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La vida de Ernesto Garca pareca un hecho.

Aquel da solo necesitaba levantarse, como lo hacia cada maana, para gozar del ritmo vertiginoso de la prosperidad. Era en el mismo colectivo, el cual le tocaba viajar, donde se encontraba sentada en el asiento del fondo, sola, la que seria la mujer que le salvara la vida. Desde aquel momento no tardara mucho en casarse, ni de encontrar su verdadera vocacin. Tampoco le parecera difcil llegar a ser un hombre talentoso, perspicaz, con un desenvolvimiento natural ante el pblico. Aquel ya seria un actor reconocido mundialmente, preciosamente admirado por las damas y por la crtica. Su nombre se acomodara entre las principales revistas de inters general y tomado como referencia para cuando se hablara de belleza. El se levantara cada da pensando, que su lugar en el mundo era tan justo como verdadero, y no podra cerrar los ojos, sin antes agradecer la misericordia de su Dios. Haba sido concebido para esto, y el destino le mostraba su cara favorable. Aquel sueo, cont Ernesto Garca mientras servia caf, la maana siguiente a la que perdi el colectivo.

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