ORACIN Seor, solo T sabes cmo mi vida puede andar bien.

Ensame en el silencio de tu presencia cmo en el encuentro contigo, en tu mirada y en tu palabra personas se han reconocido como tu imagen y semejanza. Aydame a dejar lo que me impide encontrarte y lo que me impide dejarme tocar por tu palabra. <<Seor, dije, all sobre una rama hay un cuervo. Reconozco que tu majestad no puede rebajarse a atender a quien te habla, pero tengo necesidad de un signo. Cuando acabe mi oracin, haz que ese cuervo vuele. Aquello ser para m como un signo, una prueba de que no estoy completamente solo en el mundo....>>. Fij la mirada en el cuervo, pero ste no se movi de su rama. <<Seor, dije, tienes toda la razn. Tu majestad no puede dignarse atender peticiones como sta. Si el cuervo hubiese echado a volar, yo seguira ms triste an porque un signo as slo podra recibirlo de alguien como yo, es decir de m mismo. Habra sido un mero reflejo de mi propio deseo. Me habra vuelto a encontrar con mi propia soledad. Y despus de haberme prosternado, me alej. A partir de ah, mi desesperacin cedi paso a una serenidad tan singular como inesperada. (Antoine de Saint-Exupry).