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RETRATO DE ARQUITECTO Retrato de arguitecto con ciudad es el primer titulo de ia coleccién Libros de laespiral DiREcTOR DELA COLECCION Alberto Ruy Sanchez. Ebicion o Margarita de Orellana sexo ¥ PRODUCCION ¢ Antonieta Cruz ‘Conseccton» Jaime Soler, Magali Tercero FForoorAia Patricia Tamés (©1996, Artes de México aca Rio de Janeiro 52 colonia Roma 96700, México, DF. Telefonos 525 4036, 525 $905,208 3205, 208 366% Fax 525 5925 (© Teccloro Gonzalez de Loén, texto eilustraciones ‘© Consejo Nacional para la Cultura y las Artes © E1Colegio Nacional En sus primeras versiones estos articulos fueron publicados en Revisia de Bellas Artes, Vuelt, El Pasente y Cuaderos de Docenca, ISBN 968.6552-38-4 Artes de México ISBN 968.29-8427-0 Consejo Nacional para a Cultura y las Artes ISBN 970-640-083-5 El Colegio Nacional CONSTRUCCION, ESPACIO Y REPRESENTACION Asie ‘TODO DEBO preceder estas reflexiones con una advertencia. No soy tedrico ni critico, ni tampoco pretendo hacer definiciones o colocar etiquetas que limitan y reducen la complejidad de los fend- menos. Son s6lo vishimbres 0 aproximaciones, como dice Octavio Paz, producto de la practica de un oficio durante casi medio siglo y claro, de mis lecturas y de mis experiencias viendo, 0 mejor dicho, viviendo la arquitectura. + El titulo de este esbozo, que podria parecer criptico, sefiala tres aspectos que siempre estan presentes e indisolublemente unidos en toda arquitectura, Me explico: toda construccién arquitecténica configura espacios y crea un escenario, ‘una representacién; toda configuraci6n espacial es un escenario, re- presentativo por naturaleza, y requiere ser construido; por otro lado, todo escenario, toda representacién, en arquitectura, configura un espacio construido, No es un juego de palabras, s6lo quiero llamar Ia atenci6n en que estos conceptos estén fatalmente relacionados, y que a su vez son tres formas vilidas de abordar la arquitectura, ya sea para conocerla 0, lo més importante, para hacerla: la arquitec- tura como representaci6n; la arquitectura como configuracién de ut “espacios; la arquitectura como construc: Es posible que en el fondo se trate de lo que antes se denominaba como lo técni- co, lo funcional y imbOlico; que sean tres miradas de lo mismo, pero creo en las pala- bras —que son el vehiculo del pensamiento— y Jas palabras s gastan. Necesitamos renovarlas © para que expresen lo que ahora sentimos, nuestra actualidad, En el curso de este ensayo iré explicando el por qué del cambio de esas palabras. «© Utilizo construccién en lugar de “lo técnico” porque en- cuentro que “lo técnico” es muy general, aplicable a todo. Construccién es algo muy especifico que se refiere a nuestro oficio, aquello que uno va aprendiendo poco a poco en la practica: desde el conocimiento del material 0 los materiales, las formas de usarlos, la creacién de estructuras y los métodos para realizarlas. Todo esto es un proceso de aprendizaje que dura toda la vida. Los materiales y las maneras de usarlos estén ligados a las formas que cada arquitecto va conci- biendo. Eso explica porqué el lenguaje personal de un creador, cuando Ilega a obtenerlo, es muy parco en sus materiales: a Mies van der Rohe lo recordamos por el acero y el vidrio (junto con Ro- gers y Foster), de los tiltimos 20 tenemos una inconfundible imagen de formas de concreto y, si pen- samos en Wrightes nos viene, a la mente la madera y la piedra. Lo liltimos 20 afios de la obra de Le Corbusier constructivo engendra otro concepto que es relativamente nuevo: lo onstructivo engendra otro concepto que es relativamente nuevo: lo_ tecténico, que podria definirse como la cualidad de las formas para wae gas. Kenneth Frampton dice que la tectonica es la poética de la construccion. Vista asi, la construccién es ya una representa- cién. + Lo constructivo es el aspecto de la arquitectura menos tratado por los criticos, tal vez porque lo consideran obvio o, al con- trario, demasiado especializado. Es muy reciente la aparicién de estudios sobre las arquitecturas de Van der Rohe, Brunelleschi y Miguel Angel analizadas desde el punto de vista de la construccié Elde Miguel Angel de William Wallace es un estudio sorprendente que cambia la idea del artista individualista y retraido que tenia- mos, Lo vemos dirigiendo un equipo de maestros, canteros y peones, que en un momento sumaban 60 personas, y luego aislado durante meses en las canteras cercanas a Carrara para extraer el marmol y materiales para las obras que le encargaron alrededor del convento de San Lorenzo en Florencia: la fachada de la iglesia, que no se realizé, la capilla Médicis y la biblioteca. Es una minuciosa investigacién que saca a la huz néminas y dibujos con inventarios de blogues de marmol y de los sistemas de izado para extraerlos y transportarlos, todos de la mano del artista, Nos revela este libro esa parte que tiene todo arquitecto ligada a la realidad, al desarrollo tecrolégico del momento que le toca vivir + En nuestra época la gran mayoria de los ensayistas aborda a la arquitectura como confiz guracion del espacio (que es mi segundo tema), desde el libro de~ Bruno Zevi, que ya va a cumplir medio siglo, en el que parecia que se descubria el concepto de espacio por medio de la obra de Wright. De hecho, la palabra espacio aplicada a la arquitectura no aparece sino hasta fines del siglo pasado: hace cien aitos, en un ensayo de M3 un critico alemén, discipulo de Gotrieb Semper (el dato es de Framp- ton). En el famoso diccionario enciclopédico de la arquitectura de Viollet-Le-Duc, publicado en 1872, no aparece el término espacio. Los arquitectos del pasado se referian_a él con nombres diversos: mino que los engloba. El arquitecto, al configurar espacios, lo hace con voltimenes; voliimenes que envuelven (y desenvuelven) espa- cios habitables. Al configurar el espacio se le condiciona para que responda a un clima, a las caracteristicas del terreno y para que sit- va al desarrollo de las actividades humanas. Aprender a configurar el espacio —como aprender a construir— es un proceso que dura toda la vida profesional. Es mas, no estoy seguro de que se llegue a_ aprender. Los problemas siempre son nuevos, 0 nos los planteamos como nuevos. Nuestra cultura, la cultura modema en la que viv: demos estamos doblemente expuestos a cometer errores en la orga nizaci6n del espacio (distribuciones que desalientan en lugar de itectos mo- propiciar la convivencia social de los usuarios, las vemos muy seguido). No tenemos la ayuda de las tipologias de edificios que tanto afiora Aldo Rossi. Cierto, las tipologias eran como un gran “ecualizador” de la produccién media de arquitectura. Y producian ciudades més uniformes y ordenadas. El movimiento postmoderno de moda, por lo tanto pasajeros. + No utilizo “lo funcional” al referirme a la configuracién del espacio porque es un término que ha perdido su sentido original, se ha gastado. Fue tomado de la an- tropologia —de Ja interpretacion funcional de la cultura— a princi- jase pios de siglo y se convirtié en el término de vanguardia para los primeros arquitectos del Movimiento Modermo. A cada funcién co- rrespondia un espacio y se suprimia lo superfluo. Ese era el lema. El funcionalismo se radicalizé y dividi6 a los miembros de la van- guardia al final de los aftos veinte (que es cuando surge en nuestro pais la arquitectura moderna). Algunos fueron mas alla y creyeron que el disefto de edificios (abolieron la palabra componer edificios) , que era s6lo un s cteyeron firmemente, como Hannes Meyer y Juan O'Gorman, que podia crearse una ingenieria de edificios en la que los espacios se determinarian como resultado de un proceso deductivo derivado de un andlisis racional de cada funcién. A 70 afios de distancia esos planteamientos nos parecen ingenuios; pero nos quedan sus obras y algunas nos siguen sorprendiendo y emo- mando pero paradéjicamente no por lo que pretendian ser: for- mas deriva: de la l6gica y de la funcién. Nos quedan, como nos Jo ha hecho ver Alan Colquhoun, como abstracciones posticas de las formas de la ingenieria. También ahora sabemos que el espacio no responde linealmente a una funcién, es mas elistico. Admite varias funciones a la vez. Eso explica el cambio de uso que tienen los edifici lo largo del tiempo, a veces casi sin alte- raciones. Aldo Rossi nos dice, no sin ma- licia, que el espacio es indiferente a la funcién, sr Mi tercer tema se refiere a V up. A la capacidad de la arquitectura de representar. Representacién involucra seems, como dice Frampton, escenogralfa. La arquitectura crea escenarios que nos representan y que nos identifican. El con-_ cepto de “lo simbélico”, al referirnos a este tema, no nos sirve, por general: se usa para todo. Creo que lo especifico de la arquitectura es su capacidad de representacién; representa su momento, su tiem- po, el propésito —institucional o personal del cliente— y a su autor, Los funcionalistas radicales de los veinte pretendieron crear arqui- 0s funcionalistas radicales de los veinte pretendieron crear arqui tectura sin representacién, formas neutras derivadas de la légica y de la economia. Pero la arquitectura fatalmente lleva un sello que representa la intencién del momento en que se concibe; como ya Io mencioné, las obras del funcionalismo nos quedan como repre- sentaci6n simbélica de las formas industriales y, si observamos con cuidado, también llevan el sello de su autor. Nunca son neutras. Pero la representacién, la arquitectura como escena, es un tema di- fuso que se escapa al analizarlo —sobre todo a un lego como yo. No me refiero, por supuesto, a las representaciones obvias que se_usa- ron abusivamente en la reaccién postmoderna de los setenta. Se_ formados de arquitectura del asado. Pocas obras quedan de esa reacci6ngGn ejemplo me ayudard a explicar a qué me quiero referir: es sélo con una muy especial configuracién del espacio y de su construccién que Luis Barragén consigue crear un escenario que expresa calma y tranquilidad que, como él decia, debia tener toda arquitectura; la que no lo lograba era para él un error. El tema de la representacién es el que, tal vez, se encuentre mas cerca de la arqui tectura como arte. Digo esto y me corrijo. Fl arte de la arquitectura 146 comprende todo: representacién, configuracién espacial y construc- cidn, La nave gética de la catedral de Lyon, en Francia, es un ejem- plo de fusién magistral de los tres elementos. Lo que sf puede ser cierto es que cuando un autor siente lo que su obra representa, el proyecto se termina, o simplemente se deja; porque un proyecto, co- mo un cuadro, nunca se termina, + Termino expresando una ine / tenciér“me interesa que una obra —como construccién— exprese cémo se soporta, por dénde pasan las cargas y los esfuerzos y, tam- bién, que diga cémo fue construida; que exprese su tectonicidad (la 7S poética de la construccién). Este es un mensaje que envia la obra y da confianza al usuario. No se necesita ser un experto para interpre- tarlo: es el lenguaje de las formas constructivas. (42 Pero tambi aspiro a configurar el espacio para que la gente se encuentre; que el” proyecto gire alrededor, converja en lugares de convivencia; un_ espacio que produzca cierta exaltacién de los usuarios (mas que Ja tranquilidad y contemplacién barraganiana); un espacio que i ta que el azar suceda, el azar que enriquece la vida. («3 )Construir_ y.configurar el espacio requieren experiencia (Le Corbusier decia que en arquitectura no existen Mozarts) y requieren, ademés, I6gica Y pensamiento racional; son productos de nuestra conciencia. No asi la creacién de escenarios significativos. La representacién sale Fone del subconsciente, de nuestro subsuelo cultural. Es la parte que no se puede programar de la arquitectura, y es la que produce una emocién que perdura y ve pasar nuestro tiempo cuando se convier- te en obra de arte, Representa nuestra época y no tiene fronteras, es_ internacional pero también, si es genuina, revela en el fondo algo local: expresa el subconsciente colectivo de cada lugar. ur

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