Sei sulla pagina 1di 1

De Mozart a Constanze Weber (su mujer):

Budwitz, 8 de abril de 1789

[...] Mientras el príncipe está ocupado con el cambio de caballos, yo aprovecho la


oportunidad de escribirte unas palabras. Esposa de mi corazón, ¿cómo estás? ¿Piensas
en mí tan a menudo como yo en ti? Miro tu retrato constantemente y lloro, en parte de
alegría, en parte de tristeza. Cuida de tu salud. ¡Adiós, cariño, cuídate! No te preocupes
por mí [...], nada me resulta incómodo, excepto tu ausencia, pero esto no se puede
remediar. Te lo escribo con lágrimas en los ojos. Adiós. Te escribiré más y más
legiblemente desde Praga, cuando no tenga que ir con tantas prisas. Adieu. Te beso
millones de veces con todo mi corazón y soy para siempre tu fiel hasta la muerte,

MOZART

Viena, 7 de julio de 1791

[...] Y ahora no desearía más que tener arreglados mis asuntos para poder estar otra
vez contigo. ¡No puedes imaginarte lo largo que se me ha hecho el tiempo, todo el
tiempo sin ti! No puedo explicarte mis sentimientos, es una especie de vacío que me
hace daño, una especie de ansia que nunca se ve satisfecha y por consiguiente nunca
cesa; prosigue e incluso crece de día a día. ¡Cuando pienso que en Baden éramos como
críos! Y en las horas tristes y aburridas que paso aquí. Ni siquiera mi trabajo me alegra,
porque estaba acostumbrado ahsta ahora a interrumpirlo y hablar contigo un poco, y ese
placer, por desgracia, me es imposible. Si voy al piano y canto algo, tengo que
interrumpirme enseguida, mis sentimientos son demasiado fuertes. ¡Basta! Si acabase
mis asuntos a esta hora, en la próxima ya no estaría aquí [...] eternamente tú,

MOZART

Potrebbero piacerti anche