Salmos 77:14,18 T Eres El Dios Que Hace Maravillas; Hiciste Notorio En Los Pueblos Tu Poder.

18 La Voz De Tu Trueno Estaba En El Torbellino; Tus Relmpagos Alumbraron El Mundo; Se Estremeci Y Tembl La Tierra.
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La cerisis de Job: Est en juego su salvacin? 1 Entonces Respondi Jehov A Job Desde Un Torbellino, Y Dijo: 2 Quin Es se Que Oscurece El Consejo Pgina 1 de 2

Con Palabras Sin Sabidura? Ahora Cie Como Varn Tus Lomos; Yo Te Preguntar, Y T Me Contestars. Job 38:1-3

No sabemos por qu Jehov cre el Torbellino, pero si sabemos que l habl a los hombres desde el corazn de las tinieblas, y en el Glgota se dio as mismo en medio de la oscuridad. El Dios que hizo el mundo permiti que Satans lo hiriera a muerte; y en su previsin El Cordero fue inmolado desde el principio del mundo (Apocalipsis 13:8) Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida(A) del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. Los ngeles de Dios aplaudieron, y toda la creacin cant de jbilo cuando Jehov coloc la piedra angular. (1Pedro 2:6) Por lo cual tambin contiene la Escritura: He aqu, pongo en Sion la principal piedra del ngulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en l, no ser avergonzado Los siglos descubrieron que Aqul que habl desde el torbellino es quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, Jesucristo Hijo De Dios y Redentor (Hebreos 1:3) El Cual, Siendo El Resplandor De Su Gloria, Y La Imagen Misma De Su Sustancia, Y Quien Sustenta Todas Las Cosas Con La Palabra De Su Poder, Habiendo Efectuado La Purificacin De Nuestros Pecados Por Medio De S Mismo, Se Sent A La Diestra De La Majestad En Las Alturas, (Colosenses 1:17) Y l Es Antes De Todas Las Cosas, Y Todas Las Cosas En l Subsisten; El Dios de la creacin dise un mundo en el cual conviven la luz y las tinieblas. En s estas no son malas; en la oscuridad se aprende a buscar la luz de Dios, a andar por fe, a confiar. En esa cualidad, cuando nosotros creemos en Jesucristo, todos nuestros pecados son perdonados; sin embargo, el poder del pecado, aunque es debilitado y mantenido bajo el dominio de la naturaleza nacida de nuevo que Dios infunde en nuestras almas, no cesa, sino que se queda en nosotros, y se quedar hasta el da en que dejemos este mundo.

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