetos, de las personas o de las situaciones es tomado como
un todo. Del mismo modo que separa las letras en las palabras, separa las cosas
por los detalles, toma una actitud analítica parcial, enjuicia de modo incompleto las
cuestiones y su parcialidad de juicio, su subjetivismo y su dificultad para ver las
cosas en su conjunto y en relación con cada circunstancia, dificulta las relaciones
con los demás. Se hace enojoso, inadaptado y raro. Al sujeto le resulta difícil
mantener la continuidad, tanto de pensamiento como de acción y esta dificultad será
tanto mayor, cuanta más desigualdad de espacio, forma y movimiento presente el
grafismo, es decir, cuanto más alto sea el nivel negativo.
Cuando la escritura desligada o yuxtapuesta presenta signos de ligazón aérea y un
buen ritmo en el avance de los movimientos, es decir, con predominio de signos
positivos, el inconsciente interviene a cada momento aportando una influencia
benéfica, una comprensión intuitiva y eficaz de las cosas y de las situaciones
incluso una creatividad armónica, pues el inconsciente y la consciencia se
compenetran armoniosamente (recordamos, en este momento los grafismos de
Bergson, de Streletski, Severo Ochoa y Emilio Zola, entre otros).
De un modo general, la escritura ligada corresponde a un pensamiento
acostumbrado a la síntesis, a agrupar el mayor número de cosas en un solo orden.
La escritura ligada refleja un tipo de pensamiento en que el sujeto se fusiona con el
objeto, se identifica con él, lo ama como parte práctica y utilitaria que le reporta
beneficios y lo integra en una especie de canibalismo psíquico (introyección)
haciendo que forme parte de su vida. Ligar es unir una parte con otra, o un objeto
con otro, mediante una identificación y asociación, es participar, responder de
inmediato y sin reservas a los estímulos internos y externos que emanan del “sí
mismo” o de la percepción o contacto con cada persona, con cada objeto o
situación. El sujeto toma una actitud de fusión o acercamiento al “objeto”, por
afinidad o identificación, por empatía. Su posición ante la vida es extravertida,
obedece a sus impulsos primarios, pues ni encuentra temores, ni obstáculos, ni
detalles que le detengan o inhiban de cara a sus contactos con lo externo o a su
necesidad de poner en marcha sus ideas, sus deseos, sus necesidades vitales.
Por el contrario, la escritura desligada o yuxtapuesta, representa la existencia de un
todo en cada letra, en cada detalle de un objeto. Esto supone un pensamiento
crítico y analítico que obliga al sujeto a detenerse, a separar el objeto en partes para
poder comprenderlo. Desune o divide para experimentar, para estudiar en
profundidad, para asegurarse que no hay nada oculto o perjudicial que pueda poner
al Yo en peligro. Se detiene en los detalles antes de valorar el “conjunto”, lo que
refleja una actitud defensiva hacia su entorno. Esta actitud es la introversión de que
nos habla Jung y la secundariedad de Heymans-Le Senne.
No debemos confundir la escritura desligada con la escritura.”cortada”, donde las
letras aparecen seccionadas o divididas en trozos, como por ejemplo, las “m”
cortadas en tres trozos, las hampas cortadas en la cima, etc.. Según F. Lefebure,
estos cortes en el interior de las letras, son debidos a un inconsciente perturbador y
causa de angustia, de procesos inhibitorios, de hipersensibilidad y ansiedad. Los
cortes en las letras, son generalmente patológicos. Según el Dr. Streletski, se deben
a perturbaciones circulatorias (especialmente esclerosis cardiovascular). En otros
casos son producto de dudas, de fobias y temores neuróticos.
98
La escritura desligada está descrita más ampliamente en mi obra “Escritura y
Personalidad” (pág. 189 de la 8ª edición). Ver allí este término.
Se refiere este signo al débil espesor de los trazos de flexión o de norte-sur del
grafismo (fig. 213). El espesor normal del trazado oscila en torno al medio milímetro.
En ciertos casos, el espesor de los trazos puede ser irregular o alternativamente
nutrido y desnutrido (ver el artículo Desigualdades de Presión D14).
La delgadez y fragilidad del trazado, suele corresponder a sujetos con una vitalidad
débil, muy vulnerables a los cambios atmosféricos y a toda serie de cambios o
pequeñas anomalías en el entorno en que viven. No soportan fácilmente ruidos,
corrientes de aire, humo de cigarrillos y otros estímulos o fenómenos molestos para
su delicada hipersensibilidad. Son seres que, como flores muy delicadas, necesitan
un tratamiento y un acondicionamiento especial para no sucumbir, para no caer en
desmayos, para no sucumbir por efecto de conflictos, roces o circunstancias
adversas.
(N) La delicadeza extrema de estos sujetos, les lleva con frecuencia a la angustia, al
sobresalto, a las palpitaciones del corazón, al sobrecogimiento, al temor excesivo a
los acontecimientos adversos de la realidad. La debilidad e impotencia sexual es
frecuente en sujetos de escritura desnutrida. Se defienden con angustia histérica de
todo aquello que imaginan un riesgo o peligro para su seguridad o una amenaza
física o moral. El simple roce de una prenda de vestir sobre su delicada epidermis,
es suficiente para sentirse muy molestos y alterados y para quejarse amargamente
de los “cernícalos” que fabrican tales prendas.
“El individuo que se siente chasqueado, trabado o limitado por la serie de
reglamentos rígidos y molestos, que le obligan a soportar el triunfo de una moral
frustrante para su débil energía y resistencia, se desenvuelve en la vida como
aprisionado por su impotencia y en lucha contra la ansiedad, la incomprensión y el
rechazo, estado en que las limitaciones pueden producir y producen una actividad
más o menos compulsiva” (F. Lefebure, ver obra citada). (Para más detalles
interpretativos, ver escritura Tenue, en mi obra “Escritura y Personalidad”, 8ª
edición, página 99).
99
de pensamiento, juicios de valor falsos y muy subjetivos. Mala organización del
tiempo y de la actividad. Falta de formalidad y de ética en la conducta. Tendencia a
mentir, a exagerar, a dramatizar las cosas en exceso y sin ningún sentido de la
prudencia y de la medida de la realidad.
El sujeto, dice Torbidoni y Zanin, está “lleno de ideas y de iniciativas pero las
expresa de una manera desorganizada, sin orden y sin cohesión. Le falta el sentido
de la distinción y de la proporción. Pasa de un concepto a otro sin preocuparse del
lazo que puede existir entre ellos. No presta ninguna atención a la forma, al estilo, a
la precisión del lenguaje, a la organización ni al método. Aveces, sus ideas y sus
improvisaciones le impulsan a pronunciarse y actuar de forma desconcertante”. (Ver
la continuidad de la interpretación de la escritura desordenada en la obra de estos
autores).
Para que una escritura sea desorganizada, ha tenido que haber sido anteriormente
organizada. Para determinar las causas de la desorganización gráfica, pues, deben
tenerse muestras comparativas.
Cuando la desorganización gráfica se debe a causas esporádicas (tomar notas
rápidas de algo, escribir sobre una mesa que se mueve o bajo la presión de alguna
amenaza, escribir durante una tempestad, en montañas muy altas o en cuevas de
gran profundidad, etc.), los cambios del grafismo no se corresponden con
variaciones de la personalidad. Solamente señalan causas accidentales que
influyen sobre la motricidad, sobre el acto de escribir.
La desorganización del grafismo puede ser debida a múltiples causas, como pueden
ser: una mayor edad, los efectos de alguna enfermedad, de algún accidente que ha
repercutido sobre el cerebro o el aparato motor, las intoxicaciones por el abuso del
alcohol, de las drogas, del café, por los excesos de trabajo o excesos sexuales, las
pasiones mal controladas, las distonías nerviosas (contracciones, sacudidas,
temblores, retoques, etc.), la precipitación, el desorden moral, el periodo de la edad
crítica, el periodo menopausico, la decrepitud o vejez prematura, los grandes
traumas morales dolorosos, etc.
100
jambas de la fig. 204, y la dimensión de los puntos y acentos en las figs. 96, 100 y
162.
(N) Toda desproporción es la imagen representativa de una hipertrofia distrofia del
juicio en la valoración del sí mismo o de las cosas. Supone un desarreglo o falso
concepto de la idea que tiene el sujeto de sí mismo o de algunas de las cosas que
le rodean, es la imagen de una mente apasionada, de un desequilibrio, de una
distorsión entre el pensamiento y la realidad.
El sentido psicológico de los movimientos desproporcionados, depende mucho de la
zona o zonas del grafismo donde se localizan las hipertrofias. Si se dan en las
zonas iniciales (fig. 187) reflejan, positivamente, el interés por todo lo histórico, por
el pasado individual o colectivo. La fig. 187, por ejemplo, corresponde a un
excelente historiador y periodista, al que se deben brillantes crónicas sobre la
primera guerra mundial y después, una “Historia Militar de la Guerra de España”,
etc. Fue director de la agencia EFE, director de La Vanguardia y embajador de
España en Whashington, en Santo Domingo, en la Argentina y en las Naciones
Unidas, 1964. Es el padre de José Mª. Aznar, Pte. del P.P.
En sentido más negativo, es la indicación de una autoilusión sobre la importancia
del Yo (falsa auto-imagen o imagen de sí mismo fantaseada), como es el caso de la
fig. 188 : inicial del nombre sobrealzada e inflada, seguida de un pedestal sobre el
que coloca el resto del nombre.
La desproporción, cuando corresponde a los trazos finales, (figs. 90 y 93), el sujeto
fuerza la realidad, la deforma, la cambia, para poder llevar a cabo sus deseos, sus
caprichos, incluso atrapando o “reteniendo” las cosas o a las personas en un afán
de posesión exclusiva (ganchos o arpones en los finales).
En la zona inferior se fantasean las necesidades instintivas, supliendo con la
imaginación la insatisfacción, la impotencia o las tendencias inconscientes
reprimidas de los instintos.
Las desproporciones en la zona media afectan a la conducta en la esfera cotidiana.
Suelen presentarse, en forma de inflación, en las letras de óvalo (“a”, “o”, “g”, “d”,
etc.) y reflejan un aumento ilusorio o fantaseado de los contenidos emocionales, de
las reacciones de agrado-desagrado, referidas a las personas u objetos, situaciones
o circunstancias con las cuales el sujeto tiene contacto. Ver la inflación de la “a” de
“Manuel” en la firma de Fraga Iribarne, fig.111bis)
101
movimiento hacia adelante, hacia el devenir. Aquél que vuelve hacia atrás o se
detiene, va en contra del mismo sentido de la vida o teme por ella.
De aquí que se interprete la escritura dextrógira como una facilidad para socializar
las tendencias, instintos y necesidades, los deseos y hasta los caprichos.
Esta sociabilidad fácil y espontánea genera hábitos de conducta abiertos y sinceros,
una franqueza y naturalidad feliz, una adaptación carente de ostentación y de
pedantería, es decir una gran sencillez de carácter, que no impide el cuidado de sí
mismo e incluso la elegancia moral.
La escritura dextrógira, tiene rara vez un sentido negativo, si nos referimos a la
marcha total de los movimientos hacia la derecha dentro de un ambiente armónico,
es decir, cuando no vemos discordancias, desproporciones chocantes,
desequilibrios de ritmo y otras anomalías (figs. 29, 96, 155 y 178). La escritura
dextrógira, se une generalmente a los signos de sencillez y simplificación. (Ver, para
más detalles, escritura progresiva, P17).
102
D27 - DILATADA, Escritura:
103
impulso y amplitud de movimiento y sin ninguna clase de inhibiciones, cortes,
detenciones o vacilaciones (ver fig. 178). La escritura dinamogeniada está siempre
bien alimentada de tinta, los trazos tienen los bordes netos y predomina el
movimiento sobre la forma, aunque a veces pueden armonizarse estos aspectos,
como ocurre en la fig. 178.
(P) Buen nivel de energía vital y de dinamismo físico, psíquico y mental. Líbido en
progresión, es decir, el sujeto renueva constantemente los esfuerzos necesarios
para cubrir sus objetivos. La líbido en progresión -dice Anna Teillard, discípula de
Jung- ”va acompañada de sentimientos y sensaciones de fuerza, de bienestar y de
esperanza. El sujeto soporta, sin problemas con los demás o consigo mismo, las
exigencias de la vida. Para él, lo que cuenta es el momento presente y el futuro. Se
ocupa poco del pasado”. Al movilizar todas sus fuerza vitales, el sujeto afronta todos
los problemas con gran confianza en sí mismo. Como consecuencia de este
dinamismo y seguridad, avanza por la vida y entre los demás, atrayendo el éxito,
despertando confianza y haciéndose notar.
La escritura dinamogeniada corresponde a sujetos que viven y se representan los
problemas, las circunstancias o los cambios inesperados, en pleno movimiento y
evolución, reaccionando y actuando sobre la marcha y sin perder la fe y el interés
en lograr los objetivos deseados. Ponen pasión y entusiasmo en todo proyecto o
realización y desarrollan sus facultades creadoras y persuasivas.
(N) Con bajo nivel positivo, la primariedad actúa a través de una imaginación
vehemente y de un comportamiento impulsivo. La audacia puede sobrepasar los
límites socialmente permitidos y la conducta puede salirse fácilmente del
comportamiento correcto, si el dinamismo gráfico va acompañado de
desproporciones en la dimensión y en la presión y de otros signos discordantes. En
este caso, el sujeto no es lo más idóneo para atender trabajos o tareas que
requieran paciencia, perseverancia, moderación en la conducta y trato equilibrado
de las cuestiones (poca prudencia y poca precisión en los juicios).
El lugar del espacio donde se abren o cierran las letras, especialmente las letras de
óvalo como la ”a”, “o”, “g” “d”, etc. tiene importancia, ya que expresa la actitud del
sujeto con respecto a la expansión de los sentimientos.
La abertura hacia la derecha y arriba (fig. 17) es un signo de expansión franca y
espontánea de los sentimientos. La abertura atrás y arriba (fig. 19), expresa una
franqueza prudente, reflexiva, cautelosa. La abertura excesiva en la parte alta de los
óvalos (óvalos en almena) refleja una expansión sin ninguna clase de reservas y
una receptividad total (tendencia a dejarse influir por los sentimientos y las actitudes
y las presiones de los demás). Los óvalos abiertos por abajo, en la base de las
letras (fig. 20) se ha interpretado siempre como fingimiento, insinceridad,
ocultamiento e hipocresía.
Así como la abertura corresponde a la expansión, el cierre de los óvalos coincide
con la reserva, la desconfianza, la ocultación o el disimulo. Equivale, según los
casos, a una boca cerrada, a un silencio que puede ser intrigante, malicioso o
intencionado. Los óvalos cerrados arriba y a la derecha, (fig. 22) son un indicador
de reserva, de prudencia. No se dice todo lo que se piensa o se siente. Se piensa lo
que se dice por alguna especie de temor, pero la actitud interna del sujeto no es
104
desleal o deshonesta, usa la sinceridad, la verdad reflexiva. El cierre por arriba y
atrás, casi siempre acompañado de un buclecito (figs. 23, 24 y 26), es indicador de
una reserva seguida de habilidad para decir y ocultar. En éste caso, la parte de
verdad ocultada, puede referirse a la tendencia a silenciar todo aquello no favorable
al sujeto o silenciar las intenciones que se desean ocultar.
Finalmente, la interpretación del cierre de las letras por abajo, en la base del óvalo,
depende de donde se inicie el movimiento y la dirección del giro que complementa
las letras. Si se inicia por abajo y el giro es hacia la derecha es una clara señal de
ocultamiento y de independencia. Si se inicia abajo y el giro es hacia la izquierda,
reflejará igualmente reserva, ocultación, insinceridad, pero con una actitud más
egoísta.
El egoísmo, el narcisismo y el egocentrismo se unen a la insinceridad, a la intriga, a
los silencios u ocultaciones maliciosas, a las insidias verbales, a la deformación de
la realidad para encubrir las intenciones ocultas, si los óvalos son en doble anillo, o
en nudo, en grafismos de nivel positivo bajo (ver las “d” de la fig. 174).
105
En el caso de la escritura ascendente, hay que tener en cuenta la fuerza del
dinamismo, la tensión del trazado, su dimensión, su ritmo, la cohesión de los
movimientos, etc. Una escritura ascendente, con fuerte ritmo, presión y cohesión,
sin signos inhibitorios, señala un avance eufórico, emprendedor y triunfador del
sujeto que se siente con sobradas fuerzas y facultades para llegar a los objetivos
deseados e incluso para sobrepasarlos.
Ahora bien, un grafismo ascendente, lleno de inhibiciones, de irregularidades de la
presión, de la dimensión, de la cohesión, etc., no refleja otra cosa que un estado de
excitación, ya sea esporádico o temperamental, tras del cual puede haber un ánimo,
y una voluntad insegura.
La escritura descendente indica, en general, una situación desfavorable a las
necesidades (físicas, afectivas o espirituales) del sujeto. Puede deberse a una
disminución de las fuerzas vitales (estrés o fatiga física, enfermedad, traumas
afectivos o morales, pérdida de personas o de objetos amados, pérdida de empleo,
fracasos sentimentales, escolares o profesionales, etc.).
Todas estas situaciones son determinantes de un descenso en el tono del ánimo,
del humor y de la voluntad.
Los imbricados o escalonados en ascenso (palabras cuyas letras finales ascienden
por encima de la base de la línea) reflejan los intentos de freno o de control de la
excitación. Esta excitación puede ser de predominio físico, afectivo o espiritual,
según lo indique el conjunto del grafismo.
El signo contrario, los imbricados o escalonados en descenso, son un indicador de
lucha contra una situación desfavorable a las necesidades del sujeto que se niega a
aceptar o no quiere reflejar al exterior.
Las líneas en arco convexo (primero suben y hacia la mitad bajan), parecen ser un
indicador de sujetos que inician objetivos llenos de entusiasmo de fervor y de
confianza en sí mismos, pero a medida que van surgiendo dificultades, problemas u
obstáculos en la realización de los objetivos, van perdiendo empuje, ilusión y
renovación del esfuerzo, sin que, a veces, lleguen a alcanzar de manera completa
el objetivo en su totalidad (ver fig. 39e).
En el caso de las líneas en arco cóncavo (primero bajan, luego suben, (fig. 39f), el
sujeto inicia con cierto temor, desconfianza o falta de entusiasmo, los objetivos
deseados y, a medida que se va dando cuenta que las dificultados son menores de
lo que imaginó en principio, se va animando y termina por lograr las metas
deseadas.
106
amplio de este tipo de grafismo y su significado ha sido realizado por el Dr. Gille
Maisani en su obra “Psicología de la escritura”, pág. 63.
Toda desarmonía es el producto de un desarreglo mental, de un deterioro en las
funciones físicas (mala regulación de las tensiones emocionales y de las pulsiones
instintivas), de una afectividad distorsionada o patológica (psicopatía) y como
consecuencia un comportamiento desadaptado o conflictivo.
107
y aparte, etc.
Se puede tomar como ejemplo de discordancias en la ocupación del espacio gráfico
la fig. 82. En este grafismo hay discordancias en la ocupación de espacio de ciertas
letras y partes de letra y entre palabras.
Las discordancias de espacio afectan a la autoimagen (idea que el sujeto tiene de sí
mismo), a la cordura o equilibrio del juicio y al sentido de orientación del sujeto en el
espacio y en el tiempo. Se trata pues, de distorsiones en la personalidad. Estas
distorsiones pueden ser graves y afectar de manera patológica, si las discordancias
son importantes.
108
vejez prematura, por cansancio físico, que produce retracción, etc. Sea por la causa
que fuere, la inclinación discordante afecta a las relaciones afectivas entre el Yo y el
Tú. Si es un signo muy marcado, puede ser patológico. En cualquier caso, afecta
también al normal desarrollo de la actividad sexual.
Para una mayor complementación del signo, ver escritura encabritada, E02.
Intento de ocultación o disfraz, con fines no siempre honestos, de los rasgos propios
o habituales de la propia escritura. En casi todo disfraz o camuflaje se emplean
escrituras-tipo contrarias a las habituales, por ejemplo, si el sujeto tiene una
escritura inclinada, procura invertirla; si es pequeña, la hace grande; si es cursiva,
la hace tipográfica, etc.
Este camuflaje o disfraz de la propia escritura, puede obedecer a diversas causas,
desde una simple comunicación humorística o inocente de cualquier sujeto alegre y
mistificado, hasta la falsificación hábil con fines criminales, pasando por el envío de
mensajes anónimos.
En la mayor parte de casos, el disfraz de la propia escritura, es un acto de
ocultación innoble, parecido al del sujeto que tira una piedra para herir a otro y
oculta la mano para no descubrirse. El objetivo más frecuente, en los anónimos, es
un deseo de venganza por celos, envidia, por desquite de algún mal recibido o por
cualquier otra causa que ha lesionado o lesiona el amor propio. El anónimo, supone
siempre una actitud cobarde en la que, a veces, se ocultan también deseos
sexuales incontestados e inconfesables.
El análisis de este tipo de grafismo, afecta por igual al grafólogo y al perito calígrafo
y, muchas veces, a la policía y a los jueces.
D38 - DISGRAFÍA:
109
Los movimientos de flexión (sobre todo las hampas) acusan una fuerza tensional
inflexible (trazos muy rectos y bien apoyados) terminando con base angulosa (figs.
28, 70, 146 y 208k, m y n).
La escritura dura coincide muy frecuentemente con la escritura angulosa y de líneas
rígidas, con una dimensión e inclinación muy regular y una presión fuerte e inflexible
en los movimientos de flexión.
En sentido general, la escritura firme-dura suele ser la expresión gráfica de un
“blindaje” acompañado de actitudes inflexibles y de una resistencia defensiva dura
que no cede a la sensibilidad de las pulsiones instintivas, a los consejos o
sugerencias de otros e incluso a las demostraciones palpables de un error personal
comentado por otro.
El comportamiento del sujeto, en aquello que no coincide con su postura rígida, con
sus dogmas o principios inflexibles (Super-Yo tiránico) es el de un rechazo
obstinado, el de una tozudez y terquedad obsesiva que no cede a razones o a
criterios basados en el sentimiento.
Detrás de esta rigidez obsesiva hay una potente sexualidad bloqueada. Las
pulsiones sexuales, se liberan a través de la agresividad. La excitación o energía
que no puede descargar el sujeto mediante un orgasmo pleno, se convierte, según
el Dr. Lowen, “en una fuerza perturbadora dentro del organismo. Como
consecuencia, se genera esa ansiedad flotante que puede excitar al corazón
produciendo palpitaciones, o sensación de hormigueo en el vientre y otros síntomas
corporales”.
En el terreno psíquico, la rigidez propia de un Super-Yo tiránico, puede generar
sentimientos de culpabilidad, ya que la falta de una satisfacción sexual adecuada,
hace que el sujeto se sienta mal, pecador o culpable y, a veces, proyecte sobre los
demás estos mismos sentimientos.
(P) En un grafismo con buen nivel positivo, la firmeza no alcanza la rigidez y
rigorismo estrecho de un Super-Yo tiránico, sino que mantiene las posturas y no
cede fácilmente a aquellas presiones o exigencias que son contrarias a sus
convicciones y a sus principios morales. El sujeto mantiene sus posturas con
dignidad, pero aceptan que existan otros criterios diferentes a los que él mantiene,
aunque no los siga. No obstruye la libertad y voluntad de los demás, mientras el
comportamiento de otros no lesione sus intereses o intenten imponer injusticias. El
sujeto es respetuoso con los derechos de los demás y con lo que es de los demás.
(N) Predominio de las propias ideas, sin preocuparse de las necesidades deseos o
apuros de otros (fallos de adaptación por egoísmo, por canibalismo, por
egocentrismo). Poca sensibilidad para captar los sentimientos del prójimo. Dureza
en el comportamiento. El sujeto niega la necesidad natural de dar y recibir, sobre
todo la de “dar”. Como consecuencia de la rigidez y el egoísmo, la defensa del
sujeto toma la vía del orgullo, de la altivez, del desprecio y de la crítica agresiva,
reduce su respiración, su captación de sensaciones y, sobre todo, la capacidad de
expresión emocional, es frío e insensible, es un mal compañero amoroso, exige
mucho y da muy poco.
110
presión), por la falta de nitidez del trazado. Los plenos y los perfiles, los óvalos y
ojos de las letras, los puntos y los acentos, se ciegan o emborronan, se cargan
excesivamente de tinta, como si la mano que escribe avanzara sobre el papel de
una manera torpe y cansina, con total ausencia de brío y dinamismo (figs. 27, 34,
48, 62, 102a y 111a).
La pastosidad en el trazado puede ser circunstancial a causa de una disminución de
las fuerzas vitales, por fatiga, estrés, enfermedad cualquier otra causa. Puede ser
temperamental y reflejar la pasividad, la tendencia al menor esfuerzo, el abandono a
la sensualidad, a los placeres de la mesa y de la bebida, la entrega a la “dolce vita”
a la pereza y al desaliento. Es necesario, pues, investigar la causa de la pastosidad
antes de lanzarse a un psicodiagnóstico.
Cuando se trata de un signo habitual, no esporádico o circunstancial, el sujeto
adopta ante la vida y los problemas una actitud pasiva, no es luchador, no tiene brío
emprendedor, se resigna a lo que le toca realizar y siempre eligiendo la curva de
menor esfuerzo. Su falta de vigor físico y moral hace que se deje llevar por el
entorno y se adapte pasivamente a las personas y al ambiente que le rodean. Su
voluntad flaquea si ha de hacer algún esfuerzo especial para remontar dificultades,
obstáculos o circunstancias adversas. Prefiere pedir ayuda y que otros le
solucionen sus problemas. W. Hegar decía que el sujeto “afirma el objeto en vez de
dirigirse contra él” (vive en simbiosis buscando el apoyo y la benevolencia ajena).
La escritura pastosa, se observa en estados de fatiga, surmenaje, en casos de
cardiopatía, de enfermedades pulmonares, de alcoholismo y de alienación mental.
Como he indicado antes, es necesario ver por la propia escritura, si se trata de un
hábito temperamental o de alguna causa circunstancial e investigar las causas.
111
en el inconsciente existe la tendencia contraria con igual o más fuerza. Por eso, no
será raro observar en los sujetos con éste tipo de grafismo, las actitudes
benevolentes en contraste con descargas agresivas motivadas por mecanismos de
defensa de tipo reactivo”. (Jaime Tutusaus).
112
movimientos en espiral en los dos sentidos (centrípeto y centrífugo : figs. 68 y 220);
movimiento sinistrógiros (figs. 119 y 126a), y óvalos en nudo (fig. 174).
Estos signos, como en la escritura enroscada, es la expresión de una tendencia
narcísica, es decir, de una dificultad para salir del sí mismo (fijación de la libido en el
Yo, en vez de dirigirla hacia el “objeto”). Esta actitud se debe a un desarrollo
deficiente de las pulsiones libidinales durante la infancia. El sujeto no recibió, en su
etapa infantil de neonato, el suficiente calor, amor, y ternura de la madre. Esta
vivencia afectiva frustrante en el adulto, determina cierta exageración en el “amor
propio”. El sujeto se crece y glorifica en su interior e idealiza apasionadamente sus
deseos y a algunos objetos. Esta canalización de la libido hacia sí mismo, hace al
sujeto hipersensible a las frustraciones y, como consecuencia, a las rápidas
reacciones neuróticas de irritabilidad y agresividad, a la envidia, a los celos y a las
exigencias neuróticas.
El sujeto narcisista, dice Walter Pöldinger, “tiende a las compensaciones en el
sentido de un sí mismo megalómano y de una fusión con un objeto idealizado del sí
mismo y a diversas formas de transferencia o relación especular. Se entiende por “sí
mismo” la representación central del amor y del respeto a sí mismo, que tienen
como base experiencias infantiles insuficientes y frustrantes”.
El sujeto narcisista, se distancia o retrae parcialmente de su entorno para volverse a
los objetos idealizados y con carga libidinal o para recrearse en su propia auto-
imagen. Esta disminución de su capacidad de comunicación, se debe, como hemos
dicho antes, a experiencias frustrantes sufridas por el sujeto en la época de
lactancia y aún en épocas posteriores, por ejemplo, haber tenido una madre que no
se ha ocupado con calor y suficientemente de su bebé.
Este signo ha sido interpretado con amplitud al definir e interpretar las escritura tipo
centrífuga, C06, centrípeta, C07 y enroscada, E04.
Ver, para más detalles interpretativos esta escritura tipo.
Entendemos por escritura equilibrada, aquella que presenta una buena armonía
equilibrio en los tres grandes aspectos del grafismo: movimiento, forma y espacio.
Por ejemplo, en la fig. 92, aunque la dimensión sea reducida (escritura pequeña)
hay un buen equilibrio entre la forma y el movimiento y entre éstos dos aspectos y el
espacio ocupado por letras, palabras y líneas. Este equilibrio y armonía no lo
impone una voluntad rectora y directora (escritura regular o regularizada), sino que
es ya un hábito que no requiere una especial atención o esfuerzo de la voluntad,
surge de manera semiautomática y por efecto de un hábito estético.
(P) La escritura equilibrada es el producto de un equilibrio, en el sujeto. de las
funciones físicas, psíquicas y mentales, es lo que Freud designaba como “principio
de constancia”, el “nivel de forma y de ritmo” de Klages y el concepto de “armonía”
de Crepieux-Jamin.
Cuando hay un equilibrio entre las tendencias, instintos y necesidades del sujeto y
las exigencias del mundo exterior, sin que exista pasividad aceptación sin
condiciones; cuando la adaptación no rompe con las convicciones morales y
estéticas y el sujeto no sufre represiones violentas o excitaciones emotivas altas;
cuando el nivel de actividad es más alto o parejo al nivel de emotividad, puede
decirse que existe equilibrio y que éste se transmite a la propia escritura
113
Para una mayor comprensión de la escritura “equilibrada”, ver en la obra “Escritura
y Personalidad”, páginas 136 y 137, lo expresado en el subaspecto “Estética”.
Si tenemos en cuenta que la vida se desenvuelve entre dos fuerzas independientes
y a menudo contrarias: las pulsiones individuales y las exigencias o condiciones
impuestas por el entorno, el equilibrio supone una buena entente (adaptación) entre
una y otra, fuerza. Si predomina una fuerza sobre otra, generalmente se rompe el
equilibrio. Cuando predominan las pulsiones individuales, el sujeto intenta imponer
su ley sobre el entorno para adaptarlo a sus necesidades, lucha para poner el
entorno a su servicio. Aunque ellos digan lo contrario, es el caso de los políticos.
Cuando la presión del entorno puede más que las pulsiones individuales, el sujeto
se defiende, se introvierte, se retrae. Cuanto más fuerte es el predominio de una
fuerza sobre otra, el desequilibrio puede ser tanto mayor. Para medir el grado de
equilibrio o de desequilibrio reflejado en el grafismo, disponemos del “Método Vels
de Grafoanálisis”. A través de los porcentajes positivo-negativos, del nivel de
emotividad y de actividad y, sobre todo, de los porcentajes de tensión-dureza de la
escala de Pophal, el “Método Vels de Grafoanálisis” evidencia el grado de equilibrio.
La escuela morettiana considera la escritura equilibrada como una buena
proporción en la anchura y altura de las letras en las palabras, entre palabras y
entre líneas (ver “Grafología”. Tratado teórico práctico”, páginas 113 y 114, Ed.
Tantin, Santander, 1992).
Las líneas tienen una dirección en escalera a causa que las letras en los finales de
palabra suben (figs. 117b y 213).
(P) Freno consciente de los estados de tensión o excitación. El sujeto desea
moderar sus reacciones de cara al exterior, no quiere cometer imprudencias o actos
contrarios a su imagen-guía, a su deseo de hablar u obrar con corrección. Este
constante freno, puede perjudicar la iniciativa emprendedora, el espíritu de lucha
contra las dificultades y la capacidad realizadora del sujeto, si el escalonado en
ascenso de las palabras va seguido de importantes signos de inhibición, como
pueden ser los cortes en la cohesión, los movimientos en suspenso, el acortamiento
o supresión de los trazos finales, los encabritamientos, etc.
No olvidemos, como aclaración a esto ultimo, que para frenar o retener los estados
de tensión o excitación, el sujeto debe emplear un buen caudal de energía, hecho
que restringe la fuerza expansiva y realizadora del sujeto, disminuyendo más o
menos su eficacia de cara al exterior en su constante retorno sobre sí mismo.
Los finales de palabra bajan, sin que necesariamente baje la línea (figs. 29, 42 y
52).
Lucha de la voluntad contra el desánimo, contra la fatiga o cansancio, contra los
aspectos desfavorables de la vida, contra los contratiempos, los fracasos sufridos o
contra alguna enfermedad.
Esta lucha puede pasar de la tenacidad a la obstinación sombría y sin esperanza,
114
según se presente el ambiente gráfico.
(Ver también en desigualdades de dirección el artículo, D09).
En la distribución del texto (entre palabras y entre líneas), predominan los espacios
en blanco en comparación con la masa gráfica (figs. 95 104, 105 y 107). El signo
contrario sería la escritura concentrada (figs. 18, 27, 31 y 61). No se debe confundir
la escritura espaciada con la escritura extensa o amplia. El espaciamiento de las
letras en las palabras (fig. 144a) es un signo de expansión, de extroversión,
mientras que el espaciamiento de las palabras y de las líneas (figs. 41, 95 y 104),
corresponde a actitudes predominantes de silencio, de introversión, de
distanciamiento del “objeto” (desamor, represión de la ternura).
Aclarado este punto, el predominio de los espacios en blanco sobre el texto
corresponde, generalmente, a los silencios que separan las frases habladas (Gille-
Maisani - “Psicología de la Escritura”), Ahora bien, éstos silencios pueden ser
reflexivos, defensivos o de tipo autista y pueden también reflejar la tendencia a
compensar las vivencias de frustración amorosa de la infancia, en forma de un “si
mismo” narcisista y megalómano. Todo depende de las dimensiones y del
dinamismo del gesto gráfico en su conjunto.
Teóricamente, cada persona establece un espacio de aproximación o separación
entre ella y sus interlocutores. Esa distancia se acorta se alarga, de acuerdo con el
deseo o rechazo de contacto físico que se tiene cada sujeto con la persona con la
cual se habla.
Esta actitud conductual de proximidad o distancia en las relaciones ha sido
estudiada ampliamente por los norteamericanos, especialmente por el Dr. Hall en su
obra “The Silent Language”. Entre los americanos, la distancia de separación
adecuada para reñir, hacer el amor o conversar es aproximadamente de 45 cm.
(para los europeos mediterráneos esa distancia es menor). Según Hall, citado por
Flora Davis en su obra “La comunicación no verbal” (Alianza Editorial, Madrid,
1983), a la distancia indicada, las personas se comunican, no sólo por medio de las
palabras, sino también por el tacto, el olor, la temperatura del cuerpo, el ritmo
respiratorio, etc.
De acuerdo con ésta teoría, la persona que espacia las palabras y las líneas más de
lo normal, establece una distancia de “no contacto”, de “no aproximación” por
diversas causas, entre las que puede estar la actitud de defensa de la propia
intimidad, la repulsión, el rechazo, la inseguridad, el miedo al fracaso, una
sexualidad reprimida, etc.
El espaciamiento se debe a silencios reflexivos cautos o prudentes en el caso del
autor de la fig. 95, cuyo grafismo refleja una inteligencia brillante y despejada, con
función pensar introvertida.
El espaciamiento se acerca más a la soledad, a la poca comunicación, cuando
dominan los signos de lentitud, de inhibición, de inversión y de dificultad en la
cohesión de las letras en las palabras (fig. 86).
En ciertos casos de escrituras lentas y con signos epileptóides, los espaciamientos
excesivos entre palabras y los lapsus de cohesión suelen indicar ausencias o
suspensiones bruscas de la actividad mental durante unos segundos en que la
conciencia queda en blanco.
El predominio del espacio entre palabras y líneas en una escritura alta, grande,
115
sobrealzada, estilizada y dinámica, puede reflejar la tendencia a distanciarse de
personas triviales, vulgares o de un rango inferior al que se cree estar, lo que no
deja de ser una actitud de orgullo más o menos narcisista y paranoide.
(P) Con buen nivel positivo, señala la corrección de modales, la discreción en el
modo de hablar y actuar, así como la capacidad para elaborar y planificar proyectos
a mediano y largo plazo.
Con una escritura muy pequeña, inhibida y apretada, la tendencia al silencio y a la
soledad puede coincidir con una actitud autista. El sujeto, en este caso, rechaza
más o menos el mundo que le rodea y se refugia en el castillo de su propia alma,
abstrayéndose en sus propios pensamientos. Vive integrado en su mundo interno
lleno de deseos, angustias, sensibilización y fantasía. Dentro de su castillo
imaginario y fantasmagórico, construye sueños, fantasías, utopías, que son para él
sus únicas realidades. La actitud del sujeto autista es siempre incomprensible para
las personas normales. Cuando el autismo no es muy intenso, suele ser la
consecuencia, en las mujeres, de un embarazo no deseado.
El tema del espacio entre letras, palabras y líneas es uno de los aspectos mas
interesantes de la grafología morettiana. Ver en éste sentido el tratado de Torbidoni
y Zanin “Grafología. Teoría y práctica”, Ed. Tantin, Santander, 1991 y “Segni del
vissuto”, del Dr. Cristofanelli, así como otras obras de Silvio Lena, Palaferri, etc.
La grafóloga alemana Avé-Lallemant, ha estudiado profundamente los disturbios del
espacio gráfico, como “signos de alarma”, en la versión francesa de su obra
“Comment interpreter l’écriture de vos élèves”, Ed. Bordas, París, 1987.
116
de ascenso se pega, sin continuidad, al movimiento de bajada.
Finalmente, cuando las jambas se complican con movimientos, a la vez curvos y
angulosos, desproporcionados y discordantes (figs. 82 y 126a), las perversiones
sexuales pueden estar presentes.
La inflación de los óvalos de las letras “a” y “o”, en las “d”, “g”, etc. en desproporción
con el resto de letras de la zona media, son un indicador de fantasías, de
embolados, de engaños al sentimiento de otros, de exageraciones y
dramatizaciones verbales sobre hechos que no tienen más importancia que la
normal (ver la “a” de “Manuel” en la firma de Fraga, fig. 111 bis). Este signo y la
escritura filiforme suele ser muy frecuente en la escritura de los que se dedican a la
política. (Para más detalles, ver mi obra “Grafología estructural y dinámica. La
interpretación psicológica de los signos gráficos por zonas”).
117
Una escritura es estable cuando no presenta variaciones importantes en los tres
grandes aspectos (forma, espacio y movimiento). Ejemplo: las figs. 10, 14, 16 y 31
son estables. No se debe confundir la escritura estable con las escrituras igual y
monótona (figs. 15, 44, 47 y 48). En la escritura estable, aunque predomine
ligeramente la forma sobre el movimiento, puede haber cadencia (figs. 10, 16 y 46)
o ritmo (figs. 108, 114, 114f y 115. La fig. 114f corresponde al Papa actual).
La escritura estable corresponde, generalmente, a sujetos con una emotividad poco
alta o controlada de manera natural, sin esfuerzo especial de la voluntad, lo que
supone una adaptación estable y tranquila o un dinamismo prudente y consecuente,
según el grado de brío y vibración activa que muestre el grafismo. En unos casos el
carácter corresponderá al tipo sanguíneo de Heymans-Le Senne y, en otros, al
flemático (ver éstos tipos en mi obra “Manual de Grafoanálisis”, págs. 110 y
siguientes.
La escritura estable es propia de personas que mantienen una conducta coherente
y equilibrada, poco cambiante, si las condiciones del entorno son poco variables,
pero con buena disposición al cambio, si lo exigen el entorno o las circunstancias
que rodean al sujeto.
Dentro de la cualidad “estable” del movimiento gráfico, hay distintos matices según
la fuerza, dinamismo y vibración que muestre el grafismo. El sujeto actúa sobre su
medio para adaptarlo a sus necesidades, si el grafismo tiene fuerza expansiva y
realizadora (figs. 55, 152 y 135). Con menos fuerza expansiva y menos dinamismo
realizador, es decir, con mayor predominio de la forma sobre el movimiento, el
escritor trata de adaptarse lo más posible a las condiciones de su entorno (fig. 46, la
cual corresponde a un administrativo, poco creador, pero eficiente en su oficio.
Finalmente, la fig. 45, que corresponde al escritor Sebastián Juan Arbós, la
estabilidad se debe a un proceso de orden y raciocinio propio de un introvertido muy
evolucionado.
118
E13 - ESTILIZADA, Escritura:
Las letras se estrechan de modo que predomina la altura sobre la anchura (figs.
97a, 103, 106, 120 y 187). No se debe confundir la escritura estrechada con la
escritura apretada. En la escritura estrechada la estructura de las letras
mayúsculas, de las hampas y de las jambas es alargada y estrecha, pero puede
haber un espacio normal entre una letra y otra (fig. 103). En la escritura apretada lo
que se estrecha es el espacio entre letras (figs. 44, 48, 52 y 79), aunque ambas
escritura tipo suelen darse juntas.
La escritura estrechada responde, en general, a un mecanismo de defensa contra
las vivencias de sufrimiento, culpabilidad o peligro. Es un reflejo condicionado de
encogimiento frente al dolor físico o psíquico, frente a un complejo de culpabilidad o
frente a la representación objetiva o subjetiva de algo que puede frustrar o
amenazar al Yo y despierta vivencias emociónales relacionadas, inconscientemente,
con el pánico o el displacer. Es una expresión de “retraimiento”, de inhibición o
temor. También puede señalar la vertiente antagónica de una vivencia impulsiva
reprimida. Ver también óvalos estrechados, O14.
A esta actitud de “encogimiento” se le pueden asignar los siguientes significados:
Falta de confianza en sí mismo frente al entorno o frente a las circunstancias
actuales y, como consecuencia, los signos de temor, timidez, retracción,
desconfianza, culpabilidad e inseguridad, y toda clase de complejos psico-afectivos
derivados de mecanismos de defensa del Yo, del Super-Yo y del ideal del Yo.
Este mecanismo psíquico de defensa, supone la debilidad del Yo en determinadas
circunstancias en que el individuo no se siente seguro. Tanto la escritura estrechada
como la apretada, tienen parecido significado psicológico ya que obedecen a una
actitud de opresión de sentimientos y tendencias, a un temor, a una falta de libertad
expansiva de las emociones y de los deseos: timidez, cortedad, inhibición. El origen
de muchas de éstas actitudes, puede estar en la dureza o en la excesiva
indulgencia de los padres (complejo de desamparo) de la primera infancia del
sujeto. La dureza, según Schultz-Hencke, provoca angustia, temor al castigo directo
o pérdida del amor. La excesiva indulgencia, conlleva también angustia e
inseguridad ante la dureza del mundo.
119
El sujeto busca, en todo momento, permanecer al abrigo de todas las contingencias.
Tiene un exagerado temor al fracaso y al ridículo, a dejar su Yo maltrecho en
cualquier lucha o competición con los demás. Se introvierte y rumia en su interior
cada una de las experiencias que ha tenido, incluso en su propio ambiente íntimo.
En ocasiones le sobran méritos y conocimientos para optar a cualquier cambio en
su vida, pero si carece de apoyos en qué basarse, suele renunciar a una mejora
antes de exponerse a un fracaso o quedar en ridículo. Su Yo padece una timidez
revestida de orgullo que sólo le sirve para quedar coartado, bloqueado o indeciso
frente a determinadas eventualidades. La escrupulosidad, el orden, la puntualidad,
la economía, la tenacidad y el ahorro son las notas clave del carácter.
En ciertos casos de personas muy hipersensibles (fig.147), se desvía la fuerte
necesidad expansiva hacia una defensa y una represión intensas. (Ver, para más
detalles, el “tipo anal” en mi Diccionario y los mecanismos de defensa en mi artículo
del boletín nº 6 de la A.G.C.).
120
escolar, del gusto estético y del grado de simplificación y armonía alcanzado.
Contribuyen a la evolución de la escritura, aparte de la cultura y la educación, el
matrimonio, la profesión, las relaciones sociales, y, negativamente, las
enfermedades, las drogas, el alcohol, etc.
Decimos que una escritura es extensa cuando la anchura de las letras, en la zona
media, sobrepasa la altura (figs. 10, 58, 65, 70, 90 y 98). La amplitud corresponde
más bien a la anchura de las mayúsculas, de las letras de hampa y jamba y de los
finales.
Así como las escrituras apretada y estrechada corresponden a las características
psicológicas de los tipos anales e introvertidos y tienen como expresión física el
encogimiento, la retracción, las escrituras extensas y amplias son un indicador de la
extraversión, de la actitud oral y tienen como expresión física la expansión libre y
abierta de los gestos, la comunicación, la sintonía fácil con el entorno. De aquí la
capacidad para entablar relaciones y participar en tareas sociales o de comunidad.
Como la extroversión es un campo psicológico muy amplio, conviene ver otros
aspectos del grafismo para matizar el significado de cada grafismo extenso. Por
ejemplo, la actitud vital extravertida del autor de la fig. 54, no es la misma que el
autor de la fig. 58. El primero se extravierte por el pensamiento y la intuición y
desarrolla una actividad creativa como guionista de películas. El segundo es un
relumbrón que arrastra su vanidad por las reuniones sociales y no crea nada, pero
habla superficialmente de todo. Es un extravertido por la sensación y su tendencia
es la de gozar físicamente todas las sensaciones.
El ancho de letra en la grafología morettiana está en relación con el grado de
capacidad para afrontar la visión panorámica de los hechos y de las cosas, El sujeto
no se limita a apreciar unos cuantos aspectos, sino que intenta profundizar y sacar
conclusiones generales y universales de sus observaciones. Sin embargo, como
hemos visto más atrás, éstas interpretaciones pueden tener bastantes matices,
según el grado de posibilidad del grafismo. Ver para más detalles la obra de
Torbidoni y Zanin “Grafología. (Texto teórico práctico”, páginas 96 y siguientes, Ed.
Tantin, Santander, 1991).
Las letras, en la zona media, pierden su estructura natural y son sustituidas por una
especie de hilo que se desenrolla, Ver como ejemplo las siguientes figs. 81d, 106e,
139 y 179. La filiformidad afecta, principalmente, a las letras “m” y “n”, pero puede
extenderse al resto de las letras de la zona media (fig. 179).
La “forma”, como dice Aristóteles, expresa lo que hay de más constante en la
naturaleza de los seres y de las cosas. Desfigurar o deformar las letras hasta
hacerlas irreconocibles, sustituyéndolas por una especie de hilo desenrollado,
señala una actitud poco concreta, una imprecisión, una simplificación dubitativa, no
siempre noble en el lenguaje escrito. Todo cuanto hace dudar es una lesión a la
evidencia.
121
El empleo del trazado filiforme, puede tener dos sentidos muy diferentes: a) el de
abreviar y simplificar la escritura para avanzar más rápidamente, y b) la intención
premeditada de oscurecer la comunicación o mensaje escrito, es decir, la intención
consciente de no dejarla comunicación o mensaje suficientemente claro, para poder
transformar a posteriori su sentido, según la propia conveniencia.
Por tanto, el movimiento filiforme responde a las siguientes notas clave en la
conducta: a) simplificar para avanzar; b) flexibilizar para eludir o evadir
responsabilidades directas o tomar posiciones firmes; c) negación o reinterpretación
de los hechos como mecanismo de defensa de sentimientos de inferioridad,
sentimientos de culpabilidad, distímias depresivas o agresivas, etc. propias de una
actitud interna de inseguridad.
La escritura filiforme, puede ser también un medio al que se recurre para anotar
algo rápidamente, sin otras consecuencias éticas o morales. como son, por ejemplo,
los apontes de clase o notas tomadas por teléfono.
Cuando hay una actitud flotante: el sujeto trata de evitar posibles responsabilidades
cargándolas a otros o al destino (actitud simbiótica), que adoptan también los
sujetos que asumen responsabilidades sin encargo previo. Esta actitud flotante que
elude o evade la aclaración o solución de problemas, sean éstos objetivos o
interhumanos, significa que el sujeto tiende a sobrestimar las propias capacidades y
tiene miedo a la confrontación, o que se descubra su inoperancia..
En la actitud del “Yo valgo - Tú no vales” del Análisis Transaccional,. el sujeto puede
asumir, de forma aparente, ciertas responsabilidades en un afán de significarse, aún
sabiendo que hay otros que pueden asumirlas con mayor eficacia que él. Este es el
caso de los sujetos que recurren a la negación o reinterpretación de la realidad
porque desean mantener la imagen de sí mismos que se crearon en la infancia de
ser niños listos que todo lo saben...
122
escritura habitualmente filiforme, es signo de neurosis, de debilidad sexual y de
carácter.
Cuando el grafismo filiforme no es habitual, sino que se debe a trabajos rápidos de
anotación (apuntes, borradores, etc.), no tiene otro significado que el deseo de fijar
brevemente y con rapidez temas o asuntos de interés para el sujeto.
Con escritura descendente o caída, con trazos débiles y congestionados, puede ser
un indicador de estrés, de agotamiento o enfermedad (A mayor abundancia de
datos, ver coligamento filiforme, C22.
Este tema de los trazos iniciales y finales ha sido tratado con bastante profusión en
mi obra “Grafología estructural y dinámica”, por lo que solamente haremos mención
aquí, brevemente, a algunas modalidades: Los finales en las palabras son un
indicador del modo de contacto del sujeto con el “objeto” (persona o cosa que tiene
delante, es decir, lo más próximo a él físicamente). Los finales de palabra expresan
el modo como se comporta el sujeto cuando se enfrenta con el entorno para
alcanzar los objetivos deseados.
Partiendo de este postulado, es fácil deducir que los finales cortos, inhibidos o
suspendidos (figs. 95 y 122), reflejan una actitud interna, de algún modo insegura,
generadora de un contacto prudente, reflexivo o inhibido frente al “objeto”.
Los finales largos son, por el contrario, la expresión gráfica de una expansión sin
frenos inhibitorios, es decir, las tendencias pulsionales (instintos, deseos, afectos,
caprichos, necesidades, etc.), tienden a avasallar, a invadir, a arrollar al objeto (figs.
37, 70, 90 y 93).
Los finales ascendentes y en diagonal con la línea, tienen el mismo significado que
las barras de las “t” (figs. 210 y 211), son signo de oposición, de litigio, de lucha, de
agresividad neurótica y desadaptada.
Lo finales en descenso oblicuo o en diagonal bajo la línea, lo mismo que las barras
de las “t”, (figs. 151 y 208j y k) son expresivos de obstinación, de ideas fijas, de
obsesiones, etc.
Los finales en arpón (fig. 37), añaden a la agresividad arrolladora la apropiación
ilegítima o retención indebida del “objeto”. De ésta predisposición, pueden derivarse
otras complicaciones, como pueden ser el rencor, la venganza, la agresividad por
celos o envidia, etc. Generalmente es un signo patológico o de desadaptación
neurótica.
Los finales, no siempre son acerados, terminados en arpón, masivos, inhibidos. Hay
escrituras cuyos finales son medianos y tienen la punta roma, es decir, ni son
masivos ni acerados. Estos finales suelen entrar dentro de las escrituras armónicas
y equilibradas.
Son muy interesantes las variaciones de los finales (los rizos) que de acuerdo con
la escuela morettiana, describen L. Torbidoni y Zanin en su obra “Tratado teórico
práctico de Grafología”.
123
Sobre la firma se ha escrito mucho. Es el tema favorito de los curiosos y de los
principiantes. Es frecuente que te aborden con la siguiente pregunta: “¿Qué le dice
esta firma?”.
Opinar sobre la firma, exclusivamente, es tanto como desconectar la personalidad
de su entorno, de su rol familiar, social y profesional. La firma es un dato incompleto
fuera del texto. Es como juzgar a un individuo partiendo, solamente, de su auto-
imagen, de cómo se ve el sujeto a sí mismo, concepto que, muy a menudo, no
refleja la realidad.
Es por esta razón que, en mis obras, no he dedicado mucha literatura al estudio de
la firma y de la rúbrica y sólo he hecho mención a los aspectos mas destacados. Por
otro lado, siempre he sido incapaz de ver la cantidad de simbolismos que han visto
otros autores, aunque he mencionado algunos de ellos. Una vez justificado,
vallamos al grano.
Como postulado previo, la firma es una auto-imagen que sirve de sello de
identificación y afirmación del propio “Yo” frente al entorno. Esta identificación
puede ser fuerte (fig. 96) o débil (fig. 106e) puede estar en equilibrio con el rol
familiar, social y profesional, independientemente de la actitud vital introvertida o
extravertida (fig. 92, 114e y 114f), o puede estar en discordancia, cuando los
aspectos gráficos difieren en texto y firma (figs. 113).
Simbólicamente, si en la firma lo que destaca son las dimensiones de los
movimientos en el nombre, la fuerza de la auto-imagen se centra en lo que el sujeto
es o representa en su ambiente familiar. El sujeto ha sido, es, o está siendo
importante en su esfera íntima y tiene vivencias, recuerdos agradables ligados
esencialmente a la madre. El sujeto se siente cómodo y feliz en aquellos ambientes
que se le trata como en familia y en los que goza la sensación de sentirse
importante.
Si las dimensiones destacan preferentemente en el apellido, la fuerza de la auto-
imagen está en su identificación con su rango o rol social, con lo que representa
profesionalmente o con el nivel que ha alcanzado el sujeto dentro de su entorno y
fuera de él.
En el caso de la fig. 106a, es fácil deducir que la fuerza de la identificación se
centra en la autoimagen del nombre, en “Pier” y disminuye bastante en el apellido.
Estos mismos inflamientos dimensionales de la auto-imagen aplicados tanto al
nombre propio (relacionado con la madre) como al primer apellido (relacionado con
el padre), puede darnos testimonio también del tipo de relación del Yo con la madre
y con el padre, aunque, a veces, puede reflejar tan sólo una importancia fantaseada
e irreal.
Finalmente, el modo como trata el sujeto su segundo apellidos es indicador de
posibles fijaciones a la madre, o de un complejo de Edipo mal liquidado. Ver, por
ejemplo, en la fig. 106e, la mayor dimensión y estructuración del segundo apellido
en la firma del escritor Hernández Catá (leer pié de la fig. en “Escritura y
Personalidad”).
Otro rasgo importante en cuanto a la identificación y al concepto que tiene el sujeto
de sí mismo (autoimagen) es cuando la firma aparece tachada por la rúbrica (fig.
194). Tacharse a sí mismo es tener una idea despreciable del propio Yo. En éstos
casos hay que buscar las causas. Las causas pueden ser físicas, como por ejemplo,
ser manco, cojo, tuerto, jorobado, impotente, etc.; pueden ser morales, como ser hijo
de padre desconocido, ser delincuente, drogadicto, haberse prostituido, etc.;
pueden deberse, también. a complejos de inteligencia, tales como sentirse torpe,
desmañado, incapaz de comprender y asimilar cuestiones más o menos complejas,
compararse con hermanos brillantes en los estudios, etc.
En las mujeres casadas, el volumen e importancia del propio nombre, comparado
124
con el apellido tomado del marido, nos reflejará, simbólicamente, si la auto-imagen
se identifica más con su nombre familiar (nombre propio reforzado)) o si la
identificación recae preferentemente sobre el apellido tomado de su consorte, ya
sea debido a su admiración por el marido o al rango o categoría social o profesional
que éste posee y que le beneficia.
Allí donde la dimensión, la presión y la forma de las letras tiene mayor fuerza,
relieve y volumen reside el núcleo principal de la auto-imagen, de la identificación a
través de la firma.
Otro aspecto importante en la firma, aparte de lo ya expresado, es la claridad, la
legibilidad de la firma y su punto de ubicación con relación al texto (a la derecha, en
el centro, desplazada a la izquierda, cercana al texto o distanciada del texto, etc.
La claridad y legibilidad, suele expresar la confianza del sujeto en su propia auto-
imagen, en el concepto que tiene de sí mismo. Este concepto será tanto más
equilibrado y realista, cuanto más se parezca la firma al texto y cuantas menos
desproporciones presenten las mayúsculas en relación a las minúsculas.
La ilegibilidad en la firma, salvo en los casos de personas que tienen que firmar
numerosos documentos al día supone, de cara a los demás, una falta de voluntad
de identificación. El sujeto muestra de éste modo un Yo evasivo, cuando no
engañoso o falso.
La ubicación de la firma está en relación con la toma de posición frente al mundo.
Esta posición o actitud, puede ser de acercamiento, si la firma se ubica a la derecha
y próxima al texto. Puede expresar retirada, desconfianza, reserva o introversión, si
la firma se distancia del texto y se ubica a la izquierda.
Finalmente, una postura intermedia entre la confianza y la desconfianza, entre la
comunicación y el silencio, entre el deseo de acercamiento y la reflexión prudente,
se puede deducir de la firma medianamente separada del texto y colocada en el
centro de la página.
La firma puede tener una dirección horizontal (serenidad, estabilidad, equilibrio
entre ambición y realización). Puede ser ascendente, reflejando una ambición no
satisfecha, el sujeto no ha llegado a situar su auto-imagen en el rango que él desea.
Puede ser descendente, en cuyo caso, puede tratarse de una situación frustrante o
depresiva o de una enfermedad que mine las fuerzas, las esperanzas e ilusiones
del sujeto.
La dirección puede ser sinuosa, como en los casos de Krutchov, de MacMillan y de
Manuel Fraga (figs. 111 bis). La sinuosidad está descrita en el coligamento, artículo
C23 bis, y en escritura sinuosa S13.
Con estos postulados y con las escritura tipo y gestos-tipo dominantes en cada
firma, se pueden interpretar todos los casos.
125
personalidad, para combatir los obstáculos, las dificultades y las situaciones
adversas y para actuar sobre su medio ambiente adaptándolo a sus propias
necesidades y, por extensión, a las necesidades colectivas o de grupo. Por tanto, la
firmeza, no sólo es capacidad de resistencia frente a las presiones externas, es
también capacidad para actuar y modificar las condiciones del entorno luchando
contra las dificultades, trabas, oposiciones o circunstancias adversas.
Tal como indicamos en “Escritura y Personalidad”, la firmeza y tensión del trazado,
es generalmente, predisposición a la acción, decisión, brío y pasión en los deseos,
en las ideas, en los objetivos a lograr y lo mismo en los afectos y en las opiniones.
Si el dinamismo gráfico es potente y fuerte el nivel de irradiación, el sujeto se
impone en su medio ambiente, pues la firmeza, en un extravertido, tiende a operar
como fuerza de choque contra el exterior, como una fuerza que arrolla obstáculos y
que se impone al entorno, sobre todo, si las barras de las “t” y los finales de palabra
acusan buena presión horizontal (fig. 55).
En cambio, la firmeza con signos predominantes de introversión, tiende a
manifestarse como fuerza de resistencia defensiva (fig. 46). En este caso, el sujeto
se apoya en la reflexión, en los principios, en las normas, no invade el terreno de
otros, pero tampoco deja que invadan el propio.
La firmeza del trazado, con un buen nivel positivo, es señal de buena salud, de
buena capacidad de rendimiento realizador y creativo, de entereza y firmeza moral y
de seguridad en la forma de pensar y ejecutar las creaciones del propio
pensamiento, ya sean prácticas y utilitarias, artísticas, científicas, comerciales o
industriales. Toda realización o creación supone romper con un mundo de rutinas y
de convencionalismos, por tanto, se necesita “energía”, fuerza renovadora, pasión
en los objetivos deseados y continuidad combativa frente a las resistencias
exteriores. En otras palabras: se necesita una voluntad “firme”.
(N) La tensión sin control, es una fuerza anárquica que tiende a invadir un terreno
que no le es propio, atropella o somete sin consideraciones la voluntad ajena, los
derechos de los demás, incluso la propiedad de otros en forma abusiva y sin
reciprocidad (figs. 37, 70 y 93).
La acumulación de la presión sobre ciertos trazos (finales, barras de las “t” (fig. 61),
o sobre los movimientos de flexión (fig. 33) señalan desequilibrios emocionales,
brusquedad, explosividad, brutalidad, etc.
A la firmeza del trazado (ver escritura firme), se añade la terminación de los trazos
de flexión en ángulo agudo, sobre todo en la base de las hampas en zona media
(fig. 28) y en el cambio de dirección en la base de las jambas (figs. 83 y 120). Se
incluyen en ésta definición, las barras de “t” y las jambas triangulares. A veces la
cúpula de las hampas es también angulosa (figs. 93 y 216). Es cierto que algunas
de éstas escrituras proceden de modelos caligráficos angulosos, pero si la edad de
las autoras, pues suelen ser grafismos femeninos, supera en varios años la época
escolar, éstas personas permanecen identificadas con la dureza que tal modelo de
escritura representa.
El modelo caligráfico anguloso fue creado para reafirmar, en épocas pasadas en las
educadas, la entonces necesaria represión sexual, exigida por los criterios de
moralidad religiosos para evitar los pecados y la vergüenza social por hacer el amor
antes del matrimonio. No sabemos en qué medida esto era logrado, pero no hay
126
duda que la escritura angulosa era un blindaje bastante duro contra la sexualidad,
ejerciendo efectos represores, incluso después del matrimonio. Hoy, la educación es
mucho más libre, mucho menos represiva, incluso se pretende instruir sobre las
cualidades de la sexualidad a la juventud actual. Con las pastillas anticonceptivas y
con otros medios y técnicas para hacer el amor, hemos pasado de las escrituras
angulosas, expresivas de dura renuncia, de sacrificio y de abnegación disciplinada,
a las escritura predominantemente curvilíneas y naturales.
Hacer el amor ya no es un pecado grave antes de llegar al matrimonio. Tener un
hijo, siendo soltera es una deshonra para la mujer y para la familia de ésta, se tolera
en la actual sociedad de otra manera, como también se tolera, incluso se aprueba,
convivir en pareja sin pasar por el matrimonio, entre otras cosas, aparte de lo que
cuesta en dinero crear un hogar, porque si no hay avenencia y comprensión en la
pareja, es muy fácil la separación, con el consiguiente ahorro económico (boda,
piso, muebles, etc.).
La escritura dura, en los grafismos masculinos, suele ir acompañada de la escritura
rectilínea y rígida, de la regularidad dimensional y de inclinación. En los grafismos
femeninos coincide con la escritura caligráfica angulosa (figs. 28 y 70).
En general, la escritura dura es, como se ha dicho, un blindaje, una armadura
protectora contra las tendencias naturales, especialmente contra el contacto
epidérmico y sexual. Esta represión puede ser educacional, puede ser el efecto de
una frustración infantil (madre despegada del neonato o madre cuyo embarazo no
fue deseado, etc.). Sea cual fuere el origen, la escritura dura, ésta supone una
desadaptación por rigidez, por atrincheramiento en sí mismo, por efecto de un
Super-Yo tiránico que se niega a reconocer las necesidades de amor y ternura.
De aquí que quepan como significado de la escritura dura, todas las actitudes de
egoísmo, independencia, escrúpulo exagerado, desadaptación, cumplimiento de las
obligaciones y de los deberes a rajatabla, sin afecto por los demás y sin flexibilidad,
con dureza en las propias exigencias y, por proyección, dureza en las exigencias a
los demás. La intransigencia, propia de la escritura tensa y dura es también una
dificultad para reconocer los propios errores aún con las demostraciones más evi-
dentes (negativismo). La dureza represiva, produce en los sujetos con ésta
escritura, la falta de sensibilidad para entender y comprender los sentimientos
naturales de otros y el dolor ajeno, etc.
El sujeto con un Super-Yo tiránico y rígido, no sólo es inflexible, sino que se niega a
la actitud natural de dar y recibir, pues en él se reduce la respiración, las
sensaciones, los sentimientos y la capacidad de expresión emocional como
consecuencia de su frustración amorosa y genital.
El orgullo, la altivez, la actitud “espigada” (posición del cuerpo como echada hacia
atrás), son expresiones defensivas conducentes al rechazo de las manifestaciones
sentimentales y de las ideas y sugerencias ajenas, sin reparar en el beneficio o
conveniencia de las mismas. Los sujetos con escritura dura suelen dar importantes
porcentajes en los grados IV y V de la escala del Dr. Pophal (ver en el “Manual de
Grafoanálisis”).
Marchesan había observado “amores violentos”, en la escritura dura con las
hampas muy apoyadas (fig. 33), incluso se ha observado la escritura dura, seca,
acerada, apoyada e inarmónica, en ciertos delincuentes sádicos. Es inútil tratar de
encontrar matices afectivos en sujetos con éste elevado índice de blindaje y de
represión. Allí donde falta la armonía y la buena regulación y equilibrio de la
127
emotividad, podemos encontrar un carácter violento, agresivo y brutal.
Es firme-suave una escritura cuando los movimientos en flexión, las hampas y las
jambas, en su base, cambian el sentido direcciones en curva (ver las bases de las
hampas en las figs. 137a, 138 y 215) y las jambas terminan en punta redondeada en
la base (figs. 118 y 133b).
La fuerza o energía representada por una presión y un dinamismo fuertes, no tiene
un modo de expresión o descarga brusca, sino que se suaviza al entrar en contacto
con la realidad, al tomar contacto físico, afectivo o mental con los demás. La fuerza
del sujeto no es de choque frontal o de ataque a la personalidad de otros, sino una
fuerza sugerente, adaptativa, que no renuncia a las propias ideas, a las convic-
ciones personales, a las posiciones tomadas o a los objetivos deseados, pero
intenta conciliar las propias necesidades y las propias ideas con las exigencias de
su entorno, sin arrollar a las personas, respetando los derechos humanos y las
pertenencias de los demás. Estamos hablando de un buen porcentaje en los grados
II y III del Dr. Pophal (Ver “Manual de Grafoanálisis”). En razón de que la expansión
o descarga natural de las pulsiones instintivas, no siempre encuentra su momento
propicio y su oportunidad (no siempre está disponible el “objeto” hacia donde se
pueden canalizar los impulsos), es frecuente que las terminaciones de las jambas
sean unas veces redondeadas o redondas y otras angulosas.
Si la escritura tiene un buen grado de presión y dinamismo y las jambas son unas
veces curvilíneas y otras angulosas en la base, esto quiere decir que las pulsiones
se retienen, se frenan o inhiben cuando hay ángulos y las necesidades están
satisfechas, o quieren satisfacción, cuando las bases de las jambas están en curva
(ver éstas alternativas en las figs. .46, 100 y 181).
128
preordena los programas y obra rápidamente en el momento adecuado y en las
condiciones más favorables”. (Ver, para más detalles, la obra de L. Torbidoni y Zanin
: “Grafología. Tratado teórico-práctico”, pg.145, Ed. Tantin, Santander).
La escritura acusa un déficit de tensión en los movimientos, los cuales son más o
menos flojos, no rectos o torcidos en las hampas y jambas y poco afirmados,
inseguros, vacilantes, etc., en las letras de la zona media y generalmente con un
coligamento proteiforme. El trazado puede ser anguloso y sin tensión (fig. 105) o
curvilíneo y flojo (figs. 30, 67 y 84).
Para otros autores, el trazado flojo es lo que nosotros hemos descrito como trazado
de “peso aparente”, como peso sin tensión, sin dinamismo y sin profundidad (figs.
48, 67, 83 y 91). En ambos casos, la consecuencia es el déficit de energía nerviosa
y psíquica. Así como el peso real indica fuerza, potencia y dinamismo realizador y
creador, el peso sin fuerza, sin dinamismo y sin profundidad (trazado pastoso, sucio,
congestionado y sin vibración) refleja la pasividad, las tendencias estáticas del
sujeto, la lentitud, el estancamiento, la inercia, el surmenaje.
El déficit de tensión en los trazos, es también un déficit en el tono vital del sujeto, es
una atonía en la energía nerviosa y psíquica, lo que determina un grado más o
menos elevado de influenciabilidad, de permeabilidad a las presiones del ambiente
y, por supuesto, la incapacidad para actuar venciendo obstáculos o superando
dificultades. Esta incapacidad, siempre relativa, para la acción fuera de los
ambientes donde el sujeto se siente apoyado o protegido, es también extensiva a su
lucha por la vida y a su defensa personal.
El sentimiento de impotencia, la inseguridad, la falta de firmeza moral, la
inestabilidad y la fácil claudicación a las presiones externas, puede llevar, por
debilidad, no sólo a la insinceridad, a la mentira por defensa, sino también a la
deshonestidad y a la delincuencia.
Es frecuente observar algunas letras en ángulo o en triángulo, así como barras de
las “t” en diagonal hacia abajo en las escrituras blandas y flojas.
Estos ángulos, triángulos y trazos en diagonal, expresan el único recurso defensivo
que cabe en las personas débiles: la resistencia pasiva, la cabezonería, la
obstinación y la proyección de los sentimientos de culpabilidad sobre otros o sobre
circunstancias negativas atribuidas al entorno.
Esta escritura. es propia de los sujetos neurasténicos. (Para mayor ampliación, ver
este mismo término en “Psicología de la Escritura” del Dr. Gille, Ed. Herder,
Barcelona, 1992).
La forma, uno de los tres grandes aspectos del grafismo, ha sido estudiada en
profundidad en mi obra “Grafología estructural y dinámica”, página 7 y siguientes.
La forma, en grafología, hay que entenderla como la expresión indicadora de las
distintas modalidades de carácter y como reflejo de conservación, variación y
evolución de los hábitos adquiridos.
129
D10 - FRAGMENTADA, Escritura:
130
tipo histeroide (ver el término “Histérico” en el Diccionario).
El sujeto tiene tendencia a sorprender a su entorno adoptando actitudes y posturas
contradictorias, amaneramientos, haciendo parodias, escenas chocantes y
atrevidas, insinuaciones, provocaciones a menudo con falta de pudor y de recato. Si
se trata de una mujer (fig. 117a), intenta lanzar mensajes físicos a través del cuerpo
destinados a despertar la sexualidad a base de mover el peinado, de destacar los
pechos, de mostrar las piernas y cimbrear el cuerpo al andar o moverse. Estos
mensajes físicos, es como si quisieran decir: “¡soy una mujer apetitosa, mírame,
poséeme!”, aunque a la hora de la verdad, el mensaje resulta falso, frustrante y
degradante para quien se deja impresionar. Y es que este tipo de personas, son
más vanidosas y voluptuosas que realmente sensuales y sexuales. Sólo les
complace “excitar”, para dominar la atención de los demás o ejercer dominio sobre
el otro sexo con medios engañosos y, a veces, perversos.
Con los útiles actuales (bolígrafos, rotuladores, etc.) no resulta fácil apreciar los
trazos que contienen espesores bruscos de tipo espasmódico que antes, con las
antiguas plumas, incluso con las estilográficas, los regruesamientos, eran fáciles de
ver. Sin embargo, aplicando una lupa con suficiente aumento, se puede deducir por
la profundidad del marcado del cauce y pasando la yema del dedo por el reverso del
papel.
Cuando éstos apoyos fusiformes se presentan sólo en la zona superior y en los
tramos más altos de las letras, pueden reflejar la tendencia a los éxtasis místicos
como sublimación de las pulsiones instintivas, tal como ocurre en algunos grafismos
de santos (ver “Escritura y Personalidad”)
131
intelectuales, muchos méritos profesionales y muchos inventos industriales han sido
usurpados por sujetos con Este signo.
La escritura angulosa, impulsada, desordenada, complicada y desproporcionada
agrega un sentido maligno y muy negativo a la agresividad propia de este signo. A
la avidez, puede agregarse, en este caso, la rapacidad, el latrocinio, el rencor y las
ideas de venganza.
El arpón, en las terminaciones de trazos verticales, pueden ser un indicador, entre
otros, de tendencias epileptóides, de trastornos psíquicos (disturbios
psicosensoriales), de estados depresivos o de gran excitación nerviosa. Los hemos
observados en personas diabéticas que han tomado reforzantes, como, por ejemplo,
los preparados de jalea real.
132
“savoir-faire”. No mata la ilusión, pero no se deja llevar por ella. Siente curiosidad
por llegar al meollo de las cosas y sabe colocarse en el lugar de otro para tratar de
comprenderle mejor.
Movimiento producido por un impulso vivo y tajante que corta toda posibilidad de
adaptación en razón al triángulo que antecede al disparo final del movimiento sobre
la interlínea (fig. 149, segunda “t”). La reacción es aquí más dura e intransigente
que en el golpe de látigo. El sujeto impone de manera autoritaria y tiránica, sin dar
opción a réplica o sugerencia, aquellas ideas, deseos o iniciativas que surgen de
inmediato en su mente impulsiva. Son sujetos en quienes dominan las pasiones
unidas a las ideas fijas, muy agresivos y vehementes, les corroe la impaciencia, no
aguantan las esperas normales, las colas. No toleran la resistencia de otros a sus
deseos. Si pueden, arrollan a las personas, eliminan brutalmente los obstáculos y, si
no pueden, se dan a los diablos de manera muy irritable y colérica.
133
Se observa este grafismo en militares y en sujetos que intentan resolver todos los
asuntos a rajatabla, aquí y ahora y sin dilación alguna. El temperamento dominante
en éstos sujetos es el nervioso-sanguíneo-bilioso, sin que el bilioso pueda poner
orden a las crisis que le anteceden. Con un ambiente gráfico, predominantemente
positivo, proporciona las cualidades de mando táctico, la imposición de la propia
autoridad sin menoscabo para la personalidad de los demás. Como jefe, los
empleados lo temen y admiran al propio tiempo. Premia la lealtad, la eficacia, la
disciplina y la honradez. Es muy duro con las negligencias, la insinceridad y la
deslealtad. Apoya y defiende con ardor a los empleados y a las personas que
estima. Sabe ser justo con quien se lo merece.
134
La escritura grande con predominio de la forma es un indicador de las tendencias
estáticas y representativas. El sujeto exalta y venera lo grande y heroico, lo
majestuoso y decorativo, las grandes figuras de la moda, del arte, de la política o de
la literatura (lee la revista ¡Hola!). Vive pendiente de lo que brilla y alcanza fama y
esplendor es espectador de la belleza y vive procesos de identificación con lo que
admira. El sujeto tiende sólo a magnificar lo grande e importante y en todo caso
copia.
En cambio, la escritura grande con predominio del movimiento, es un indicador de
fuerza y entusiasmo realizador, de pasión por los objetivos a lograr, de necesidad de
cambiar, innovar y dar nuevo impulso y sentido a las cosas, ya sea en el terreno
social, profesional o familiar. Intento de unir lo útil a lo agradable y el mayor número
de cosas en un sólo orden. Siente la necesidad de mandar y dirigir, de tener
autoridad, de decidir por todos. En virtud de la audacia, del entusiasmo y del
dominio de las situaciones externas, si el sujeto es inteligente, esta ambición se
cumple.
Bajo el punto de vista moral: nobleza y generosidad de sentimientos, conciencia
amplia, altruismo, fácil socialización de las ideas y de los actos, interés por las
cosas de los demás y por una seguridad colectiva (sentimientos comunitarios).
Demanda de justicia igual para todos, aunque puede haber más interés personal en
salvaguardar lo propio, o en representar un rol social, que una verdadera grandeza
y nobleza de alma.
(N) Exaltación de la propia estima, de la propia importancia, del rango social o
profesional (orgullo y vanidad inmoderados u ostentosos). Suele ocurrir en artistas
encumbrados por la fama, o en sujetos que ejercen su poder apoyados por su
dinero. De alguna manera, la escritura grande, con bajo nivel positivo, refleja la
supercompensación en orgullo o vanidad, de antiguos complejos infantiles de
inferioridad, ahora transformados en actitudes de superioridad mediante apoyos
externos (dinero, poder, fama, etc.) es decir, sin ningún mérito personal noble y
digno que acredite un valor real a la personalidad.
En algunos casos es como una especie de venganza hacia los demás (sadismo) por
las humillaciones que el sujeto cree haber recibido en la infancia y que ahora
proyecta sobre su entorno. Ese puede ser el caso de la persona de la fig. 106c y el
de las intrigas perversas e insidiosas de la fig. 174.
Desprecio por los detalles y déficit de atención y de concentración. Carácter
independiente y no siempre dispuesto a reconocer aquellas normas y deberes
sociales y profesionales que debe cumplir (tendencia a sentirse por encima de los
criterios e ideas de los demás). La excesiva autoimagen, el orgullo y la vanidad,
inclinan al sujeto a interpretar las costumbres y normas del entorno, no según lo que
representan en la realidad, sino según conviene a la idea que el sujeto tiene de sí
mismo, a sus deseos, a su comodidad y a sus exigencias del momento. Falta de
consideración, de tacto y de respeto a la personalidad de los demás y a sus
derechos sociales y pertenencias.
135
Se trata de un tipo de escritura que destaca sobre el papel por el falso relieve,
grosor y pastosidad del trazado producido, únicamente, por el rastro de tinta, pero
sin signos de profundidad, tensión y dinamismo (figs. 62, 97b y 175).
Predominio de las facultades senso-perceptivas. Memoria del aspecto físico de las
personas y de las cosas. Actitud pasiva y de observación, sin que el sujeto haga
nada por modificar la realidad, cuando ésta deja de ser favorable a sus necesidades
y aspiraciones (pasividad). Sensualidad, inclinación a los goces físicos,
especialmente a la gastronomía. Para más detalles, ver escritura pastosa, P03.
El trazado supera los ¾ de m/m. o más en el grosor o espesor (fig. 175). Hay que
distinguir entre trazo grueso-profundo y dinámico (fig. 181) y trazo grueso-superficial
y estático (fig. 175).
(P) En el primer caso (fig. 181) el grosor con tensión y dinamismo es el patrimonio
de las personas activas. En este caso se trata de una mujer con predominio del
“ánimus” junguiano. Es periodista y muy introducida en el campo de las relaciones
sociales, con preferencia escritores, artistas, políticos y militares de su época.
En el segundo caso (fig. 175) se trata de una persona muy sensual, con grandes
dotes de observación y de memoria visual, con gusto por la pintura, muy aficionada
a visitar las salas de exposiciones de Barcelona, pero fuera de algunos intentos por
realizar algún paisaje o bodegón, prefiere deleitarse contemplando el colorido y las
formas de los pintores que admira.
La escritura gruesa con profundidad y dinamismo, es difícil que sea cilíndrica (trazos
de flexión y extensión con igual espesor; fig. 175), generalmente es apoyada y
robusta en los movimientos de flexión, como ocurre en la fig. 181. Este signo es
propio de una energía vital fuerte, de una gran capacidad productiva y realizadora
que inclina a poner en marcha el propio pensamiento y convertirlo en realidad
palpable. Esta cualidad personal, implica también, prontitud de decisión, seguridad
y confianza en sí mismo y en los objetivos deseados.
La Escritura Gruesa, profunda y dinámica, puede ser dura, cuando las bases de las
hampas son angulosas (fig. 85a), lo que agrega a la actividad un apasionamiento
irreductible, una actitud dura e intransigente o una resistencia en las actitudes
tomadas difícil de vencer. La pasión en los deseos o en las ideas fijadas en la
mente, hacen inútil cualquier oposición o explicación basada en los sentimientos o
en la comprensión. La sensibilidad de estas personas es un recinto cerrado en el
cual no penetra otra idea o sentimiento que el que generan los propios deseos.
Cuando los movimientos en flexión se curvan al entrar en contacto las hampas con
la zona media (bases de las hampas en curva, fig. 181), las ideas y los deseos,
pueden ser igualmente apasionados, pero se suavizan al tomar el sujeto contacto
con las personas y con la realidad cotidiana.
136
La guirnalda es un gesto abierto y receptivo que se caracteriza por el enlace en
forma de copa de los elementos de las letras, esencialmente las “m” y “n”
minúsculas y las bases de las hampas en zona media. Las figs. 14, 122 y 175,
tienen un coligamento en guirnalda.
La escritura en guirnalda tiene muchos matices. La guirnalda puede ser en forma
oval, cuando la escritura es redondeada (fig. 55). Puede ser en segmentos de
círculo, cuando la escritura es redonda (figs. 117a y 137a). Puede ser buclada,
estrechada, ensanchada, con fuerte presión en la base, etc.
La guirnalda oval se interpreta como la escritura redondeada (ver escritura
curvilinea y coligamento en guirnalda, claves: C47 y C21, respectivamente). Y la
guirnalda en segmentos de círculo, como escritura redonda. Ver las claves
anteriormente mencionadas.
Para interpretar adecuadamente la escritura en guirnalda, hay que tener en cuenta
varias cosas, entre ellas la inclinación de la escritura y su grado de tensión y
dinamismo, la dimensión pequeña o grande, la amplitud o estrechez de la onda
gráfica, el espaciamiento (palabras y líneas), etc.
Como gesto abierto, receptivo y blando, la escritura en guirnalda refleja, en general,
una actitud de adaptación suave, amable y complaciente, capaz por flexibilidad y
ductilidad de acomodarse a cualquier persona y circunstancia sin entrar en choque,
oposición o contradicción con los demás. Esta actitud o disposición benigna y
amable, puede haber sido estudiada para obtener, mediante el encanto personal y
la suavidad, toda clase de ventajas, privilegios, atenciones y mimos.
La presencia de bucles en las guirnaldas, cuando coincide con los óvalos en doble
anillo y cerrados o abiertos por abajo, refleja una amabilidad muy estudiada e
insincera, demostraciones de aprecio simuladas, egoísmo adquisitivo o posesivo y
todo cuanto pueda derivarse de la intención de sacar provecho fingiendo un trato
amable y seductor personalizado. Si este tipo de guirnalda se regruesa en la base
(presión desplazada), (Ver fig. 101), el sujeto acentúa sus atenciones y
amabilidades para satisfacer su sibaritismo sexual hasta debilitar su energía, como
es el caso del autor del grafismo citado (ver el debilitamiento de los trazos verticales
y la pastosidad del trazado).
La adaptación al medio puede ser parcial si la escritura es pequeña y espaciada
entre palabras y líneas, en cuyo caso, el sujeto sólo se adapta bien en aquellos
ambientes y ante aquellas personas que se siente seguro.
Con escritura grande y extensa, la adaptación es espontánea, extravertida, el sujeto
se comunica con los demás con facilidad, habla de todo y con todos y a veces con
un enfoque infantil de las cuestiones, si el nivel de positividad es bajo.
Para más ampliación sobre la escritura en guirnalda, ver coligamento en guirnalda,
C21.
Este término, en sustitución de “palote”, está tomado del francés “hampe” (asta o
astil) de las letras “l”, “b”, “t”, etc. Es el movimiento en flexión que baja de la cima de
estas letras hasta su base en la zona media. Los movimientos en flexión que parten
de la zona media hacia abajo, los llamamos “jambas”, del francés “jambe” (pierna).
137
Para interpretar las hampas hay que tener en cuenta la presión y firmeza de estos
trazos, el grado de espesor y profundidad, su longitud, y la forma que toma la base
en la zona media, entre otros aspectos.
La observación de las hampas es fundamental para descubrir el grado de energía
afirmativa (firmeza, resistencia) de cada sujeto de cara al enfrentamiento con la
realidad, con los problemas que plantea la vida. No tienen la misma energía y
capacidad de afirmación y resistencia los autores de las figs. 84, 85, 85b, 86, 87 y
88.
En la fig. 84, el sujeto tiene mucha ambición y deseo de autoridad y de dominio
(barras de las “t” altas, sobrealzadas y en arco, algunas despegadas del hampa
sobrevolándola), pero las hampas son flojas, vacilantes, inseguras, como el resto
del trazado en todas las zonas del grafismo. Deducimos de ello, que el sujeto vive
fuera de la realidad, no tiene energía suficiente para poner en marcha sus utópicas
ideas y ambiciones y su ánimo se consume en la frustración, en la impotencia, en el
deseo contrariado, en la neurosis de angustia y de ansiedad. Las barras de las “t”
en arco expresan las presiones y problemas procedentes del cuerpo, de anomalías
en la sexualidad y la influencia opresiva de la vida cotidiana.
En la fig. 85a, la firmeza y rigidez de las hampas expresan una afirmación y
resistencia duras, una intransigencia cerrada a toda clase de sugerencia, de
explicación o de oposición. Esta persona mantiene a rajatabla sus posiciones, sus
ideas y deseos, sin dejarse influir por ningún tipo de presión o por los sentimientos
ajenos. El pensamiento está anclado en las ideas fijas, en las obsesiones
dominantes.
En la fig. 85b, las hampas tienen brutales apoyos en la presión y, como
consecuencia, las reacciones ante las presiones u oposiciones del entorno, son
también brutales, explosivas y fuera de tono, es decir, muy desproporcionadas en
relación con los motivos contrariantes.
En la fig. 86, la poca envergadura de las hampas y el trazado general, más bien
inseguro, entrecortado e inhibido, deja ver un pensamiento acostumbrado a
claudicar, a someterse humildemente a la autoridad y dominio o a las presiones de
la gente de su entorno, lo que no impide una cierta compensación en la esfera
sexual, donde la presión y la dimensión es dominante en algunas jambas. En la fig.
87, la presión en las hampas es bastante débil (fragilidad y delicadeza en la manera
de sostener las actitudes y posiciones). Esta persona es muy vulnerable e
impresionable frente a las presiones del ambiente, pero evita en lo posible los
contactos con las personas de carácter violento y dominante, se introvierte e intenta
autorrealizarse a través de actividades de su elección que no requieran lucha
activa.
Finalmente, el predominio dimensional y de la presión sobre las hampas de la fig.
88, nos refleja, dado el ambiente gráfico positivo, una imaginación muy activa y
creadora que compensa, a través de la actividad intelectual, las posibles
deficiencias o problemas que puede tener en las pulsiones instintivas (jambas
cortas, simplificadas y dextrógiras). Se trata de un guionista de cine. Como hemos
visto por estos ejemplos, la interpretación de cualquier signo aislado, debe hacerse
en razón del ambiente gráfico en que se encuentre. La teoría del signo fijo, para
nosotros, es rechazable.
138
La base de las letras de hampa, en la zona media, unas veces acaban en curva y
otras en ángulo (ver figs. 208i y 208m).
Cambios en las actitudes de afirmación y de resistencia del carácter. El sujeto se
muestra unas veces tolerante y otras se cierra a toda comprensión, sugerencia o
petición.
Cuando los ángulos afectan a la cúpula de las hampas y éstas aparecen algo
deformadas y congestionadas, puede deberse a cefaleas o dolores de cabeza más
o menos esporádicos o a otras posibles dolencias cerebrales. (La fig. 67 es un
ejemplo).
Las hampas se curvan hacia la derecha tomando la forma de una “C”, (fig. 29). Es
un gesto de abertura “hacia afuera” dando la espalda al pasado, a los recuerdos de
la vida familiar o de la vida infantil. En razón de vivencias o experiencias poco
estimulantes o dolorosas y tal vez una relación poco afortunada con el padre, el
sujeto siente cierto temor sobre la forma como puede desarrollarse su futuro.
Este signo fue estudiado por el grafólogo Félix Klein, durante su estancia en un
campo de concentración en la Alemania nazi. Según este autor, las hampas
curvadas en sentido dextrógiro, podían expresar tres cosas: a) temor o ansiedad por
el futuro; b) dificultades en relación con el padre y c) temor de los demás
compañeros. En el caso de la fig. 29, nosotros vemos una necesidad de superación,
de superioridad (hampas de dimensión predominante sobre las jambas), ambición
posiblemente nacida del antagonismo con el padre, una imaginación activa y
creadora y un ferviente deseo de libertad, ennegrecido a veces por desánimos
repentinos contra los que intenta luchar (imbricados en descenso).
En cierto modo, este gesto-tipo se puede interpretar como un derivado de la
guirnalda, aunque en posición vertical. Y, en efecto, nosotros hemos visto las
hampas en curva cóncava en personas amables y complacientes, muy adaptables y
con una cierta actitud de obediencia y sumisión, es decir, poco resistentes a las
presiones externas, con buena disposición para todo y con fácil olvido de las
ofensas recibidas.
Las hampas se curvan hacia la izquierda tomando la forma de una “C” invertida, es
decir, se curvan en sentido contrario a la marcha natural de la escritura (ver las dos
“l” de la fig. 117a).
Las hampas curvadas hacia la izquierda, parecen expresar una actitud de defensa,
de rechazo, de desconfianza frente al entorno social. Esta prevención, no exenta a
veces de reserva y de orgullo, puede ser la consecuencia de experiencias dolorosas
139
o de sucesos no resueltos en la infancia que han motivado ya sea un rechazo o un
refugio en la imago materna.
Según Félix Klein indica: “Temor al pasado a causa de sucesos que han creado
ciertos reflejos condicionados negativos”. Estos sujetos andan por la vida con un
humor huraño, llenos de recelos y desconfianza, de oposicionismo, de incredulidad
y, a menudo, repletos de odio, de resentimientos o de rencores agresivos ante, la
fantasmagórica idea de un ambiente o entorno hostil.
Cuando no se trata de un signo de retracción o rechazo, la torsión en forma convexa
de las hampas, se puede pensar en alguna anomalía orgánica como puede ser
trastornos circulatorios o respiratorios (fig. 43b), dolores de espalda, y en la
pubertad, los efectos de los cambios endocrinos propios de la edad crítica, entre los
13 y 16 años, dependiendo del comienzo, mas o menos temprano o tardío, de los
cambios de niño a adulto. (Para mas detalles, ver escritura torcida, T11).
140
Hay casos de angulosidad en la cúpula de las hampas debida a perturbaciones
cerebrales, como pueden ser tumores y otras anomalías (fig. 201), en cuyo caso el
ángulo, en el cambio de sentido de estas letras, presenta anomalías de forma y de
presión, como pueden ligeras torsiones, quebraduras, sacudidas nerviosas,
empastados o cegamientos. Las cúpulas angulosas y congestionadas (fig. 113), las
hemos hallado en algunas personas con cefaleas o dolores de cabeza esporádicos.
Estos últimos casos deben ser confirmados por el médico o por el autor del
grafismo.
La mezcla alternativa de las cúpulas de las hampas en ángulo y en curva, señala
una sensibilización excesiva a los problemas que plantea el entorno y una
adaptación más o menos dificultosa de las propias ideas y convencimientos a las
situaciones que se producen en el medio ambiente familiar, social o profesional. Es
un gesto de sufrimiento que puede enlazarse a estados de angustia, de ansiedad o
depresión.
En la fig. 77, se alternan las hampas de vértice anguloso con las de vértice
redondeado. Estos cambios de forma son expresivos de un contraste entre los
principios convencionales (escritura caligráfica, regular, estable, monótona y
estereotipada, con fuerte predominio de la forma sobre el movimiento) y la variación
de las personas y de las situaciones que se producen en su entorno. Esta persona,
anclada o acartonada en sus hábitos de vida, de normas y de trabajo, no puede
adaptarse con flexibilidad y rapidez a los cambios normales que se producen en su
ambiente. Vive atada a los modelos de educación, conducta, respeto y disciplina
que lleva impresos y automatizados en su interior. Por tanto, su pensamiento sufre y
oscila entre pequeñas adaptaciones coincidentes con sus ideas y manera de
organizarse y los rechazos de todo aquello que resulta contrario a su Super-Yo, a su
sistema de ideas, de reglas de conducta y de convencimientos.
Las hampas normalmente deben ser rectas y firmes en los grafismos de las
personas sanas y con buena vitalidad (figs. 178, 181 y 187). Si las hampas se
adelgazan o se curvan excesivamente, se tuercen o presentan inflexiones en doble
curva, este será un detalle de deficiencia o debilidad en la afirmación de sí mismo y
de las posturas tomadas. Semejante deficiencia, la podemos ver en las figs. 101,
141 y 145.
141
Cuando las hampas presentan un recorrido torcido, con abertura hacia la derecha,
en forma de “C” invertida, el sujeto muestra en este gesto una especie de escudo
representativo de su necesidad de defensa frente a un ambiente exterior que le
resulta hostil o nocivo y busca protección en personas cuyo carácter le recordarán,
inconscientemente, la imago materna. Este gesto es equivalente al arco en la zona
media y como tal, puede reflejar una actitud introvertida, seguida de una fuerte
desconfianza y de la necesidad de elaborar actitudes inauténticas, comportamientos
falsamente amables, para cubrir o tapar las frustraciones o humillaciones sufridos
en la infancia o en la vida adulta, ahora convertidos en proyecciones inconscientes
de odio o resentimiento sobre otros.
Estos afectos contrariados, pueden tener como origen el odio infantil al padre y a
veces a la madre. Es un signo difícil de interpretar por sí mismo. Conviene aclararlo
en entrevista con el propio sujeto.
Los movimientos sinuosos o con doble torcedura en las hampas, suelen ser un
detalle de la escritura floja y señala, como en ésta, un déficit de la energía nerviosa
y psíquica, una falta de afirmación de las ideas y de las actitudes tomadas y, por
tanto, la permeabilidad e influenciabilidad del carácter, la imprecisión y la falta de
firmeza moral. Es propio este signo de los sujetos asténicos que, a veces,
desarrollan un carácter negligente, tortuoso, falso y desleal.
Las torsiones en las hampas pueden tener un origen cardíaco, circulatorio o
endocrino. También pueden deberse, a sacudidas nerviosas propias de ciertos
desequilibrios del sistema nervioso (fig. 201), ya sea por el efecto destructor del
alcohol, de las drogas o por cualquier tipo de enfermedad que ataque al sistema
nervioso.
Hampas temblorosas. El temblor (fig. 212), se caracteriza por la deformación del
trazado a causa de una serie de angulitos, localizados en los trazos, dando la
impresión que la mano no ha podido realizar los movimientos con un sólo impulso o
de un tirón, sino que se ha visto impedida por una serie de pequeñas sacudidas o
convulsiones que han hecho oscilar el pulso. El temblor puede ser tanto vertical
como horizontal.
Las causas más frecuentes del temblor son la vejez, la senilidad, el exceso de
fatiga, las infecciones, la ataxia, la encefalitis, la esclerosis en placas, el bocio
exoftálmico, el alcohol, las drogas y las situaciones bajo amenaza de muerte o los
sobresaltos repentinos. Pueden producir temblor el frío y las grandes tormentas.
Grandes oscilaciones en la altura y anchura de las hampas (fig. 82). Esta variante
forma parte de la escritura desigual. Debe interpretarse como una repercusión de la
emotividad en la actividad psíquica y mental. Supone una tendencia del sujeto a
improvisar o a crear dejando de lado los esquemas, los planteamientos, el método o
las disciplinas que impone el razonamiento lógico. El sujeto prefiere dejarse llevar
por la imaginación, por el sentimiento y la intuición del momento, prefiere saltar las
barreras, las limitaciones y los cánones, los principios y exigencias de la lógica
formal, que frenarían su pensamiento, sus deseos, su calor y entusiasmo
imaginativo y se evade, más o menos, de la rutina, de lo convencional, para pensar,
crear o moverse libremente en la esfera de las ideas. En cualquier caso, hay que
142
tener en cuenta el ambiente gráfico para saber el resultado positivo o negativo de
esa libertad de pensamiento.
Para más detalles, ver escritura desigual, D04.
La letra “d” minúscula es una de las letras que puede presentar más variedades en
su forma y en su dimensión. Consta normalmente y según la caligrafía, de un óvalo
inicial seguido de un movimiento de extensión “hacia arriba”(perfil) y otro
movimiento de flexión “hacia abajo”. Ver esta estructura caligráfica en las figs. 15,
44, 46 y 48.
La “d” minúscula, por el hecho de representar simbólicamente como pasa el sujeto
de las experiencias materializadas de la vida afectiva y cotidiana a las altas esferas
de la “idealización”, sufre, a lo largo de la vida bastantes mutaciones. Sólo los
individuos acartonados en lo rutinario conservan la misma “d” del modelo
caligráfico. En general, como puede verse, por los ejemplos que siguen, los sujetos
que evolucionan, después de la etapa escolar y se hacen a sí mismos, a pesar de
los convencionalismos existentes en su ambiente circundante, suelen ir
transformando y ajustando a su “ideal del Yo”, todo cuanto se refiere al orden
afectivo, social, profesional y cultural, y cambian la estructura de esta letra, dándole
otras formas distintas a la del modelo caligráfico. (Ver figs. 16, 29, 96, 145 y 173).
Una “d” original o distinta al modelo caligráfico, no quiere decir que el sujeto no
respete los semáforos y normas sociales, es decir, que marche por la vida
saltándose todas las reglas, lo que quiere decir es que no se siente esclavo de las
mismas y que tiene capacidad para pensar con independencia de todo criterio rígido
o dogmático.
En general, el óvalo de la “d” recoge las experiencias materializadas vividas por el
sujeto en su vida cotidiana y el hampa de las “d” nos indica como se representa el
sujeto mentalmente éstas experiencias. La “d” de la fig. 72 señala una idealización
sin retorno, una rumia de las experiencias, una actitud introvertida e idealista.
La “d” de la fig. 73, llamada en el argot grafológico, “d” de la lógica, por su breve
retorno “hacia atrás”, hacia la memorización de experiencias, y por su forma de
enlazarse, por la parte alta a la letra siguiente, es un tipo de “d” muy frecuente en
escritores e intelectuales.
En ciertos grafismos, la letra “d” termina en forma de barra de “t”, es decir, toma la
dirección “Hacia otros” en forma de actitud dominante como puede verse en la fig.
74. Este gesto equivale a una barra de “t” sobrealzada (ver barras de las “t”) y si el
trazo es ascendente, la actitud de autoridad, de dominio y de imposición puede
señalar una combatividad atacante, es decir, oposicionista, inconformista, litigante.
Cuando la “d” presenta grandes penachos (“d” inflada en su parte superior) como
ocurre en la fig. 75, el autor del grafismo deforma la realidad por exceso de
imaginación y de fantasía. Con sentido positivo bajo, puede señalar la tendencia a
la mentira y a la fabulación.
Finalmente, la “d” puede presentarse fragmentada, es decir, con el óvalo desligado
del hampa (fig. 76). Esta escisión puede ser un signo de esquizoidia, de separación
143
entre la actitud mental y la actitud afectiva. El sujeto no enlaza lo que siente con lo
que piensa y a la inversa. Se da este caso en adultos cuya madre tuvo un embarazo
no deseado y posteriormente no ofreció las atenciones de mimo, calor y afecto
necesitadas por el bebé. Ver en Diccionario de Psicología el “complejo de
abandono”.
Puede señalar también la experiencia infantil negativa de unos padres mal
avenidos. En cualquier caso, es una disociación entre la actitud lógica y el
sentimiento, un modo de reaccionar por reflejos condicionados negativos, hijos de
una primitiva frustración de afectos. En un ambiente gráfico muy inarmónico,
discordante y con alto nivel negativo, puede señalar la inadaptación histérico-
esquizóide, la tendencia a mentir por egoísmo la mentira interesada, la falsedad, el
disimulo de los intereses o intenciones egoístas ocultos, no confesados.
Para más detalles sobre las hampas, ver mi obra “Grafología estructural y dinámica.
La interpretación psicológica de los signos gráficos por zonas”, Editada por la
“A.G.C.”.
El movimiento triangular en las hampas, es como en las demás zonas del grafismo,
un signo de resistencia, de oposición, de estrangulamiento de la espontaneidad y
de la adaptación. Supone una actitud negativa y apasionada, más o menos ligada a
una estrechez de conciencia y a una defensividad contra el fracaso, o contra la
angustia de la incapacidad temida.
El movimiento triangular, sea cualquiera la zona en que se encuentra, tiene el
sentido de un reforzamiento de la actitud represiva o defensiva del sujeto, sea en
sus pulsiones instintivas (zona inferior), sea en los sentimientos (zona media), o en
las ideas y la voluntad (zona superior).
En la fig. 161, los triángulos de las hampas, unidos a una escritura de coligamento
en arcos y atormentada, expresa la resistencia defensiva y neurótica, el
oposicionismo e inadaptación de una persona conflictiva que arrastra frustraciones
144
importantes sufridas durante la infancia. Los estados de insatisfacción afectiva y
sexual, la inseguridad frente a la competitividad con otros e incluso los complejos de
culpabilidad, pueden ser el fondo de estas actitudes de resistencia, intransigencia y
oposición.
145
Como hemos dicho en escritura ascendente la línea es, simbólicamente, la imagen
del modo como camina cada sujeto hacia el logro de un objetivo. Indica el tono del
humor, del ánimo y de la voluntad. En el caso de la escritura con renglones
horizontales o rectilíneos, el autocontrol es constante y no permite que las
reacciones emotivas perturben el curso normal de las ideas y de la voluntad. No
quiere decir esto que el sujeto carezca de vibración o de sensibilidad, sino que la
lógica realista y la voluntad de ser estable y de proseguir hacia un objetivo a lograr,
está por encima de posibles pequeños desbordamientos del sentimiento y de la
imaginación. La actitud del sujeto se acerca más a la frialdad que al entusiasmo o
que al optimismo prematuro. El sujeto “no acepta las ideas disconformes con la
realidad, si no examina previamente la posibilidad de imponerlas a la realidad
mejorándola” (Marchesan).
(N) Refleja, en sentido negativo, los estados de estancamiento evolutivo, el apego
rutinario o convencional a los métodos, criterios o principios establecidos, sin
intentar nada para mejorarlos y adaptarlos a los cambios sociales o profesionales.
El sujeto es como el último vagón de un tren de marcha lenta que, además, va
frenado.
Ausencia de calor y de colorido en las imágenes, por falta de vibración ante los
estímulos indiferencia o desinterés, despreocupación, apatía. Se asocia
frecuentemente con la escritura monótona (fig. 15).
146
pendiente de “la forma”, que del “contenido” y equivoca en su actitud la misión a
realizar. Vive más apegado al método que a la finalidad, carece del sentido esencial
de las cosas, ha quedado encerrado, acartonado, en los moldes artificiales de
conducta distanciados de la evolución natural de la vida.
La conducta del sujeto que se anquilosa en normas, preceptos y pautas de
comportamiento, oculta frecuentemente la inseguridad, las represiones sexuales de
todo tipo y muchas psicosis o neurosis. El grado de rigidez del grafismo es siempre
proporcional al grado de represión de sentimientos inadaptados o negativos. El
grado de monotonía es proporcional a la indiferencia afectiva y a la incapacidad
mental para comprender, asimilar y utilizar nuevos conocimientos (deficiencia de
imaginación y fantasía).
147
de sus lados desfavorables, suelen dejar también las palabras inacabadas. La
defensa contra la angustia de la inferioridad produce también olvido de letras.
La claridad y la buena legibilidad, es un indicador de una mente sana, de un
comportamiento honesto, de una buena adaptación y de confianza en sí mismo. La
ilegibilidad, puede indicar todo lo contrario cuando se produce a la vez en el texto y
en la firma.
148
(Ver escalonada en descenso, E07).
Ciertos elementos del grafismo, como pueden ser los finales, las barras de las “t”,
los puntos y acentos, etc. son lanzados hacia la derecha y arriba o hacia la derecha
y abajo (figs. 49, 66b, 74, 90, 96 y la “y” final de la firma de Kennedy, fig. 111 bis).
En principio, todo elemento gráfico lanzado, expresa un ánimus agresivo,
apasionado, combativo, un vivo impulso de lucha, de iniciativa y de acción. El sujeto
no tiene paciencia frente al obstáculo, no lo evade o rodea con habilidad, lo ataca
de frente, con o sin razón. Este ardor combativo es de esencia masculina.
La punta aguda o la maza en la terminación de los trazos lanzados, matiza la
agresividad. Si la terminación es en punta, la agresividad tiene un sentido sádico, es
decir, el sujeto siente satisfacción en hacer sufrir a los demás física o moralmente.
149
Si la terminación es en maza, la descarga agresiva es violenta y brutal e indica una
necesidad de liberar las tensiones emotivas contrariantes, la acumulación de
afectos negativos y perturbadores. La dirección de los trazos impulsados, matiza
también su significado.
Si la dirección es ascendente, expresa la rebelión, la oposición, la discusión por
inconformidad y el ataque a todo cuanto, procedente del exterior, resulta
contrariante para el sujeto. En cambio, los trazos impulsados, en dirección
descendente orientan la agresividad hacia el propio Yo o a los inferiores en la esfera
familiar o profesional. En la fig. 49, los trazos impulsados se producen en las
jambas, previa distorsión de forma y dimensión. El ambiente gráfico es negativo y la
inclinación ambivalente, es decir, oscilante o discordante, esencialmente en las
mayúsculas y las jambas con relación a la tendencia vertical de las letras de la zona
media. Podemos interpretar este grafismo como propio de personas que sufren
deterioro en las ideas y en la conducta por falta de unidad y coherencia entre lo que
piensan, sienten y quieren, unido a anomalías sexuales.
En la fig. 66b, los trazos impulsados corresponden a las barras de las “t” en una
escritura apretada y con finales de palabra desviados hacia abajo, hacia la zona de
los intereses materiales. Por la altura de las barras, podemos deducir la necesidad
de independencia y el uso de exigencias autoritarias, pero a la vez, por la dirección
ascendente de esas barras, deducimos la combatividad, el ataque a toda persona,
situación u objeto que pueda perjudicar a esta persona su bolsillo.
En la fig. 74, las “d” con trazo final en forma de barra de “t”, indica también la
necesidad de independencia y el uso de la autoridad como medio de imponer las
propias ideas.
En la fig. 90, los disparos desproporcionados de las barras de la “t” en “golpe de
látigo” y de los finales en distintas formas y direcciones reflejan el carácter
impulsivo, apasionado, falto de compostura, de respeto y consideración hacia el
entorno de la persona autora de este grafismo.
El fuerte ritmo, vigor y dinamismo, la simplificación en las formas, la armonía de
espacio y movimiento visibles en la fig. 96, reducen el sentido psicológico de
violencia e impulsividad que tiene la barra de “t” del texto y muy especialmente la “t”
de la firma y el fuerte subrayado del nombre.
Finalmente, en la firma de Kennedy, el sobrealzamiento de las mayúsculas del
nombre (orgullo de clan), y el violento final de la “y” precedido de una jamba plena y
profunda, señalan la tendencia a las reacciones desmedidas en los casos de
contrariedad a su orgullo. Pese a su habilidad política (escritura filiforme) y a la
simplificación de las formas (cultura), Kennedy habría sido capaz de desencadenar
un conflicto bélico con Rusia, en un rapto de orgullo.
150
A veces, puede darse el caso de olvido de palabras enteras en las frases. La
escritura inacabada puede producirse por diversas causas por necesidad de tomar
apuntes o comunicaciones o de anotar algo de manera rápida, escritura abreviada,
precipitada, filiforme, etc. por debilitación de la atención a causa de estados
postoperatorios, por causa de fuerte estrés, etc. Pero también puede ser un signo
de desidia, pereza o negligencia, o un deseo expreso de dejar la comunicación
incompleta o dubitativa. En estos casos, la escritura es pausada o lenta, teniendo
siempre en cuentael nivel positivo y negativo, y la velocidad del grafismo. Puede
producirse esta escritura por algún tumor o trastorno mental que afecte al centro
emisor del lenguaje escrito. Es preciso vigilar aquí la presencia de angulosidades,
congestión, torsiones y otras anomalías en las cúpulas de las hampas, en la
puntuación y en la cohesión.
Decimos que una escritura es inarmónica cuando el conjunto del grafismo, o ciertos
elementos del mismo, carecen de belleza y equilibrio estético a causa de
desproporciones, distorsiones y desequilibrios chocantes en la forma de las letras,
en la presión, en la distribución de letras, palabras y líneas, en la ornamentación,
etc. (figs. 37, 38 y 49).
La escritura inarmónica es un indicador de vulgaridad, de falta de sentido
equilibrado entre la imaginación y la realidad. Enturbiada la mente por la
emotividad, por el exceso de subjetivismo o por la desproporción de la autoimagen
con relación a los valores reales, el sujeto ofrece una visión desordenada y
desproporcionada de sí mismo, del mundo y de las cosas, carece del sentido de la
medida y de la ponderación en los juicios.
La escritura inarmónica, es un signo evidente de incapacidad para poder apreciar y
comprender las manifestaciones elevadas del espíritu, para conducirse socialmente
de acuerdo con los más elementales principios de honesto respeto a las reglas de la
educación y a la personalidad de otros. Es, como dice Crepieux-Jamin, un signo de
inferioridad.
151
el sujeto se encuentre a sí mismo. Ahora bien, la presencia de otros, lo mismo
puede indicar una necesidad de apoyo o de vinculación afectiva hacia los demás
(fig. 10), que la necesidad de tener cerca a los otros para descargar las tendencias
agresivas (fig. 28).
Por tanto, para interpretar ajustadamente la inclinación de la masa gráfica hacia la
derecha, no sólo hay que tener en cuenta el nivel positivo-negativo y el dinamismo y
sentido progresivo o regresivo de la dirección de los movimientos, sino también las
formas en el coligamento. No es lo mismo la dulzura expresada por el movimiento
en curva del grafismo de la fig. 10, que la dureza expresada por la fuerte
angulosidad de la fig. 28. En el primer grafismo (fig. 10), el suave y espontáneo
contacto con los demás, a pesar de las pequeñas inhibiciones (mayúscula inicial
separada y primera letra distanciada de las siguientes en la palabra “que”, señal de
prudencia en la expansión de los propios sentimientos), que la dureza combativa
expresada por la fuerte angulosidad, los apoyos brutales en la presión y el
aceramiento del grafismo que presenta la fig. 28.
Por tanto, la escritura inclinada, con buen dinamismo, redondeada, abierta,
progresiva, etc. será un buen indicador de un carácter sociable, agradable y
participativo, al que podemos agregar todo lo que se refiere a la sensibilidad, a la
actitud generosa y complaciente, al deseo de ganar afecto, a la ternura y al deseo
de encontrar apoyo en los sentimientos de los demás.
Cuando el coligamento es anguloso y duro seguido de apoyos bruscos en la
presión, de movimientos acerados y de rígida inclinación a la derecha, el sujeto
necesita la presencia de los demás para descargar sus pulsiones agresivo-
combativas. En este caso, el sujeto no busca ningún apoyo, sino descargar sobre
los demás la agresión que no puede dirigir contra sí mismo a causa de sus deseos
frustrados y de su insatisfacción interior.
Un equipo del G.G.C.F. formado por Ana María Sallerin y Claude Soulié, trató de
buscar estadísticamente el sentido psicológico de la escritura inclinada. Las
conclusiones eran parecidas a las nuestras: la vinculación, la participación, la
inclinación por el sentimiento o por la sensación a la elección de “objeto”, en el
sentido psicoanalítico.
152
demás y tanto más susceptible, quisquilloso, incomprensivo, litigioso y rencoroso en
su modo de reaccionar a cualquier mínima contrariedad.
La predominancia de las longitudes verticales (jambas y hampas) sobre las letras
que forman la zona media (fig. 120) serán un indicador de un estado de
insatisfacción permanente de sí mismo y del mundo que rodea al sujeto. Esta
insatisfacción le corroe el alma y le invita a criticar, a plantear resistencias,
disconformidades y oposiciones en torno a cualquier cuestión, proposición o
proyecto de otro, sin más apoyo argumental que el de un Yo siempre contrariado y
ofensivo, cuyo amargo “negativismo” debemos atribuir al fracaso de la expansión de
las necesidades sexuales y sentimentales del sujeto.
153
si con la persona a la que dirige el mensaje tiene buenos lazos de amor o de
amistad.
Cuando la escritura es inconstante y presenta variaciones en el mismo escrito, Hay
que sospechar la inestabilidad, las variaciones de ánimo, de posición afectiva y las
reacciones cambiantes propias de los sujetos en quienes predomina el vector “N”
(nervioso). Sobre el temperamento nervioso, hemos hecho un estudio bastante
profundo en nuestro “Manual de grafoanálisis”.
La nota clave de estos individuos es la ansiedad, es decir, un sentimiento de
inquietud, seguido de un estado de alerta y de inseguridad que es vivido en lo mas
profundo, estimulado por la impresionabilidad y sugestibilidad que el sujeto padece.
La ansiedad, supone una mala integración de las pulsiones inconscientes.
En sentido psicoanalítico, la escritura inconsciente, puede ser un indicador que el
Ello se siente frustrado en una necesidad vital (que puede referirse lo mismo a una
necesidad sexual, que a una necesidad de poder y de dominio Alderiano), o bien
puede señalar una amenaza, un complejo de culpabilidad ante el Super-Yo, por
haber faltado a una prohibición moral previamente establecida como principio de
conducta.
Esto justifica en temperamentos de predominio nervioso, su constante estado de
alerta, su inquietud, su inestabilidad y su necesidad de cambio que es como una
especie de huida hacia delante.
Todos los significados clásicos, tanto positivos como negativos de:
hipersensibilidad, conducta caprichosa y cambiante, infidelidad, versatilidad,
cambios repentinos de animo, de humor y de voluntad, etc. Pueden justificarse por
las explicaciones que acabamos de dar.
154
demasiado autoritaria o por celos frente al trato especial de los padres con otro
hermano menor o mayor.
El sujeto inestable puede caer en la delincuencia, si los amigos, en los cuales busca
apoyo y ternura, son ya delincuentes o intentan serlo.
La nota clave, como en el caso de la escritura inconstante, y con mayor motivo,
puede ser la ansiedad.
Es la escritura del niño o del analfabeto cuando aún la atención está puesta en la
pluma y no en el mensaje a escribir. Esta escritura puede ser mas o menos torpe,
desgarbada y titubeante (figs. 80 y 83) o puede haber alcanzado cierto grado de
evolución como, por ejemplo, el caso de los grafismos de las figuras 47 y 48, que ya
son plenamente caligráficas.
Para determinar el grado de evolución de la personalidad del sujeto que presenta
una escritura infantil, es recomendable cotejar la escritura con las 37 componentes
establecidas por Gobineau y Perron.
Para interpretar este tipo de escritura, es necesario tener en cuenta si se trata de un
niño que aprende a escribir, o de un adulto más o menos analfabeto. En el caso del
niño se observa una incertidumbre o inestabilidad, una falta de dominio en las
formas, las vacilaciones en la dirección de las líneas y en la inclinación y , a
menudo, las letras trazadas al revés. Existen varios tratados dedicados al estudio
de los grafismos infantiles, el más recomendable es “Génétique de l´écriture et
étudie de la personnalité”, de Gobineau y Perron.
La interpretación se complica mucho cuando se trata de un adulto más o menos
analfabeto (fgrs. 49, 80, 83 y 123a). Según el ambiente gráfico, la escritura infantil
en el adulto, puede tener diversidad de interpretaciones. Tomamos algunas de ellas
de la acreditada obra de Dr. Gille-Maisani “Escritura y Personalidad”: “Infantilismo
de los instintos; predominio de la actividad física sobre la intelectual, gusto
inmoderado por los deportes; sado-masoquismo; exhibicionismo; incertidumbre de
elección de “objeto”, dificultad para permanecer vinculado a una relación amorosa
estable; posible homosexualidad masculina etc.”.
“El infantilismo -seguimos con el Dr. Gille- puede ser afectivo (fijación a los padres,
egoísmo parasitario, avidez, falta de sentido de las responsabilidades). Y puede ser
también intelectual. Tendencia a las fabulaciones, subjetivismo, pobreza de sentido
critico y falta de previsión en cuanto a las consecuencias de los propios actos. En
cuanto a la voluntad, agrega el Dr. Gille, la escritura infantil puede ser un indicador
de falta de perseverancia, de terquedad de sugestibilidad”. La suciedad, con formas
vulgares y frecuentemente angulosas, (fig. 88), puede señalar el carácter sádico-
anal agresivo e inadaptado.
Es frecuente que los grafismos infantiles, vulgares y toscos, pertenezcan a
individuos maleducados y con un lenguaje grosero y soez del cual hacen alarde
ante los demás, como si su zafia descortesía fuese un distintivo de machismo o de
virilidad agresiva que creen poseer.
155
Este tipo de grafismo, fue siempre descartado en nuestros trabajos de selección de
personal, por lo que hemos podido estudiar a fondo las características psicológicas
de esta escritura y hemos recurrido al importante estudio que hizo nuestro
malogrado amigo el Dr. Gille.
Llamamos escritura inflada aquella en que las dimensiones de ciertas letras o partes
de las letras adquieren un volumen dimensional en desproporción con los módulos,
o en la zona media del grafismo (ver inflaciones en las mayúsculas de la fig. 51a; en
las hampas de las “d” en la fig. 75: en la fig. 82; en la ”P” de “Pier de la fig. 106a; en
las jambas de la fig. 162 y en la “o” y la “l” de la fig. 183b). Las inflaciones, en la
zona media, suelen producirse en las letras que tienen estructura oval o redonda:
las “o”, las “a”, las ”g”, las ”s”, las “r”, la parte central de las mayúsculas etc.
El gesto -tipo inflado, corresponde, en principio, a un intento de expansión o
liberación de ciertas tensiones internas debidas la rechazo, represión o negación de
pulsiones, apetitos o deseos con fuerte dinamismo en el inconsciente. La presencia
de inflaciones en el grafismo, es una señal de la actividad perturbadora de estas
tensiones bloqueadas en el inconsciente, las cuales, pueden ser un indicador de
ciertas neurosis, entre ellas, la neurosis de angustia.
Mediante los denominados “mecanismos de defensa” (ver estos en el diccionario),
se descargan muchas tensiones psíquicas internas capaces de perturbar la
conciencia y producir angustia.
A través de la función general de defensa del aparato mental (sublimación,
regresión, desplazamiento, proyección, identificación, etc.)el sujeto expansiona sus
tensiones internas conflictivas sin que conscientemente se dé cuenta de ello.
“todo acto, aparentemente fortuito o anodino -dice Freud-, obedece al mecanismo
regulador de las tensiones psíquicas almacenadas en el inconsciente: lapsus,
olvidos, sueños, chistes, etc.”. Cuando estos mecanismos de defensa se hacen
conscientes, la defensa toma el nombre de “ocultación”.
Mediante la sublimación, la proyección la identificación etc. De las pulsiones
rechazadas, negadas o retenidas para no entrar en conflicto con la conciencia, cada
sujeto encuentra una vía indirecta de descarga de sus tensiones y evita la angustia.
El artista, el escritor, el fantaseador, el deportista, el humorista, etc., a través de
sublimaciones, de situaciones o de cualquier otro mecanismo de defensa, alcanza
alivio a sus conflictos internos, descargando sus acumulaciones emotivas
reprimidas.
A través de estos “mecanismos de defensa”, no solo se reestablece frecuentemente
el equilibrio interno, sino que se compensan o supercompensan también muchos
fallos, minusvalías o insuficiencias personales.
Cuando la inflación se instala en la zona inferior, en el fondo pulsional de la
personalidad (jambas muy infladas, fig. 25 de Escritura y Personalidad), este gesto-
tipo es la expresión grafica de la existencia de fuertes pulsiones inconscientes
rechazadas, reprimidas o negadas que, de alguna manera, buscan una expansión
compensadora o supercompensadora sea a través de una sublimación, de un
156
camuflaje, o de una transformación que no tenga la oposición de la conciencia, del
Yo o del Super-Yo.
Según los caos, el sujeto puede recurrir a la creación artística, a la fantasía
expansiva fantasmagórica en la que tratará de investirse a sí mismo de las
grandezas más espectaculares, sintiéndose el héroe de su novela, dotado de
poderes sobrenaturales y de cualidades mágicas con las cuales asombrar a los
demás mortales. Puede descargar también sus tensiones internas, a través de la
motricidad (bailes, deportes o exhibición del cuerpo mediante el desnudo, total o
parcial, o con trajes o vestidos de colores, adornos extravagantes o peculiaridades
agresivas destinadas a llamar la atención o producir asombro.
La inflación de la zona del Ello corresponde, pues, a un dinamismo subterráneo de
pulsiones, deseos o apetencias en conflicto con la conciencia, el yo y el Super-Yo.
Si estas tensiones inconscientes rechazadas, no tienen una salida indirecta a
través de los mecanismos de defensa, su fuerza expansiva puede desplazarse a
través del sistema neurovegetativo produciendo la neurosis, la falsa ulcera de
estómago, la falsa cardiopatía, la hipocondría y un sin fin de enfermedades
psicosomáticas descritas por Freud y sus seguidores.
Las inflaciones en la zona media, principalmente las mayúsculas, en los óvalos de
las “o”, en las “s”, en las “r”, y en otras letras interiores, suele corresponder a
compensaciones de fallos, deficiencias o insuficiencias en el sentimiento del “si
mismo”. Este signo conduce, a veces, a la desfiguración o deformación de la
realidad, sea en forma de falsa apreciación subjetiva de si mismo. “¡soy el mejor¡,
los demás no importan” (Viñas), sea en la falsa apreciación de las cosas, que se
traduce exteriormente por el empleo de superlativos en el lenguaje con expresiones
tales como: ¡extraordinario!, ¡fenomenal!, etc., criterios aplicados a personas,
hechos o cosas sin importancia ni transcendencia. Como ejemplo de inflación,
podemos citar el caso del general Douglas Mac Artur (fig.250 de Escritura y
Personalidad) en la que puede observarse un fuerte inflamiento en la “o” de
“Douglas”. El general Mac Artur, se hizo famoso, no solo por su intervención en la
guerra contra Japón, sino también por su arrogancia y por la singularidad de sus
gorras y uniformes, que se hacia hacer con un diseño especial.
Nuestro colega, gran erudito y observador J. Tutusaus, ha observado los óvalos
inflados en grafismos de bajo nivel positivo que correspondían a sujetos muy dados
a mentir, a embaucar, a engañar.
La inflación en la zona superior (figs. 38, 82, 89b, 106a y 204), corresponde a una
hipertrofia o ensanchamiento ilusorio del ideal del Yo. El sujeto intenta
supercompensar sus sentimientos de inferioridad, sus fallos, insuficiencias o
minusvalías vividas en el inconsciente, a través de una autoimágen falsa o
sublimada que le induce a creer que es superior a los demás en algún aspecto, o en
todos. Quiere algo distinto a la masa. Su ideal del Yo, como en el tipo “estrella” de
Kunkel, es sentirse revestido de una personalidad mágica, brillante, espectacular,
que le designa de los demás congéneres y, en ese sentido, trata de cultivar su
personalidad, de cara a la celebridad, a la popularidad o al aplauso.
Este gesto-tipo, es un signo muy frecuente entre los artistas y las personas que
gozan de popularidad. Ver, por ejemplo, la gran “p” de “Pier” de la famosa artista
italiana Pier Angeli (fig. 106a).
El gesto inflado, puede instalarse también en las zonas iniciales y finales, cuyo
estudio ya lo he realizado en mi obra “Grafología Estructural y Dinámica”, editada
157
por la A.G.C. (ver esta obra y el articulo sobre “Los mecanismos de defensa” en el
boletín nº6 de la A.G.C.).
Como final, debemos añadir que los signos de inflación deben ser interpretados de
acuerdo con el conjunto del grafismo y con el nivel positivo o negativo. Debe
tenerse en cuenta también el predominio del movimiento o de la forma y el grado de
desviación del gesto inflado en relación con los módulos.
158
I19 - INORGANIZADA, Escritura:
159
El escritor invade con la masa gráfica toda la superficie del papel que utiliza (fig.
61). Ocupa igualmente los márgenes y no deja espacio ni respiro, aún para las
propias letras. Es un signo contrario a escritura aireada, ordenada y clara. Puede
darse el caso que el escritor cruce con un nuevo texto las líneas ya escritas.
No debe tenerse en cuenta el texto sobre tarjetas postales o sobre papeles con
poca dimensión.
Con fuerte presión, dinamismo y lanzamientos, puede ser un indicador del
desbordamiento vital, del exceso de actividad y dinamismo del escritor, pero sin
orden ni concierto, es decir sin seguir un orden o una programación racional de la
actividad.
Si la escritura es grande, extensa, inclinada y centrífuga y la invasión es más
acusada la final del escrito, el sujeto sufre un estado más o menos patológico de
excitación, de agitación desbordante, el cual se traduce por un comportamiento
eufórico, más o menos extravagante, verborréico (habla por los codos), se toma
familiaridades excesivas con los demás, sean o no conocidos, se entromete en los
asuntos de los otros, sin ninguna clase de respeto a la intimidad o a la personalidad
ajena, queriendo ser demostrativo se hace fatigante. Estos rasgos de carácter son
propios de los tipos obsesivo-maniácos.
“Con escritura grande, inclinada, ligada, en girnaldas, ascendente y con finales
largos en la zona media, la escritura invasora corresponde a los sujetos de
sentimiento extravertido de Jung. Pero también puede ser un indicador del
predominio del tipo sensación-extrovertida, si la escritura es redonda, regular, de
ritmo pesado y estable“ (Dr. Gille).
160
Las causas motivantes de la escritura invertida pueden ser varias, según mi
experiencia:
Tenemos, en primer término, la frustración infantil en las necesidades de ternura:
hijo no deseado, hijo no suficientemente arropado y acariciado por la madre a causa
de las ocupaciones laborales de la misma o poco interés de ésta; niño huérfano,
niño con padres separados; niño al que otro hermano ha robado las atenciones que
antes le dedicaba la madre, es decir, niño marginado, etc. La acumulación de
experiencias frustrantes entre el periodo del embarazo y los seis años, son causas
definitivas para que las vivencias infantiles condicionen ya el modo de reacción
afectiva del adulto, aunque no sea así en algunos casos debido a la intervención de
factores externos correctores.
La frustración afectiva infantil determina en el adulto un exceso de abstención, de
autovigilancia sobre los propios afectos. El sujeto desea protegerse contra nuevas
frustraciones dolorosas, toma precauciones y elabora una conducta adecuada para
defenderse de nuevas experiencias lamentables, como puede ser el entrar en
conflicto con otros, tener roces o enemistades, sorpresas o desengaños
desagradables, etc., que pudieran dañarle o crearle malestar.
El sujeto con escritura invertida, puede defenderse contra su autoproyección de la
hostilidad del ambiente externo, de dos maneras. Adoptando un carácter agradable,
complaciente y servicial, que los psicoanalistas señalarían como masoquismo o
tomando una actitud orgullosa, distanciante, desconfiada, insincera, intransigente,
agresiva y egoísta (sadismo).
El nivel de positividad y los signos dominantes en el grafismo, nos indicarán cual es
el comportamiento habitual del sujeto con escritura invertida. Por supuesto, la
angulosidad, el sobrealzamiento y la rigidez del grafismo, serán las dominantes en
el caso b).
(Ver otras interpretaciones en “Escritura y Personalidad”.
J01 - JAMBAS:
Las jambas son las partes inferiores de las letras “g”, “j”, “y”, “f”, etc. Para
comprender el sentido psicológico de estos movimientos en la zona inferior, es
aconsejable leer, en mi obra “Grafología estructural y dinámica”, la “Teoría Vels
sobre las jambas”, página 131, En este artículo y en las páginas siguientes se
mencionan los varios tipos de jambas y su interpretación psicológica.
Sugerimos a los lectores que tienen ordenador, que añadan a continuación no sólo
la teoría del autor sobre la zona inferior, sino también todos los tipos de jambas que
figuran en la obra citada.
Las letras minúsculas que, en su totalidad (“a” y “o”) o en parte central de la zona
media (“g”, “d”, etc.), tienen una estructura redonda u oval, aparecen sobrecargadas
161
por un doble anillo (figs. 25 y 68), o por movimientos en forma de nudos (figs. 174 y
183b).
Para su interpretación es necesario tener en cuenta que el círculo del óvalo, en la
zona media, representa el núcleo o parte central y principal de la afectividad, donde
permanece latente el pasado, el presente y la visión de futuro del Yo. En el
movimiento circular u oval se desarrollan, tanto las ideas, como los sentimientos y
apetencias de todo tipo, es decir, se engendran aquí las reacciones que llevan a
cada sujeto a estimar y “querer”, en el doble sentido de “deseo, “apetencia”,
“comprensión”, “toma de actitud” y “acción”.
Por lo tanto, el desarrollo del “núcleo afectivo”, puede representar lo mismo una
apetencia “egoísta”, que una disposición “altruista”. Los movimientos en círculo, en
forma redonda (fig. 137a) y los movimientos en forma oval o redondeada (fig. 66),
como ya hemos dicho al hablar de la escritura en curvilinea, C47, representan los
dos movimientos de la Tierra, uno de rotación alrededor del “sí mismo”, del ego (las
formas redondas), y otro de traslación o de comunicación y contacto con el “objeto”.
El doble anillo en las escrituras redondas representa una doble vuelta en torno al “sí
mismo” y a los propios intereses, deseos y necesidades más biológicas y materiales
(tendencias “linfáticas” o infantiles). El “egoísmo”, el “egocentrismo” y el narcisismo”,
pueden tener un aire ingenuo o infantil en el caso de la escritura redonda, pero
también puede ser esta conducta elaborada racionalmente, inspirándose el sujeto
en las necesidades del cuerpo, tanto sensuales como sexuales. (Ver el vector “L” en
nuestro “Manual de Grafoanálisis” y los otros tres términos entrecomillados en
nuestro “Diccionario psicológico”).
El doble anillo en las escrituras redondeadas, más ágiles y vibrátiles que las
escrituras redondas, expresa también una doble vuelta en torno al Yo y al propio
modo de “querer”, sea antes de entrar en contacto con los demás, o mientras se
está sosteniendo un intercambio o relación.
El término “querer” debe contemplarse en el doble sentido de “afecto” (ambición o
necesidad de aprecio, de cariño, de ternura, de amor, de amistad, de estimación,
etc.) y también como disposición de “voluntad”, es decir, como acción de “querer
lograr algo”, sea una superioridad sobre otros; sea algo que tienen otros y que se
desea; o lograr una mayor ventaja o beneficio para sí mismo en algún sentido.
Esta explicación, justifica las interpretaciones, que ya dio Michon a la escritura.
“jointoyée” o anillada, de reserva y falsedad y otras posteriores de autores más
modernos disimulo, simulación, silencio insidioso o malintencionado de intenciones
personales o de algunos defectos o particularidades negativas en las personas o en
las cosa, habilidad para maniobrar de manera astuta con el propio lenguaje o con
los propios actos, como ocurre con algunas personas con síndromes histeroides
(mentira, fabulación, deformación de los hechos reales, etc.). Esta escritura la
hemos visto en algunas mujeres con complejos viriles, poco favorecidas físicamente,
que defienden sus “derechos feministas” buscando una compensación o
supercompensación de sus problemas íntimos reivindicadores a base de ataques
virulentos al “machismo”.
Sucede también con algunos políticos, cuya escritura anillada (encubrir), filiforme
(evadir), indica claramente lo que hacen no aportar ningún esfuerzo al arreglo de los
problemas de su país, en beneficio de todos y de ellos mismos, sino perder su
tiempo combatiendo y denunciando públicamente a la oposición, con lo que
162
contribuyen, olímpicamente, a no arreglar nada, y a dejar a los ciudadanos más
maduros sumergidos en una amarga incredulidad.
Y en fin, tenemos también la escritura “jointoyée” o anillada, en el grafismo de
ciertos vendedores, comerciantes y charlatanes de feria, desleales a la verdad y al
sentido ético de la sinceridad, claro que, en los negocios a veces si no se miente, se
pierde.
“El reiterado temor a ser descubierto de estos sujetos (dice Paolo Bruni, en su
“Simbología della Scittura”, Ed. Xenia, Milan, 1994) hace que sientan la necesidad
de vigilar cuanto dicen y hacen. El temor de llevar una doble vida, puede llegar a
generar un rasgo paranoide de persecución” (Traducción de J. Tutusaus).
En cualquier caso, es necesario interpretar este tipo de escritura de acuerdo con el
ambiente gráfico y el nivel de positividad del grafismo.
163
Los arcos en la zona superior, los sobrealzamientos y las jambas con bucle
ascendente dextrógiro reflejan claramente el refugio de esta persona en los
placeres compensatorios que le proporciona la vida del espíritu, la fantasía, la
creatividad estético-intelectual, actividad que no requiere lucha o enfrentamiento
práctico con los problemas, ante los cuales su única actitud es la huida, la evasión a
través del aislamiento, de la sublimación o del fingimiento.
En la fig. 34, vemos una escritura pequeña, apretada, pastosa o congestionada,
contenida, concentrada, estable e inclinada, pero con poco dinamismo. La
pastosidad ralentiza la marcha de la escritura haciendo más difícil la toma de
actitud, las decisiones y el empuje del sujeto de cara a los problemas vitales
(opresión de sentimientos y pobreza de voluntad, lo que relega al sujeto a la
pasividad).
El mismo panorama tenemos en el grafismo de la fig. 48 donde la monotonía
caligráfica, la pastosidad y la poca envergadura de los movimientos hacia la zona
activa y de enfrentamiento con el exterior, genera una estabilidad pasiva en los
hábitos de conducta y de trabajo.
La fig. 62, con apariencia más dinámica, se ve entorpecida por la pastosidad, la
inseguridad en la cohesión, los empequeñecimientos repentinos y las inhibiciones
de la marcha.
En general, la escritura lacia, refleja una carencia de dinamismo, es decir, un
predominio de la pasividad, lo que determina falta de iniciativa, de invención activa,
de originalidad, de sentido crítico y de calor expansivo.
Los elementos de ciertas letras, como pueden ser los finales de las mayúsculas, las
barras de las “t”, o los trazos finales de cualquier letra, son lanzados, mediante un
movimiento vivo y a veces tajante, hacia lo alto o lo bajo de la interlínea, como
ocurre en las barras de las “t” de la fig. 28 y en los finales de palabra y barras de las
“t” de la figs. 37, 90 y 93.
En general, aunque sea un signo de dinamismo, de arrojo, de empuje activo, no deja
de ser una tendencia del escritor a reaccionar impulsivamente y de inmediato a los
estímulos internos o externos. El sujeto es primario (ver este término en mi
“Diccionario de psicología”), se lanza sobre el “objeto” sobre la meta a alcanzar,
poseído interiormente, sea por la impaciencia, la ira, o por un impulso incontenible
que genera en él la pasión de alcanzar algo sin ningún tipo de espera. Los errores,
en el camino, para alcanzar ese “algo”, son corregidos sobre la marcha, sea
destruyendo los obstáculos, o dejándolos de lado si, de momento, no le estorban.
Al predominar mucho las pulsiones instintivas que como se sabe, no están regidas
por ningún código ético o moral, sobre la reflexión, el sujeto se dispara en lo que
quiere y hace, siguiendo sus “corazonadas” instantáneas, a riesgo de ser injusto, y
no tener ninguna clase de contemplaciones con los demás, o con lo que es de los
demás. El sujeto se inviste, interiormente, de una confianza ciega en sí mismo y en
sus deseos y esto le lleva a actos audaces y temerarios en la consecución de sus
fines.
164
La intuición y el sentimiento, el instinto y la imaginación, actúan sobre los nervios y
los músculos manteniéndolos constantemente en tensión. De aquí que, cualquier
pequeña contrariedad, cualquier pequeño obstáculo u oposición despierte en el
ánimo la agresividad, la irritabilidad o la misma violencia física o verbal.
En sentido positivo, la escritura lanzada o impulsada, proporciona una buena
disposición de la voluntad luchadora y emprendedora, aunque el sujeto, debido a su
estructura de apasionado, puede sobrepasar fácilmente los objetivos que le sean
marcados, o modificar los medios para obtenerlos.
Los lapsus en la cohesión son cortes, silencios, espacios en blanco excesivos, que
quedan en medio de las palabras (En la fig. 89a, se producen pequeños lapsus de
cohesión prácticamente en todas las palabras. En la palabra “persona” el corte de la
cohesión se produce dos veces y tres en “grandemente”).
El “lapsus de cohesión”, del cual me creo descubridor, lo detecté hace muchos años
al comparar estos cortes con los prolongados silencios (inhibiciones) de algunos
sujetos antes de dar sus respuestas a las láminas del test de Rorschach en mis
trabajos de selección de personal.
En general, los lapsus de cohesión son propios de los sujetos que se coartan con
cierta frecuencia en presencia de personas, problemas, situaciones o
acontecimientos inesperados. Reflejan inseguridad en sí mismo y temor al error o al
fracaso. Generalmente suele darse estos lapsus en personas de ideación pobre y
lenta ante otros (cohibición), en sujetos con ambiciones importantes refrenadas por
el miedo al fracaso (complejos de impotencia o minusvalía) en depresivos, en
sujetos muy sensibles a la coartación, al bloqueo emotivo en circunstancias que
deberían tener la mente despejada y libre de temores y de inhibiciones neuróticas,
como ocurre en sujetos con tendencias epileptóides y esquizóides.
Si los cortes se dan en una escritura con buen nivel positivo, puede estar indicando
alguna preocupación, suceso pasado, no digerido afectivamente, o temor a que se
produzca algún hecho o situación de fracaso o frustración. El bloqueo emotivo que
se produce en el individuo y la inseguridad paralizante que padece, actúan como
una función obstructora de la mente, de forma parecida a la próstata, cuando ésta
obstruye el conducto de desagüe de la vejiga.
La necesidad de prudencia, de cautela, de retención, frente a personas nuevas
situaciones que pueden comprometer el propio prestigio, hace que el sujeto se
inhiba o renuncie a la asistencia a reuniones, que no tome iniciativas donde teme
riesgo de fracaso o deje pasar oportunidades beneficiosas, siempre con el miedo al
fracaso como representación mental inhibitoria.
Si el signo tiene poca intensidad, puede señalar la necesidad de variar los planes o
programas de actuación, a la vista de los cambios que se van observando en el
ambiente, en cuyo caso, aunque sea el miedo al fracaso y la inseguridad el
denominador común, el signo es ya más normal, menos patológico, menos
angustioso y neurótico.
165
Con bajo nivel positivo, suele ser indicador de apatía, de retardo mental, de falta de
iniciativa. El sujeto puede ser muy constante y aplicado en sus tareas, pero sin
originalidad innovadora, sigue los métodos , rutinas y disciplinas tradicionales y lo
que teme, precisamente, es no estar a la altura de las innovaciones cuando éstas se
presentan.
Llamamos escritura lenta a aquella cuya velocidad de ejecución es inferior a las 130
letras por minuto. Puede distinguirse por la redondez, igualdad de altura en la zona
media, monotonía de movimiento y estabilidad dimensional (fig. 26). Las letras
minúsculas “a”, “o”, y las partes asentadas sobre la zona media de las letras “g”, “d”,
“b”, etc., así como el coligamento corresponden al criterio de escritura redonda, en
donde la forma predomina netamente sobre el movimiento (fig. 69c). Para más
detalles sobre el predominio de la forma sobre el movimiento (ver escritura
curvilinea, C47).
Las escrituras muy caligráficas (fig. 15), floja (fig. 110), pastosa (fig.62), pequeña y
apretada, contorsionada, temblorosa, muy retocada o con frecuentes añadidos, los
166
adornos innecesarios, etc., pueden ser considerados como signos de la escritura
lenta, ralentizando el movimiento los lapsus de cohesión, los reinfados o
regruesamientos en la presión (figs. 117a y b), los barrados inútiles, las sacudidas,
toda clase de inhibiciones como pueden ser los trazos suspendidos, las regresiones
excesivas (fig. 119), los óvalos en doble anillo, las letras empotradas o adosadas en
las palabras y un largo etc.
En sentido positivo, la escritura lenta es un indicador de estabilidad emocional, de
tranquilidad de carácter, de sentido realista, utilitario y práctico de la vida, de juicio
objetivo, reposado, realista y ecuánime.
El sujeto de escritura lenta, tiende a opinar sobre los hechos y las cuestiones más
vitales, según vive y experimenta las cosas a través de sus sentidos físicos. Tiene
marcadas dotes de observación, mide, compara, clasifica, relaciona y ordena los
hechos y las cosas buscando semejanzas en experiencias anteriores. Por tanto, sus
juicios y razonamientos, llevan siempre el sello de lo que ha memorizado y de lo que
es más convienen a su seguridad, a su estabilidad, a su sentido práctico y utilitario
de la vida y a su deseo de “estar bien con todo el mundo”. En pocas palabras,
definimos aquí a los sujetos del vector “L” (Ver “Manual de Grafoanálisis”).
Al estar refiriéndome a sujetos con función “sensación extravertida”, no es raro que
a mayor parte de autores, atribuyan a la escritura redonda, y lenta, en sentido
positivo, unas buenas dotes de observación y de memoria perceptiva. El juicio de
estos sujetos, suele ser una copia exacta de lo que viven en sus sentidos y sus
razonamientos se fundan en una especie de instinto vivencial de lo relativo y lo
posible. Se les puede censurar su lentitud de comprensión en los temas abstractos
y en todo aquello que, de inmediato, no tienen experiencia ni pueden apreciar a
través de los sentidos (actividad intelectual e imaginación un poco limitadas); pero
en cuanto pueden memorizar conocimientos, se les podrá censurar su empirismo,
su convencionalismo, su rutina, su apego metodológico y escolástico en aquello que
conocen y experimentan, y quizá también, su oposición a innovaciones que aún no
tienen claras o asimiladas, etc., pero, fuera de su resistencia a lo no experimentado,
no se apasionan en nada ciegamente, ni les falta lo que llamamos corrientemente
sentido común.
Dada la baja emotividad de los sujetos de escritura lenta y con predominio de la
forma sobre el movimiento, la actitud es tranquila y serena. Estos sujetos no
reaccionan de modo agitado, exaltado o angustiable ante las situaciones difíciles,
ante lo inesperado o contradictorio. No se sobresaltan o inquietan ante lo
imprevisto. Contemplan la marcha de la vida y de los acontecimientos sin acusar
grandes señales de alarma o pérdida del autocontrol, por lo que suelen ser buenos
“mediadores” o “coordinadores”, muy aconsejables en las reuniones que se han de
discutir temas difíciles y con opiniones contradictorias.
En sentido negativo, la escritura lenta puede ser un indicador de retardo mental
(oligofrenia), de torpeza, pesadez, repetición de las mismas ideas o de las mismas
historias. El sujeto vive apegado a los hábitos y rutinas de cada día, sin deseo de
modificación o innovación, sea por pasividad, por inseguridad ante cualquier
cambio, por inercia, por falta de empuje y de coraje, por pereza, negligencia o
abandono físico y moral.
En los casos de escritura floja, blanda, pastosa, descendente, etc., se puede inducir
debilidad de voluntad y todas sus consecuencias. El sujeto queda sin defensa y bajo
la influencia y presión del ambiente circundante. Lo mismo puede caer en la
167
delincuencia, en la drogadicción, en el alcoholismo o en el suicidio, al sentirse solo
o “marginado”.
La escritura lenta, con fallos de vitalidad, floja, blanda, pastosa, descendente,
descuidada, de formas poco estructuradas o inseguras, cuyo significado general
sería la ausencia de capacidad de resistencia y la debilidad de voluntad, presenta, a
veces, algunos ángulos o triángulos esporádicos en algunas letras. Este signo
contradictorio, refleja las frecuentes actitudes de terquedad, de resistencia pasiva,
rasgo dominante en las personas débiles, las cuales sacrifican la adaptación con tal
de seguir en aquellos hábitos de vida que se sienten más o menos “cómodos” o que
requieren un menor esfuerzo. Como decía Crepieux-Jamin: ”la testarudez es el
único recurso de defensa que tienen las personas débiles”.
La lentitud gráfica, puede producirla la inhabilidad del niño o del adulto analfabeto,
cuando empiezan a escribir (ver Escritura Inorganizada).
También puede producirse en la vejez debido a la disminución de la coordinación
entre cerebro, conducción del impulso nervioso y retardo en la respuesta muscular
(ver escritura desorganizada, D22).
168
En determinados grafismos se observa, con más o menos frecuencia, la tendencia a
empotrar o adosar unas letras sobre otras, como ocurre en la fig. 148 (ver como se
empotran las letras “p” y “o” en las palabras “posible” y en “importancia”).
Este es un signo bien estudiado por Torbidoni, Cristofanelli, Palaferri y otros
grafólogos italianos del grupo Moretti. El hecho de las letras se “peguen” o
empotren, las unas sobre las otras (fig. 148 indicada), parece ser un signo
coartativo, una modalidad gráfica de inhibición, de dificultad para avanzar
libremente y sin miedos en el camino de la relación o de la comunicación con el
medio ambiente. Es un signo de inseguridad, de encogimiento, de necesidad de
refugio, parecido a la actitud del niño pequeño que, en presencia de un extraño o
ante algún hecho que le produce miedo, retrocede hasta la madre y se refugia
cogiéndose a ella. Por tanto, cuando este signo aparece en grafismos
correspondientes a la edad crítica o principios de la adolescencia, cuando el niño
está pasando de niño a adulto, puede reflejar cierta dificultad para desprenderse de
la madre (problema edípico) y fijar su atención en otras mujeres distintas a la madre.
Las letras adosadas suelen presentarse, en el adulto, junto a escrituras
atormentadas, vacilantes, inseguras y con fuertes inhibiciones en la zona inferior
(jambas cortas o amputadas, jambas con bucle de ascenso interrumpido o regresivo,
etc.).
Paolo Bruni ve en las letras adosadas, no sólo el apego y dependencia de la madre,
sino también la “insolidaridad y la tendencia a no distinguir lo que es puramente
imaginativo de la realidad. El sujeto no quiere ver la realidad como es, se cierra ante
personas extrañas porque no se quiere convertir en algo distinto a la madre” Para
mayor extensión sobre el significado de las letras “adosadas”, ver mi artículo “Sobre
los grafismos de letras adosadas y reseguidas” en el boletín nº 4 de la A.G.C.
(1988).
169
Así como la escritura desligada señala el predominio de los reflejos condicionados
conducentes a la “inhibición”, la escritura ligada, por el contrario, es indicadora de
reflejos condicionados conducentes a la “excitación” y a su transformación en
actividad mental o motriz.
La escritura desligada parece obedecer a un proceso psíquico en el que se
producen pequeños intervalos de “detención”, de “freno”. La escritura ligada parece
obedecer a un proceso de aceleración, a un movimiento espontáneo y libre de la
actividad psíquica. En la escritura ligada, con predominio del movimiento sobre la
forma, la imaginación y la voluntad del sujeto están actuando de modo continuo y
sin inhibiciones, sea en el terreno de las ideas, sea en el terreno de los
sentimientos, sea en la acción destinada a alcanzar las propias metas o
aspiraciones. La calidad de las realizaciones y el éxito de las mismas, dependerá
mucho del equilibrio o desequilibrio, del grado de organización, de energía y de
empuje, que se refleje en el grafismo.
El sujeto se sirve de la intuición, la deducción y la inducción como recursos
dinámicos al servicio de sus juicios y decisiones, es decir, como vía de orientación
para moverse en torno al “objeto”, al deseo o meta que desea alcanzar. Y hay que
aclarar aquí que la “intuición” no es como algunos grafólogos creen, un signo
exclusivo de la escritura desligada. La intuición, en la escritura desligada, sobre
todo, si el grafismo es pequeño, ligero e inhibido (fig. 202), será un signo
característico de la intuición introvertida, que es una intuición frenada.
En sentido positivo, la escritura ligada es reflejo de una líbido en progresión. El
sujeto entra en contacto con facilidad con el “objeto” y se sirve de él en busca de
una unión afectiva o física. Es un buen signo de madurez sexual y social y, por
extensión, de eficacia profesional.
Cuando la forma predomina sobre el movimiento (fig. 63, aunque no es totalmente
ligada), el sujeto es aplicado y activo, se concentra bien en su trabajo y su
capacidad de acción, aunque no sea muy creador o innovador, va perfeccionando
sus programas y métodos de trabajo para que puedan ajustarse lo más posible a la
evolución que el sujeto vive en su esfera laboral.
La escritura ligada, con predominio de la forma sobre el movimiento, en sentido
negativo, es puro estancamiento en la rutina, pura adicción a las “formalidades” y
convencionalismos, incapacidad de renovación y, por tanto, es un acartonamiento
de la mente en la repetición cotidiana de lo conocido.
Con escritura movida, impulsada, desproporcionada, confusa, desordenada y con
fuerte presión (fig. 61) la actividad se convierte en un caos, es utópica, se hace
impulsiva, embrollosa, oposicionista y desajustada.
El sujeto tiene grandes dificultades para diferenciar lo solidario y útil, de lo
insolidario e inútil (dificultad de convivencia y de participación, le cuesta distinguir el
mal del bien) y se lanza a la acción según su interpretación subjetiva de los hechos
y las cosas.
Como decíamos al principio, para interpretar con justeza la escritura ligada, hay que
asociarla con otros signos dominantes.
170
El calibre o espesor de los trazos de flexión (de arriba a abajo) es inferior al medio
milímetro (figs. 16, 31, 40 y 52). En todos los casos hay que examinar la profundidad
y nitidez del trazado.
La onda gráfica puede ser ligera y profunda, es decir, la pluma, el bolígrafo o
cualquier otro instrumento utilizado, deja un cauce profundo, neto, sin babosidades
ni dientes de sierra. La presión del trazado, hay que observarla con lupa de ocho o
diez aumentos.
La onda gráfica ligera puede ser también superficial. La pluma o cualquier otro
instrumento, al trazar el dibujo de la escritura, ha pasado sobre el papel sin dejar
apenas marca de su paso, se ha deslizado suavemente y sin fuerza penetrante. Los
bordes del trazo, en este caso, pueden presentar zonas más entintadas que otras,
porosidades, dientes de sierra o melladuras, etc.
Hay que tener en cuenta la rapidez del trazado, en unión con otras dominantes,
para dar las interpretaciones justas a la escritura ligera.
La presión, en sus diversas modalidades, es una impregnación de materia física
(tinta) que distribuimos sobre una superficie: el papel, dejando una huella visible de
nuestra energía vital, de nuestro dinamismo, de nuestra fuerza expresiva y de
nuestra capacidad de dominio de los objetos externos.
La escritura ligera, en general, es un indicador de delicadeza, de predominio de la
sensibilidad nerviosa y psíquica, sobre las pulsiones puramente corporales,
biológicas o materiales. El sujeto no utiliza como distintivo de su personalidad el
dominio impositivo, arrasante y destructivo de su fuerza física, sino que aspira a una
entente de paz, de buen entendimiento y de espiritualidad. Detesta la violencia, la
ley del más fuerte y los choques con los demás.
a escritura ligera se produce con frecuencia en personas que han sublimado la
sexualidad y la expansionan a través de los intereses del espíritu. Aquí se
encuentran muchos escritores, personas místicas y religiosas y en fin todos los que
rechazan la parte grosera y material de la vida o aquellos cuya fuerza vital no reside
en los músculos, sino en la fuerza expansiva contemplativa del espíritu. Capacidad
para apreciar matices sutiles.
El hecho de elegir un instrumento de punta fina para escribir, es ya significativo,
pues no indica un revestimento material para distinguirse, (lujo externo, joyas,
coches, casas señoriales, trajes llamativos, etc.) sino que dedican su tiempo al
cultivo del espíritu y no del cuerpo.
La escritura ligera y sin presión, aquella que produce una onda gráfica deslizante,
superficial, sin apenas rozar el papel y cuyos bordes, vistos a la lupa, pueden ser en
dientes de sierra y con tramos más entintados que otros, traducen, en el aspecto
biológico, una escasa energía vital, lo que determina la vulnerabilidad a todo tipo de
presiones e impresiones, la influenciabilidad, la fragilidad física (propensión a las
gripes y resfriados, a los esporádicos dolores de cabeza, a las depresiones, a la
angustia, a la supersticiones, a las visiones extrañas, tanto del “más acá” como del
“más allá”, etc.
El miedo a la realidad, la timidez, la pusilanimidad, la impotencia moral o física, la
facilidad para dejarse sugestionar (médiums), la ligereza de carácter, la
inestabilidad de voluntad (volubilidad) y las fáciles crispaciones nerviosas, son otras
derivaciones de la escritura ligera y sin profundidad.
171
L10 - LÍMPIA, Escritura:
En una escritura convencional, con cierto grado de monotonía, con poco ritmo pero
con buena claridad (fig. 46) refleja el comportamiento adicto y fiel de las personas
sencillas y convencionales, sin gran espíritu innovador o creador, pero con una
constancia, perseverancia y disciplina modélica en el cumplimiento de los deberes y
obligaciones y en el respeto a los demás y a lo que es de los demás.
Ahora bien, hay que tener en cuenta otros signos, sobre todo en escrituras muy
cuidadas o muy elaboradas, tras las cuales puede ocultarse la falsedad. Muchos
individuos se invisten con la capa de la virtud para cometer sus fechorías, sus timos
o engaños.
El escritor, una vez terminada la página, en vez de utilizar otro papel, opta por
escribir sobre el mismo folio, cruzando las líneas ya escritas. La página está escrita
en sentido vertical y horizontal. Se trata, en la mayor parte de casos, de sujetos
marrulleros con poco o nulo respeto a la atención y cortesía que deben a los demás.
Es un signo de mala educación, de charlatanismo, de imaginación embrollosa y
complicada. El sujeto tiende a ocupar, por él y para él, todo el tiempo disponible,
habla por los codos, es inoportuno y fatigoso, interrumpe constantemente, no deja
hablar a los demás y pasa, en su verborrea, de una cosa a otra sin transición, sin
ilación, sin orden lógico.
172
Esta modalidad de escritura, no tiene sentido positivo. Este signo es un superlativo
del aprovechamiento total de los márgenes.
173
El sujeto apoya sus ideas y su conducta sobre principios morales, éticos, estéticos y
a veces religiosos, lo suficientemente estables y experimentados para conducirse
normalmente en la vida. Ha seleccionado en todos los aspectos, aquello que ha
creído mejor para su seguridad, para sus relaciones con el entorno y para su vida
material o espiritual y cultiva sus hábitos de vida y de conducta como vía de
tranquilidad que le aleja de sentimientos de culpa y de peligro. De este modo se
mueve en la vida con la impresión de haber logrado una cierta madurez y una
buena armonía consigo mismo y con los demás, como si hubiera alcanzado el
“proceso de individuación” del que nos habla Jung, pero menos, o como diría
Marchesan, el sujeto “no acepta las ideas disconformes con la realidad, si no
examina previamente la posibilidad de imponerlas a la realidad mejorándola”. En
estas descripciones, no hemos hecho otra cosa que retratar al sujeto poco emotivo y
con cierta cultura ética y estética.
En sentido negativo (figs. 15, 47 y 48), el sujeto es una “copia de sí mismo”, que se
repite a cada momento y en todas las circunstancias de la vida, del trabajo y de la
relación social. Anclado en aquellas rutinas que le dan seguridad, el sujeto ha
quedado fijado a una insuficiente madurez e incapacidad que le impiden renovarse
y progresar (libido en regresión). La “energía psíquica del deseo”, que decía Lacan,
refiriéndose a la líbido, es en estos individuos un acartonamiento psíquico que les
deja obsoletos e indefensos frente a la vida y al progreso. (Ver, para más detalles,
las escrituras lenta, igual, monótona y estereotipada).
174
(Ver escritura rígida, R20).
175
Ver, para más detalles, la escritura desproporcionada, D23.
Escritura-tipo descrita por el Dr. Gille-Maisani, de acuerdo con un dossier que dejó
Crepieux-Jamin y que este autor define así: “Es una escritura en la que las formas
están voluntariamente complicadas, rellenadas o en doble óvalo, y donde los
movimientos aparecen sistemáticamente inhibidos, regresivos y atormentados. Esta
asociación de signos en un ambiente gráfico inarmónico (figs. 82, 161 y 174),
expresa ante todo el espíritu de intriga, la mentira y el engaño. En un grafismo de
nivel muy inferior (fig. 49), señala la actitud moral del sujeto de baja estofa; si el
nivel gráfico es superior expresa la agridez combinada con maquinaciones hábiles
peligrosas”. Para más detalles, ver escritura maquinada en “Psicología de la
escritura”, (Ed. Herder, Barcelona) y Escritura Anillada o “jointoyée” en esta misma
obra.
Visible apoyo, espesor y profundidad de la presión en los trazos (fig. 85b y 96). La
pluma o el bolígrafo ejercen una fuerte presión sobre el papel, destacándose el
trazado o ciertos trazos aislados en su espesor y profundidad. Se denomina también
escritura apoyada.
El marcado de los trazos, por la violencia de la presión, puede ser en forma de
mazas (barras de las “t” y finales, por ejemplo), o en forma de reinflados o
regruesamientos en los movimientos de flexión y excepcionalmente en los trazos
iniciales y en la base de las letras en la zona media (presión desplazada).
En general, la presión ejercida sobre el papel al escribir, señala el vigor e intensidad
de la energía vital y de las pulsiones vitales. Cuando la presión se ejerce de modo
irregular, violenta en unos trazos y normal o débil en otros, hay que estudiar
cuidadosamente cuales son las áreas o zonas donde se incrementa el marcado de
los trazos.
Si la presión se marca sobre los movimiento de la zona inferior, en forma violenta y
significativamente agresiva (trazos en forma de cuchillo de carnicero), posiblemente
nos hallaremos ante un individuo con pulsiones sádicas.
Los apoyos en la base de la zona media (ver presión desplazada) señalan
disturbios en la sexualidad. Los apoyos muy marcados en los finales de letra, en la
zona media (fig. 154, 160 y trazo final de la firma de Kennedy), es similar a: “quítate
de ahí, que voy a ponerme yo”, es decir, es apartar a los demás de la primera línea
y acaparar todo el protagonismo.
Los apoyos masivos o violentos en la zona superior, principalmente en las barras de
las “t”, señalan el desplazamiento de la energía hacia actitudes violentas de la
voluntad de dominio con carga de exigencia neurótica de inmediatez despótica:
“quiero eso, aquí y ahora”.
176
Los trazos muy marcados, cuando son regruesamientos fusiformes o espasmódicos,
señalan desplazamientos irregulares y espasmódicos de la energía indicadores de
posibles anomalías sexuales (ver escritura espasmódica, E10).
177
Puede darse la misma explicación a los márgenes rellenos de texto.
Escaso contraste entre el color de la tinta y el blanco del papel. La onda gráfica, el
texto, destaca insuficientemente sobre el color del papel empleado, quedando la
escritura mate o sin relieve. El relieve de los trazos, siguiendo la teoría de Pulver, es
un indicador de las facultades realizadoras y creadoras. El sujeto tiene relieve,
destaca en el medio ambiente en que se mueve, sea por su eficacia profesional, por
el calor y carisma de su personalidad, por su especial modo de ver las cosas, por su
tendencia al liderazgo y, en fin, porque no pasa desapercibida en los diferentes
medios en que el sujeto se desenvuelve.
Por el contrario, la escritura mate, sin relieve, indica eso mismo: falta de lucidez, de
brillo y relieve en las ideas y en los sentimientos, falta de irradiación, pobreza de
espíritu emprendedor y creador, pasividad, inercia, tendencia a lo obsoleto, etc.
De la misma manera que los colores calientes (rojo y amarillo, por ejemplo) irradian
luz, los colores opacos la atraen, son absorbentes. Esta es también la diferencia
entre la escritura en relieve, que es irradiante, y la escritura mate, que es como un
recipiente que absorbe y recibe de los demás.
El “efecto relieve” en el grafismo, no depende del instrumento que se utiliza para
escribir, incluso utilizando un rotulador. Hace más de medio siglo, cuando aún se
utilizaba la pluma estilográfica, dejé mi pluma fuente a varias personas para
comprobar el relieve con un mismo instrumento. Este grupo de personas, diez en
total, escribieron sobre un mismo papel una mima frase corta sin contenido
emocional. Pude comprobar que el relieve variaba de unas personas a otras.
178
Las mazas en el grafismo son un indicador de la predisposición a la acumulación y
represión (freno, inhibición) de cargas emocionales o tensionales. Cuando los
mecanismos de defensa llegan a su punto de saturación, sobrecarga o excitación ya
incontenible, la energía acumulada se descarga brutalmente, y muy a menudo, en
desproporción con la causa motivante de la reacción. De aquí las interpretaciones
corrientes de violencia, brutalidad, explosividad e irritabilidad de carácter, dominio
despótico, autoritarismo sin conciencia, etc., en sentido negativo. Con escritura más
bien lenta y con finales en gancho o arpón (fig. 37), puede ser un indicador de
tendencias epileptóides (ver epileptóide en “Diccionario”).
En sentido positivo el sujeto tiene facilidad para canalizar las sobrecargas de
excitación energética hacia los dominios del control consciente y de la voluntad y
transforma estas acumulaciones de energía en actitudes de firmeza, resistencia,
decisión, arrojo combativo, dotes de mando, iniciativa que rompe obstáculos,
capacidad animadora y emprendedora, etc. El grafismo, en este caso, presenta un
ambiente gráfico positivo. Para mayor amplitud sobre la “maza” en las diversas
zonas, ver mi obra “Grafología estructural y dinámica”.
Se caracteriza por la unificación de las formas, del movimiento y del espacio, dentro
de un orden sistemático o modélico.
En distinto grado de automatismo, pueden considerarse grafismos metódicos
aquellos de las figs. 15, 45, 46, 47 y 48. En sentido positivo, la unificación de las
179
formas no es total, ni convencional, como ocurre en el grafismo del escritor Juan
Sebastián Arbó.
En el caso de este escritor, el texto se unifica y metodiza dentro de un orden que
persigue el perfeccionismo en un sentido ético y estético.
En efecto, el ritmo cadenciado y la originalidad de las formas, nada convencionales,
nos indica aquí la superioridad intelectual del hombre que busca lo apolíneo y huye
de lo dionisíaco.
El caso de la fig. 46, de formas bastante caligráficas, nos presenta a un contable,
hombre muy preciso y cuidadoso de su trabajo, un poco rutinario, pero muy tenaz y
trabajador y con un concepto perfeccionista que se hace patente en todos los
asientos contables de los libros.
Finalmente, en sentido negativo, tenemos los ejemplos de las figs. 15, 47 y 48. La
sistematización metódica, podríamos decir mejor, el automatismo de estas
escrituras, nos presenta a tres personas culturalmente inmaduras, cuyo cerebro
trabaja, esencialmente, en la identificación y repetición de experiencias. A estas
personas, se las puede comparar con robots que han sido programados para
realizar determinadas tareas, pero que no pueden ir más allá de los hábitos y
enseñanzas que han adquirido. Sólo comprenden lo que captan sus sentidos
físicos, pero sin ninguna clase de matices diferenciales, pues su sensibilidad y su
imaginación son muy limitadas, es decir, son personas sumamente cortas de
cerebro y de comprensión.
180
fluida, combinada, vibrátil, con pequeñas oscilaciones de dirección, de inclinación y
de forma, reflejo de una actividad mental imaginativa y creadora. Se trata de un
guionista de cine. Si comparamos la escritura de la fig. 54 con aquella de la fig. 56,
podremos apreciar la diferencia entre un ritmo espontáneo, natural y vibrátil y una
rotura o bloqueo del ritmo por efecto de la inhibición. La fig.56 es una escritura
ralentizada por los cortes de cohesión, la inversión, la casi rigidez de las líneas y
otros signos que “bloquean” la libertad y espontaneidad de los movimientos.
Como indico en mi artículo “Sobre el ritmo natural e inversión en el grafismo”
(Boletín nº 5 de la A.G.C., 1989), “Todo trastorno emocional supone un bloqueo, una
interrupción o inhibición de los movimientos del cuerpo y de la psique, pues toda
perturbación emocional genera una dificultad para salir del “sí mismo” e ir hacia los
otros o hacia el “objeto” ante la necesidad de expansión sexual, afectiva o
espiritual”. (Para más detalles sobre el “ritmo”, ver este artículo del Boletín nº 5).
El ritmo en la escritura es el más importante signo de buena salud, de buena
vitalidad y de buena adaptación, en general, ya que todas las funciones orgánicas,
psíquicas y mentales se expansionan, más o menos libremente, sin dificultades,
bloqueos o inhibiciones importantes.
181
al equilibrio entre el bien y el mal. Es el camino de la verdad”. No sé si esto lo dijo
Ovidio, pero lo pienso yo.
Los afectos, los sentimientos de amor, de amistad, del deber, etc. Son bastante
constantes y buscan la cohesión y equilibrio entre los intereses familiares, sociales
y económicos.
En sentido negativo, la escritura “moderada” puede llevar a todos los extremos
posibles, desde la mentira y la falsedad, la capacidad de disimulo y simulación, las
insidias y engaños más peligrosos y las deslealtades más decepcionantes, al
comportamiento más ruin. El sujeto puede poner su pensamiento y su voluntad al
servicio de los fines más ilícitos invistiéndose con la capa de la virtud.
En cuanto a la escritura “pausada”, podemos dar las mismas interpretaciones pero
más como tendencias pulsionales temperamentales, que como disposiciones de la
conciencia o de la voluntad.
182
letras, con o sin signos de confusión o desorden. Predominio del movimiento sobre
la forma (figs. 30, 37, 54 y 90).
En sentido positivo (figs. 54 y 187), es decir, cuando el movimiento es acentuado
pero sin destruir el orden ni las formas y sin invadir abusivamente el espacio, indica
un dinamismo radiante y expansivo, una buena capacidad creativa rompiendo
moldes convencionales y una gran viveza de imaginación y de carácter. En otras
palabras, la escritura movida, en sentido positivo, con un buen ambiente gráfico, es
un signo vital de actividad, de repulsa a todo inmovilismo y a todos los
convencionalismos inútiles o innecesarios.
En sentido negativo, cuando la onda gráfica se desproporciona produciendo
desorden y confusión (figs. 30, 37, 82, 111a y 186), el sujeto se desenvuelve como
un instintivo primario, se deja llevar por sus reacciones inmediatas con una falta de
medida y de ponderación que hace pensar en una inmadurez psicológica
sorprendente. Los juicios son embrollosos, desordenados y faltos de objetividad y
de veracidad.
Imaginación fantástica, turbulenta e impetuosa, lo que genera unas ideas tan
audaces como inoportunas; tan desmedidas como desordenadas, unidas a veces, a
deseos de protagonismo y de exhibición, que pueden llegar a ser molestos o
fatigantes. Propensión histeróide, con posibles signos paralelos de esquizofrenia y
paranoia.
Es uno de los tres grandes aspectos del grafismo defendidos por la grafología
alemana, principalmente por Gross, su creador y por Rudolf Heiss, su seguidor. En
mi obra “Grafología estructural y dinámica” he descrito ampliamente el aspecto
“movimiento” y sus colaterales, la forma y el espacio.
183
letras son suspendidas; a negligencia, olvidos, distracciones o “actos fallidos”, en
sentido psicoanalítico, si se trata de omisiones. Ver para más detalles las escritura-
tipo inhibida, suspendida, reseguida, las omisiones en las barras de las “t”, puntos,
acentos, las letras adosadas, las jambas amputadas y la escritura abreviada.
184
N02 - NUDOS, Los:
185
problema o situación. El sujeto suele ceder a las presiones por comodidad, pues no
es realmente activo y emprendedor, toma más de los demás en sus ideas y en sus
actos que de sí mismo y su originalidad no es auténtica, es más receptiva que
creadora y obedece a una buena memoria, más que a una imaginación intuitiva y
creativa (predominio de la sensación en su sentido extravertido, tal como vemos en
la fig. 14).
Las omisiones pueden referirse a los puntos, acentos, barras de las “t”, etc. que
brillan por su ausencia o descuido (ver escritura mutilada, M16).
Las omisiones de signos pueden deberse a varias causas, desde la negligencia, el
descuido, la pasividad, la falta parcial de interés por algunas cosas, las inactividad,
etc., hasta ser un signo de debilidad cerebral, de atonía mental por una situación
postoperatoria o por alguna enfermedad crónica. En cualquier caso, si el conjunto
del grafismo no aclara la causa de las omisiones, conviene informarse de las
causas.
En general, si las omisiones son constantes, indica una atonía en las actitudes, es
decir: flojedad en las actitudes de decisión (el sujeto no tiene vigor de voluntad para
tomar decisiones, ni para indicar a otros lo que deben hacer); flojedad en las
actitudes de apoyo a sí mismo o a otros (silencio, indiferencia o incapacidad para
superar situaciones adversas o para alentar, tranquilizar o sugerir a otros soluciones
a sus problemas vitales): flojedad de evaluación (incapacidad para formular juicios
de valor para ayudarse a sí mismo o ayudar a otros a pensar positivamente).
186
En sentido negativo, la escritura de líneas onduladas o serpentinas, puede expresar
la tendencia a rehuir las responsabilidades (habilidad para escurrir el bulto), la
actitud flotante y camaleónica, que se acomoda, de momento, a lo que más
conviene, la astucia, la insinceridad, la ocultación, el disimulo o la hipocresía y, en
fin, todos los derivados de la flaqueza de voluntad y de la rectitud moral
(recordemos que las líneas ondulantes o en serpentina, evocan la manera de
moverse las serpientes y otros reptiles)
187
pensar en lo que desea escribir comunicar, sin que la atención esté pendiente del
dibujo de las letras.
La escritura, a través de una evolución adecuada, se libera de las exigencias
caligráficas, propias del aprendizaje, y va alcanzando gradualmente el suficiente
nivel de evolución, de independencia y madurez adquiriendo su propio estilo.
Pueden verse diversos grados de evolución, de menor a mayor, en las figuras 15,
46, 115, 92, 95, 96 y 88.
No se debe confundir con la escritura ordenada.
188
Oscilaciones en el eje de inclinación de las letras; unas son verticales, otras
inclinadas a la derecha y otras inclinadas a la izquierda. (Ver figs. 27, 29, 49,
aunque la oscilación no sea muy acusada).
En general, es un indicador de hipersensibilidad e inestabilidad psíquica y afectiva,
signo propio de sujetos muy receptivos e influenciables, como por ejemplo, algunos
sujetos de temperamento nervioso.
La volubilidad afectiva, los cambios de ambiente y de objetivo y en fin las cualidades
de los temperamentos nerviosos, pueden deducirse de la escritura de inclinación
oscilante. (Para más detalles, ver el vector “N” en mi obra “Manual de
Grafoanálisis”).
Los óvalos de las “a”, las “o”, las “d”, etc., presentan la forma de una elipse
acostada o aplastada (ver las “d” de la fig. 174).
Según varios autores (Gille-Maisani, S. Bresard y R. Crepy, entre otros) expresa la
tendencia a manifestar lo contrario de lo que se sabe, se cree o se piensa. El Dr.
Gille, en su obra “Psicología de la escritura”, dedica a los óvalos aplastados un
interesante estudio.
Paolo Bruni, en su “Simbologia della scrittura” (Xenia Edizioni, Milan 1994), ve en
los óvalos aplastados una “proyección del sujeto hacia el pasado y el futuro,
ocupándose insuficientemente del presente” (el presente, para este autor, estaría
representado por el diámetro central del óvalo).
En sentido positivo, con un buen nivel armónico, el Dr. Gille interpreta este signo
como “tendencia a la reserva, a la timidez y al escrúpulo. En algunos casos, el
sujeto puede conducirse como un enfermo de la voluntad y su timidez o su
escrúpulo le inclinan a un deseo excesivo de obrar bien y también al deseo de una
perfección nunca alcanzada.
Esta actitud mental obsesivo-compulsiva, impulsa al sujeto a verificar
constantemente sus menores acciones, a volver atrás sobre lo ya hecho ya que “su
escrúpulo de conciencia y sus secretos temores, le llevan a una insatisfacción casi
permanente” (Sillamy).
En sentido negativo, los óvalos aplastados o en elipse, son reveladores de la
tendencia a la mentira y al fingimiento, es decir, reflejan una forma de actuar en la
que se deforma la verdad o se simulan sentimientos y deseos que no se tienen
(hipocresía). Esta actitud de la conducta puede estar condicionada por
convenciones mundanas, por actitudes de cortesía y amabilidad social de
obligatorio cumplimiento. La diplomacia mal entendida o mal cultivada, el deseo y la
vanidad de aparentar, el amor propio, el falso pudor, o el culto exagerado a la
dignidad personal, pueden ser las causas principales de la doblez, de la falsedad y
de la hipocresía en estos sujetos.
189
(Ver escritura abierta, A01).
190
materializada, si la escritura es de trazado grueso y poco profundo (predominio de
las funciones de percibir y sentir, como ocurre en la fig. 14).
La profundidad del trazado en cada caso expresará la profundidad de la actitud del
sentimiento y de la conciencia.
El óvalo “aplastado”, puede señalar lo mismo una necesidad de extenencia del
sentimiento hacia los demás, o la tendencia a acaparar en beneficio del Yo el
sentimiento y la atención de los otros.
Finalmente, los óvalos estrechados, empequeñecidos o brevemente indicados (fig.
96, 102 y 162), corresponden a situaciones internas de bloqueo, frustración,
opresión y otros problemas afectivos como los desencantos del sentimiento y la
insuficiente o precaria satisfacción de los sentimientos en la esfera de convivencia
sentimental.
En cada caso hay que tener en cuenta el grado de emotividad y de actividad para
adecuar la interpretación de este signo.
Los óvalos terminan en un trazo regresivo que penetra en punta aguda sobre el
núcleo de la letra.
Si tenemos en cuenta que los óvalos representan, simbólicamente, la parte del Yo
más nuclear (el alma, la psIque, en toda su extensión y profundidad), el hecho de
“pinchar”, con un trazo regresivo, las letras de óvalo o círculo supone, cuando
menos, una especie de autorreproche, de autocensura o rechazo de pensamientos,
intenciones actos que no aprueba la conciencia o el Ideal del Yo. El sujeto se
autoculpa en su subconsciente (descontento de sí mismo), y sus complejos de
culpabilidad inconscientes pueden producir una especie de masoquismo psíquico.
(Para más detalles, ver mi estudio sobre éste mismo tema en el Boletín nº 5 de la
A.G.C., año 1989).
191
Es un indicador, en general, de tendencia a la apropiación ilegítima por debilidad o
vaguedad en la mente del sujeto de lo que “es tuyo” y de lo que “es mío”. Esta
tendencia a la apropiación indebida, dice J. Tutusaus, “puede estar latente y tardar
años en manifestarse, ya que la inclinación a apropiarse de lo ajeno depende de las
necesidades del sujeto y de las circunstancias externas, más o menos favorables
para el acto deshonesto”.
Sin embargo, cuando en un ambiente gráfico de fuerte nivel negativo aparecen los
óvalos abollados o protuberantes, estos signos deben ser como una señal de
alarma importante, principalmente en los casos de cajeros, contables, directores de
sucursales bancarias o personas que tienen a su cargo dinero, objetos de valor o
realizan cobros por cuenta de otros. Para más detalles, ver el artículo citado.
192
Técnica basada en el efecto emocional que ejercen ciertas palabras en la psique
humana cuando el sujeto está bajo los efectos de un complejo sentimiento de
culpabilidad. Carlos G. Jung, parece ser que fue uno de los primeros en utilizar una
lista de palabras inductoras destinadas a descubrir los bloqueos emocionales en
pacientes y en delincuentes.
C.A. Honroth, inspirándose en trabajos realizados por el grafólogo vienés R.
Schermann, creó su “Test grafológico emocional” (ed. Troquel, Buenos Aires, 1959).
El test consiste en elegir palabras estímulo o palabras inductoras camufladas dentro
de un texto dictado al sujeto que se quiere examinar.
Cuando el sujeto escribe aquellas palabras que han rozado sus complejos de
culpabilidad, suelen estas presentar alteraciones de diverso tipo, sea de dimensión,
de alineación, de espaciamiento, etc. denotando el choque emocional en forma de
movimientos vacilantes, inseguros, a veces produciéndose retoques o
empequeñecimientos súbitos que reflejan el impacto subconsciente y perturbador
que produce cada una de las palabras inductoras. Los efectos del impacto
emocional, suelen apreciarse más en unas palabras que en otras, por lo que es
necesario tener la experiencia adecuada para interpretar estos tests.
El Profesor F. Viñals, de nuestra Agrupación de Grafólogos Consultivos (A.G.C.)
conoce muy bien estos test y los aplica y enseña en la A.G.C..
193
Teniendo en cuenta estos postulados, debemos considerar el acercamiento o
proximidad de unas palabras a otras en dos posibles sentidos, como una búsqueda
del “objeto” (personas, cosas) para actuar de alguna manera sobre el entorno. Por
ejemplo, para combatir las ideas de los demás e imponer los propios pensamientos
y deseos. (Ver en la fig. 61 las barras de las “t” masivas y en diagonal, los
sobrealzamientos de ciertas letras y la firmeza del grafismo, con algunos ángulos y
triángulos esparcidos por el texto. No hay duda que el acercamiento al “objeto” no
es nada agradable en este caso, tanto más cuanto que la claridad, orden y jerarquía
de juicio en las ideas deja mucho que desear en esta escritura confusa y
desproporcionada).
La proximidad de unas palabras a otras, en una escritura con poco vigor y de
inclinación y dirección oscilante, como ocurre en el caso de la fig. 27, donde hay
tramos de palabras que se aproximan y otros que se separan más o menos
normalmente, puede interpretarse como necesidad, mas o menos frecuente, de la
presencia de otros. El sujeto necesita el contacto con el “objeto” para sentirse
arropado, apoyado o seguro.
Para mayor precisión en el estudio de este signo, remito al lector a mis artículos
sobre “La relación espacio-texto en Grafoanálisis” en los boletines nº 1, 2 y 4 de la
A.G.C.
194
Para más detalles, ver lo indicado sobre los tipos de sensación extravertida en mi
obra “Manual de Grafoanálisis”.
195
conciencia, para evitar fracasos (timidez), o por simple inseguridad o falta de
confianza en sí mismo para superar los obstáculos o consecuencias de una
expansión gratificadora o liberadora de las tensiones o tendencias inconscientes. A
la vez que una defensa en la actitud consciente, es también un intento de dominio
de la líbido, de las pulsiones instintivas, principalmente de la expansión sexual, más
o menos bloqueada.
Esto explica la canalización de la líbido (energía sexual, no genital) hacia los
intereses intelectuales, como ocurre, por ejemplo, en los sujetos de las figs. 16, 27 y
29. Cuando la energía de las pulsiones instintivas, “la energía psíquica del
deseo”(según Lacan), es frenada, bloqueada o inhibida, actúan en el inconsciente
los mecanismos de defensa, encargados de la regulación de las tensiones
energéticas.
Mediante estos mecanismos, el sujeto busca, por la sublimación, la expansión
indirecta de esta energía, en cuyo caso, veremos en el grafismo una zona inferior
dimensionalmente reducida (ver las tres figs. indicadas más arriba). El
explayamiento compensador, generalmente queda al descubierto, mediante el
incremento dimensional y dinámico de la onda gráfica en otras zonas, sobretodo en
la zona superior. El sujeto, encuentra en la actividad y creatividad intelectual, o en el
cultivo del espíritu, su expansión gratificante.
Explicada de este modo la escritura pequeña, podemos comprender fácilmente la
mayor parte de las interpretaciones dadas por los diversos autores.
Repliegue hacia la vida interior (introversión), concentración, reflexión, control,
previsión, sentido de la economía, analidad, etc.
Si predomina el movimiento sobre la forma, la escritura pequeña es un indicador de
búsqueda analítica o creativa en las ideas o en la aportación de nuevos puntos de
vista sobre la comprensión, sobre las aplicaciones de diversas técnicas, de diversos
métodos o sobre la innovación de teorías o procedimientos de tipo práctico.
Si predomina la forma sobre el movimiento, la actividad del sujeto se dirige
principalmente a lograr una mayor objetividad, exactitud, orden y control en todo
aquello que le afecta. En este caso, el predominio de la forma debe darse con
buenos signos de orden y de proporción. Puede ser un ejemplo el del autor de la fig.
63.
Si es el espacio el que predomina (palabras y líneas más espaciadas de lo normal,
fig. 95), el sujeto no necesita la presencia de los demás para su expansión vital,
sostiene más comunicación consigo mismo que con los demás. El pensamiento se
aísla de las impresiones de los sentidos para rumiar sobre las cosas y para
profundizar el “por qué” y el “para qué”, importándole mucho menos el “como”, el
“donde” y “con quién”. El sujeto tiende a la abstracción y a considerar las cosas a
mediano y largo plazo. Prevé las consecuencias partiendo de algunos datos o
experiencias del presente, pero no participa demasiado en actividades comunes o
de grupo. Prefiere vivir desarrollando sus ideas. En la clasificación de Jung,
estamos refiriéndonos a la función pensar introvertida. En el caso de la fig. 10, nos
referiríamos más a la función sentir introvertida.
En sentido negativo y, en general, la escritura pequeña señala la incapacidad para
comprender, asimilar y producir cosas de gran amplitud y envergadura o de cierta
complejidad en relación con los aspectos sociales (campo de conciencia estrecho).
El temor al fracaso, la timidez, las dudas, la inseguridad y falta de confianza en sí
196
mismo; los frecuentes sentimientos de impotencia o de culpabilidad frente a
personas, obstáculos y dificultades inhiben al sujeto frente a la vida.
Cuando la escritura es muy pequeña, se acentúa la analidad, la introyección
(tendencia a rumiar lo “vivido”), la tendencia a retener, a guardar, a conservar y
“desear” aquello que para el sujeto tiene un interés personal (avaricia).
Para interpretar adecuadamente la escritura pequeña, debemos tener en cuenta,
además de lo ya indicado sobre el predominio del movimiento, de la forma o del
espacio en la onda gráfica, la relación que existe entre la actividad y la emotividad.
Si el “nivel de emotividad” es mucho más alto que el “nivel de actividad”, la energía
acumulada por la inhibición o las represiones, se vuelca hacia adentro, hacia la vida
interior y de modo perturbador. Las tensiones emotivas, en este caso, pueden no
estar suficientemente reguladas por los mecanismos de defensa, descargándose
entonces estas tensiones sobre el sistema nervioso vegetativo y sobre los órganos
que controla. Esta vía de descarga puede producir las llamadas “somatizaciones” o
alteraciones en los órganos viscerales: corazón, estómago, hígado, páncreas,
próstata, órganos de la reproducción, etc. De aquí los falsos ulcerosos de
estómago, muchos cardíacos y otros pacientes neuróticos con enfermedades
psicosomáticas, difíciles de curar por medio de fármacos.
Por el contrario, cuando el “nivel de actividad” es igual o superior al “nivel de
emotividad”, la energía de las tensiones se vuelca, mediante la motricidad, hacia
afuera, hacia el exterior (necesidad de charla, de actividad, de realizaciones de todo
tipo). Los espectáculos que promueven la risa a carcajadas, la abreacción mediante
el canto, el chillido y el deporte, suelen ser antídotos eficaces y preventivos contra
muchas neurosis.
197
P07 - PLENA, Escritura:
198
La escritura precipitada puede ser habitual o accidental. Si es accidental, no tiene
otra interpretación que la necesidad del autor de anotar algo a vuela pluma (apuntes
de clase, apuntes de llamadas telefónicas, notas recordatorio de algo, etc.).
Cuando la escritura precipitada es habitual en el sujeto, hay que relacionarla con
otros signos para conocer su significado. Se trata, generalmente, de sujetos
pertenecientes al temperamento nervioso.
Los nerviosos son impacientes, agitados, improvisadores, poseen una sensibilidad
siempre excitada por infinidad de estímulos, de donde su inestabilidad y sus
variaciones de ánimo, de humor y de voluntad. Son incapaces, salvo que realicen
un esfuerzo especial de voluntad, de mantener un orden y una continuidad estable,
abrevian su escritura para poder seguir la velocidad de su pensamiento, la agilidad
de sus ideas, sus improntas imaginativas y por tanto, suelen tener los signos de
precipitación y ritmo desigual o cambiante en su escritura.
Cuando el grafismo es intencionalmente precipitado, puede señalar la actitud de
disimulo o fingimiento, la evasiva de algo que resulta más o menos embarazoso o
comprometedor. Puede indicar también el deseo de dar la impresión a otros de una
agilidad intelectual o de una prisa que el sujeto simula para poder desprenderse
pronto de algo que le es indiferente o molesto.
Los médicos muy frecuentemente escriben sus recetas con letra precipitada y casi
ilegible. Quieren seguir manteniendo el misterio de sus pócimas, el rol de brujos que
curan, pues no hay duda que la sugestión del misterio contribuye a la fe ante lo
desconocido, fe en la magia del médico, fe en la curación. El misterio de las recetas,
tienen que despejarlo muchos farmacéuticos preguntando discretamente :”¿que es
lo que tiene el enfermo?”. De esta manera el vendedor de fármacos encuentra una
vía inductora que le aclara lo que dice la receta.
199
P10 - PRESIÓN DESIGUAL, Escritura de:
200
P12 - PRESIÓN DEFICIENTE:
(Ver escritura floja: F08, blanda”, B36, ligera, L09 y Tenue, T04).
La presión normal se caracteriza por una profundidad nítida de los trazos y espesor
aproximado al medio mm. La interpretación, por supuesto, es la de una energía sin
deficiencias y una salud sin problemas.
201
vida y sus problemas. El ánimo es eufórico, está lleno de esperanza, de espíritu
innovador y de la satisfacción de vivir.
“Este estado positivo y dinámico -dice A. Teillard en “Alma y Escritura”-, da
confianza a los demás y atrae el éxito”.
En sentido positivo, es un indicador de una buena sinergia o sintonía entre las
pulsiones instintivas, los deseos, los sentimientos y la forma de enjuiciar y de
razonar las cuestiones vitales. Esta misma armonía se extiende también a las
relaciones del sujeto con el “objeto” y en el clima social y profesional. Predomina la
bondad, los sentimientos e ideas de justicia, el altruismo y la generosidad sobre los
intereses egoístas. La adaptación del sujeto a su entorno, tiene una trayectoria
afable, agradable que conquista la disposición de otros a la entente, al diálogo y a
la cordialidad.
El sujeto tiene capacidad dialéctica e imaginación para poder armonizar y reunir en
un mismo orden gran variedad de cosas, a veces contrapuestas. Si en el grafismo
hay signos de vanidad, el sujeto puede entregarse por entero a un ideal político,
social, económico o benéfico, sin otro interés que el de “figurar” y alcanzar
popularidad.
No es frecuente encontrar un sentido negativo a la escritura progresiva, pero la
progresión en los movimientos en grafismos con signos de inferioridad cultural o
mental, puede indicar, simplemente una adaptación pasiva al entorno, pero con
ausencia de timidez y de recato. Necesidad de tiempo libre para dedicarlo al ocio y
al placer. El sujeto aprovecha su necesidad de libertad para sus caprichos, falta la
disciplina de la voluntad y aunque puede haber entrega hacia las personas que le
muestran agrado, esta entrega no siempre es constante.
202
moral”, que yo entiendo como comportamiento equilibrado, sino también como
equilibrio general del individuo.
De aquí derivan todas las interpretaciones dadas por los grafólogos clásicos:
tendencias reflexivas, prudencia en los juicios, sentido justo de la realidad,
observaciones precisas y correctas de los hechos y de las cosas, tendencia a
considerar los pros y los contras antes de decidir o de actuar, juicios justos,
objetividad de pensamiento, etc.
En sentido negativo, con una escritura sin ritmo, lenta, monótona y demasiado
homogénea o caligráfica, refleja la actitud pasiva, el apego al método, la inercia
estable, la repetición diaria de los mismos hábitos, y, en algún caso, síntomas de
oligofrenia o, al menos, falta de imaginación para salir de las rutinas y emprender u
organizar algo nuevo.
Hay algunas letras que, como las “i”, las “j”, las letras acentuadas y las barras de las
“t”, precisan completarse para esclarecer su estructura. En este sentido, conviene
observar el modo como cada sujeto cumple con la finalidad de precisar la estructura
de esas letras. Decía Trillat, uno de los grafólogos franceses más respetados, que la
precisión de un punto o de un acento en la escritura, es equivalente a la precisión
moral en las obligaciones. Una “i” que no se puntúa, o se puntúa mal, se presta a
errores, es un signo de negligencia, de falta de atención, de desorden y de tarea
mal acabada.
Por el contrario, la precisión en la colocación de los puntos, de los acentos, de las
barras de las “t”, etc. es un signo positivo de orden, de atención precisa, de
concentración en el trabajo y de puntualidad moral en las obligaciones. (Ver para
más detalles interpretativos el término acentos, A05).
Tendencia a formar los puntos sobre las “i” y sobre las “j” en forma de pequeños
circulitos.
Puede tener varios significados en razón del medio ambiente gráfico. En una
escritura con un orden un poco rígido, puede señalar la tendencia de la imaginación
a dar vueltas y más vueltas a los problemas que obsesionan la mente del escritor.
Con escritura más bien desordenada, espaciada y con variaciones de inclinación,
puede indicar, según R. Crepy, que el sujeto intenta liberarse de conflictos
interiores. El Dr. Pérez Slocker ha encontrado el punto en circulito en
homosexuales, pero hay que cotejar esta interpretación con otros signos.
Personalmente he visto los puntos en circulito en muchachas y muchachos jóvenes
con mucha fantasía e imaginación y con cierta vanidad o deseo de sentirse
admirados y apreciados.
Rosalin Crepy, ya mencionada, ha visto los puntos en circulito en muchachos o
muchachas con un sentimiento secreto de opresión, de reclusión, como si estos
jóvenes se sintieran atrapados o ahogados por la tiranía familiar o por un Super-Yo
203
excesivamente exigente que les produce un estado de sofocación y de angustia
profunda que, en muchos casos, les lleva a la droga, a la fatiga, a la desgana o al
desaliento. En otros casos -dice la Sra. Crepy- expresa un deseo ávido de
originalidad, pero dentro de un marco colectivo de oposición y protesta juvenil.
A veces se encuentra en aquellos individuos que pasan del impulso afectivo-
instintivo explosivo de las jambas masivas y en triángulo a un comportamiento
dulce, silencioso y tranquilo de la racionalización intelectual.
Cuando el punto es en doble anillo o “jointoyée”, el sujeto puede pasar del instinto
corrompido y vicioso a una actividad intelectual que no es completamente
satisfactoria.
En resumen: el punto en circulito es, de alguna manera, la expresión en la juventud
actual de la angustia vital y, dentro de esta interpretación y de acuerdo con el resto
de signos del ambiente gráfico, pueden darse infinidad de interpretaciones pasando
por el narcisismo, por el deseo de vanidad (necesidad de sentirse apreciado) y por
la misma homosexualidad.
Una escritura es rápida cuando supera las 150 letras por minuto. Se reconoce la
escritura rápida por el predominio de los movimientos ovoides (escritura
redondeada), por la cohesión ligada, por la inclinación del eje longitudinal de las
letras hacia la derecha; por la simplificación de las formas; por los movimientos
combinados (barras de las “t”, puntos y mayúsculas ligados a la letra siguiente), por
la escritura de movimiento ascendente y progresivo, por las terminaciones de las
letras, especialmente de las barras de las “t” en punta (lanzadas), cuando la
escritura es rítmica, movida, espontánea y sin cortes o inhibiciones (letras
suspendidas, añadidas, retocadas, adosadas etc.); cuando se abrevia la estructura
de las letras o se dejan palabras con letras incompletas (escritura filiforme,
abreviada o inacabada, etc.).
Cuando el ojo está habituado a observar en el grafismo la fuerza y dinamismo de la
onda gráfica, es fácil descubrir la escritura rápida.
La rapidez con buena presión (escrituras rápidas, profunda, neta, progresiva,
inclinada, proporcionada y rítmica), es un excelente indicador de buena salud y de
una líbido en progresión, es decir, condiciona una energía vital sana, un gran deseo
de vivir y una adaptación sin grandes problemas en las relaciones con el “objeto”,
en el amor, en la amistad, en los contactos sociales y en el trabajo. El sujeto se
desenvuelve en todas las esferas con buena confianza en sí mismo y en sus
posibilidades, tiene un ánimo bastante eufórico y una voluntad activa que no se
arruga fácilmente ante las dificultades o circunstancias adversas.
Dotado de fuerza imaginativa y creadora y de espíritu emprendedor, el sujeto de
escritura rápida con buen nivel positivo, sabe resolver con prontitud y eficacia la
mayor parte de los problemas u obstáculos que encuentra en el camino hacia sus
metas u objetivos, refuerza su energía y su disposición de voluntad cuando tiene
que luchar con las dificultades o las situaciones adversas.
La rapidez gráfica es también un buen indicador de vivacidad en la inteligencia, de
rápida comprensión, asimilación y puesta en marcha de las ideas o de las cosas a
realizar. El juicio opera por inducción y deducción buscando la identificación con la
realidad, es decir, la máxima objetividad y sentido práctico, sobre todo si la escritura
204
es proporcionada y rítmica o se observa una desigualdad metódica en la relación
forma-espacio-movimiento.
Bajo el punto de vista moral o de comportamiento, el sujeto es leal en la amistad y
en sus sentimientos, compromisos y obligaciones.
En sentido negativo, con escritura desigual, lanzada, desproporcionada y
discordante, las pulsiones instintivas, los deseos, las tendencias y el
comportamiento del sujeto, carecen del autocontrol, del sentido de la sensatez, de la
ponderación y de la medida en las reacciones.
No hay equilibrio regulador entre la excitación de los impulsos y la voluntad
reguladora y correctora de las reacciones. Entre los instintos (el Ello), el Yo y el
Super-Yo hay un desbarajuste del control y el sujeto se dispara en sus ideas, en sus
deseos, proyectos y objetivos, como si desconociera el sentido del orden y de la
medida, de la corrección en los modales y los semáforos establecidos socialmente.
El sujeto sufre un estado de inmadurez (defecto de educación o de aprendizaje) o
es víctima de ciertos disturbios de personalidad que pueden haber sido motivados
por diversas causas. Lo cierto es que su deficiencia en el control de los impulsos,
en el control de su excitación y agitación, condiciona un carácter de reacciones
vivas e inmoderadas, es impaciente, irritable, influenciable y brusco. No soporta
esperas o dilación en el acceso a sus deseos, quiere las cosas de inmediato, y le
falta el sano sentido de la realidad, y la capacidad de adaptación necesaria para
convivir armónicamente con los demás.
El sujeto puede ser muy hábil y hasta genial en algún aspecto, pero fuera de aquello
que le atrae, le frena y le hace persona, es un individuo desadaptado y de difícil
convivencia con él. Si el grafismo ocupa toda la página, incluso los márgenes (más
texto que espacios libres entre palabras y líneas: escritura invasora,
desproporcionada y confusa), el sujeto no deja espacio a los demás, interrumpe
constantemente a sus interlocutores, sólo quiere hacer patente lo que él piensa y
charla por los codos sin ninguna clase de respeto a la personalidad y al tiempo que
debe conceder a los demás.
205
En algunos casos las jambas también se acortan, centrándose la dimensión de la
onda gráfica sobre la zona media. Esta modalidad de escritura, fue bautizada por mi
alumno, el escritor catalán José Mª Castellet, como escritura “en zona única”. En
cierto modo, es el caso de las figs. 42, 105 y 114a.
En general, la escritura rebajada señala una renuncia a la expansión del Ideal del
Yo, un desarrollo insuficiente de la identidad consigo mismo que repercute sobre la
ambición de ser, de tener rango, de ser superior, de ostentar autoridad y dominio
sobre otros, etc.
Esta renuncia a la necesidad de valimiento adleriano en las aspiraciones del Yo,
puede deberse a un refugio en las actitudes de “obediencia-sumisión” (actitud
pasiva de tipo masoquista en la que el sujeto corta las alas al deseo de poder y
dominación), o puede indicar también la concentración del sabio en sus tareas
científicas cotidianas, con despegue de otros intereses distintos a sus tareas de
investigación. El nivel del grafismo indicará la interpretación a dar.
Por tanto, esta renuncia a “destacar” la importancia del Yo, puede ser lo mismo una
entrega generosa a los deberes de la vida cotidiana, que una falta de envergadura
de las pulsiones de deseo. El sujeto adopta la comodidad sibarita del menor
esfuerzo y espera que sean otros los que luchen para alcanzar metas y objetivos
ambiciosos. Esta actitud frente a la vida se refleja en grafismos muy curvilíneos y
con pocos signos de dinamismo y de tensión, lo que refleja que el sujeto se
encuentra bien con su pasividad en su vida cotidiana y no tiene grandes problemas
en sus relaciones con el “objeto” (amor, amistad, esparcimiento, etc.) y no quiere
complicarse la vida en aventuras o fantasías.
Sin embargo, estas personas modestas y sacrificadas, adoptan a veces, de pronto y
sin advertirlo ellas mismas, la actitud de sentirse ofendidas. Esto confirma la teoría
de Schultz-Hencke, según la cual en toda neurosis conviven tres estadios: la
inhibición, la comodidad y las pretensiones desmesuradas. El sujeto neurótico
puede adoptar como en el caso de la escritura rebajada, una actitud pasiva y
cómoda, de modestia, de renuncia y obediencia-sumisión, pero en su inconsciente,
pueden estar latentes pretensiones desmesuradas.
José Mª Castellet, pretendía ver -de esto hace muchos años-, el proceso de
individuación del que habla Jung, la armonía entre los contrarios: el bien y el mal, el
egoísmo y el altruismo, las apetencias corporales y materiales y los dones
espirituales o del intelecto se compenetran y se equilibran.
Estas tendencias contrarias de la psique, según J. Mª. Castellet, se agrupan en la
conciencia buscando mediante los mecanismos de defensa reguladores, una
renuncia compensatoria.
En todos estos casos, la escritura es redonda o muy curvilínea y aunque aparezcan
algunos pequeños ángulos esporádicos, indicadores de pequeñas resistencias a las
presiones externas, el sujeto permanece fijado a la comodidad de existir sin luchar,
armonizando su actitud con la de los demás. Puede tratarse de una pasividad
inteligente, o de una superación de sí mismo a través del “proceso de individuación”
de Jung.
El sentido positivo o negativo y la armonía del conjunto, aclararán el tipo de
interpretación a elegir.
206
Cabe en esta escritura todos los calificativos dados por los grafólogos clásicos:
humildad, sencillez, modestia, sobriedad, moderación, espíritu complaciente y
comprensivo, actitud de penitencia y humildad religiosa, etc.
207
la dirección de las líneas es un indicador de las fluctuaciones del ánimo, del humor
y de la voluntad. La escritura rectilínea, se asocia frecuentemente con las escrituras
moderada, regular, homogénea y estable (ver estas escrituras para más detalles).
Con el trazo inicial de una letra se inicia un impulso; con la primera letra de una
palabra se inicia la representación mental que tenemos de un objeto (abstracto o
concreto), y en cada comienzo de línea se inicia la modalidad de acción
encaminada a lograr un objetivo. La acción hacia el objetivo deseado, será tanto
más firme, estable y segura cuantas menos oscilaciones o vacilaciones presentan
las líneas.
Por tanto, la escritura rectilínea es un fiel reflejo de la buena programación de los
objetivos a lograr y de la voluntad, confianza y seguridad que tiene el sujeto en
alcanzar los objetivos propuestos.
208
La escritura redonda, puede ir asociada a la escritura monótona, caligráfica, lenta,
igual, infantil, etc. De su ritmo, de su agilidad estructural, de su sentido progresivo o
regresivo, de su convencionalismo u originalidad en las formas y de su grado de
variedad o monotonía repetitiva, dependen, generalmente, las interpretaciones,
dentro siempre de dos notas clave: la suavidad y la tranquilidad.
La lentitud propia de la escritura redonda puede estar compensada, incluso
supercompensada, por el automatismo en el manejo de los objetos de trabajo.
Cuando el sujeto adquiere automatismo motriz, por ejemplo, en el teclado de los
ordenadores y de las máquinas de escribir, puede alcanzar velocidades de
ejecución sorprendentes y bastante precisas.
En sentido general, la escritura redonda expresa: estabilidad de humor, desarrollo
de las facultades perceptivas que favorecen la memoria de los aspectos físicos de
las cosas (sentido de las formas); bajo nivel de emotividad; buena presencia de
ánimo ante los acontecimientos adversos o inesperados, atención especial a las
apariencias y a la imagen de sí mismo que el sujeto desea dar en el exterior.
Habilidad para mezclar y armonizar lo útil con lo agradable y para socializar los
intereses propios armonizándolos con los intereses ajenos evitando litigios, choques
o enemistades (búsqueda de la seguridad, añadiéndola a la comodidad y a la
previsión de contingencias). Disposición a encontrar el beneficio común en las
asociaciones, en la cooperación, en la conformidad de la mayoría, etc. El sujeto
quiere evitar los riesgos y contingencias que le harían perder su “status”, Desea una
vida cómoda, libre de eventualidades que puedan hacer peligrar su estilo de vida,
su seguridad y la de los suyos. (Para más detalles ver los tipos: linfático, los de
“sensación extravertida” de Jung y los “no emotivos” de Heymans-Le Senne.
(N) Pasividad, nivel de actividad bajo, pereza, flojedad de carácter (el sujeto cede a
la presión de las personas y del medio ambiente que le rodea. Con escritura
anillada o “jointoyée”: egoísmo, tendencia al engaño, al disimulo, al fingimiento a las
insidias verbales y a la falta de honestidad en la conducta, etc. En todos los casos,
es necesario tener en cuenta el nivel de negatividad y el ambiente gráfico general
en que se encuentra la escritura redonda.
Las letras, especialmente las “o”, “a”, “g”, etc. y todas aquellas de movimiento
curvilíneo que tienen su sitio en la zona media, incluyendo las “m” y “n” y las bases
de las hampas, presentan una forma oval o derivada del movimiento en óvalo (figs.
13, 55, 104 y 178).
Como ya he indicado al hablar de la escritura en curvilinea (C47), la escritura
redondeada es más ágil y vibrátil que la escritura redonda. Como en el caso de la
Tierra, el movimiento de “traslación”, propio de la escritura redondeada u oval,
supone un desplazamiento del Ello, del Yo y del Super-Yo hacia el “objeto” al cual
está vinculado por el hecho de existir (tendencia a moverse hacia el “objeto
amoroso”, que será, en la infancia, la madre o el padre y en la edad adulta, una
persona del otro sexo, cuando el sujeto ha liquidado el complejo de Edipo).
209
El movimiento de traslación supone también la dirección hacia objetivos sociales
(relación del Yo con el Tú) y hacia objetivos profesionales (relación del Yo con el
Trabajo).
En este último sentido, la escritura redondeada es, en general, y como he dicho
antes, más espontánea, más vibrátil, más ágil, más activa y más vinculada al mundo
exterior, al deseo de comunicación, de recepción y de participación. La escritura
redonda es más introyectiva que extrayectiva. La escritura redondeada es más
extrayectiva que introyectiva.
Para comprender mejor el “por qué” de este sentido simbólico de la “rotación”
(escritura redonda) y de la “traslación” (escritura redondeada),sugiero reproducir
con la mano, y rápidamente, amplios movimientos en círculo, es decir lo más
redondos posibles y hacer lo mismo después con movimientos en óvalo.
En sentido positivo, la escritura redondeada es un indicador de buena salud, de una
adaptación equilibrada y de una libido en progresión, es decir, el sujeto se
desenvuelve sin trabas, sin tropiezos, sin inhibiciones importantes en el desarrollo
de sus impulsos de vida. Satisface sus deseos y necesidades de todo tipo sin
dificultades, sin choques con el Yo o el Super-Yo, ni con el ambiente externo. La
onda gráfica, en éste caso, tiene un ritmo y un dinamismo profundo y los tres
grandes aspectos de la escritura la forma, el espacio y el movimiento se mantienen
dentro de la “desigualdad metódica” descrita por Moretti.
De aquí derivan las interpretaciones de simpatía, agradabilidad de carácter,
comprensión, benevolencia, empatía personal, espíritu dotado de recursos
sugestivos, expresivos y persuasivos, buena imaginación, gustos estéticos y, con
frecuencia, buena disposición para el arte, etc.
La escritura redondeada, dentro de un buen dinamismo y de una buena
“desigualdad metódica”, se asocia con el optimismo, con la alegría de vivir, con la
gracia y donaire, con la seducción y el encanto atractivo de las personas
“venusianas”, en el sentido que tiene éste término de facilidad para el amor, para la
amistad, para la amabilidad, etc.
En sentido negativo, con excesiva fuerza y dispersión (fig. 85b y 90), el sujeto
puede actuar de modo impulsivo y brusco o con falta de autocontrol emotivo, de
manera confusa o audaz y en el “fuego del deseo”, puede arrollar todos los
semáforos de la buena corrección, del orden establecido y del respeto a la
personalidad de los demás, imponiendo exigencias desmedidas y acaparando
derechos que al sujeto no le corresponden (perturbación o distorsión en cuanto al
sentido de la medida de los conceptos de libertad, dependencia y propiedad de
derechos).
Ofuscado por la pasión de los deseos y por la inmediatez de lograrlos, el sujeto
arrolla la personalidad de otros y la maltrata injustamente. El instinto de vida, en
estos casos, está fuera de toda adaptación bien regulada y de todo comportamiento
armónico.
Cuando la onda gráfica presenta deficiencias en algún sentido, en la presión
(escritura. floja, blanda, tenue etc.), en la dimensión (escritura muy pequeña,
apretada, gladiolada), en la continuidad (escrituras suspendida, vacilante,
atormentada, muy inhibida, regresiva, etc.), figs. 206, 13 y 218, el instinto de vida
del sujeto, está deteriorado por complejos de impotencia, por miedo al fracaso, por
210
sentimientos de inseguridad, de insuficiencia, de culpabilidad y de angustia, que
son la expresión de una libido débil, es decir, de una energía vital deficiente.
En este caso, con una líbido débil, el sujeto puede ser víctima de las presiones
externas, de los abusos de autoridad o de las influencias nocivas que, en sentido
moral, pueda recoger del medio ambiente. El sujeto, al no tener fuerza de voluntad,
se adapta pasivamente y sin resistencia (tal vez refugiándose en el masoquismo)
dentro del entorno donde se siente aceptado y contra el cual no es capaz de luchar,
aunque sea consciente de su morbosidad.
211
autoritarismo despótico, si el ambiente gráfico así lo expresa (ver fig. 37). Cuando
en la primera infancia al niño no se le satisface su necesidad de roce epidérmico
con la madre, su necesidad de cariño y de atención amorosa, estas vivencias
frustrantes condicionan en el adulto la falta de confianza, la merma en su
autoestima y en su identificación consigo mismo. lo que hará que carezca de un “sí
mismo consistente” y, como consecuencia, desarrolle una conducta más o menos
neurótica y disocial.
Cuando el sujeto está bajo los efectos de sentimientos o vivencias de frustración,
reales o fantaseadas, se incrementa la sensibilidad del Yo, la defensividad, la
desconfianza, la susceptibilidad ante lo que al sujeto le parece una desatención,
una marginación o un olvido. Esta inmadurez psicológica, puede degenerar en la
necesidad de reclamo, de reivindicación de derechos, generalmente excesivos, y a
veces fantaseados dando lugar a los celos, a la envidia, a los deseos de venganza
incluso a las insidias verbales, a la intriga y, en fin, a variados comportamientos
asociales o neuróticos.
Siempre es necesario tener en cuenta la zona o zonas donde las regresiones se
producen y la fuerza tensional y dimensional de las miasmas así como el ambiente
gráfico en que se encuentran.
Las regresiones en la zona inferior (figs. 49 y 119) evidencian que algo funciona mal
en la esfera de las pulsiones instintivas. Una regresión en las jambas, puede
suponer una experiencia infantil de “rechazo” por parte de los padres o de alguno
de ellos. Este rechazo puede culpabilizar al sujeto y producirle trastornos en su
desarrollo afectivo y sexual. Según el temperamento y según la energía de sus
defensas, el sujeto puede reaccionar optando por una actitud pasiva de renuncia
masoquista, o puede tomar la actitud de ataque y de protesta agresiva constante.
Las regresiones en la zona media (figs. 32, 35, 68 y 174), afectan al
comportamiento del sujeto en la vida cotidiana y a su posición afectiva con relación
a los demás. El egoísmo será tanto más suave o duro cuanta mayor tensión tengan
los trazos. Y la inmadurez en la conducta estará también en concordancia con el
nivel general del grafismo.
En todos los casos, para interpretar justamente la escritura regresiva, hay que
valorar bien el conjunto de signos entre los que se encuentra y el nivel positivo o
negativo de ese conjunto. Para más detalles ver en mi obra “Grafología estructural y
dinámica”, los movimientos regresivos en cada una de las zonas del grafismo.
En sentido general la escritura regresiva es indicadora de una atención centrada en
los propios problemas, intereses y necesidades, con despreocupación o falta de
interés por todo aquello que afecta a los demás (egoísmo, egocentrismo,
narcisismo, etc.). El miedo a la privación o a un tratamiento injusto por parte de los
demás, exacerba la avidez, la necesidad de guardar, de retener, de acaparar con
ansiedad, diversas ventajas o cosas útiles, incluso inútiles, para la vida del sujeto.
La dureza de este significado estará en proporción con el grado de angulosidad, de
fuerza en el trazado y de inversión de las letras, así como con el nivel positivo-
negativo del conjunto.
Este mismo miedo a la privación y la desconfianza mantienen vigilante la atención
del sujeto sobre todo aquello que cree que le corresponde, adelantándose a
reclamar derechos, a reivindicar lo que cree que le pertenece, sobre todo en las
212
cuestiones de dinero. El individuo resulta molesto a causa de sus constantes
inconformismos, reclamaciones y exigencias, muchas veces erróneas.
En sentido positivo: Concentración en sí mismo, reserva, retraimiento, capacidad
abstractiva. Desarrollo profundo de técnicas y de conocimientos relacionados con
su profesión, que guarda sigilosamente, pero que le hacen “imprescindible” en la
parcela de trabajo de la cual se ocupa. Selección cuidadosa de personas, objetos,
ambientes, etc. con los que tiene relación. Tendencia introvertida e introyectiva.
213
Para más detalles sobre la interpretación de los apoyos o regruesamientos bruscos,
ver las escrituras masivas, M07, reinflada, R11, fusiforme, F11 y desigualdades de
presión, D14.
Actualmente, debido al empleo de los bolígrafos y de los rotuladores,los
regruesamientos en los trazos sólo se pueden percibir con una lupa de ocho o diez
aumentos y, con todo, requiere experiencia descubrirlos.
214
descargar sus insatisfacciones hablando mal de los demás (las censuras que no
puede autodirigirse, las proyecta sobre los otros).
215
del cuerpo y en el aspecto lúdico de la vida, en detrimento del espíritu.(Ver para
más detalles la escritura profunda: P15).
La onda gráfica no destaca sobre el papel, queda como apagada, pálida deslucida,
sin brillo, o mate. El color de la tinta queda como absorbido por el papel.
Lamentablemente, ni el relieve del trazado, ni la ausencia de relieve puede
apreciarse con muestras impresas.
En física, como sabemos, los colores calientes irradian luz; los colores opacos la
atraen, la absorben. Esta es la diferencia entre la escritura en relieve y la escritura
sin relieve. En la escritura sin relieve se descubre la falta de savia vital, la ausencia
de brillo, de poder sugestivo y creador de la personalidad, es decir, la pobreza de
recursos imaginativos, la introyección y la escasez de relieve personal.
La tendencia absorbente de los individuos con escritura sin relieve, condiciona una
sensibilidad aguda para las cosas que se refieren al propio Yo y falta de
sensibilidad, indiferencia o rechazo, para aquello que se comprensión, atenciones
delicadas, miramientos y estimación procedentes de los demás, pero como árbol sin
savia y sin verdor, poco puede ofrecer a las personas de su entorno.
Esta “esterilidad mental y afectiva”, puede suponer una deficiencia de rendimiento
en el terreno laboral, si la tarea que tiene que realizar el sujeto no es pasiva, sino
activa, renovadora y cambiante. El sujeto no es apto para tareas que requieran
recursos imaginativos, facilidad de improvisación de soluciones y adaptación rápida
a personas y circunstancias variables.
El significado de la escritura sin relieve, se agrava, si la presión es floja o blanda,
indicando entonces, la facilidad para el desaliento, la abulia, la indolencia, la falta
de interés por las cosas y el rechazo de toda actividad que requiera un pequeño
esfuerzo. Sujetos así, al ser permeables a toda clase de influencias, pueden ser
desleales y caer en la delincuencia, en la tentación de hurtar o de comunicar datos
que deben permanecer secretos.
216
improviso y luego caen en un agotamiento físico. De aquí la euforia y sobreactividad
de unos momentos y el estrés o cansancio de otros, seguido de irritabilidad y de
quisquillosidad. (Para más detalles, ver desigualdades de la presión, D14).
El retardo en el grafismo puede estar motivado por las siguientes causas: por
excesivo esmero en la ejecución de las letras, en el cuidado de las formas, del
orden y de los espacios; por la frecuencia de retoques, añadidos o correcciones; por
la excesiva ornamentación de mayúsculas y de otras letras; por el empleo frecuente
de regruesamientos en los trazos; por la frecuencia de los “lapsus de cohesión” o
217
por el emborronamiento de los puntos (mano pesada); por la pastosidad y descenso
del grafismo; por las regresiones o movimientos sinistrógiros anormales; etc.
Producen también retardo las letras adosadas y suspendidas; los temblores, las
sacudidas, las vacilaciones, las contorsiones, los truncados, los puntos
innecesarios, los barramientos inútiles; el empleo de un instrumento defectuoso;
una posición incómoda o inadecuada cuando se escribe, etc.
Cuando el retardo se debe a un especial interés de la voluntad por conservar un
orden estético y dar al texto una buena presentación, es un indicador de cuidado de
las apariencias externas y atención especial a la persona a la cual se envía la
comunicación: esmero, pulcritud, sentido estético y escrúpulo en hacer las cosas
bien y dar buena imagen.
Este cuidado de las apariencias puede señalar una excesiva prudencia y una falta
de naturalidad, propio de una inteligencia no siempre libre y bien adaptada a
cualquier ambiente, persona o situación. El sujeto puede vivir oprimido por el “qué
dirán” y por un Super-Yo tiránico.
Si el retardo se debe a anomalías tales como “retoques”, añadidos, tachaduras,
lapsus de cohesión y otras anomalías perturbadoras del ritmo natural, las causas
pueden ser variadas : trastornos afectivos o mentales, perturbaciones neuróticas,
graves preocupaciones, fuertes estados de ansiedad, debilidad de la mente por
agotamiento, por enfermedad o estados postoperatorios, etc.
Si el retardo se debe a excesos de ornamentación (figs. 38 y 111a), las tendencias
narcisistas están presentes. El sujeto centra su afectividad y orienta su dinamismo
vital, sus intereses de admiración y de aprecio en el propio Yo. con miras a hacerse
digno, también, de la estimación de los demás, de donde las actitudes de
presunción, de pedantería, arrogancia, etc.
El sujeto narcisista, puede proyectar sobre otra persona (del mismo sexo o del sexo
contrario), la propia imagen y amarse a sí mismo a través de ella. Es el caso de
muchos homosexuales y de personas que eligen féminas eróticamente llamativas, o
el de féminas que eligen varones más jóvenes y destacadamente viriles o
feminóides, depende del tipo de compensación buscado.
218
culpabilidad, casi siempre reprimidos), que bloquean o perturban la intención
consciente, generando incertidumbres o vacilaciones.
Aparte de este significado psicoanalítico, los retoques pueden deberse, cuando se
producen en un grafismo con buen nivel positivo, a un deseo de claridad, de hacer
las cosas bien y de precisar los pormenores que pueden dar lugar a errores (espíritu
de perfeccionamiento y de selección en el que no está lejos el escrúpulo). Es
también una expresión de cortesía y de atención a la persona a quien se dirige el
mensaje. Indica también una observación de sí mismo y una necesidad de
autocorrección en posibles errores. Pero puede indicar también la defensa posible
contra la amenaza de un desequilibrio interior (obsesiones, angustia, estados
depresivos, etc.).
En sentido negativo, los retoques pueden ser un indicador de estados obsesivos de
inseguridad, de culpabilidad inconsciente, de fatiga, de depresión, de agotamiento,
etc. El sujeto, en cualquiera de éstas situaciones, se detiene indeciso absorbido por
su inquietud, se colapsa, sufre entorpecimientos, es objeto de sentimientos
contradictorios y, a veces cubre con la obstinación la falta de confianza en sí mismo
(angustia neurótica). Ante el trabajo, en aquellos aspectos no habituales, siente
cierta incapacidad para acelerar el ritmo normal. Por el contrario, el retoque puede
señalar también a sujetos muy impacientes, irritables y agitados que, al intentar
avanzar aceleradamente, cometen más errores que aciertos, al no tener suficiente
calma para trazar, de primer intento, las letras con nitidez.
Cuando en un escrito normal (carta o documento) se observan palabras e incluso
frases tachadas, el estado interno del sujeto puede ser preocupante, sobre todo si
se repiten las tachaduras a lo largo de las cartas o documentos. El sujeto puede
estar invadido por un control rígido de la razón o del Super-Yo (obsesiones), que
pueden mostrarse a través de un estilo de vida muy intelectualizado, racionalizado y
distanciado de la normalidad. Por ejemplo, el sujeto quiere mostrar su
escrupulosidad en una honestidad y sentido moral tan rígidos y puritanos, tan
meticulosos, que se hace insoportable. La preocupación por una higiene rigurosa, el
autoritarismo, la ambivalencia afectiva, etc., pueden estar indicadas en éste signo.
Nota aclaratoria. Tanto los retoques como las palabras y frases tachadas, no tienen
gran significado cuando se trata de apuntes, de borradores o de notas en sucio. Los
retoques y tachaduras, tienen un alto significado en la firma. Una firma tachada por
la rúbrica o por un trazo final que la atraviesa de derecha a izquierda, es una
agresión a la autoimagen, al concepto de sí mismo, es una expresión de
autodestrucción inconsciente debido al descontento de sí mismo. Puede reflejar
también las tendencias masoquistas.
219
controlada y sobrecogedora que crea un estado desagradable entre el deseo y el
temor. La ansiedad, está motivada por rechazos o por interrupciones violentas de
placer. Este estado interior, puede generar, entre otras cosas, angustia, agresividad,
complejos de desamparo, depresión, miedos y sobresaltos, neurosis traumáticas,
rigidez y diversos mecanismos de defensa.
Es difícil, dice el Dr. Gille-Maisani, “saber por el sólo medio del análisis de la
escritura, si la angustia se refiere a estados difusos (miedo al porvenir, a lo que
puede ocurrir al propio Yo o a personas queridas), o si es un miedo fijado (fobia a un
objeto, a un animal, a sentirse encerrado, a subir en ascensor, etc.).
En la fig. 126a, que es la más significativa de las muestras de escritura en
retroceso, vemos la inclinación invertida, la rigidez de las líneas, los notables
movimientos sinistrógiros de las jambas, los barras de las “t” en diagonal, los
sobrealzamientos, etc. todo ello testimonio un tipo de personalidad obsesiva, rígida,
combativa y oposicionista, llena de exigencias, de escrúpulos, de autoritarismo, de
puntualidad y de un orden tan racionalizado, que no permite ninguna clase de
flexibilidad y de comprensión. El sujeto vive en una tensión extrema, con ideas muy
complicadas y en un estado de crispación que impide su adaptación normal a las
personas y a las corrientes de la vida. (Para más detalles interpretativos, ver
escritura regresiva, R08 y escritura rígida, R20).
220
R20 - RÍGIDA, Escritura:
221
R21 - RÍTMICA, Escritura:
222
En sentido negativo tendencia a ostentar autoridad, mando y decisión sin otros fines
que los intereses personales. El sujeto decide por todos, tanto si pide consenso,
como si no lo pide. Se justifica a posteriori. Violencia, poco tacto y a veces
brutalidad verbal hacia sus oponentes. Falta de consideración y de respeto a la
personalidad de los demás y a los intereses ajenos para dar preferencia a los
propios (abusos de poder y de autoridad). Tendencia a buscar los goces y
satisfacciones únicamente en el aspecto material.
Hay que tener en cuenta que no siempre el trazado robusto es indicador de fuerza
física. Puede tratarse únicamente de fuerza psíquica y nerviosa y no de fuerza
muscular.
La letra “s” minúscula, tal vez por su estructura, que puede ser abierta o cerrada,
por sus cambios de forma y por sus posibles alargamientos “hacia arriba”
(sobrealzados) o “hacia abajo” (trazo final invadiendo la zona inferior), y por otras
particularidades, los grafólogos clásicos, no gestaltistas, le atribuyeron el
simbolismo de “letra expresiva de la conciencia”.
La conciencia, según los criterios de los grafólogos amantes del signo fijo, puede
ser abierta (fig. 195), cerrada (fig. 196), egoísta (por el buclecito final, fig. 197),
dominada por escrúpulos (primera “s” de la fig. 198), orgullosa (sobrealzado de la
fig. 199) y muy materialista (trazos finales de las “s” de la fig. 200 invadiendo
indebidamente la zona inferior).
Estas interpretaciones son sólo detalles aislados de una letra. Nosotros creemos
que una letra, por sí sola, no es representativa de todo el conjunto, más que en
casos muy excepcionales. Como he dicho en otras muchas ocasiones, los signos
223
aislados deben interpretarse de acuerdo con el ambiente gráfico en que se
encuentran.
S02 - SACUDIDA:
224
Modelo caligráfico de origen inglés, caracterizado por la tendencia a imitar los tipos
o letras de imprenta. Este modelo de caligrafía presenta las letras desligadas y
yuxtapuestas (figs. 87 y 202).
Para su interpretación, ver escritura tipográfica, T10 y escritura dibujada, D25. El
“script”, como todo modelo de escritura dibujada o artificial, suele ser un camuflaje
para ocultar lagunas o aspectos desfavorables, deficiencias o desventajas
personales, sobre todo en cartas contestando anuncios y cuando se utiliza éste tipo
de escritura para comunicarse con personas con las que existe relación afectiva. El
sujeto desea dar de sí mismo la mejor imagen, aunque la intención no responda a
una leal y sincera realidad.
225
S06 - SENCILLA, Escritura:
226
beneficioso y menos comprometido, evitando riesgos o responsabilidades
innecesarias.
El sujeto de escritura serpentina, tiene un “savoir-faire” y un saber decir ocurrentes
que sirven para armonizar posturas contrapuestas, resolver conflictos y arreglar
asuntos espinosos buscando la aceptación parcial de todos. Talleyrand, el rey de
los diplomáticos, poseía este tipo des escritura.
En sentido negativo, la actitud flotante y evasiva sobrepasa toda idea
comportamiento formal, leal, y concreto. El sujeto sabe nadar entre dos aguas sin
mojarse, serpentea los problemas y las situaciones sin comprometerse, rodea los
obstáculos y las dificultades en vez de atacar de frente, escapa a todo compromiso
o responsabilidad con hábiles subterfugios. Es astuto y embustero y para
defenderse de cualquier posible acusación, intenta hacer que las cosas parezcan
distintas a lo que son o han sido. Falsedad, hipocresía, socarronería.
227
Las anomalías en la escritura las descubre el “Método Vels de Grafoanálisis” en la
fuerte predominancia del sentido negativo y en los grados I, IV b y V de la escala de
Pophal.
El trazado gráfico resalta muy débilmente sobre el papel, la escritura queda como
desteñida, desprovista de brillo, como si el color de la tinta quedara desvanecido
sobre el papel. Lamentablemente, este tipo de escritura no es perceptible a través
de los ejemplos impresos.
Así como el relieve refleja un tipo de personalidad brillante, creativa y sugestiva, el
trazado sin relieve es expresivo de una personalidad apagada, sin brillo, sin nada
que destaque las cualidades existenciales, el carisma magnetismo de la persona.
(Ver, para más detalles, la escritura en relieve, R12).
Escritura en la que predominan los giros de los movimientos hacia la izquierda (figs.
8, 9, 25 y 126a). Es sinistrógira la escritura Invertida (fig. 126a); los movimientos en
retroceso en los finales de las mayúsculas, en los finales de palabra (figs. 218, 219
y 220), en las jambas (figs. 49, 131 y 132). Son también sinistrógiros los
alargamientos excesivos de los trazos iniciales (figs. 82 y 187), las barras de las “t”
y las “d” con penacho a la izquierda del hampa (figs. 144c y 204), etc.
228
La escritura sinistrógira representa una especie de anclaje, total o parcial, en las
vivencias del pasado que dificultan la integración libre y espontánea a las nuevas
situaciones, a los nuevos ambientes, como si hubiera un cierto miedo o prevención
inconsciente a salir de sí mismo y a franquearse.
La adaptación de las personas con signos muy regresivos en su escritura, no es
siempre total y espontánea. Generalmente, la conducta está elaborada, vigilada y
controlada por un Yo desconfiado, egoísta y, a menudo, narcisista y egocéntrico. La
escritura sinistrógira, con un nivel negativo alto, puede ser un indicador de la
tendencia al hurto en forma latente o manifiesta, si va acompañada de otros signos,
como pueden ser los óvalos protuberantes, las “q” barradas, los enlaces de la
cohesión en forma de empalmes, etc.
La tendencia al hurto o a la apropiación ilegítima parece estar arraigada en sujetos
que tienen el hábito de chuparse el pulgar, hábito frecuente en algunos niños
neuróticos, pero que se evidencia también en algunos adultos. (Para más detalles,
ver escritura regresiva, R08).
229
en frecuentes variaciones de ánimo, cambios de actitud con respecto a las mismas
personas, contradicciones en los afectos,, fugacidad de intereses, cambios de
rumbo frecuentes en los proyectos, facilidad a la frustración, descargas de
irritabilidad ante las contrariedades, etc.
Siempre he sugerido a las empresas que los sujetos con escritura sinuosa, desigual
e inestable, aunque por su inteligencia y flexibilidad de adaptación puedan realizar
cualquier tarea, no deben ocupar puestos de trabajo monótonos, demasiado
metódicos y que requieran una fijación muy concentrada y constante de la atención
unida a una alta “regularidad” en el trabajo, pues esto es contrario a su naturaleza
nerviosa y cambiante. Son sujetos que no aguantan bien la regularidad, la
repetición. Necesitan la variedad de estímulos para encontrar su identificación y su
autorealización.
Y en cuanto a la complementación de caracteres, en el matrimonio, los sujetos con
escritura sinuosa e inestable, no suelen encajar bien con personas de iguales
características. Deben buscar su complementación con una pareja que tenga un
carácter templado, dulce y reflexión, capaz de soportar con serenidad los cambios
repentinos, los contrastes, las variaciones de humor y las contradicciones para
influir beneficiosamente en la estabilidad y en la tolerancia y “seguridad” que en
éste tipo de nervioso falta.
230
Escritura en donde las letras mayúsculas, los trazos iniciales o finales, las barras de
las “t”, las hampas de las “p” y, en general, todos los trazos que sobrepasan la zona
media tienen una altura elevada. Ver como ejemplo las figs. 11, 38b, 106c, 187 y
204.
La escritura sobrealzada es un indicador de una autoimagen desbordada por el
deseo de supercompensar el miedo inconsciente a la inferioridad mediante la
fantasía, a veces delirante, de una superioridad manifiesta, sea o no reconocida por
los demás (orgullo, soberbia, sobreestimación del concepto de sí mismo).
En sentido positivo, los sobrealzamientos pueden indicar una canalización de la
energía hacia metas ideales impulsando la ambición de “ser”, de destacar, de estar
por encima de los demás en cualquier aspecto de la vida: intelectual, económico,
social, profesional, etc. En virtud de esta disposición a sentirse “líder” el sujeto se
manifiesta en sus ideas como poseído por una certeza subjetiva absoluta en sus
pensamientos y tenderá a imponer sus ideas y decidir por todos sin recoger la
conformidad de los demás. Da por sentado que sus criterios, opiniones y decisiones
son acertadas e indiscutibles.
El sujeto de escritura sobrealzada, con buen nivel de energía y dinamismo, cuando
es inteligente y tiene plena claridad y orden en el modo de pensar, de querer y de
actuar, se convierte pronto, sea en un creador con estilo propio en cualquier
actividad humana, sea en Jefe de equipo o de grupo, si trabaja en cualquier
empresa, debido a sus dotes de mando y de control y a su disposición a ejercer
autoridad sobre los demás.
En sentido negativo, con jambas débiles o amputadas, refleja la incapacidad para
vivir las realidades y para aplicar las ideas a objetivos prácticos y utilitarios. El amor
propio y el orgullo, en sujetos que tienen poco apoyo en el dominio de la realidad,
les convierte en seres muy desconfiados y susceptibles, fuertemente ansiosos y
temerosos de mostrar su lado débil y vulnerable, pues los sentimientos de
inferioridad que padecen no están suficientemente bien compensados para que el
sujeto se mueva en la vida con “seguridad”.
Es frecuente este signo en las personalidades de características “paranoides “,
pues, como es sabido, los sujetos paranoides tienen tendencia a la sobreestimación
de sí mismos (orgullo), a la desconfianza, a la falsedad del juicio (son fantaseadores
y deformadores de la realidad) y a la desadaptación social. Estos sujetos consiguen
frecuentemente impresionar a los demás con razonamientos aparentemente
veraces, pero cuyas premisas son falsas. El sujeto paranoide tiende a deformar los
recuerdos y expone sus criterios apoyándolos en certezas absolutas, sin admitir que
puede partir de algún error.(Ver una definición muy acertada de las cualidades
psicológicas de la personalidad “paranoide” en el boletín nº 13 de la A.G.C. por N.
Romeu y P. Viñas, pág. 97).
El sujeto de escritura sobrealzada tiende a la insatisfacción casi permanente. Todo
lo que no está en la dirección que él piensa, le aburre, lo discute lo rechaza. Puede
ser muy persuasivo, gracias a su excelente imaginación y a sus grandes recursos
verbales. Es gran reivindicador de sus derechos, de sus intereses, de sus
pertenencias. En este sentido es agresivo y descubre siempre indicios y pruebas
para justificar sus reclamaciones.
231
La escritura sobrealzada es muy frecuente en la firma y se caracteriza no sólo por la
altura más o menos desmedida de las letras de la firma, esencialmente de las
mayúsculas, sino también, aunque la firma no presente letras sobrealzadas, por
subrayar ésta (figs. 96 y 108) por un fuerte trazo horizontal que sirve de “pedestal”.
Como dato curioso, obsérvese, en la fig. 108, la rúbrica en “pedestal” para destacar
al firmante y, a la vez, véase como el apellido aparece “tachado” por la letra inicial
del nombre. Inconscientemente se tacha a sí mismo, quizá porque no quiere ser
“Menor”, pero también puede haber aquí, en ese tachado, algún complejo de
culpabilidad por algo mal hecho (la “M” tiene el trazo final en repliegue egoísta y las
letras del apellido son muy angulosas lo que quiere decir que el egoísmo es
bastante “duro”.
Una escritura es sobria cuando las formas están estructuradas con sencillez, sin
adornos o trazos superfluos e innecesarios, cuando las dimensiones (altura y
anchura de las letras), son moderadas (buenas proporciones) y los espaciamientos
entre letras, palabras y líneas permiten una legibilidad correcta (fig. 65).
Así como en la escritura movida (fig. 82), el pensamiento trabaja bajo el influjo de la
imaginación (pensamiento mágico), en la escritura sobria el pensamiento está
influido por la razón, por la esencia, no por la existencia subjetiva de las cosas. El
juicio es equilibrado y justo y el pensamiento es reflexivo, ponderado, claro y
objetivo, se decide siempre por la idea mejor, después de pensar el “pro” y el
“contra”, el “por qué”, el “para qué” y “con quién”.
El sujeto está dotado de una buena memoria y de una lógica selectiva en todas sus
actuaciones. Su nota clave es la prudencia y su actitud vital introvertida.
La necesidad de seguridad, de confianza interna, de despejar las posibles dudas y
temores, es fundamental en el sujeto de escritura sobria. La razón desempeña en el
sujeto un rol moderador en el control de las pulsiones. La sexualidad está
canalizada, no es libre más que con la pareja elegida y dentro de unos límites de
comportamiento correctos. Klages asigna a la escritura sobria la sagacidad crítica,
la capacidad teórica y la fuerza de entendimiento.
En sentido negativo indica falta de imaginación y de intuición (Klages), timidez,
cortedad, apocamiento (dificultad de expansión). Con escritura seca, angulosa, muy
regular y rígida, indica fanatismo, austeridad severa y fría, intransigencia moralista y
rigidez mental. En casos extremos, el sujeto puede ser incapaz de conmoverse ante
el dolor ajeno y ante las injusticias que comete (sequedad de sentimientos).
232
Llamamos escritura sucia a aquella que presenta borrones, manchas de tinta,
tachaduras y retoques abundantes a lo largo del texto (fig. 205). Puede
considerarse también sucia la escritura excesivamente concentrada, congestionada
y confusa, donde unos elementos se entremezclan con otros invadiendo espacios
que no le corresponden y enmarañando el texto hasta hacerlo ilegible (fig. 61).
Decía Crepieux-Jamin que “uno de los modos más aparatosos del desorden es la
suciedad”. La suciedad es un estado de abandono o dejadez que puede deberse lo
mismo a un efecto de inmadurez psicológica y moral, que a un modo de conducta
con el cual el sujeto muestra su agresividad a todo cuanto es un orden social o
profesional (fijación al estado sádico-anal, fig. 61).
La abulia, la falta de voluntad activa, propia de los sujetos blandos, pasivos, que no
están afectados por ninguna incapacidad física, pero que son incapaces de realizar
un verdadero esfuerzo para completar una tarea, suelen tener una escritura sucia.
La suciedad, en casos graves, puede señalar estados de melancolía, psicastenia,
obsesión o depresión.
233
y rúbrica y en las barras de las “t”. La fig. 154 es tajante en el final de la “a” de
“Querida” y en los trazos masivos y ascendentes de la “M”, la “t” y la “y”. La escritura
de la fig. 28 es tajante, cortante, toda ella debido a la dureza, firmeza y rigidez de la
angulosidad.
Escritura propia de los tipos reactivos, con más excitación que inhibición, incapaces
de controlar las reacciones emotivas y ajustar la conducta a una convivencia normal
y pacífica. La tensión sexual es excesiva y no está plenamente satisfecha, de aquí
que estos sujetos sean muy excitables, exaltados y con reacciones violentas y
agresivos, poco tolerantes con los defectos ajenos, sin mirar los propios. En los
momentos de calma, pueden ser cordiales, pero a la mínima contrariedad, el
carácter se vuelve cortante, tajante, incisivo, intolerante y sumamente impaciente en
los deseos. Estos sujetos pasan, sin transición, de la idea a la palabra o de la idea a
la acción.
Con modales autoritarios exigentes y bruscos, intentan impresionar a los demás
para que cedan a sus deseos y exigencias, con el riesgo a veces que, si los demás
no ceden, puedan caer en una crisis nerviosa.
El sujeto tajante, cree afirmar su personalidad con sus modales violentos y sus
exigencias inexorables, cree que puede modificar mágicamente lo que realmente no
se puede modificar y, a veces tiene éxito, si la personalidad de sus oponentes es
débil. Pero cualquier razonamiento sereno y firme, aplaca su agresividad ante la
evidencia de quedar en ridículo, o se enfurece más y se marcha amenazando: “Esto
no va a quedar así...!”.
En cualquier caso, la escritura tajante es un indicador de descontrol emotivo y de
insuficiente madurez psicológica en la esfera de relación. El lenguaje de estos
individuos suele ser soez, descortés, tosco y blasfemo.
No necesariamente todas las escrituras tajantes pertenecen a sujetos con
inferioridad moral o inmadurez psicológica. Entre personalidades destacadas se
produce también este tipo de descontrol emotivo y de agresividad (fig. 96).
234
T03 - TEMBLOROSA, Escritura:
El grosor o espesor del trazado es mínimo (escritura de trazos muy delgados (fig.
213). En ciertos casos, pueden alternarse los trazos en flexión con un grosor o
espesor normal y los trazos tenues en los movimientos de extensión (ver en la fig.
216 la delgadez en los movimientos de enlace de unas letras con otras).
La delgadez del trazado está en relación con una sensibilidad o hipersensibilidad
vulnerable a los impactos externos (tendencia al sobresalto, a la angustia, a la
ansiedad, a la inseguridad (el sujeto, únicamente se siente seguro en la medida en
que puede tener confianza en las personas de su entorno).
El trazo tenue señala, pues, la sensación de debilidad y de impotencia, la
susceptibilidad y la acentuada sensibilidad a la frustración, el miedo al fracaso. Bajo
la amenaza de su Super-Yo, el sujeto se siente, a la vez, contantemente
atemorizado y en rebeldía. El “Ello” reivindica, por una parte, su derecho a la vida y
protesta contra las frustraciones impuestas por el entorno y las circunstancias
desfavorables y, por otro, mantiene una sórdida guerra interna contra un Super-Yo
represor, prohibitivo y exigente.
Pero si el sujeto tiene una inteligencia bien dotada, aprende a forjarse las armas
contra la angustia y contra los complejo de culpabilidad tan frecuentes en los seres
débiles o hipovitales a causa de su rebeldía contra los “tabúes” o prohibiciones,
siempre ligados a sentimientos de culpabilidad y de falta. Por tanto, la escritura
tenue, suele ser un indicador de ciertos fallos, más o menos intensos y frecuentes,
en la adaptación emocional, casi siempre producto de una viva y dolorosa
impresionabilidad y vulnerabilidad.
El debilitamiento del espesor de los trazos puede estar en relación con anomalías
cardíacas y respiratorias (fragilidad vital). Un corazón frágil está sin cesar
amenazado por emociones fuertes que no siempre puede soportar.
Una escritura es firme-dura cuando los movimientos en flexión son rectos, firmes y
al tomar base sobre la zona media lo hacen en forma angulosa (fig. 28).
Dureza de carácter, intransigencia, autoritarismo, inflexibilidad, rigidez en la
conducta. Esta tendencia será tanto más tensa y constante, cuanta más rigidez,
235
angulosidad y dureza tengan las formas, cuanta mayor regularidad se observe en la
dirección de las líneas, en la inclinación y en la dimensión.
En grafismos femeninos de personas adultas, reflejará la reivindicación viril de las
mujeres con exigencias de derechos difíciles de solucionar en una sociedad que
aún mantiene las normas y costumbres impuestas por el varón. Algunas féminas, al
intensificar sus reivindicaciones en modo agresivo, demuestran sus viejos complejos
de castración. Estas mujeres de modo consciente o inconsciente buscan como
pareja a hombres a quienes puedan dominar fácilmente, generalmente varones
masoquistas dispuestos a someterse. Parejas de este estilo, al no ofrecer a sus
hijos un modelo normal de convivencia matrimonial, generan en la descendencia
una gran dificultad de identificación sexual.
(Para más detalles ver firme-dura, F05).
236
En la ambivalencia, suelen estar mezclados rasgos masculinos y femeninos del
carácter (ánima-ánimus).
En algunos casos, la agresividad, inconscientemente reprimida, puede dar lugar a
una serie de complejos de culpabilidad y a una autodesvalorización que puede
entrañar un estado depresivo seguido de secuelas de impotencia en el hombre y de
frigidez en la mujer.
Ya sea por la angustia neurótica que crea la ambivalencia, por debilidad de carácter
o por fatiga mental, el sujeto de escritura vacilante no puede definirse en uno u otro
sentido, no puede tomar una decisión, ni encontrar una solución adecuada y
satisfactoria, porque no encuentra motivos lo suficientemente poderosos y eficaces
para tomar una actitud o elegir una sola dirección.
Si la escritura es a la vez floja y tenue, el sujeto estará afectado por una
hipersensibilidad impresionable que le predispone a los sobresaltos ante lo
imprevisto, a la inseguridad y a la incertidumbre angustiosas (ver Escritura Tenue:
T04) y, por supuesto, a la cortedad, timidez, sofocación, palidez, etc. Líbido débil y
en regresión.
Es la escritura que imita los caracteres de imprenta (fig. 87, aunque esta escritura
no es totalmente tipográfica. La auténtica escritura tipográfica es aquella en que
todo el texto está realizado con mayúsculas de imprenta).
Para comprender bien el sentido psicológico de la escritura tipográfica, hay que
tener en cuenta que en todo grafismo normal o de letra cursiva, se manifiestan,
claramente, dos movimientos esenciales: el movimiento “gestual” y el movimiento
“postural”.
El movimiento “gestual”, corresponde a los gestos de los órganos de la cabeza, de
las manos, de los brazos, de las piernas y pies. El movimiento “postural” recoge la
postura del cuerpo en su totalidad. Los órganos, propiamente “gestuales”, son los
vestíbulos sensoriales de la cara, principalmente los ojos y la boca y también las
manos. Los gestos de estos órganos expresivos, pueden reconocerse, por
separado, en las zonas del grafismo. En cambio, para ver con claridad el
movimiento “postural”, se precisa la visión de todas las zonas de la escritura en su
conjunto global.
Aquellos sujetos que utilizan en sus mensajes a otros la escritura tipográfica, no
dejan ver con claridad las posturas del cuerpo al utilizar solamente una “zona
única”. Y, en esta zona única, pueden camuflar, al menos en algunos casos lo
intentan, sus lados desfavorables, sus lagunas personales, sus minusvalías, sus
desventajas o deficiencias con respecto a otros. A través del dibujo de las letras
tipográficas algunos individuos intentan dar de sí mismos, de manera consciente, no
la autoimagen real, sino la imagen de como quieren ser vistos.
Imitando las mayúsculas de los caracteres de imprenta, muchos sujetos creen
investirse de “importancia personal” y quieren expresar en letra mayúscula su gusto
estético, su cultura, su distinción, su familiaridad con los libros, con el arte, o con la
ciencia. Han escrito imitando los caracteres de imprenta, hombres famosos entre los
237
cuales podemos recordar a Leonardo da Vinci, a Leibniz, a Bergson, a Ruben Darío
y también a Felipe González.
Los cartógrafos, los delineantes, los dibujantes publicitarios, los pintores y algún
que otro arquitecto y aparejador, conservan la escritura tipográfica por deformación
profesional. Pero la mayor parte de veces encontramos la escritura tipográfica en
las ofertas de empleo, y no siempre se trata de individuos cultos que tienen mucho
trato con los libros, con el arte o con el dibujo, sino que utilizan este tipo de letra
como disfraz de su escritura. Quieren con ella dar una mejor imagen de sí mismos
ocultando sus fallos o deficiencias personales.
Muchos de estos aspirantes a empleo hacen este tipo de escritura por consejo de
las academias para intentar burlar o evadir el estudio grafológico. Ignoran que ante
un buen profesional, y más si utiliza una técnica de examen adecuada para medir la
onda gráfica, el camuflaje no resulta eficaz.
Con el “Método Vels de Grafoanálisis” que mide cada grafismo cotejándolo sobre
más de 240 módulos y donde cada signo es valorado matemáticamente de acuerdo
con sus grados de desviación, quedan al descubierto tanto las cualidades positivas
como los aspectos desfavorables ocultos tras la escritura tipográfica.
(P) En sentido positivo, J. J. Simón ve en la escritura tipográfica “un claro
predominio de la lógica, una búsqueda de modo consciente, de la claridad en las
ideas, una buena capacidad de concentración y una actitud general de tipo práctico.
Al predominar la razón sobre las facetas sentimentales resulta considerable el
autocontrol y es posible la artificiosidad. Es notoria -agrega J. J. Simón- la
capacidad crítica de estas personas basada en su fuerte lógica, lo que les lleva a
defender con denuedo sus propios puntos de vista ante los demás”.
(P) En una escritura simplificada la existencia de mayúsculas tipográficas es un
buen signo de cultura, de sencillez, de búsqueda de lo esencial, de sentimiento
estético y de elegancia de espíritu. Cuando las letras tipográficas se aplican
solamente a determinadas palabras, el sujeto expresa su deseo de destacar y dar
claridad e importancia a las palabras tipografiadas.
Algunas letras minúsculas, como la “a” en alfa, la “e” en épsilon, etc. son
manierismos que algunos autores clásicos han interpretado, respectivamente, como
signo de erudición y como signo de preciosismo, gusto por las joyas y por el juego,
en el caso de la “e” en épsilon.
Una tendencia curiosa es la de intercalar letras mayúsculas tipográficas en medio
de las palabras. Sobre este tema he realizado un ensayo de interpretación en un
artículo publicado en el Boletín nº 6 de la A. G. C.
Cuando las mayúsculas aparecen intercaladas indebidamente en el centro de las
palabras, este signo puede tener dos significados:
a) El sujeto quiere sentirse líder de grupo y estar rodeado de personas que
reconozcan su deseo de superioridad y le aclamen y admiren.
b) El sujeto presionado por un entorno familiar que no acepta (rebeldía), busca ser
acogido dentro de un grupo de personas que le acojan bien y se sienta cómodo,
protegido y aparentemente feliz. Este grupo puede estar integrado por los amigos
de discoteca, dados al alcohol, o a las drogas, o bien se integra en una secta
religiosa, que le ha “comido el coco”. Ambas interpretaciones están comprobadas.
238
T11 - TORCIDA, Escritura:
T012 - TORSIONES:
Un trazado puede ser superficial, con poca presión, aún con un espesor o grosor del
trazo superior al medio milímetro (fig. 175), en cuyo caso la pluma deja mucha tinta,
pero la fuerza ejercida sobre los movimientos es superficial, sin profundidad (ver
P14: presión). El trazado puede ser también superficial en los casos de una
escritura de trazado delgado o muy delgado, es decir, con un espesor o grosor
ligero o tenue (ver escritura ligera, L09 y escritura tenue, T04).
En todos los casos, la escritura de trazado superficial pero con espesor normal o
superior al 1/2 mm. indica un déficit en la energía vital, una falta de energía en el
carácter, lo que se traducirá en la vida cotidiana del sujeto por la pasividad, la
inercia, por la falta de autenticidad y profundidad en las ideas.
En los casos de la escritura superficial acompañada de delgadez en los trazos
(escrituras ligera y tenue), la fuerte impresionabilidad y vulnerabilidad a los
impactos emocionales está presente. Para más detalles ver la escritura ligera, L09 y
tenue, T04.
Los trazos en cruz se presentan generalmente en las barras de las “t” (fig. 208c), en
la firma (fig. 96, cruce del trazo horizontal de la rúbrica con el trazo descendente de
la última letra del nombre) y en las jambas, letra “q” cortada por un pequeño trazo
239
horizontal, o jambas cortadas por mazas, triángulos y otros movimientos más o
menos anormales.
Cada uno de estos trazos en cruz o cruzados, tiene diferentes significados de
acuerdo con el ambiente gráfico y la zona en que se encuentran.
Para más detalles, ver “Grafología estructural y dinámica. La interpretación
psicológica de los signos gráficos por zonas” (Ed. A.G.C.- Barcelona).
Bajo el punto de vista del simbolismo, los trazos cruzados expresan la lucha entre
ánima y ánimus, entre elementos psicológicos masculinos y femeninos de la
personalidad. Esta lucha se acentúa, si los trazos cruzados se presentan el la firma
(fig. 96). Si el grafismo tiene una presión débil, la lucha entre las tendencias
contrarias, es significativamente ambivalente, angustiosa y dolorosa y puede ser
punitiva, torturante y autodestructiva.
Cuando las jambas están cortadas o seccionadas por un pequeño trazo horizontal,
el sujeto corta, inconscientemente, algún impulso, sexual o de otro tipo en
disconformidad con el Yo o el Super-Yo. Las “q” minúsculas de jamba cortada, se
han encontrado en sujetos con sentimientos de culpabilidad.
Las barras de las “t” en cruz, cuando tanto el hampa como la barra son fuertes (fig.
208c), la afirmación viril del sujeto se equilibra con la toma de decisiones firmes
inspiradas en el pasado, presente y futuro de las cosas. Si la barra de la “t” es más
fuerte que el hampa (fig. 114d), la actitud de decisión está más influida por el
“ánima” que por el “ánimus”, (el “ánimus” cede ante el impulso de las tensiones del
“ánima”).
240
Las terminaciones de los trazos no son ni aceradas, ni masivas, quedan en un punto
intermedio que llamamos “trazos romos o de punta roma” (fig. 215).
Decía Ovidio que el mejor camino es el elegido entre dos extremos. Las personas
con un buen equilibrio regulador de las pulsiones instintivas, de las funciones
afectivas y de la actividad mental, ni se muestran excitadas o agresivas, ni
acumulan violentas cargas de energía. Este equilibrio regulador es el propio de
sujetos con grafismos donde la forma, el movimiento y el espacio tienen entre sí una
relación armónica, sin desajustes, sin distorsiones, sin desigualdades chocantes en
la onda gráfica. En éste tipo de grafismos suelen darse las terminaciones en punta
roma, es decir, ni aceradas, ni masivas.
Falsa conexión, o empalme camuflado, en la unión de unas letras con otras en las
palabras (figs. 84, 218 y 219, difíciles de apreciar).
Según el ambiente gráfico, el truncaje o empalme camuflado, sea tratando de
completar una letra o simulando una unión de unas letras con otras en las palabras,
es fruto del nerviosismo o del engaño. Tanto en un caso como en otro, el sujeto
intenta disimular un “defecto”, algo “mal hecho” y con buena mala intención quiere
ocultarlo a los demás. Por tanto, es un signo de insinceridad y de temor al fracaso
241
afectivo. El sujeto intenta unas veces completar su imperfección, sus fallos y otras
finge una unión o unos lazos afectivos que en su interior no siente o están
truncados por la duda o por la inseguridad en sí mismo. Puede señalar, pues,
nerviosismo, falsedad o hipocresía.
Para dar la interpretación justa a los truncajes o empalmes de cohesión, se debe
relacionar este signo con otros similares o distintos. El ambiente gráfico será, en
último extremo, el que aclarará su significado.
242
de inseguridad ante el temor al fracaso o a los resultados negativos de un deseo,
intención o idea.
Este bloqueo interno de impulsos entre lo que se desea y atrae y la duda u
oposición consciente, refleja, generalmente, algún sentimiento de inseguridad, de
impotencia o de culpabilidad. A partir de este postulado, se pueden extraer infinidad
de interpretaciones, por ejemplo: Indeterminación entre el sentimiento y la razón,
entre impulsos de amor o de amistad y el temor a ser rechazado. Neurastenia.
Fatiga mental. Debilidad de carácter. Ambivalencia. Angustia neurótica. Propensión
a los sobresaltos, a los cambios repentinos, a la inestabilidad. Vulnerabilidad
interna. Hipersensibilidad y fuerte disposición a la frustración, etc.
Unicamente el ambiente gráfico, las escrituras-tipo dominantes, podrán dar las
posibilidades de una interpretación adecuada a este signo.
Se refiere este signo a las variaciones que sufre la escritura a lo largo de los años a
medida que se van sucediendo los cambios en la vida del sujeto desde la juventud a
la vejez.
La escritura suele sufrir variaciones por el matrimonio, por sucesivos cambios en la
profesión, y en el “status social y profesional”, por accidentes de todo tipo sufridos
por el individuo (muerte de familiares, divorcio o separación, accidentes físicos,
etc.), por enfermedad, por cambio de clima, de alimentación, y un largo etc.
Para interpretar adecuadamente estos cambios en el grafismo, en la escritura, a lo
largo de la vida de cualquier individuo, será necesario, no sólo disponer de las
variadas muestras de escritura de cada época, sino también disponer del curriculum
vitae del sujeto.
Un ojo experto puede diferenciar bastante bien la velocidad real de la aparente. Una
escritura muy inhibida, como por ejemplo, la fig. 41, no puede ser nunca rápida. Una
escritura rápida como la fig. 29, puede, como ésta, tener pequeñas variaciones de
rapidez. Una escritura aparentemente rápida, como la fig. 28, es más lenta de lo que
parece a causa de la angulosidad, puesto que cada ángulo supone una detención
del movimiento para girar en otra dirección.
La velocidad real de la escritura se puede medir con eficacia recurriendo al test
“Graphe” del Dr. Malespine, descrito en mi obra “Escritura y Personalidad” (páginas
153 y siguientes). Este método consiste en hacer escribir, en letras, las diez
primeras cifras (uno, dos, tres, cuatro, cinco, etc.) a la velocidad normal del sujeto
durante cinco minutos, controlando cada medio minuto con la orden: “guión,
empiece de nuevo”. A continuación, dejando dos minutos de descanso, hacer lo
mismo pidiendo al sujeto que acelere al máximo que pueda la velocidad de su
escritura.
De este modo, podemos conocer el ritmo habitual de cada sujeto, su velocidad
motora, incluso su destreza manual y lo que ocurre cuando el sujeto se ve forzado a
243
acelerar su rendimiento para atender, por ejemplo, un incremento de trabajo. Se
observará que, en algunos individuos, la petición de acelerar su ritmo habitual,
retarda en vez de aumentar el número de “graphes”.
En la obra citada hay un resumen de los resultados y de las medias estadísticas
obtenidas en el año 1960 y siguientes. Este test debe ser revisado para obtener las
medias estadísticas actuales. Sin embargo, los datos aportados en “Escritura y
Personalidad” pueden considerarse como orientativos.
La inclinación de las letras forma con la línea un ángulo recto (ver figs. 16, 53, 100 y
215). La verticalidad de las letras rara vez es absoluta rígida. Normalmente hay
ligeras oscilaciones que permiten detectar el grado de sensibilidad del escritor. La
rigidez, caso de producirse, sería patológica.
La escritura vertical tiene como particularidad psicológica dominante el autocontrol
emocional y motor de las reacciones, sin que necesariamente haya una hipoestesia
(hypo = baja y aisthesis =sensibilidad). Por tanto, indica el control de la sensibilidad.
Este control se mantiene tanto más cuanto mayor es la regularidad en los diversos
aspectos gráficos.
Salvo que el sujeto sea constitucionalmente poco emotivo, el autocontrol depende
mucho del tipo de educación recibida por el sujeto. Una educación rígida puede dar
lugar a un autocontrol excesivo ejercido por un Super-Yo tiránico que ha engullido
muchos “tabúes”, muchas prohibiciones y actúa de manera muy vigilante sobre el
pensamiento, los afectos y las pulsiones del sujeto.
A partir de este postulado, caven aquí todas las interpretaciones de: Firmeza,
estabilidad, serenidad de juicio, frialdad de razonamiento, constancia de carácter,
madurez de criterio, actitud de reserva, poca necesidad de la presencia de otros,
ecuanimidad, etc.
En sentido negativo, indicará frialdad, incapacidad para captar y comprender los
sentimientos de entusiasmo, de alegría y admiración. Falta de empatía, de
vibración, de participación en las emociones de contento ajenas.
Receptividad retardada. Orgullo, distanciamiento, desconfianza, etc.
Si la escritura es angulosa: sequedad, dureza, intransigencia, carácter altivo,
obstinado e inflexible. Si además la escritura es sobrealzada, puede señalar
tendencias esquizoides.
Se entiende como escritura vulgar aquella que presenta pocos signos de madurez
gráfica, de armonía, de originalidad y de sentido estético. Por ejemplo, la fig. 15, a
causa de su automatismo, de su fidelidad al modelo caligráfico, de su repetición
mecánica del trazado, de su lentitud, de su uniformidad y monotonía indica poca
madurez, poca evolución y la consideramos escritura vulgar.
Las figs. 37, 38 y 49, a causa de su ramplonería en las formas, de la falta de
proporción, de orden, desarmonía y de sentido estético, las consideramos también
244
vulgares. Finalmente, las figs. 143a y b, son vulgares por su inmadurez, por la falta
de soltura en el manejo de la pluma, señal de un espíritu poco cultivado.
La vulgaridad, en general, debe entenderse como inmadurez cultural en unos casos
(figs. 49 y 143a y b); como retardo mental en el caso de escrituras lentas, muy
estereotipadas, automáticas, uniformes y monótonas, como las figs. 15, 47 y 48, que
repiten mecánicamente los modelos caligráficos.
La ausencia de selectividad, de originalidad creadora, de gustos refinados y de
delicadeza, suele ser común en todos los sujetos de escritura vulgar.
Cuanta más inarmonia, desproporción, desorden y confusión presente la escritura
vulgar, tanto mayor será la tosquedad, la falta de delicadeza en el lenguaje y en los
modales, la osadía, la ramplonería y la incapacidad para establecer matices y
diferencias en el trato del sujeto con las personas y con los objetos.
Cuanto más uniforme, estereotipada, caligráfica, lenta y monótona sea una
escritura, tanto más puede influir el retardo mental en la capacidad general de
comprensión, de asimilación y puesta en marcha de las ideas que se apartan de las
rutinas habituales del sujeto.
I01 - YUSTAPUESTA:
245
líneas antes de alcanzar el margen derecho, reseguimiento o amputación de las
jambas, etc. (fig. 213).
Sobre la zona media, sugiero ver cuanto se dice en la “abreacción” en el
coligamento y en la cohesión, principales subaspectos donde se estudian las
diferentes variantes que pueden darse en la zona media.
En cuanto a las zonas inferior y superior, sugerimos ver todo lo que se dice en esta
obra sobre las jambas y sobre las hampas, barras de las “t”, puntos y acentos, etc.,
aunque todo esto, como queda indicado mas arriba, ha sido estudiado en detalle en
mi obra : “Grafología Estructural y Dinámica. La interpretación psicológica de los
signos gráficos por zonas”, obra editada por la “Agrupación de Grafoanalistas
Consultivos de España” (A.G.C.) - C. Balmes, 47, 1º - 08007 Barcelona.
Independientemente de la obra citada, sugerimos también el estudio de los “rizos” o
gestos libres en trazos iniciales y finales, comentados en la obra de L. Torbidoni y
Zanin “Grafología. Texto teórico-práctico”, Editorial Tantin, Santander, 1992.
246
BREVES CURRÍCULUMS DE AUTORES Y OBRAS DE GRAFOLOGÍA.
(Esta tercera parte del Diccionario ofrece un breve currículum de más de 200
autores importantes en el campo de la Grafología, así como la mención de sus
obras y trabajos más sobresalientes).
Han prestado su colaboración en esta parte del Diccionario, los siguientes colegas:
247
ACERETE RAMOS, Isabel. Prof. (España):
248
Grafólogo y psicólogo brasileño, Presidente del Instituto Mineiro de Grafología,
seguidor del “Método Vels de Grafoanálisis” y traductor al portugués de la obra
“Diccionario de Grafología y de términos psicológicos afines”, que editará “La Casa
do psicólogo” de Säo Paulo.
Con su mujer, también grafóloga, sucedió a la Brillante Klara Roman en New School
for Social Research à New York donde ellos han enseñado durante varios años un
curso de grafología universitaria.
249
Antiguo grafólogo italiano, director del Instituto Italiano di Grafología, con sede en
Milán (1917). Fue uno de los iniciadores de la Grafología en Italia. Se formó con las
obras de Crepieux-Jamín y otros grafólogos franceses. Es autor de la obra
“Grafología scientifica”, Ed. Hoepli, Milán, 1926.
250
BALLANDRAS, Amado J. Prof. Dr. (Argentina):
Grafólogo francés que, en unión con Denise Castilla, es autora de una interesante
obra sobre grafo-patología. La obra en cuestión ha sido publicada por Edition
Laffont, Col. Réponses, París. En esta obra son abordadas las principales neurosis
y psicosis, como por ejemplo las neurosis fóbicas, las neurosis obsesivas, la
histeria, la paranoia, los delirios, los desarreglos de humor, la esquizofrenia, las
psicopatías, los estados límite, el narcisismo, los complejos de abandono. las
perversiones, la criminalidad, etc. Esta obra, cuyos temas han sido tratados con
suma seriedad científica, sirve, entre otras, como tema para el ingreso en el GGCF.
251
Célebre grafóloga francesa, conocida por su excelente obra “Apprenez la
Graphologie” Ed. J. Oliven, París, 1954, una de las obras más didácticas de nuestro
vecino país.
252
BERNSON, Bernard y Marthe (Francia):
253
Se dedica a la orientación escolar y profesional y es experta en el diagnóstico de las
disgrafías. Recibe consultas sobre selección de personal y colabora con médicos y
psiquiatras. Ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales y
escribe en revistas especializadas. Actualmente está considerada como una de las
más brillantes grafólogas italianas.
Merece figurar entre los grafólogos que han aportado algo original al estudio del
grafismo. Nos referimos en este caso al interesante ensayo realizado por este autor
sobre la “evaluación cuantitativa de la inteligencia”, investigando la cohesión de los
movimientos.
El Prof. BOSOM ha hallado “una correlación altamente significativa, entre el ritmo
de ligado y la inteligencia general, medida a través del test de factor “g” de Catell,
escala 3”. (Ver Boletin nº 11 de la A.G.C.).
254
BOUREILLE, Claude (Francia):
255
Psicóloga, grafóloga y morfopsicóloga francesa de gran prestigio y renombre
internacional. Fue Presidente de la SFDG y actual Presidente de Honor. Es miembro
fundador del GGCF y Vicepresidente de la “Société Française de
Morphopsychologie”, fundada por el Dr. Louis Corman.
Colabora en los boletines de las sociedades correspondientes y en publicaciones de
tipo internacional. Es autora de importantes obras y trabajos grafológicos entre los
que cabe mencionar sus obras: “L´écriture empreinte de l'homme”, “La Graphologie”
y “Empreintes” (Delachaux et Niestlé, Neuchatel).
256
Entre sus obras mas recientes, cabe destacar: “Psicodiagnosi dell'ansia attraverso
la scrittura”; Istituto de Indagini Psicologiche de Milano, 1983, con la coautoría de
Bidoli y Manichedda. “Simbología della scrittura. La Grafología Structural e
l'inconscio”. Ed. Xenia, Milán, 1994. “La Grafología. Scrittura e personalitá”, Xenia,
Milán 1994. ““La interpretazione della scrittura. La Grafología nella vita quotidiana”,
Ed. Garzanti (el título es provisional. Esta obra verá la luz en abril. El profesor Paolo
Bruni, citado varias veces en ésta obra, es uno de los más eminentes investigadores
de la grafología italiana, sobre todo en la esfera del simbolismo gráfico. (Ver
algunas notas sobre la obra del Profesor Bruni en el boletín nº 16 de la A.G.C. a
cargo de nuestro Vicepresidente J. Tutusaus).
257
de Grafología en el centro de estudios empresariales EADA. Tiene una importante
obra escrita, pero sin publicar.
Célebre médico y grafólogo francés al que debemos un estudio muy completo de los
temperamentos hipocráticos descritos en su obra “Dignostic et Conduite des
Tempéraments”. Es autor de más de 50 obras sobre temas médicos de tipo
naturista. Entre sus obras sobre temas grafológicos podemos destacar: “Le
diagnostic de la mentalité par l'écriture”; “L'art Medical” (interesante estudio del
poder de los alimentos, de la mano y de las cualidades morales a través del
grafismo).
258
Universidad Politécnica de Cataluña (Escuela de Ingenieros Industriales de
Tarrasa). Está especializada en grafología infantil y en selección de personal. Es
Directora de Recursos Humanos en la empresa “Equipo de Nueva Orientación, S.A”.
Grafóloga muy conocida por sus obras de divulgación en los países de habla
francesa. Recientemente fallecida. Es la autora belga más conocida dentro de la
comunidad europea debido a la traducción de sus obras a varios idiomas. Fue
representante en Bélgica de la SFDG durante muchos años.
Sus obras más importantes son: “La Graphologíe” y “L'écriture des jeunes”, (Ed.
Marabout flash); “Propos sur la Graphologie” (Ed. Sand Bruxelas), “La Graphologie”
(Ed. Keller, Ginebra), “Cours de Graphologie” y “Les secrets de la Graphologie” (Ed.
Elsevier, Bruxelas).
259
COLOMAR, Orencia. (España):
Colaboradora muy asidua del boletín “La Graphologie” de París sobre temas
relacionados con la grafología alemana, de la cual es profundamente conocedora y
editora de revistas grafológicas en lengua alemana.
260
reconociera abiertamente, se inspiró en el gran maestro francés, del mismo modo
que Marchesan se inspiró en Moretti para crear su escuela grafopsicológica, que
tampoco lo reconoció. Para algunos, es difícil aceptar la lapidaria frase latina del:
Nada hay nuevo bajo el sol (“Nihil novum sub solem”).
261
D'ALFONSO, Pedro. Prof. (Argentina):
262
DELACHAUX, Suzanne. (Suiza):
263
Psicóloga diplomada por la SFDG y miembro del GGCF. Es profesora particular
especializada en el factor humano, principalmente en el reclutamiento de personal.
Tiene publicadas varias obras relacionadas con su especialidad entre las que cabe
mencionar: “Graphologie et recrutement” (Ed. Masson, París 1991). Hay una reseña
extensa de ésta obra en el nº 8 del Boletín de la AGC. Madame Desurvire, tiene
también cuatro pequeños tomos, con un total de 366 páginas, que ella denomina
“Feuillets de graphologie”. En los dos primeros tomos, describe las bases
jaminianas de la grafología. En los dos últimos, explica la técnica de la observación
y de la interpretación de la escritura. Madame Desurvire, forma parte del elenco más
sobresaliente del GGCF y se la considera una excelente profesora de Grafología.
Se debe a esta psicóloga y física francesa, una importante obra donde se comparan
los fenómenos psíquicos y físicos: “L'analogie des phéomènes physiques et
psychiques et l'écriture”, Bruselas, 1960. Esta es una de las obras más originales de
la literatura grafológica. Otra obra de Madame Dubouchet es “L'écriture des
adolescentes”, 1967.
264
DUPARCHY, JEAZNNEZ M. (Francia):
Grafóloga francesa de principios del siglo XX, conocida por su obra “Les maladies
d'aprés l'écriture” y por su investigación sobre el simbolismo del espacio gráfico:
“Essai de graphologie cientifique”, aparecido en 1919, anticipándose a Pulver.
(Referencia tomada de J. Tutusaus, boletín nº 15 de la A.G.C.)
265
ESCOLÀ BALCELLS, José Mª. (España):
266
Diplomado por la SFDG y miembro del Groupement (GGCF), del cual fue presidente
durante varios años. Tiene vocación marcada por la investigación y, buscando la
colaboración de otros miembros del GGCF, ha publicado varias obras de gran
interés grafológico actual, entre ellas:”La Graphologie. Histoire. Pratique.
Perspectives” (M.A. editores, París 1983), en la que repasa la evolución de la
grafología desde Michon a Pulver y Pophal y el encuentro de la grafología con el
psicoanálisis. En ésta obra se tocan los temas caracterológicos y de orientación
profesional, la criminología, la evolución del individuo, la escritura del niño y del
viejo y otras aplicaciones prácticas con más de 500 ejemplos inteligentemente
interpretados.
Es autor también de la obra “Les bases de la Graphologie”, en colaboración con
Charlotte Dugueyt, Jacqueline Aymard, Dominique Prot y otros destacados
miembros del GGCF con los que publicará también su “Dictionaire pratique de
Graphologie”. Todas estas obras han sido publicadas por M.A editions, París 1989.
Son obras muy cuidadas y todas ellas desarrollan temas avanzados de grafología.
267
en el que pasa revista a las diversas escuelas y países y habla de Michon y de su
profesor Crepieux-Jamin, con singular respeto y afecto.
268
GALVEZ. Roger. Prof. (Francia):
269
GARCIA MARTÍN, María del Mar. (España):
270
GENTY, Monique. (Francia):
271
continuación a “Psicología de la Escritura”, cuando le sorprendió la muerte a causa
de un cáncer de páncreas, después de ser operado.
Las obras del Dr. Gille-Maisani, han sido traducidas al español, al italiano, al inglés,
al portugués, al alemán, al polaco, al ruso, al rumano y a otros idiomas, siendo
notable su dominio de todas estas lenguas, incluso del catalán.
El Dr. Jean Charle Gille-Maisani, nació en Tréves (Alemania) el 22 de mayo de 1924
y durante su infancia y juventud residió en Romagne-sous-le-Côtes (Alsacia
francesa). Murió en Québec (Canadá) el 29 de Enero de 1995. Con su desaparición
perdió la Grafología no sólo uno de sus valores más preclaros, sino también uno de
los eruditos más eminentes del mundo en este y en otros temas que cultivó.
Autora con el psicólogo Roger Perron de una de las obras más clásicas e
importantes de la literatura grafológica: “Génétique de l'écriture et étudi de la
personnalité”, editada por Delachaux & Nieslé en 1954.
272
HALDIMANN, Edgar. Dr. (Suiza):
Uno de los grafólogos que más han profundizado en el estudio del trazo gráfico
especialmente en el espesor y fuerza, en la modalidad del cauce y en otros
aspectos del movimiento. Su obra “La graphologie par le trait. Introduction à
l'analyse de l'écriture”, es una de las obras maestras de la literatura grafológica,
desgraciadamente no se ha vuelto a reeditar desde au aparición en 1938,(Vigot,
París). Madame Lefebure y Van den Broek, han hecho un estudio completo de las
teorías del trazo establecidas por Hegar, añadiendo otros aspectos originales sobre
el trazo estudiados por ellos y recogidos en su obra “Le trait en Graphologie, índice
constitutionel”, Ed. Masson, París, 1989.
273
HERTZ, Herbert. (Francia):
Conocido, generalmente como Huarte de San Juan, por haber nacido en San Juan
de Pie de Puerto (Navarra). Médico y filósofo español (1530-1592). En su obra
“Examen de ingenios para las ciencias” habla de grafología mas de 60 años antes
que Camilo Baldo. Debemos este descubrimiento al comentario que hace el Dr.
Gille-Maisani en su obra “Psicología de la escritura”, Editorial Herder,
Barcelona,1991.
Grafólogo alemán que ha publicado algunas de sus obras en inglés, entre ellas su
famoso libro sobre la sexualidad en la escritura “Handschrift und sexualitat” y
“Analysis of handwriting. An introduction into scientific graphology”, obra reeditada
por la British Academy of Grafology de Londres en 1991. Una interpretación singular
de Hans Jacoby sobre la cohesión de los movimientos, especialmente sobre la
274
escritura “desligada”, ha sido traducida por Jaime Tutusaus y publicada en el Boletín
nº 9 de la A.G.C.
275
Junto con el Dr. Heiss es uno de los grafólogos más prestigiosos de la Alemania
actual. Es seguidor de la clasificación de Gross de los tres grandes aspectos del
grafismo: forma, espacio y movimiento. Una de sus obras más conocidas es “Die
Lebensgestalt der Hanschrift. Abriss des graphologischen Deutungstechnik”. Hans
Knobloch afirma que “una colección de escrituras y de biografías bien clasificadas,
es más valiosa que toda una biblioteca de obras grafológicas”. (Ver, para más
detalles, el artículo “La tipología de Hans Knobloch” publicado en el Boletín nº 14 de
la A.G.C., páginas 21 y siguientes).
276
aplicadas a la Grafología). Fundadora y Vicepresidente de la “Société de
Graphologie d'Aquitaine”. Delegada en Francia de la “Asociación Grafopsicológica
de Madrid”. Ha publicado múltiples artículos, ponencias y seminarios sobre Szondi y
en el boletín “La Graphologie”, nº 169, un interesante “Étude graphologique de la
communication dans un grupe de jeunes malades atteints de psychose dissociative
chronique” (1983).
277
test de Szondi”, también en colaboración con el Dr. Gille-Maisani y su última obra:
“Le dessin de l'enfant. Le langage sans parole”, de gran utilidad para el estudio de
la psicología infantil. Otra obra de Madame Lefebure interesante es: “Expression
graphique et test des cuatre éléments”, Masson, 1992. Por su gran conocimiento de
la grafología y de la psicología, la Profesora Lefebure, era constantemente
consultada sobre casos difíciles por la mayor parte de grafólogos de París. Murió en
1994 atropellada por un coche al atravesar una calle cercana a su domicilio de
París.
278
evolutiva” (1990-1991). Todas estas publicaciones han sido editadas por el Istituto
Grafologico “Moretti”, de Urbino.
El profesor Silvio Lena es un importante colaborador en la relación de autores
italianos que figuran en esta obra.
279
Doctor en Psicología y profesor de Grafología en la Universidad de Bielefeld
(Alemania). Ha reunido la mayor colección de obras de Grafología existentes en el
mundo y la reseña de autores, obras y trabajos más importantes en esta materia.
Contando con su archivo de obras y nombres, ha iniciado una publicación en varios
tomos de la actividad grafológica en los diversos países. Al escribir esta nota,
sabemos que ya está a la venta el primer tomo.
280
LLEDO PARRES, Vicente. (España):
281
Es Vicepresidente del Colegio Oficial de Graduados en Grafología de Buenos Aires.
Sus alumnos son esencialmente psicólogos y personas relacionadas con el área
laboral.
282
MARTINEZ CARRASCO, Alicia. Prof. (España):
Doctora en psicología y grafóloga por la SFDG y miembro del GGCF. Son muy
instructivos sus artículos en el boletín “La Graphologie” y sobre todo su “Réplica al
proceso a la Grafología”, artículo publicado en el Boletín nº 11 de la A.G.C. en
defensa de la Grafología, a causa de un ataque realizado por la revista francesa
“Science et vie” (marzo de 1993). La Grafología es defendida en este artículo con
una sagacidad crítica y una gran erudición y valentía encomiables. También es
recomendable su artículo “La Graphologie et les mythes”, publicado en el boletín nº
177 de La Graphologie”. La Doctora. Matthieu es autora de “Le graphologue, son art
et son client”, Ed. Masson, París, 1993.
283
José Mª. Escolá, en colaboración con una de nuestras más destacadas grafólogos
actuales Doña Amparo Botella, ha realizado la traducción al español. Madame
Maton ha fallecido recientemente a la edad de 80 años.
Psicoanalista y grafólogo francés, autor de una de las primeras obras en las que se
relaciona la grafología con el psicoanálisis a través de su obra “L'écriture et le
subconscient. Psychanalyse et Graphologie”, Ed. Aubanel, Aviñón, 1952.
284
comparan muestras de escritura china con otras muestras de escritura europea
realizadas por un mismo sujeto. En colaboración con el Dr. Pacífico Cristofanelli
publicó, en 1991, una interesante obra de “Introducción al Método Moretti, con
perspectivas de aplicación a las escrituras ideográficas chinas”.
El Instituto que dirige en Bruselas, está constituido por profesores de caligrafía
china, como por ejemplo, el Profesor Qi Gong, Profesor de Universidad y Presidente
de la Sociedad China de Caligrafía; Prof. Chang Ning-ho, del Consejo de Dirección
del Instituto Belga de Altos Estudios Chinos; Prof. Lin Chuan-ding, Dr. en Psicología
por la Universidad de Lovaina y un largo etc.. Por parte europea, son miembros
activos del Institute, grafólogos de la talla de Jacques de Backére, Jeanne
Dubouchet, Thea Stein Lewinson, Jean Marie Simonet, Pacífico Cristofanelli,
Georges van den Eede, entre otros.
Grafólogo de habla inglesa al que se debe una de las obras más serias de la
literatura grafológica:”Personality in Handwriting. A Handbook of American
Graphology”, Ed. Stephen Day Press., Nueva York, 1971.
285
Michon se separó del ocultista y publicó su “Système” y su “Méthode pratique”,
fundó la “Société de Graphologie en 1871 y el periódico “La Graphologie”.
Reunió una gran cantidad de autógrafos con los que después publicaría una obra
sobre los más importantes personajes de su época vistos a través de la escritura.
Dio conferencias por toda Francia para extender la nueva ciencia que
posteriormente perfeccionaría Crepieux-Jamin.
La mayor parte de signos gráficos que hoy conocemos, fueron descritos e
interpretados por Michon, aunque con el lenguaje moral propio de su época.
Cuando leemos las interpretaciones de Michon a ciertos signos, aunque con
lenguaje que hoy ha cambiado, nos acordamos de la famosa locución latina: “nihil
novum sub solem” (nada hay nuevo bajo el sol).
286
Diplomada en psicoterapia psicoanalítica por el C.I.P. y en grafologia por la A.G.C.,
miembro de la junta de esta entidad y secretaria de la Asociación Profesional de
Peritos Calígrafos de Cataluña Es profesora de la AGC, colaboradora de la Dra.
Fonta en los cursos de “Master en Grafoanálisis” de la Universidad de Maestros
Blanquerna y Ramón Llull de Barcelona, en la que también imparte los cursos de
Introducción al Grafoanálisis en esta Universidad de verano. Asimismo, interviene
como articulista y como adjunto al Vicepresidente de la A.G.C., Sr Tutusaus.
287
Fundador de la grafología italiana. Nace en Recanati en 1879 y muere en Ancona
en 1963 después de más de cincuenta años de actividad grafológica. El P. Moretti
estaba dotado de un talento excepcional como psicólogo. Tenía un don innato para
comprender a los hombres, con sus tendencias, sus motivaciones y complejos.
Percibía en las actitudes la fuerza dinámica que las determina. Cada gesto
representaba para él la expresión visible y controlable de la singularidad psico-
somática de la persona.
Para el P. Moretti la escritura como gesto ofrece los índices más seguros, porque el
gesto es la manifestación más inconsciente y, por consiguiente, donde mejor se
refleja la determinación psico-somática del escritor.
En el método del P. Moretti se muestra como los rasgos psico-somáticos más
dominantes y los rasgos secundarios y accidentales de la persona, están siempre
presentes en cada una de sus actividades: la escritura es un movimiento, y esta
premisa indubitable conduce a Moretti a caracterizar su método grafológico, entre
otros, por la distinción de “signos” substanciales, modificantes y accidentales. Los
signos, entre sí, tienen una relación favorable, contraria o indiferente.
En la escritura, como en la psique individual, el juego de las fuerzas vivientes, y
elocuentes -según Moretti- siempre se pone en evidencia. Cada signo es el síntoma
de una fuerza que se puede evaluar en cantidad y cualidad. La evaluación de los
diversos signos en grados (débiles), corresponde a todas las variaciones posibles
de los individuos y de sus escrituras.
El método del P. Moretti evalúa la importancia de los signos más significativos con
las combinaciones posibles que son el reflejo de la escritura en tanto que expresión
dinámica. El método Moretti es expuesto en su obra fundamental “Trattato di
grafología” (Ed. Messaggero, Padova 1995, 14ª edición). Un experimento largo y
asiduo permite a Moretti validar sus hipótesis. En el examen de centenares de miles
de escrituras, él puede verificar su propio método hasta adquirir la seguridad de su
validez. Sus análisis más significativos han sido publicados en sus obras: “I Santi
dalla scrittura” (Ed. Paoline, Roma 1975, 3ª edición), traducida y publicada en cinco
idiomas: alemán, francés, holandés, inglés y español. “I Grandi dalla scrittura” (Ed.
Instituto Moretti, Ancona 1966), cuatro volúmenes de “Analisi grafologiche” 1966
-1976).
Moretti ha expuesto su pensamiento en diversos campos de aplicación de la
Grafología. Citemos: “Il Corpo umano dalla escritura” (Instituto Moretti, Ancona
1961, 3ª edición). En esta obra, Moretti establece la relación entre la escritura y las
particularidades somáticas. “Scompensi-Anomalie della psique e grafología”
(Instituto Moretti, Ancona 1962), donde él demuestra las implicaciones de orden
neuropatológico. “Grafología pedagógica” (Instituto Moretti, Ancona, 1974, 3ª
edición.); “Grafología e pedagogía nella scuola dell'obligo” (Ed. Paoline, Roma
1971); “Facoltà intellettive e attitudini professionali dalla grafologia” (Instituto Moretti,
Ancona, 1968, 3ª edición.); “Perizie grafiche su base grafológica” (L'Albero, Verona
1942): “Grafologia differenziale - Passione predo-minante” (Instituto Moretti, Ancona
1962).
288
Grafóloga brasileira, licenciada en Letras, Vicepresidente de la SOBRAG
(Sociedade Brasileira de Grafología). Profesora de grafología en la SOBRAG y en la
Biblioteca Municipal de Säo Paulo. Ha colaborado en la traducción, revisión y
publicación en Säo Paulo (Brasil) de la obra de Augusto Vels “Escritura y
Personalidad”. Ed. Pensamento, Säo Paulo, 1991.Es autora de interesantes apuntes
para sus clases de Grafología y de numerosos artículos de divulgación de la ciencia
grafológica. Representó oficialmente a la Sociedade Brasileira de Grafologia en el
Congreso Internacional de Ancona, en 1993
Grafólogo alemán que en unión con su esposa, Alice Enskat, ha publicado artículos
y obras importantes en la literatura grafológica alemana. Su obra más conocida es
“Graphologische diagnostik, Ed. Huber, Berna 1961.
289
Graphology”, recibiendo la aprobación oficial del gobierno británico en 1991. Es la
Presidenta, Directora y regidora de la entidad fundada por ella y también de la
revista “Graphology”, publicación de reconocido prestigio científico internacional.
Mrs. Nezos es también fundadora de “The London College of Graphology”,
ocupándose de los programas de estudios y de la redacción de apuntes para los
alumnos en los diversos cursos.
Es representante en Londres de la “Société Française de Graphologie” y del
“Groupement des Graphologues Conseils de France” (GGCF). Por su talento
grafológico y su gran actividad dentro del campo de la grafología, recibió en 1991 el
título de Miembro de Honor de la “Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de
España”. Es también Miembro Honorario del “Centro Internazionale de Grafologia
Médica” de Roma y representante de la “Associazione Italiana “Grafoanalisi per l'Éta
Evolutiva”, de Torino.
Mrs. Nezos fue propulsora y fundadora, conjuntamente con Madame Peugeot,
Presidente de la SFDG y Madame Thibonnier, Presidente del GGCF, del código
internacional de grafología, conocido con las siglas A.D.E.G. y que tiene su
residencia en Bruxelas. La ADEG, agrupa a las entidades grafológicas más serias y
representativas de Francia, Inglaterra, Alemania, Suiza, Italia, España, etc.
Mrs. Nezos fue nombrada Presidente de la ADEG para 1994.
Obras publicadas por Mrs. Nezos: “Graphology The Interpretation of Handwriting”
(Ed. Century Hutchinson, 1986). Esta importante obra ha sido traducida y publicada
en Italia y en Grecia. “Advanced Graphology”(Ed. Scriptor Books, London 1992) y
“Judicial Graphology”(Ed. Scriptor Books, 1994). Ha publicado también numerosos
artículos relacionados con el estudio de la escritura y las teorías de Maslow, de E.
From, de Karen Horney y en relación con otros temas, como la sublimación
freudiana y el sentido del amor en los ingleses a través de su escritura.
Doctor en Psicología, grafólogo por la SFDG y miembro del GGCF. Es uno de los
más prestigiosos y conocidos grafólogos de Francia, cultivador y defensor de la
grafoterapia. Es autor de numerosos artículos en el boletín “La Graphologie” y en
otras publicaciones de tipo internacional. Sus obras más conocidas son: “Désordres
et rééducation de l'écriture”. “De l'observation de l'écriture à la compréhension de la
personnalité”, “L'éducation et la rééducation graphiques”.
290
OLIVIÉ-GAYE, Arlette. Prof. (Francia):
291
Grafología. Evolución de la personalidad a través de la escritura” (Ed. Zeus,
Barcelona, 1963, reeditado en 1973).
292
organizaciones de grafología más importantes de la Comunidad Europea. Madame
Peugeot, organiza todos los congresos nacionales de grafología que se celebran en
París y asiste e interviene en todos los congresos de ámbito internacional que se
celebran en Europa y en otros países.
Entre sus obras más importantes están: “La connaisance de l'enfant par l'écriture”,
“Les troubles de caractère de l'enfant et de l'adolescent”, Editeur Privat, y “Manuel
de Graphologie”, obra de gran interés científico, en colaboración con Madame
Lombard y M. de Noblens, editado por Masson, París. Esta obra pone al día los
grandes avances experimentados por la grafología. Madame Peugeot, ha
colaborado también con el Prof. Faideau en algunas de sus importantes obras,
desarrollando los temas referentes a su especialidad: el estudio del grafismo infantil.
Madame Peugeot se caracteriza en todas sus actividades por un riguroso espíritu
crítico, que aunque molesta y hiere la sensibilidad de muchos, es una actitud de
vigilancia que caracteriza su personalidad y hace de ella una terrible defensora de
la ética profesional, quizá un poco individualista o poco flexible, pero con resultados
eficaces y sin perder la elegancia y cortesía de su alto nivel social y educacional.
293
de inhibición; la retención defensiva, tensa, ansiosa y obsesiva; el porcentaje de
tendencias histeróides y esquizóides, etc.
En nuestro “Método Vels de Grafoanálisis”, la “escala de Pophal” es una de las
aportaciones principales de la grafología española al conocimiento de los vectores y
factores de la personalidad.
Las obras principales del Dr. Pophal son: “Graphologie in Vorlesungen” Ed. Gustav
Fischer, Stuttgar 1968 (tres volúmenes), “Die Handschrift als Gehirnschrift” y “Zur
Psychophysiologie der Spagnnung-sercheinungen in der Handschrift”, Ed.
Greifenverlag, Rudolstadt, 1949. Recientemente, en 1990, ha sido traducida al
italiano su obra sobre la teoría estratigráfica “Scrittura e cervello. La Grafología alla
luce della teoria stratigrafica”, Ed. Mensajero, Padua.
Eminente fisiólogo y grafólogo el cual, junto con Meyer y Klages, es uno de los
precursores más importantes de la grafología alemana. Pese a su antigüedad,
finales del siglo XIX y principios del XX, aún se le cita con respeto y admiración por
la mayor parte de los grafólogos actuales. Su obra más conocida “Zur Psychologie
des Schreibens mit besonderer RÜcksicht auf individuelle Verschiedenheiten der
Handschriften”, sigue vigente para muchos grafólogos.
294
PROT, Dominique. Prof. (Francia):
295
Maestra de grafólogos y pionera de la grafología en España. Fue discípula directa
de Crepieux-Jamin, del Dr. Streletski y de Solange Pellat en sus varios años de
residencia en Francia. Publicó su primera obra (“Grafología”) en 1917 (Editorial
Labor). Realizó cursos de grafología durante muchos años en Madrid, su ciudad de
residencia. Colaboró en Blanco y Negro y en innumerables periódicos y revistas
nacionales y extranjeros. Sus obras más importantes son, aparte de la ya citada,
“Historia de la Escritura y Grafología”; “La inteligencia y la cultura en el grafismo”;
“Grafopatología”; “El retrato grafológico”, y “Los artistas escriben”. Esta eminente
grafóloga a la que tanto debemos los grafólogos españoles, murió en Madrid en el
año 1981 a la edad de 89 años, dejando una gran cantidad de alumnos directos y
otros a través de sus obras.
296
(Ed. Luis Miracle, Barcelona, 1963, traducida por R. Meseguer); su “Méthode de
Graphologie”, (Ed. Gallimard, París 1952); “L'écriture et malades”; “Les Écritures
Pathologiques”, (Ed. Le François, 1949); “Introduction a la graphopathologie de la
tuberculose pulmonaire, de l'hypertension arterielle, des troubles endocrinies, des
maladies mentales et autres”, (Ed. Le François 1947)0.
Doctor en medicina y grafólogo, al que debemos las siguientes obras: “Le monde de
l'écriture”, (Ed. Gonon 1969); “Graphologie du caractère”, con prefacio de Andrée Le
Gall, (Ed. Mont-Blanc, Ginebra, 1972) y algunos estudios médicos sobre músicos y
pintores publicados en la “Revue Musical”, 1962 y en el boletín “La Graphologie, nº
100 de 1965. Su tesis doctoral tuvo como base el estudio grafológico de las
psiconeurosis en los músicos.
297
ROSSI-LECERF, Jeanne. Prof. (Italia):
298
Hijo del anterior y alumno. Está diplomado en grafopsicología por la A.G.C. y posee
la licenciatura en informática por la Universidad Politécnica de Barcelona.
Josep Sadurní Villaronga, inspirado por su padre, buen grafoanalista, logró en 1984,
pasar a programa informático el “Método Vels de Grafoanálisis”. En colaboración
con Augusto Vels y después de varias revisiones y cotejos, este programa quedó
listo para su uso en ordenador el año 1987, sustituyendo definitivamente al “Cuadro
sinóptico de Signos Gráficos” y sus correspondencias vectoriales y factoriales que
Augusto Vels y sus alumnos y seguidores venían utilizando desde 1949. Se añadió
al programa, ese mismo año de 1987 y con algunas sugerencias del Dr. Gille-
Maisani, los grados de tensión-dureza de Pophal. Josep Sadurní Villaronga se
dedica con gran éxito a la selección de personal utilizando el “Método Vels de
Grafoanálisis”, de gran impacto en las empresas al recibir éstas los informes
psicológicos acompañados de los porcentajes de cada uno de los vectores y
factores de la personalidad y una información aparte donde se valoran
numéricamente las intensidades de los signos gráficos dominantes y subdominantes
a partir de los cuales se realiza el psicodiagnóstico.
299
SÁNCHEZ-BERNUY, Isabel. Prof. (España):
Es uno de los grafólogos que, junto con el Dr. Gille- Maisani, mejor ha estudiado la
escritura de los compositores de música clásicos.
300
SEIFER, Mark. Dr. (EE.UU.):
Grafólogo suizo que se esforzó por dar a conocer la grafología alemana a los
franceses. Hizo varias aportaciones interesantes en “la Graphologie” en la década
de los 60. Tiene un libro reciente sobre la prehistoria de la Grafología.
301
Presidenta actual de la “Association of Professionnal Graphologits”, patrocinada por
Thea Stein Lewinson.
Autor de una obra clásica sobre el estudio del delincuente, traducida al español y
publicada por Ed. Labor con el título de “Grafología”, frecuentemente confundida
con la obra de Matilde Ras que lleva el mismo título. No se ha vuelto a reeditar.
302
Psicólogo, autor de un libro original: Personnality unfolded through Script-
Psychology”. Durante su estancia en Inglaterra colaboró con la B.I.G y vuelve a
EE.UU. con Issaquah Washington,.
Grafóloga y sofróloga catalana, alumna de Augusto Vels. Autora de una obra sobre
sus experimentos con la sofrología en la infancia y la adolescencia. Esta interesante
obra está pendiente de publicar.
303
rheunatism”, Ed. Johon Bale, Londres 1938; “Handwriting Analysis. A Series of
Scales for Evaluating the Dynamic Aspects of Handwriting”, Nueva York, 1941 (ésta
obra está traducida al francés y publicada en 1977 por Bourdeaux Caudéran. Es
una de las primeras obras dedicadas a la grafometría), Para más información, ver el
boletín nº 144 de “La Graphologie”.
304
escritura”, traducción española editada por Paraninfo, Madrid, 1974, bajo la revisión
de Mauricio Xandró. La obra original, “L'ame et L'écriture”, lleva un prefacio de
Maurice Delamain, su editor, antiguo presidente de la SFDG. Otra obra interesante
de Annia Teillard es “Le Symbolisme du Rêve” Ed. Stock.
Discípulo directo del P. Moretti con el cual fundó l'Institut Grafologico “G. Moretti” de
Ancona y de Urbino. Después de la muerte del Maestro, ha sido Presidente de
ambos centros hasta 1981. Es fundador de la revista “Scrittura”, que dirigirá hasta
1981. Es el promotor de todas las actividades del Institut “G. Moretti”, entre ellas el
nacimiento de la Escuela de altos estudios grafológicos de la Universidad de
Urbino. En ésta Universidad, el P. Torbidoni enseña la especialidad de Orientación
profesional. Ha asistido a numerosos congresos internacionales interviniendo en los
mismos para dar a conocer la singularidad del método morettiano. Colabora, en el
mismo sentido, en varias revistas y boletines del extranjero. Al Profesor Torbidoni y
a su colaborador, el Profesor Zanín, se debe la importante obra “Grafologia. Testo
teorico-prático” (La Scuola, Brescia 1974, 6ª edición). En esta obra, traducida a
varios idiomas, entre ellos al francés y al español, se expone lo principal de la obra
morettiana y aportaciones originales de ambos autores. Según la opinión del Dr.
Gille-Maisani y del autor de este Diccionario, la referida obra es una de las
aportaciones más importantes de la grafología mundial. “Grafologia. Testo teorico-
prático” ha merecido varias ediciones en Italia. La edición francesa, muy cuidada en
su traducción y edición, ha sido publicada por Frison-Roche, París 1993. Y la
edición española por Ed. Tantin - Santander 1991. El P. Torbidoni, es también autor
de la obra “L'equilibrio psichico dalla scrittura” (Bulzoni, Roma 1977) y es
colaborador importante de éste diccionario.
305
TUTUSAUS LÓVEZ, Jaume. Prof (España):
306
Obras publicadas: “Tratado de Grafología”, Ed. Vives, Barcelona, 1945; “El lenguaje
de la escritura”, Ed. Miracle, Barcelona, 1949; “Escritura y Personalidad”, (8
ediciones, 1961-1991), Ed. Herder, Barcelona; “La selección de personal y el
problema humano en las empresas” (5 ediciones, 1969-1985); “Diccionario de
Grafología y de términos psicológicos afines” (6 ediciones), Ed. Herder, Barcelona;
“Manual de Grafoanálisis”, Ed. A.G.C., Barcelona, 1992; “Grafología estructural y
dinámica”, Ed. A.G.C., Barcelona, 1994.
A partir de “Escritura y Personalidad”, todas las obras posteriores son
complementarias y giran en torno al “Método Vels de Grafoanálisis”, convertido en
programa informático desde el año 1984, gracias a la colaboración de Josep
Sadurní Villaronga, grafólogo y Licenciado en Informática por la Universidad
Politécnica de Cataluña. A. Vels ha colaborado en varias de las principales revistas
y boletines de Grafología de Francia, Italia, Alemania, Londres, etc.
Obras terminadas, pero no publicadas: “Rostro y Personalidad” (obra dedicada a la
morfopsicología humana (con un puzle capaz de producir más de 1.700 variaciones
de rostros); “Dibujo y Personalidad” (obra que recoge más de 40 años de
experiencia en los tests proyectivos gráficos); “Recopilación de los más importantes
artículos publicados, con comentarios adicionales”.
Las principales obras de Augusto Vels han sido traducidas y publicadas en Suiza,
Francia y Brasil.
Profundo conocedor del método morettiano y, a la vez, abierto también con agudo
sentido crítico, a otras metodologías extranjeras. Ha profundizado, particularmente,
en la investigación del peritaje grafológico aplicado a los dictámenes judiciales. Es
profesor de esta materia en la Escuela de altos Estudios Grafológicos de la
Universidad de Urbino. Es autor de numerosos ensayos en la revista “Scrittura” y en
revistas extranjeras. En este sentido cabe mencionar su obra “Grafología giudiziaria
e Perizia gráfica” (Ed. Giuffrè, Milán, 1987).
307
Fundador del “Instituto Italiano de Grafología” de Trieste, que tiene su propia
escuela, de la que es Presidente y Director. El Profesor Venturini dirige la revista
“Rassegna di studi grafologici”. Es autor de numerosas relaciones y artículos,
particularmente de grafología comparada, en la revista “Scrittura” y en otras revistas
extranjeras.
308
algunas obras tales como “La Graphologie”, Histoire. Pratique. Perspectives”, bajo la
dirección de Pierre Faideau y “Les secrets de la graphologie”. El Dr. Villard tiene
como principales clientes algunos laboratorios farmacéuticos.
309
VIVIER, Prof. Bernard. (Bélgica):
310
la que mejor explica el “ritmo de base”, ha sido traducida al español por José Mª.
Escolá. Una versión reducida de este tema, ha sido realizada por J. Tutusaus, y se
ha publicado en el Boletín nº 8 de la A.G.C.
Roda Wieser se especializó en el estudio del delincuente. Sus obras, todas en
lengua alemana, se citan en la “Bibliografía” de la obra “Psicología de la escritura”
del Dr. Gille.
311
Psicólogo y grafólogo alemán emigrado a los EE.UU. Trabajó la psicología en
diversos campos, tanto en el aspecto psicoanalítico como en el experimental. A él se
deben varios experimentos tal como la unión de las dos mitades izquierdas y de las
dos mitades derechas del rostro, revelando fotos por el anverso y reverso para
estudiar la cara de los asesinos y delincuentes. Entre sus obras podemos hacer
referencia a: “The Personality of the Preschool child”, Grune and Stratton, N.York,
1946; “Diagrams of the Unconscious. Hadwriting and Personality Measurement”,
Grune and Stratton, N.York, 1948. Werner Wolff, fue colaborador del Dr. Mira y
López en el Instituto Psicotécnico de Barcelona.
312
l'inhibition” y “Notes sur l'écriture gladiolée”, en colaboración con Oscar del Torre,
números 94 y 95 de “La Graphologie”, 1964.
El Dr. Zanetti, colaboró también muchos años en la revista “Scrittura”. Fue cultivador
de una grafología ecléctica, pero con predominio Jaminiano. Decía que “todo
grafólogo debe recordar siempre que ha de ser, primero de todo, un psicólogo”, para
el cual, “el amor por la verdad debe superar a toda consideración subjetiva”.
--------------------------------------------
313
Vilassar de Mar 23 de Noviembre, 1995.
CLAVE DE LOCALIZACIÓN
ABIERTA...........................................................................................................A01
ABREACCIÓN..................................................................................................A02
ACARICIADORA..............................................................................................A03
ACELERADA....................................................................................................A04
ACENTOS........................................................................................................A05
ACERADA........................................................................................................A06
314
ADOSADA........................................................................................................A07
AGRUPADA......................................................................................................A09
AIREADA..........................................................................................................A10
ALINEADA........................................................................................................A11
ALTA.................................................................................................................A12
AMPLIA.............................................................................................................A13
ANCHA.............................................................................................................A14
ÁNGULOS “A”,”B” y “C” MORETIANOS...........................................................A15
ANGULOSA......................................................................................................A16
ANILLADA (RELLENADA)................................................................................A17
APOYADA.........................................................................................................A18
APRETADA.......................................................................................................A19
ARMÓNICA......................................................................................................A23
ARPONES........................................................................................................A24
ARQUEADA......................................................................................................A25
ARRÍTMICA......................................................................................................A26
ARTIFICIAL......................................................................................................A27
ASCENDENTE.................................................................................................A28
ASIMÉTRICA....................................................................................................A29
315
ATERCIOPELADA............................................................................................A31
ATORMENTADA...............................................................................................A32
AUTOMÁTICA..................................................................................................A33
BAJA.................................................................................................................B01
316
BARRAS de las “t” en diagonal descendente..................................................B21
BIZARRA..........................................................................................................B35
BLANDA...........................................................................................................B36
BRISADA (Rota)...............................................................................................B37
BUCLADA.........................................................................................................B38
CADENCIADA..................................................................................................C01
CALIGRAFIADA..............................................................................................C02
CALIGRÁFICA.................................................................................................C03
CALMOSA.......................................................................................................C04
CAMBIANTE (Inconstante)..............................................................................C05
317
CENTRÍFUGA..................................................................................................C06
CENTRÍPETA...................................................................................................C07
CERRADA........................................................................................................C08
CIFRAS............................................................................................................C10
CILÍNDRICA.....................................................................................................C11
CISURAS..........................................................................................................C12
CLARA..............................................................................................................C13
COHESIÓN, La................................................................................................C14
COLAS DE ZORRO.........................................................................................C15
COLIGAMENTO, EL........................................................................................C16
COLIGAMENTO EN ÁNGULOS......................................................................C18
COLIGAMENTO EN ARCOS...........................................................................C19
COLIGAMENTO EN CUADROS......................................................................C20
COLIGAMENTO EN GUIRNALDA...................................................................C21
COLIGAMENTO FILIFORME..........................................................................C22
COLIGAMENTO SERPENTINO......................................................................C23
COLIGAMENTO SINUOSO........................................................................C23bis
COMAS............................................................................................................C24
COMBINADA....................................................................................................C25
COMERCIAL....................................................................................................C26
COMPACTA......................................................................................................C27
318
COMPENSADA................................................................................................C28
COMPLICADA..................................................................................................C29
COMPRIMIDA..................................................................................................C30
CÓNCAVA (Líneas)..........................................................................................C31
CONCENTRADA..............................................................................................C32
CONDENSADA................................................................................................C33
CONFUSA........................................................................................................C34
CONGESTIONADA..........................................................................................C35
CONSTANTE....................................................................................................C36
CONSTREÑIDA...............................................................................................C37
CONTENIDA....................................................................................................C38
CONTORSIONADA..........................................................................................C39
CONVENCIONAL.............................................................................................C40
CONVEXA (Líneas)..........................................................................................C41
COQUILLES (Espirales)..................................................................................C42
CORTANTE (Tajante).......................................................................................B43
CRECIENTE.....................................................................................................C44
CUIDADA.........................................................................................................C46
CURVILINEA....................................................................................................C47
DESCENDENTE..............................................................................................D01
DESCONCERTANTE.......................................................................................D02
DESCUIDADA..................................................................................................D03
319
DESIGUAL.......................................................................................................D04
DESIGUALDADES de ABREACCION.............................................................D05
DESIGUALDADES de COHESIÓN.................................................................D06
DESIGUALDADES de COLIGAMENTO..........................................................D07
DESIGUALDADES de DIMENSIÓN................................................................D08
DESIGUALDADES de DIRECCIÓN................................................................D09
DESIGUALDADES de DISTRIBUCIÓN...........................................................D10
DESIGUALDADES de FORMA........................................................................D11
DESIGUALDADES de INCLINACIÓN.............................................................D12
DESIGUALDADES de ORDEN........................................................................D13
DESIGUALDADES de PRESIÓN.....................................................................D14
DESIGUALDADES de PROFUNDIDAD..........................................................D15
DESIGUALDADES de RAPIDEZ.....................................................................D16
DESIGUALDADES de RELIEVE......................................................................D17
DESIGUALDADES de TENSIÓN.....................................................................D18
DESLIGADA.....................................................................................................D19
DESNUTRIDA..................................................................................................D20
DESORDENADA..............................................................................................D21
DESORGANIZADA..........................................................................................D22
DESPROPORCIONADA..................................................................................D23
DEXTROGIRA..................................................................................................D24
DIBUJADA........................................................................................................D25
DIENTES DE JABALÍ.......................................................................................D26
320
DILATADA.........................................................................................................D27
DINAMOGENIADA...........................................................................................D28
DISARMÓNICA................................................................................................D31
DISCORDANTE...............................................................................................D32
DISFRAZADA...................................................................................................D37
DISGRAFIA......................................................................................................D38
EMPASTADA O PASTOSA...............................................................................E01
ENCABRITADA O ERGIDA..............................................................................E02
ENROLLADA....................................................................................................E03
ENROSCADA...................................................................................................E04
ENZARZADA O ENREDADA.....................................................................E04BIS
EQUILIBRADA..................................................................................................E05
ESCALONADA EN ASCENSO.........................................................................E06
ESCALONADA EN DESCENSO......................................................................E07
ESPACIADA......................................................................................................E08
321
ESPACIAMIENTO OCUPADO POR LAS JAMBAS, LAS HAMPAS, LOS TRAZOS
INICIALES Y FINALES DE LAS LETRAS........................................................E09
ESPASMÓDICA................................................................................................E10
ESTABLE..........................................................................................................E11
ESTEREOTIPADA............................................................................................E12
ESTILIZADA.....................................................................................................E13
ESTRECHADA.................................................................................................E14
EXPLOSIVA......................................................................................................E15
EVOLUCIONADA.............................................................................................E16
EXTENSA (AMPLIA).........................................................................................E17
FILIFORME.......................................................................................................F01
FINALES...........................................................................................................F02
FIRMA...............................................................................................................F03
FIRME...............................................................................................................F04
FIRME-DURA...................................................................................................F05
FIRME-SUAVE..................................................................................................F06
FLEXIBLE.........................................................................................................F07
FLOJA...............................................................................................................F08
FORMA, LA......................................................................................................F09
FRAGMENTADA...............................................................................................F10
FUSIFORME.....................................................................................................F11
GANCHOS (ARPONES)..................................................................................G01
GARRAS DE GATO.........................................................................................G02
322
GLADIOLADA..................................................................................................G03
GOLPE DE LÁTIGO.........................................................................................G04
GOLPE DE SABLE..........................................................................................G05
GRANDE..........................................................................................................G07
GRASA.............................................................................................................G08
GRUESA o GORDA.........................................................................................G09
GUIRNALDA, EN.............................................................................................G10
HAMPAS...........................................................................................................H01
HAMPAS CONVEXAS......................................................................................H04
HAMPAS RESEGIDAS.....................................................................................H11
HAMPAS TRIANGULARES..............................................................................H12
HOMOGENEA..................................................................................................H13
HORIZONTAL (Líneas)....................................................................................H14
IGUAL................................................................................................................I01
323
ILEGIBLE...........................................................................................................I02
ILUSTRADA.......................................................................................................I03
IMBRICADA EN ASCENSO...............................................................................I04
IMBRICADA EN DESCENSO............................................................................I05
IMPRECISA.......................................................................................................I06
IMPULSADA......................................................................................................I07
INACABADA......................................................................................................I08
INARMÓNICA....................................................................................................I09
INCLINADA.......................................................................................................I10
INCLINADA, MUY..............................................................................................I11
INCOHERENTE (Líneas)..................................................................................I12
INCONSTANTE..................................................................................................I13
INESTABLE........................................................................................................I14
INFANTIL O PUERIL.........................................................................................I15
INFLADA............................................................................................................I16
INHIBIDA............................................................................................................I17
INICIAL (ZONA).................................................................................................I18
INORGANIZADA................................................................................................I19
INÚTILMENTE BARRADA.................................................................................I20
INVASORA.........................................................................................................I21
INVERTIDA........................................................................................................I22
JAMBAS............................................................................................................J01
324
JOINTOYÉE (VER RELLENADA o ANILLADA)...............................................J02
LANZADA..........................................................................................................L02
LAPSOS DE COHESIÓN.................................................................................L03
LAZOS..............................................................................................................L04
LENTA...............................................................................................................L05
LETRAS REFLEJO...........................................................................................L06
LIGADA.............................................................................................................L08
LIGERA.............................................................................................................L09
LIMPIA..............................................................................................................L10
LÍINEAS ASCENDENTES.................................................................................L11
LÍNEAS CRUZADAS........................................................................................L12
LÍNEAS DESCENDENTES...............................................................................L13
LÍNEAS CÓNCAVAS.........................................................................................L14
LÍNEAS CONVEXAS........................................................................................L15
LÍNEAS RÍGIDAS.............................................................................................L21
LÍNEAS SINUOSAS..........................................................................................L22
325
“m” MINÚSCULA..............................................................................................M01
MAL PROPORCIONADA.................................................................................M02
MAQUINADA...................................................................................................M03
MARCADA.......................................................................................................M04
MÁRGENES, LOS...........................................................................................M05
MATE................................................................................................................M06
MAYÚSCULAS, LAS........................................................................................M08
METÓDICA......................................................................................................M10
METÓDICAMENTE DESIGUAL......................................................................M11
MONÓTONA....................................................................................................M13
MOVIDA...........................................................................................................M14
MOVIMIENTO..................................................................................................M15
MUTILADA.......................................................................................................M16
NETA................................................................................................................N01
NUDOS.............................................................................................................N02
NUTRIDA..........................................................................................................N03
OMISIONES.....................................................................................................O01
ONDULANTE...................................................................................................O02
326
ORDENADA.....................................................................................................O03
ORGANIZADA.................................................................................................O04
ORNADA..........................................................................................................O05
OSCILANTE, Inclinación.................................................................................O06
ÓVALOS ABIERTOS.......................................................................................O08
ÓVALOS CERRADOS.....................................................................................O12
ÓVALOS ESTRECHADOS..............................................................................O14
ÓVALOS INFLADOS........................................................................................O15
ÓVALOS PINCHADOS....................................................................................O16
OVOIDE...........................................................................................................O19
PASTOSA.........................................................................................................P03
PAUSADA.........................................................................................................P04
PEQUEÑA........................................................................................................P05
PESADA O GORDA.........................................................................................P06
327
PLENA..............................................................................................................P07
PRECIPITADA..................................................................................................P08
PRESIÓN DESIGUAL......................................................................................P10
PRESIÓN DESPLAZADA.................................................................................P11
PRESIÓN DEFICIENTE...................................................................................P12
PRESIÓN NORMAL.........................................................................................P13
PRESIÓN SUPERFICIAL.................................................................................P14
PROFUNDA......................................................................................................P15
PROGRESION CONTENIDA...........................................................................P16
PROGRESIVA..................................................................................................P17
PROPORCIONADA..........................................................................................P18
PUNTOS Y ACENTOS....................................................................................P20
PUNTOS EN CIRCULITO................................................................................P21
RÁPIDA............................................................................................................R01
REBAJADA.......................................................................................................R03
REBUSCADA...................................................................................................R04
RECTÍLINEA....................................................................................................R05
REDONDA........................................................................................................R06
REDONDEADA................................................................................................R07
REGRESIVA.....................................................................................................R08
328
REGRUESADA................................................................................................R09
REGULAR........................................................................................................R10
REINFLADA......................................................................................................R11
RELIEVE, EN...................................................................................................R12
RELIEVE, SIN..................................................................................................R13
RELIEVE DESIGUAL.......................................................................................R14
RESEGUIDA....................................................................................................R15
RETARDADA....................................................................................................R16
RETOCADA......................................................................................................R17
RETROCESO, EN............................................................................................R18
REVÉS, AL.......................................................................................................R19
RÍGIDA............................................................................................................R20
RÍTMICA...........................................................................................................R21
ROBUSTA........................................................................................................R22
RÚBRICA.........................................................................................................R23
“S”, LA LETRA..................................................................................................S01
SACUDIDA.......................................................................................................S02
SALTARINA......................................................................................................S03
SCRIPT, EL.......................................................................................................S04
SECA................................................................................................................S05
SENCILLA........................................................................................................S06
SERPENTINA...................................................................................................S07
SIGNOS DE NORMALIDAD.............................................................................S08
329
SIGNOS PATOLÓGICOS................................................................................S09
SIMPLIFICADA.................................................................................................S10
SIN RELIEVE....................................................................................................S11
SINISTROGIRA................................................................................................S12
SINUOSA..........................................................................................................S13
SISTEMATIZADA.............................................................................................S14
SOBREALZADA...............................................................................................S15
SOBRIA...........................................................................................................S16
SUCIA...............................................................................................................S18
SUSPENDIDA..................................................................................................S19
TAJANTE..........................................................................................................T01
TEMBLOR.........................................................................................................T02
TEMBLOROSA.................................................................................................T03
TENUE..............................................................................................................T04
TENSIÓN BLANDA..........................................................................................T05
TENSIÓN FIRME-DURA..................................................................................T06
TENSIÓN FIRME-SUAVE................................................................................T07
TENSIÓN FLOJA.............................................................................................T08
TENSIÓN VACILANTE.....................................................................................T09
TIPOGRÁFICA.................................................................................................T10
TORCIDA..........................................................................................................T11
TORSIONES....................................................................................................T12
330
TRAZADO SUPERFICIAL (POCA PRESIÓN).................................................T13
TRAZOS EN CRUZ..........................................................................................T14
TRAZOS ROMOS.............................................................................................T17
TRUNCADA......................................................................................................T19
UNIFORME......................................................................................................U01
VACILANTE......................................................................................................V01
VARIADA..........................................................................................................V02
VERTICAL........................................................................................................V04
VULGAR...........................................................................................................V05
ZONAS, LAS.....................................................................................................Z01
ZURDOS...........................................................................................................Z02
NOTA:
Este ÍNDICE del “DICCIONARIO” no pretende ser completo. Queda abierto Este
trabajo a toda sugerencia o aportación que figurará con el nombre de los
colaboradores que contribuyan a completar y aclarar términos e interpretaciones.
Un trabajo amplio y bien acabado es siempre una labor de equipo.
El autor
331