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El Poder de la Palabra

Fecha Miércoles, 18 marzo a las 10:30:00


Tema Opinión

Opinión

Michael A. Galascio Sánchez (*)

• Sin embargo, están “los enemigos de la palabra”. Aquellos que desean silenciar a
los ciudadanos. Los que están en constante conjura. Aquellos cuya prepotencia, no
deja espacio para la opinión de otros. Aquellos que se oponen sistemáticamente, a
cualquier idea que no sea la suya

“Una palabra hiere más profundamente que una espada”. Robert


Burton

Hay personas que tiemblan, cuando alguien se atreve y es capaz de


expresar, lo que otros callan. Les produce escalofríos, autentico pavor,
ya sea por presiones, por temor a perder los “garbanzos” en época de
crisis, por recelo, por un corporativismo irracional o porque quedan en
evidencia. Considero, que es esencialmente porque no son seres humanos libres y de
buena voluntad. ¡Responden a un amo! Están encadenados a la nómina, ante la cuál se
postran indignamente, vendiendo su alma: “la capacidad de expresar lo que piensan”.

Sin embargo, no debemos renunciar a la palabra, pues, “la palabra es el hálito es la


respiración es la vida. Según culturas, como la antigua cultura árabe, en la palabra
misma hay un "alma" y el conjunto de palabras representa una suma de "almas" o
espíritus vitales que sale de una persona hacia los demás, con todos los condicionantes y
todo el contenido vivo que le son propios. La conversación, es, pues, una transmisión de
vida de alguien a alguien”. [1]

En ésta línea, la laureada escritora española, Ana María Matute, nos confiesa, que “la
palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros”. Pienso que tiene
razón. La magia de la palabra, viva, profunda, capaz sacudir nuestros sentidos, capaz de
provocar reflexión, nos hace sentirnos identificados con otras personas. Con el doliente,
el desamparado, el menos favorecido. La palabra, nos plantea nuevas situaciones y
pensamientos. La palabra trasciende toda dimensión humana, intentando ir más allá, de
la imaginación limitada. Nos abre nuevos horizontes, despierta las emociones, de una
sociedad intelectualmente frígida.

No sé, si los lectores se han dado cuenta de la limitación “temática”. La atención de los
focos, se centra en muy pocas cosas. El espectro, se reduce. Se nos muestra un sólo
color. Cuando la palabra, debería abrir nuevas sendas, explorar otras dimensiones de la
humanidad. Aldous Huxley, manifestaba que, “las palabras están ahí para explicar el
significado de las cosas, de manera que el que las escucha, entienda dicho significado”.
No es difícil. Sólo requiere empeño, amor hacia sus semejantes. Acaso, ¿no Lo
comprenden? ¿No lo ven? ¡Es un instrumento al alcance de todos!

Sin embargo, están “los enemigos de la palabra”. Aquellos que desean silenciar a los
ciudadanos. Los que están en constante conjura. Aquellos cuya prepotencia, no deja
espacio para la opinión de otros. Aquellos que se oponen sistemáticamente, a cualquier
idea que no sea la suya. ¡Se crea un vacío! Esta falta de perspectiva, desanima a los
lectores, que a penas pasan de puntillas por los editoriales aburridos de la prensa de
papel. Esa carencia, convierte a los televidentes en esclavos del “zapping”, creando una
sociedad apática, desconfiada, que no se cree nada, porque ha perdido la Fe. Ha perdido
la convicción en la pureza de las noticias. Lo que hoy es “una verdad como un templo”,
mañana resulta una mentira. ¡Y todos tan panchos! Nadie se equivoca. ¡No hay
palabras!

Finalmente, aliento a todos los lectores a que escriban. A que se expresen con libertad,
sin temor a los juicios, las valoraciones y los ataques. Por que este espacio, no es el coto
privado de nadie. No existe ninguna persona sobre la faz de la tierra, que tenga la
“autoritas”, como para prohibirle a otro ser humano, que se exprese. ¿Cerrarle el paso?
¡Tal vez! Pero jamás, cerrarle la boca. En muy raras ocasiones, me la han cerrado. Y
como decía, Churchill, “a menudo me he tenido que comer mis palabras y he
descubierto que eran una dieta equilibrada”.

[1] Gil, R.: (1982) “Transmisión oral de la Cultura”. “Los cuentos de hadas: historia
mágica del hombre”. Colección Salvat, Temas Clave. Salvat Editores S.A. Madrid.
Página 4

(*) Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Psicología de la Salud y Clínica

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