Si un restaurante sobrevive a la pandemia dependería del arrendador
CHICAGO — Los restaurantes, con ingresos de menos de un tercio de lo que habitualmente obtendrían, no pueden pagar su renta. Los arrendadores, con hipotecas y cuentas de impuestos sobre la propiedad que pagar, no pueden sobrevivir sin ingresos.
Desde que surgió la pandemia de coronavirus, resultando en el cierre forzoso hace seis meses de restaurantes y bares en todo el país, los restauranteros y los arrendadores se han visto obligados a llevar una relación incómoda, ya que ambos bandos luchan por la supervivencia económica.
Es una lucha de toma y daca que durará más meses, tal vez hasta el próximo verano.
Los socios Allan Perales y David Goldberg, cuya firma de corretaje GoldStreet Partners conecta a arrendadores con inquilinos restauranteros, desde grandes marcas como P.F. Chang's hasta restaurantes de un solo operador como Tzuco y Galit, ven el asunto desde ambos lados.
"Estamos viendo mucho pánico desde la perspectiva de los arrendadores y de los inquilinos", señaló Perales. "Han sido cuatro o cinco meses difíciles, y nadie está ganando ahora. El mayor temor que tiene un arrendador es que sus inquilinos restauranteros no puedan pagar la renta. Eso pudiera resultar en la pérdida de la propiedad del edificio por completo, al tenerlo que devolver al banco o a los inversores".
Y así, a menudo con pocas opciones, los arrendadores están dispuestos a negociar. ¿Pero cómo?
"Definitivamente, no hay una negociación que lo cubra todo", señaló Goldberg. "Es caso por caso, inquilino
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