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CAMPOS VISUALES NORMALES

Si representamos un campo visual normal mediante el esquema de la “isla de la visión”,


la cima corresponderá a la fóvea, que es el punto de mayor sensibilidad visual. El umbral
foveal considerado normal se sitúa entre 32 y 39 dB, condicionado por la edad del
paciente. A continuación se produce una acusada disminución en el valor de los umbrales
entre la fijación y los 10º centrales. A partir de este punto el declive de la “isla de la
visión” es menos pronunciado, hasta que se acerca a las regiones periféricas, donde los
bordes se vuelven más accidentados (fig. 6.1).

Fig. 6.1. Representación tridimensional de un campo visual normal. Se puede observar la topografía de la “isla
de la visión” vista desde un plano superior y otro de perfil. La zona más prominente es la de mayor sensibilidad
y se corresponde con la fóvea y la más deprimida con forma de foso a la mancha ciega.

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La presentación de los campos visuales se realiza mediante gráficos o mapas que
representan la «isla de la visión» vista desde arriba. Estarán divididas, por dos líneas, una
vertical y otra horizontal que se cruzan en el punto de fijación en cuatro cuadrantes, dos
temporales y dos nasales, superior e inferior, respectivamente (fig. 6.2). A pesar de que
en los resultados perimétricos los cuadrantes se presentan casi iguales, la mitad nasal y
la temporal son muy diferentes debido a la situación excéntrica del punto de fijación. Esta
excentricidad del campo visual viene determinada por las peculiaridades anatómicas de la
cara del paciente (órbita, puente nasal y ceja), dando como resultado que los cuadrantes
temporales sean de mayor tamaño que los nasales.

Fig. 6 .2. Campo visual normal de un sujeto e 36 años. La sensibilidad es normal en todos los cuadrantes y el
nivel de referencia central es de 38 dB.

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La mancha ciega se localiza en los cuadrantes temporales a unos 15° de la fijación y a
1,5° por debajo del meridiano horizontal. Habitualmente su ubicación y tamaño son
constantes aunque en muchos pacientes puede sufrir ligeras variaciones y ubicarse entre
dos puntos explorados resultando una mancha ciega con poco o ningún contraste en la
escala de grises y con el valor del umbral casi normal en el punto de localización habitual
donde debería aparecer un defecto absoluto (fig. 6.3).

El diámetro medio de la mancha ciega es de unos 5,5° y su altura de 7,5°, suele estar
rodeada por una zona con sensibilidad disminuida de aproximadamente 1° de ancho. El
conocimiento exacto de su medida es importante para determinar en cuáles situaciones
se produce un verdadero incremento de su tamaño.

Fig. 6.3. La mancha ciega está ubicada entre dos puntos explorados, por esta razón no se contrasta en la escala
de grises y el valor del umbral en ese punto no se corresponde con el defecto absoluto esperado en esa
localización.

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FACTORES QUE AFECTAN UN CAMPO VISUAL

Para considerar un campo visual como normal, existen una serie de parámetros que
debemos valorar adecuadamente, entre ellos tenemos, la edad del paciente, el tamaño
pupilar, el estado de los medios transparentes del ojo y la refracción. Cualquier
modificación en cada uno de estos parámetros puede generar defectos en el campo visual
aunque se trate de ojos completamente normales.

Edad

El nivel de sensibilidad retiniana a los estímulos luminosos disminuye con la edad.


Brenton y cols. (1986), utilizando un Analizador de Campo Humphrey, demostraron que
la sensibilidad disminuye en promedio de 0,5 dB por década en el punto de fijación. En el
resto del campo visual la disminución fue de 0,6 dB, utilizando los programas Central 30-
2 y Periférico 30/60-2. Por lo tanto, el umbral foveal que en un paciente de edad
comprendida entre los 20 y 29 años fue de 37,6 dB, en un paciente de 70 o más años
resultó ser de 34,5 dB. Sin embargo, ni la forma, ni la inclinación de la isla de la visión se
vieron afectados por esas diferencias.

Estas consideraciones nos deben de alertar ante la posibilidad de malinterpretar un


campo visual si no tenemos presente el factor edad. En muchas ocasiones se ha valorado
como una depresión generalizada un campo visual normal, pero perteneciente a un
paciente de edad avanzada (figs. 6.4 y 6.5).

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Fig. 6.4. Campo visual normal en un paciente de 19 años. El nivel de referencia central y la sensibilidad en todos
los cuadrantes se corresponden con su edad.

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Fig. 6.5. Campo visual normal en un sujeto de 67 años. El nivel de referencia central 34 dB y la sensibilidad en
los cuatro cuadrantes son las normales para la edad. Si este campo correspondiese a un sujeto de 20 años
podría representar una depresión generalizada moderada.

Tamaño pupilar

El tamaño pupilar puede producir modificaciones en el campo visual. Si durante la


realización de una campimetría la pupila se encuentra en miosis provocará una
disminución en los niveles de sensibilidad de los campos centrales y periféricos aun en
pacientes normales. El tamaño pupilar en ojos glaucomatosos tratados con mióticos
puede reducirse hasta un diámetro de 1 mm, generando depresiones e incrementando la
profundidad de los defectos existentes.

Opacidad de medios

Cualquier opacidad en los medios transparentes del ojo, córnea, cristalino y vítreo,
producirá una dificultad en la percepción retiniana del estímulo, dando como resultado un
campo visual deprimido (fig. 6.6).

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Fig. 6. 6. Depresión generalizada en una paciente diagnosticada de cataratas. La DM era de -15.49 dB y la
agudeza visual de 0,05 con dificultad. La siguiente prueba se realizó después de practicársele una cirugía
extracapsular de catarata con implante de LIO en saco capsular. Los niveles de sensibilidad total mejoraron en
todos los cuadrantes, también la DM mejoró a -4.21 dB y la agudeza visual a 0.9.

Una de las causas más frecuentes de opacidad de medios corresponde a las cataratas. El
examen del campo visual en estos pacientes adquiere mayor interés cuando se asocia a
otras patologías oculares como el glaucoma. En estos casos es preciso realizar una
evaluación cuidadosa de los resultados, ya que además de la depresión generalizada se
pueden presentar defectos glaucomatosos superpuestos que harán muy difícil la
interpretación. En muchas ocasiones puede resultar imposible conocer si la disminución
en la sensibilidad es causada por la evolución de la catarata o por los defectos
glaucomatosos (fig. 6.7).

Cuando la opacidad es severa la depresión resultante es tan profunda que no nos


proporciona información útil del campo visual. En estas circunstancias deberán emplearse
estímulos más grandes para mejorar la percepción retiniana. Recomendamos utilizar el
estímulo V, que se corresponde con un tamaño de 64 mm, de esta manera conseguimos
una importante mejoría en los niveles de sensibilidad, destacando defectos que con el
estímulo habitual (III) pasarían inadvertidos o quedarían enmascarados por la depresión.

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Fig. 6.7. Campo visual de un paciente con glaucoma y cataratas. Es difícil precisar hasta qué punto la pérdida
de sensibilidad es causada por el glaucoma o por la catarata.

Afaquia

Los pacientes operados de catarata independientemente de su edad no poseen


acomodación. Si la técnica quirúrgica implica la implantación de una lente intraocular, o el
paciente es portador de una lente de contacto, bastará con añadir la totalidad de la
corrección esférica (+ 3,00) para corregir su visión próxima. Sin embargo aunque en la
actualidad es cada vez menos frecuente podemos encontrarnos con pacientes que no
tienen ninguna ayuda visual, y utilizan gafas con correcciones esféricas positivas muy
elevadas. Estos pacientes necesitarán para realizar la prueba una lente de gran poder
dióptrico con el efecto prismático que conlleva. El resultado será un campo visual
miniaturizado, con una mancha ciega desplazada hacia la fijación, y con la presencia de
un escotoma anular entre los 25 y los 40° provocado por el grosor de la lente (fig. 6.8).
Lo ideal en estos pacientes es el empleo sistemático de una lente de contacto aunque
sólo sea para realizar la prueba.

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Fig. 6.8. Miniaturización del campo visual en un paciente afáquico con una corrección esférica de +14.00
dioptrías. La mancha ciega aparece desplazada hacia la fijación y se aprecia un escotoma anular entre los 20 y
30º centrales.

Ametropías

Para que un estímulo pueda ser visto con nitidez es necesario que esté bien enfocado
sobre la retina. Una ametropía no corregida provocará una percepción defectuosa del
estímulo dentro de los 30° centrales, con la consiguiente depresión generalizada del
campo visual (fig. 6.9). Si no existe otra causa que justifique la depresión, esta
desaparecerá cuando utilicemos la corrección adecuada (fig. 6.10). Fuera de los 30°
centrales se debe prescindir de la corrección óptica, pues el borde de la lente puede
interferir con la visualización de los estímulos originando artefactos. De todas maneras el
hecho de no corregir la ametropía para explorar el campo periférico no influye en los
resultados de la prueba, las necesidades de un enfoque adecuado son menores que en el
campo central.

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Fig. 6.9. Depresión generalizada, aumento de la mancha ciega y escalón nasal instaurado en una paciente
miope, diagnosticada de glaucoma. El campo visual se realizó sin corrección óptica.

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Fig. 6.10. Campo visual de la paciente anterior utilizando la corrección óptica adecuada. Destaca la mejoría en
el nivel de referencia central (35 dB) y en la sensibilidad de los cuatro cuadrantes. Los defectos existentes
aparecen menos profundos.

Si a un paciente se le ha administrado un ciclopléjico para dilatar la pupila o para realizar


una refracción, y luego se decide efectuar una perimetría, es necesario añadir la máxima
corrección para la visión próxima a la que utiliza habitualmente para la visión a distancia.
Esta acción debe realizarse siempre con independencia de la edad del paciente, pues en
estas circunstancias la acomodación estará abolida.

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LENTES CORRECTORAS

Para realizar una campimetría en un paciente amétrope es necesario conocer la


corrección óptica en visión lejana, la adición de lentes esféricos para la visión próxima
dependerá de la edad del paciente, si es afáquico ó no, y de si está bajo el efecto de
ciclopléjicos. La corrección estará además condicionada por el tipo de lentes requerida.

Corrección cilíndrica:

1) Ignorar la corrección cilíndrica de 0.25 o menos.


2) Corregir el cilindro hasta 1.25 utilizando su equivalente esférico.
3) Utilizar la totalidad del cilindro cuando la corrección es de 1.50 o más.

Corrección esférica:

1) La corrección esférica dependerá de la ametropía existente y de la edad del


paciente (Tabla. 7.1).

Tabla 7.1. Corrección esférica

* No necesitan corrección esférica


A los miopes de más de 3.00 dioptrías se le restará la corrección para VP.

ARTEFACTOS

Los artefactos o falsos defectos en el campo visual se presentan con más frecuencia en la
campimetría computarizada que en la manual, por esta razón debemos tenerlos
presentes a la hora de interpretar los resultados.

Una de las causas más frecuentes de artefactos la producen los bordes de las lentes
correctoras cuando están muy separadas del ojo del paciente, el defecto que origina tiene
forma de un anillo periférico de sensibilidad disminuida, que simula una contracción
periférica del campo visual (fig. 6.11).

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Fig. 6.11. Falso defecto del campo visual que simula una contracción periférica pero realmente está provocado
por el borde de la lente correctora.

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La anatomía facial también puede provocar interferencias en la percepción de los
estímulos especialmente en los cuadrantes superiores, inferiores y nasales. En los
pacientes con ptosis palpebral o pestañas prominentes aparecen falsos defectos en los
cuadrantes superiores que se confunden con zonas localizadas de sensibilidad disminuida
(fig. 6.12).

Fig. 6. 12. Artefacto en los cuadrantes superiores provocado por el párpado superior.

Es importante la valoración del tamaño de las pupilas, una miosis intensa puede provocar
una depresión generalizada o defectos relativos en determinadas áreas del campo visual
similar a las que se presentan en las ametropías mal corregidas.

Los angioescotomas o microescotomas se presentan a menudo en perimetría


computarizada localizándose habitualmente en torno a la mancha ciega, los defectos se
corresponden con el trayecto del árbol vascular retiniano al abandonar el disco óptico. Por
esta razón estos defectos se originan en el lugar donde los fotorreceptores están
cubiertos por los vasos sanguíneos de la retina y habitualmente son difíciles de detectar
por su pequeño tamaño.

Los escotomas refractivos afectan la zona de la mancha ciega y pueden presentarse en


forma de depresiones localizadas. Con frecuencia imitan un defecto arciforme o una
hemianopsia temporal parcial. Habitualmente la lente que proporciona la mejor agudeza
visual incluye la fóvea y el resto de la retina dentro del mismo foco. Los escotomas
refractivos se originan cuando la lente requerida para enfocar un estímulo excéntrico

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sobre la retina es diferente al que se necesita para enfocarlo sobre la fóvea. Estas zonas
tendrán una percepción borrosa del estímulo resultando un falso defecto del campo visual
que mejora o se corrige modificando la potencia de la lente. Se presentan con más
frecuencia en pacientes astigmáticos o miopes altos, en estos casos el fondo ocular no es
simétrico, con una curvatura mayor a nivel del disco óptico, como sucede en el estafiloma
posterior miópico (fig. 6.13).

Fig. 6. 13. Escotoma refractivo en una paciente con miopía elevada y astigmatismo.

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