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DOMINGO, 21 DICIEMBRE 2008 T E N D E N C I A S LA VANGUARDIA 35

EL GLOSARIO Oportunidad Capital social Movilización Instituciones formales


La unión de múltiples Red de personas e instituciones En la sociedad coexisten minorías Entramado de partidos, sindicatos
percepciones colectivas y no formales que se apoyan y se movilizadas y conscientes. Su y organismos representativos
acontecimientos que dan organizan para un bien común capacidad de arrastrar a los demás de la mayoría
lugar al estallido social da dimensión a la movilización

y significó una extensión de la 1986 1999 BATALLA DE SEATTLE ña, tras el desastre ecológico
lucha contra el apartheid.
Poder estudiantil Allí nació el movimiento antisis-
tema en forma de protesta con-
que supuso el naufragio del
petrolero Prestige.
1989 TIANANMEN (PEKÍN) En un reguero de manifestacio- tra la Organización Mundial del
Tras semanas de protestas, el nes, cientos de miles de estu- Comercio (OMC). 2003 “NO A LA GUERRA”
ejército reprimió a los millares diantes universitarios y de se- El grito contra la invasión de
de ocupantes de la plaza de cundaria exhibieron en la calle 2002 “NUNCA MÁIS” Iraq, comandada por el gobier-
Tiananmen. Murieron centena- su enfado hacia la política edu- Fue el grito que encarnó las no de Bush, se extendió por
res de manifestantes, críticos cativa del gobierno socialista críticas, primero en Galicia y buena parte del mundo en mani-
con el Partido Comunista. de Felipe González. luego en otras partes de Espa- festaciones multitudinarias.

La sociedad busca formas alternativas para hacerse oír

La otra política
MAITE GUTIÉRREZ En el caso de las protestas an- les, laboratorios hacker –en el

L
Barcelona ti-Bolonia, no se trata sólo de concepto social más amplio–,
una crítica al Espacio Europeo seminarios o programas cultu-
as protestas de Gre- de Educación Superior, “sino rales, como ocurre en el Ate-
cia y anti-Bolonia al sistema universitario en sí”, neu Candela de Terrassa o en
reflejan, además dice Gemma Galdón, del Obser- La Casa Encendida de Madrid.
del malestar acu- vatori de Resistències i Subcul- Las recientes oficinas de de-
mulado, la otra polí- tures. Una crítica que se viene rechos sociales aparecen como
tica, la que se mueve al margen gestando desde hace años y de otro ejemplo de esta política al-
de los canales oficiales y busca la que han surgido experien- ternativa que llega al ojo públi-
alternativas a los partidos. To- cias de conocimiento y de auto- co a través de las movilizacio-
más Herreros, miembro de la formación, como la propia Uni- nes. Son espacios de autoorga-
Universidad Nómada –un espa- versidad Nómada. Estas “uni- nización, a veces virtuales, que
cio de autoformación que inclu- surgen como respuesta a la fal-
ye la producción de libros y en- ta de visibilidad en la política
cuestas, los seminarios y la in- Las movilizaciones oficial. La iniciativa europea
vestigación–, señala que las mo- del May Day –en la que jóvenes
vilizaciones de los últimos años de Grecia y anti- trabajadores precarios reivindi-
se caracterizan por ir más allá Bolonia reflejan otra caron sus derechos– y la organi-
de la queja puntual. zación V de Vivienda estarían
A partir de la protesta, cons- manera de influir en en la estela de estas oficinas de
truyen a su alrededor un movi- los asuntos públicos derechos sociales.
miento, más o menos organiza- Hay vida política, pues, más
do, para cumplir unos objeti- allá de los partidos, contraria-
La mecha. La muerte vos que no aparecen en la agen- versidades paralelas” propo- mente a la idea que dibuja una
de un estudiante en da de los partidos, o al menos nen nuevos métodos didácticos sociedad apática respecto a los
Grecia desató la ira de no del modo que estos grupos y temáticos en la enseñanza. asuntos públicos. “Más bien
los jóvenes
defienden –vivienda digna, un La otra política también se tendríamos que hablar de apa-
cambio en el sistema educati- cuece en lo que Herreros llama tía respecto a la política ofi-
ARI MESSINIS / ARCHIVO
vo, protección del medio am- “nuevos centros sociales”. Se cial”, apunta Herreros. Galdón
biente, derechos y respeto para trata de una generación de enti- sostiene que la brecha que exis-
regulen las relaciones con el otro cha gente no representada en las los inmigrantes...–. El trabajo y dades más abierta a la nueva te entre partidos y sociedad
lado”. En suma, viene a decir instituciones formales. Gente in- las acciones para cambiar la composición de las ciudades, lleva a las personas a construir
Martí, el estallido es evitable. visible que, en cambio, se visi- realidad desde la base ciudada- “espacios públicos donde se en- sus propios espacios de actua-
Ramon Adell Argilés, profesor biliza en estos acontecimientos. na se ponen en marcha, “dejan cuentran subjetividades diver- ción, que no siempre son pro-
de la UNED que estudia los movi- De ahí su carácter inesperado. Y poso y alimentan la siguiente sas y se producen formas nove- gresistas. La protesta y la movi-
mientos de protesta, añade algo ahí la repercusión en los medios oleada de movilizaciones”, sos- dosas de política”. En ellos se lización forman parte de esta
más a esta perspectiva: “Hay mu- tiene un papel crucial”.c tiene Herreros. organizan proyectos editoria- otra política alternativa.c

LA CONSULTA

¿Por qué se usa la violencia El caso de Grecia, como lo que que explican esta reacción en
sucedió tiempo ha en los barrios cadena, pero este malestar es un
populares de algunas ciudades de fenómeno transversal en toda
nos de lo que deberían, son escla-
vos de contratos basura que no
permiten alzar el vuelo.
para expresar el malestar? Francia, es la manifestación in- Europa. El malestar está oculto,
equívoca del malestar de una ju- de modo silente, pero existe y, si
El ascensor social está atasca-
do y los jóvenes se dan cuenta de

C
ventud que expe- existe, puede es- que el futuro es muy crudo. Sa-
uando las pulsiones algo así como una respuesta pri- rimenta en pro- tallar siempre ben que difícilmente podrán me-
destructivas se expre- maria a una circunstancia as- pia sangre la frus- El ascensor social que las condicio- jorar las condiciones de vida de
san impune y nítida- fixiante, una salida desesperada, tración de todo nes se agudicen y sus padres. Mientras la familia
mente por las calles y un grito de dolor frente a una si- proyecto huma- está atascado y los amortiguado- aguante y los cobije, el malestar
las plazas y arrasan con todo lo tuación límite que, lamentable- no, de toda posibi- los jóvenes se dan res sociales fa- estará contenido, pero conviene
que se pone por delante, uno se mente, explota de manera corro- lidad de emanci- llen. Las razones recordar que la familia también
ve obligado a acudir al maestro siva. Eso no exime de responsabi- pación y de incor- cuenta de que el sobran: jóvenes ti- es una instancia vulnerable. Cuan-
Sigmund Freud y preguntarse lidad ética a quienes alegremente poración a la vida futuro es muy crudo tulados que no do una colectividad siente la pesa-
cuáles son los mecanismos que ac- la practican y exhiben, sin pudor, social. La violen- pueden desarro- dumbre del vacío, la negación de
tivan tal capacidad destructiva en su potencial destructivo por la cia física es, mu- llar su vocación toda posibilidad de futuro, explo-
el ser humano. vía pública ni la convierte en me- chas veces, la reacción a la violen- en el mundo laboral; jóvenes que ta desesperadamente y carga, ge-
Más allá de los casos patológi- nos ruin y mezquina, pero pone cia estructural. no pueden independizarse de sus neralmente, contra inocentes.
cos, la violencia nunca es gratui- de relieve los frágiles mecanis- El malestar de la juventud grie- casas paternas, porque no dispo-
ta, no se genera espontáneamen- mos de contención, administra- ga no es algo excepcional, ni co- nen de recursos para hacerse con FRANCESC TORRALBA ROSELLÓ,
te, no es fruto del azar y de la ca- ción y canalización del fondo yuntural. Muy probablemente tie- 50m2. Jóvenes que, pese a estar director de la cátedra Ethos de la
sualidad. Es, más bien, reactiva, emocional de las masas. ne unas características singulares preparados, cobran mucho me- Universitat Ramon Llull

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