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LA MUJER Y EL DRAGÓN: SIMBOLOGÍA Y MENSAJE DEL CAPÍTULO DOCE DEL LIBRO DE

APOCALIPSIS

A. Introducción

Los signos e imágenes del Apocalipsis han influido y siguen influyendo en nuestra cultura
Occidental. Muchos hemos oído hablar de las trompetas, los sellos, los jinetes, el cordero
degollado, el dragón y la mujer etc... Muchas películas de Hollywood utilizan su trama y
simbología para realizar películas que no neceriamente logran comunicar el mensaje de este libro
cristiano. Además su simbología, para muchos incomprensible, dificulta un correcto juicio sobre
el valor del libro. Muchos los han utilizado para hablar del fin del mundo, de catástrofes, de
terremotos, de pestes que tienen como fin el castigo de la humanidad.

Sin embargo, este libro es un libro gozoso, pues comunica un mensaje esperanzador sobre
el futuro del hombre, sobre el fin de su historia. Este mensaje es religioso, cristiano, se
fundamenta en la fe en Jesús, Hijo de Dios. Da una visión cristiana de la historia, de la vida, de
los acontecimientos... para ello utiliza un género literario, propio de la cultura judía, la
apocalipsis. Teniendo encuenta este género podemos hacer una recta interpretación del libro.

Este trabajo he querido hacerlo sobre una parte del capítulo doce del libro de Apocalipsis.
El capítulo doce es el centro del libro, constituye su núcleo, de ahí que me llamó la antención
descubrir cuál es el mensaje del corazón del libro. Este capítulo contiene tres partes, tres escenas,
cada una es una unidad con un mensaje, si bien, son interdependientes. Debido a las limitaciones
de tiempo no analizaré las tres escenas, sino solamente la primera.

Mi intención es buscar cuál es el origen de los símbolos más importantes de la escena y, a


partir de ahí, interpretar qué es lo que los cristianos destinatarios del libro entendieron. Cumplir
con este objetivo me parece importante dar ciertas notas sobre el autor del libro y los
destinatarios, sobre el género literario apocalíptico y sobre la estructura general de la obra.
Luego analizaré el capítulo y expondré mis conclusiones.

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LA MUJER Y EL DRAGÓN: SIMBOLOGÍA Y MENSAJE DEL CAPÍTULO DOCE DEL LIBRO DE
APOCALIPSIS

II. Desarrollo

1. Autor y destinatarios

Parece que el autor del Apocalipsis era un judeocristiano que emigró de Palestina en los
años de guerra y convulsiones del 67 al 73 d.C., integrándose en una comunidad cristiana de
Asia. Fue profeta y guía de profetas (cf. Ap19,10; 22,9) y aceptó la herencia de Pablo, fundador o
promotor principal de la iglesia efesina (del 52 al 55 d.C). Pero al mismo tiempo, se mantuvo fiel
a su herencia apocalíptica jedeocristiana.1

Dos problemas lo movieron a escribir la obra: el estado interno de las comunidades y su


amenaza externa por parte del Imperio romano. Fue escrito en una época sentida como hostil al
cristianismo. El lugar del drama es la provincia de Asia (conocida como Asia Menor, actual
Turquía), donde se encontraban las siete iglesias que se mencionan en la obra (cap.2-3) y la isla
de Patmos.2 Parece que lo escribió en torno al 96 d.C. en tiempo de Domiciano, sin embargo, es
muy difícil precisar la fecha exacta de la persecución que se supone.

La hostilidad se debe a que el Imperio romano exaltaba al emperador como señor del
mundo y de la historia, esta exaltación se expresaba cultualmente. Así la participación en el culto
oficial era un deber ciudadano, pues era una expresión de lealtad, y el no hacerlo, un crimen de
lesa majestad. La no participación de los cristianos en el culto imperial, trajo como consecuencia
una actitud hostil hacia ellos por parte de las autoridades. Por eso es que encontramos en el
Apocalipsis repetidas referencias a persecuciones.

2. Género literario

El Apocalipsis es una obra literaria que tiene un género apocalíptico. Este tipo de
literatura es una herencia de la literatura judía (Ciclo de Henoc, Jubileos, Daniel ...) que utiliza un
lenguaje predominantemente figurado, lleno de metáforas, símbolos e imágenes, tomadas en su
1
Pikaza, Xavier Apocalipsis Editorial Verbo Divino, 1999. p. 19
2
Kucherlkorn, Eduardo y otros Apocalipsis, en AAVV, Comentario Bíblico Internacional Editorial Verbo Divino,
Estella (Navarra), 1999, p 1683

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mayoría de la naturaleza, la numerología, la astrología y de la Biblia misma. Los apocalipsis,


además, entretejen mitos.3

Las imágenes y símbolos usados eran conocidos por los destinatarios de la obra de su
tiempo, pues pertenecían a su mundo, principalmente a su tradición religiosa. Por medio de estos
símbolos el autor desea interpretar los acontecimientos de la historia para comunicar un mensaje
esperanzador sobre el futuro, a fin de vivir con mayor fidelidad el presente.

El mensaje que se desea comunicar por una parte, puede sacarse desde las fuentes que
integran la obra, pues encontramos diversos cuadros que en sí forman una unidad semántica. Por
otra parte el mensaje se presenta por la totalidad del cuadro pintado por el autor. Por lo tanto,
cada perícopa debe ser entendida como parte de la obra total. El sentido y mensaje fundamental
se obtienen de la consideración de la obra como totalidad.4

3. Estructura general del libro

A fin de ayudar a comprender y situar el contenido del libro, la exposición de su


estructura ofrece una visión de conjunto. Sin embargo, los exegetas no han llegado a un acuerdo
sobre la estructura global de la obra. Boismard distingue varios estratos redaccionales.
Basándose en numerosos duplicados en la sección apocalíptica, concluye que el libro en su forma
actual está integrado por tres unidades literarias anteriores: dos apocalipsis, completos y
coherentes, y las cartas a las siete iglesias. Actualmente se tiende más a afirmar la unidad literaria
de la obra.5

Xavier Pikaza tomando en cuenta la correspondencia entre trompetas (8,2-11,19) y copas


(15,5-16,21), ha situado en el centro de un esquema circular las visiones del Dragón, Mujer y
Bestias (12,1-13,18), que marcan el sentido de la historia. Según su visión el Apocalipsis ha sido
construido en forma circular, de manera que hay una vinculación entre (1,1-11,19) y (15,15-

3
Ibid. p. 1680
4
Ibid. p.1682
5
D’Aragon, Jean-Louis Apocalipsis en: AAVV Comentario Bíblico San Jerónimo, Tomo IV Ediciones
Cristiandad, Madrid. 1971. p.537

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APOCALIPSIS

22,11). Pero más que un circulo perfecto el libro forma una espiral, que nos va llevando en
círculos a las Bodas del Cordero.6

Aunque puede ser discutido el esquema que propone, no hay duda que el centro del libro
lo constituye las visiones del Dragón, la Mujer y las Bestias (11,15-13,18). Es importante anotar
esto ya que pretendo analizar el capítulo doce de la obra.

4. Estudio del capítulo doce del Apocalipsis

4.1 Antecedentes literarios

Para comprender la importancia del capítulo doce dentro de la trama narrativa aquí voy a
resaltar ciertas notas que ayuden a ordenar los acontecimientos.

El material propiamente apocalíptico empieza en el capítulo cuarto del libro con la visión
del trono en el cielo y del Cordero. El Cordero es hallado digno de abrir el libro con siete sellos
escrito por el anverso y el reverso (Ap 5,5) que está en la mano derecha del que está sentado en el
trono. Poco a poco el Cordero va rompiendo los sellos y empiezan a darse acontecimientos sobre
la tierra (cf. Ap 6,1-8,1).

La imagen de un libro sellado evoca el misterio de la historia y la revelación de Dios7.


Abrir los sellos y leer el libro significa tener acceso al misterio de la historia. Esta forma de
presentación concuerda con la mentalidad apocalíptica que concibe la historia como
predeterminada por Dios y dividida en períodos que se siguen sucesivamente8. La historia avanza
irremediablemente hacia un fin, hacia el cumplimiento de las promesas de Dios.

Con la apertura del séptimo sello se esperaría el juicio de Dios anunciado (Ap 6,17). Mas
bien el séptimo sello anuncia la siguiente septena, su contenido está repartido entre los siete
toques de trompeta. La estructura de esta segunda septena se parece a la de los sellos. Las

6
Pikaza, Xavier Op.cit. p.30-31
7
Ibid. P.85
8
Kucherlkorn, Eduardo y otros Op.cit. p.1680

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trompetas, que solían usarse para anunciar acontecimientos importantes para el pueblo, sirven
como signos escatológicos. Ellas anuncian los acontecimientos que precipitan la venida del día
del Señor, de su reinado (Ap 8,2-11,9). Un ángel anuncia que con la séptima trompeta se habrá
cumplido el misterio de Dios (Ap 10,7).

Finalmente suena la séptima trompeta ( 11,15), ha llegado el reinado sobre el mundo del
Señor y de su Mesías. Este es el punto final de la historia de la salvación, el objeto esencial de
las promesas de Dios.9 Estamos en el tiempo escatológico y mesiánico.

4.2 Análisis del capítulo

La escena del capítulo empieza en Ap 11,19 y a partir de ahí, tres veces se dice
“apareció” (Ap 11,19; 12, 1.3). La continuidad es manifiesta.

Lo primero en aparecer en el cielo es el arca de la alianza en su templo. El arca de la


alianza estaba en el lugar santísimo en el Templo, era pues el símbolo por excelencia de la
presencia de Dios en medio de su pueblo y de la alianza entre Yahvé e Israel.10 Su aparición no
es fortuita, pues según una tradición judía, Jeremías durante el asedio de Jerusalén la habría
librado de la profanación escondiéndola en una caverna del monte Sinaí, en donde habría de
permanecer hasta la restauración de Israel (cf. 2Mac 2, 4-8).11 La aparición del arca en el templo
celestial indica que a ha llegado el tiempo mesiánico de la restauración.

Inmediatamente aparece otra señal en el cielo. Estamos en el capítulo 12. En el capítulo


encontramos tres cuadros o tres escenas: la Mujer da a luz un Niño (Ap 12,1-6); Miguel combate
contra el Dragón y lo arroja del cielo (12,7-12), la Mujer en el desierto (Ap 12,12-18). Me
centraré en analizar el primer cuadro:

9
D’Aragon, Jean-Louis Op. Cit. p.565
10
Salguero, José Biblia comentada VII: Epístolas católicas. Apocalipsis BAC, Madrid. 1965 p.424
11
Vanni, Ugo Apocalipsis 3ª ed. Editorial Verbo Divino, España. 1989. p.63-64

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Aparece en el cielo una Mujer en cinta a punto de dar a luz, está vestida de sol, con una
luna bajo sus pies y sobre su cabeza hay una corona de doce estrellas (cf. Ap 1-2). Finalmente, da
a luz un hijo varón (cf. Ap 12,5). Este hijo, se dice, “regirá con vara de hierro todas las naciones”
; el hijo fue arrebatado hasta Dios y su trono. Al mismo tiempo aparece otra señal en el cielo, un
Dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, que con su cola arrastró la tercera parte de las
estrellas a la tierra (cf. Ap 12,3-4). Este Dragón espera devorar al hijo de la mujer, pero no lo
logra. La Mujer ante la amenaza del Dragón huye al desierto a un lugar preparado por Dios. Este
es el contenido de la escena. Pero, ¿quién es esta Mujer y su hijo, quién es este Dragón? ¿Cuál es
el mensaje de la señal? ¿Qué entendieron los destinatarios del Apocalipsis con estas imágenes?
Voy a tratar de responder estas preguntas, analizando el origen de estos símbolos.

Algunos símbolos tienen una clara tradición bíblica, pero también podemos encontrar
fuentes extrabíblicas en mitos o leyendas populares que pudieron tomarse como referencia.

4.3 El símbolo de la Mujer en la tradición bíblica

Hay dos tradiciones bíblicas sobre la mujer que pueden ser de nuestro interés. Por un lado,
la mujer puede ser una representación de Israel. Dejando aparte la esposa del Cantar de los
Cantares, podemos descubrir esta personificación de Israel en Oseas (Os 2,19-20), en Jeremías
(Jer 3,6-10), en Ezequiel (Ez 16,22). La imagen de Sión en dolores de parto no era desconocida
en le Antiguo Testamento12. Por ejemplo, Isaías 26,17 dice: «Como la mujer en cinta cuando llega
al parto se retuerce y grita de dolores, así estábamos lejos de ti, ¡oh Yahvé!» Y en otro lugar, el
mismo profeta nos habla de la multiplicación de la nueva Jerusalén en estos términos: «Antes de
ponerse de parto ha parido; antes de sentir los dolores dio a luz un hijo.¿Quién oyó cosa
semejante?¿Quién vio nunca tal? ¿Nace un pueblo en un día? Una nación, ¿nace toda de una vez?
Pues Sión ha parido a sus hijos antes de sentir los dolores13». Los libros apócrifos aceptan esta
tradición como lo podemos notar en el libro 4Esdras 9,38 -10,59. En el Nuevo Testamento
encontramos estas mismas personificaciones (Gál 4,26s; Heb 11,10; 12,22; 13,14).

12
Salguero, José Op.cit. p.427
13
Is 66,7-8

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Hay otros datos del relato del Apocalipsis que nos hacen pensar en la personificación de
Israel como la Mujer. Se nos dice que la Mujer huyó al desierto, en donde fue alimentada por
Dios hasta que desapareció el peligro de parte de sus enemigos. Por el libro del Éxodo sabemos
que Israel huyó de Egipto al desierto del Sinaí, en donde fue alimentado por Dios con el maná
caído del cielo hasta que se convirtió en un puelo bien consituido, capaz de enfrentarse y resisitir
a los pueblos enemigos. El desierto es el refugio tradicional de los oprimidos de Israel (1Re,3s;
1Mac 2,29s)14. La corona de doce estrellas puede ser una alusión a las doce tribus de Israel (Gn
37,9-11), confirmando la personifiación de la cual hablabamos.

El nacimiento del Niño arrebatado al cielo es un elemento que también merece ser
analizado. Es caracterizado empleando unas palabras del salmo 2,9: "Parió un varón, que ha de
apacentar a todas las naciones con vara de hierro". Esta cita de un salmo mesiánico indica
claramente que el autor identifica este Niño con el Mesías esperado por Israel. El Mesías,según el
Antiguo Testamento, había de apacentar, como soberano y dominador, a Israel y a todas la
naciones. Sería como un lugarteniente de Yahvé, que trataría con cetro autoritario y poderoso a
los que se sublevasen contra él15. Su origen sería desconocido, pero se sabía que sería
descendiente de la casa de David, miembro del pueblo elegido. Este dato es coherente con lo que
hemos dicho anteriormente sobre la Mujer: representa a Israel del cual proviene el Mesías.

La segunda tradición bíblica sobre la Mujer es el papel de ella y su descendencia en el


plan de Dios para actuar en la historia a favor de su pueblo. El primer ejemplo lo encontramos en
Sara, esposa de Abraham. Dios cumple en su hijo Isaac la promesa hecha de una descendencia
que será numerosa como las estrellas del cielo (cf. Gn 12,1-3 ; 21,1-7) a pesar de la esterilidad de
Sara. Luego tenemos la historia de Ana y Samuel. Ana no tiene hijos y ora al Señor (1Sam 1,9-
11) quien le da un hijo, ella en agradecimiento lo consagra a Dios. Samuel será uno de los
grandes Jueces de Israel, fiel a la voluntad de Yahvé. En tiempos de amenaza por parte de Asiria
sobre Israel y Judá, Isaías anuncia una señal de parte de Dios. «He aquí que una doncella está

encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel» (Is 7,14). Por medio de este
hijo, Dios cuidará de su pueblo pues asegurará la dinastía davídica y las promesas hechas a ella.
14
D’Aragon, Jean-Louis Op.cit. p.568
15
Salguero, José Op.cit. p.432

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Es comprensible que los cristianos desde su fe vieran en la Mujer a la madre de Jesús. El


simbolísmo tiene la riqueza de no tener un significado unívoco. Pues ellos profesaban la fe de
Jesús como Mesías, nacido de una mujer, María, israelita. Sin embargo, esta interpretación no
está en primer plano y el Apocalipsis no habla de una persecución histórica de la madre de Jesús
o de una huida de esta al desierto. No tenemos datos que corroboren la historicidad de este hecho.

4.4 El símbolo de la Mujer en fuentes extrabíblicas

La Mujer y el dragón forman una pareja simbólica en muchos mitos. Suele hablarse de
una mujer buena, perseguida por un dragón perverso, pero liberada por un héroe que la protege
para casarse con ella16. Es muy posible que ese mito esté en el fondo de nuestro texto, como
indica el fin feliz (se casan mujer y salvador); pero aquí ese salvador es el mismo hijo de la
mujer, amenazado anter por el Dragón.

Tal como es presentada la Mujer “vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de
doce estrellas sobre su cabeza” (Ap12,1), es figura del cielo con sus signos principales. Tales
señales recuerdan a Virgo, un signo del zodíaco. Una diosa celestial (de tipo helenista). 17 Sin
embargo las diosas celestiales giran sin cesar en su cielo, nunca se angustian y no deben dar a luz.
Esta Mujer, en cambio, es maternidad adolorida.

4.5 El símbolo del Dragón en la tradición bíblica

En el Antiguo Testamento se habla frecuentemente de un monstruo marino (Is 27,1; Jer


51,34; Ez 29,3-6; Job 3,8; 7,12; Sal 74,14; 104,26) que es designado con los nombres de
Leviatán, Behemot y Rahab, el cual simboliza las fuerzas enemigas de Dios. Según una tradición
que recoge la Biblia (Is 27,1) Dios había derrotado a este monstruo en el momento de la creación,
pero su hundimiento final se diferiría hasta el fin de los tiempos.18

16
Pikaza, Xavier Op.cit. p.141
17
Ibidem
18
D’Aragon, Jean-Louis Op.cit. p.567

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Otra tradición bíblica utiliza el símbolo de dragón para representar el imperio


amenazante y opresor; el del faraón y su imperio (Is 51,9; Ez 29,3) o el de Nabucondonosor (Jer
51,34).

Este Dragón se nos caracteriza por ser rojo, con siete cabezas, siete coronas y diez
cuernos. Esta decripción no es literal , sino simbólica. El origen de estos símbolos son bíblicos.
El rojo es una expresión de sangre y muerte. Los demás elementos están tomados del libro de
Daniel (Dn 7,7; 8,9-10), en donde los diez cuernos designan a diez reyes de la dinastía
seleúcida19. Las siete cabezas, como las de la hidra de la fábula y las del basilisco de siete
cabezas, significan su resistencia a la muerte. Las coronas simbolizan la gloria en sus cabezas.

4.6 El símbolo del Dragón en fuentes extrabíblicas

El dragón es símbolo del enemigo mitológico de Dios en muchos pueblos. 20 Varias


culturas y religiones conocían la simbología del dragón para representar fuerzas oscuras y
hostiles al hombre. Lo original de la tradición bíblica y de nuestro autor es historizar el mito.

En la literatura apocalíptica apócrifa también se mencionan monstruos como Leviatán y


Behemot, creados para hacer efectivo el castigo de Dios sobre los hombres (cf. 1 de Henoc, Libro
de las revelaciones y parábolas 60,10). La acción del Dragón de arrastrar con su cola la tercera
parte de las estrellas y arrojarlas a la tierra, recuerdan un tema tratado en la literatura apocaliptica
apócrifa: la caída de los ángeles origen del mal en la tierra.

III. Conclusiones

Luego de haber analizado el origen de los símbolos de la Mujer y su hijo y el Dragón,


trataré de explicitar qué es lo que pudieron entender los destinatarios de este escrito, quienes

19
Salguero, José Op.cit. p.430
20
Pikaza, Xavier Op.cit. p.141

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como hemos mencionado fueron cristianos de Asia Menor que vivían en un ambiente hostil a su
fe.
Teniendo en cuenta la trama narrativa de la obra podemos decir que esta escena sucede el
tiempo final de la historia, en el tiempo escatológico. Ha llegado el momento de la actuación
definitiva de Dios quien ha decidido establecer su reino en la tierra. Se han abierto los sellos y ya
han sonado las siete trompetas. Este es el antecedente a la escena de la Mujer y el Dragón.

Dios realiza su reinado por medio del cumplimiento de la promesa del Mesías, nacido de
Israel. Esto es lo que seguramente entendieron los oyentes en el simbolismo de la Mujer con una
corona de doce estrellas que da a luz al niño. Además debido a la fe de estos cristianos en Jesús el
Mesías o Cristo, está claro que este niño es Jesús, nacido de María. Su arrebato al cielo hacia
Dios y hacia su trono, era comprensible para ellos, pues, creían firmente que está resucitado y
sentado a la derecha del Dios. En todo el Nuevo Testamento encontramos esta profesión de fe.
Así, pues, Jesús el Mesías está reinando en el cielo y ha empezado su dominio sobre todo.

El Dragón como enemigo del pueblo de Dios y del Mesías, se identificó con Satanás (Ap
12,9). Quien en los evangelios es presentado como el tentador de Jesús en el desierto y el que
entró en Judas para entregarlo a las autoridades. Es el claro enemigo de la obra de Jesús.

Mientras tanto la Mujer huye al desierto donde tiene un lugar preparado por Dios, él
mismo cuida de ella alimentándola (Ap 12,6). Los cristianos es muy seguro que se identificaran
con ella, pues, se consiraban el nuevo pueblo de Israel, el nuevo pueblo de Dios (cf. 1Pe 2,9-10;
Ef 1,14). Ellos mismos se encontraban en una situación de amenaza, de persecusión como esta
mujer que huye al desierto. El simbolismo del desierto como tiempo de prueba y de fidelidad era
muy conocido entre los judíos. Era a la vez un momento de gracia de parte de Dios, como lo
atestigua la tradición del Éxodo. Por tanto, también ellos consideraban que a pesar de la
persecusión Dios los ayudaba y velaba por ellos.

En fin, toda esta escena era un mensaje esperanzador, pues el autor del Apocalipsis quería
comunicar esto: Dios ya empezó su reinado sobre el mundo por medio de la pasión de
Jesucristo, quien está a la derecha de Dios; mientras tanto, por un corto tiempo, el pueblo de

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LA MUJER Y EL DRAGÓN: SIMBOLOGÍA Y MENSAJE DEL CAPÍTULO DOCE DEL LIBRO DE
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Dios (los cristianos) debe padecer la prueba, la persecución por parte de Satanás , pero no
faltará al pueblo el auxilio divino.

Bibliografía

♦ D’Aragon, Jean-Louis Apocalipsis en: AAVV Comentario Bíblico San Jerónimo, Tomo IV
Ediciones Cristiandad, Madrid. 1971

♦ Biblia de Jerusalén Desclée de Brouwer, Bilbao. 1998

♦ Kucherlkorn, Eduardo y otros Apocalipsis, en AAVV, Comentario Bíblico Internacional


Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra), 1999

♦ Pikaza, Xavier Apocalipsis Editorial Verbo Divino, 1999

♦ Salguero, José Biblia comentada VII: Epístolas católicas. Apocalipsis BAC, Madrid. 1965

♦ Vanni, Ugo Apocalipsis 3ª ed. Editorial Verbo Divino, España. 1989

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